Una pequeña historia...de Loli

1ª Parte de relato verídico acerca de dos hermanas muy liberadas sexualmente y de cuerpo espléndido...

Une petite histoire sur…. Loli.-

Parte 1ª

Mi nombre es Loli, tengo 19 años y vivo con mi hermana y su marido en un piso grande antiguo de Madrid. Soy alta, morena, llevo el pelo corto y lo que podríamos llamar de "abundantes carnes".

No soy gorda aunque quizás estoy pasada algo de peso, pero lo tengo bien repartido (a decir verdad en mi culo, en mis muslos y en mis pechos) y me gusta como soy. Desde que tenia 15 años he aprendido todo lo bueno que se puede sacar de la vida con estos atributos. Me inicié en el sexo con 15 años, con un novio del instituto que era muy guapo, simpático y bastante sinvergüenza como podréis comprobar si completo mi historia. Desapareció de mi vida cuando comprendí la diferencia entre los niños y los hombres.

Me gusta mi cuñado. Es simpático, alegre y muy guapo y tiene una relación muy buena con mi hermana. Vivo con ellos desde hace un año y desde el principio noté sus miradas interesadas en mi cuerpo, pero siempre con cariño y respeto, lo que me hizo no dar demasiada importancia a sus caricias ocasionales algo subidas de tono quizás (pequeños azotes en mi culo, abrazos tocándome ocasionalmente los pechos y así), a las que yo me dejaba y también correspondía. Lo hacíamos delante de mi hermana que no parecía molestarse en absoluto por ello. Al revés, creo que le gustaba esta buena relación entre dos personas a las que quería mucho y no se sentía en absoluto celosa por nuestras familiaridades, quizás por la buena relación sexual que había entre ellos.

Mi cuñado es informático y trabaja a menudo desde la casa con su ordenador. Mi hermana es secretaria de dirección de una empresa importante y trabaja de 8 a 3. Yo tengo la costumbre por las noches, antes de irme a la cama, de pasar por el despacho de mi cuñado y llevarle un vaso de leche al darle las buenas noches.

Hace unos días, al entrar en su despacho antes de acostarme, me di cuenta que estaba viendo en su ordenador unas fotos porno. Me acerqué a la pantalla por detrás de él, apoyándome en su hombro y le pregunté riendo si era así como trabajaba. Se echó a reír, en absoluto cortado y siguió pasando las fotos. Eran de chicas con tetas y culos muy grandes, la mayoría morenas y mulatas. Yo llevaba un camisón bastante grande hasta las rodillas y noté como, sin dejar de pasar las fotos, me empezó a acariciar la pierna con la otra mano. Poco a poco la fue subiendo por mis muslos hasta llegar al principio de mis bragas. Se paró allí. Como me gustaba la sensación no dije nada ni me retiré, con lo que al poco y siempre viendo las fotos como si nada, empezó a acariciarme el culo por encima de las bragas. Yo estaba inclinada a su lado, sintiendo sus caricias y preguntándome hasta donde se proponía tocarme. Cuando sus dedos empezaron a meterse dentro de mi braga, me retiré riendo y diciéndole que era un fresco. Al llegar a mi habitación me di cuenta de que estaba excitada y sentí haberme marchado de esa manera. Me acaricié pensando en mi cuñado, que me tocaba y me desnudaba y yo me dejaba y le tocaba su polla, que imaginaba grande y dura. Me corrí estupendamente y al poco me dormí.