Una pequeña ciudad. (36)

Capítulos XXXVI

En unos cuantos días se habían mudado de casa, Javier les enseñaba todas las cámaras exteriores que les habían instalado por seguridad, la casa tenía un sistema que en caso de detectar algún peligro, se podían encerrar en la segunda planta complicándole el acceso al posible atacante, además existía una habitación del pánico, en caso de fallar la primera opción sería imposible que llegaran hasta ella, desde allí tenían acceso a todas las cámaras y podían avisar a la policía y a quien fuera, un generador independiente les daba corriente aunque les cortaran lo cables de la luz desde el exterior.

Para inaugurarla empezaron las celebraciones con una cena a la que asistieron Laura y Mélani, más los novios correspondientes.

-Que pedazo de casa os habéis ‘comprao’ cabrones, este verano no voy a salir de esa piscina.- Les amenazaba Mélani.

-Mejor, así la limpiarás y nos ahorraremos el mantenimiento.- Se cachondeaba Alba.

-Y una mierda nena, supongo que tendréis a un mayordomo guapo, yo tengo que pedirle un mojito levantando la mano desde la hamaca.

-Sí claro, buscaremos a uno que sea modelo, y tenga la polla más grande que hayas visto en tú vida para alegrarte la vista.- Le contestaba Alba siguiendo con la bromita.

-Yo te haré de mayordomo mi amor.- Se ofrecía Lorenzo. Mélani le besaba los labios.

-¡Ains! Menos mal que te tengo a ti, ya ves que tipo de amiga me busco más rácana.

-¿Rácana? Que cojones tienes, llevo toda la puta vida pagándote los cubatas.- Se quejaba Alba.

-Y cuando no lo has hecho tú, me los ha sacado a mí.- Confirmaba Laura.

-¡Ala venga! Un poquito más de rencor por favor, hay que ver como sois ¿Eh? Por algunas copitas que me habéis invitado.

-Bueno, en eso tengo que reconocer que tienen su parte de razón, desde que te conozco no te he visto pagar nunca una copa, o te las invitan en los sitios que te conocen o te las pago yo.- Reconocía Lorenzo, Pol se moría de risa.

-¿Tú también cariño? Madre mía con qué tipo de gente me junto.- Seguía defendiéndose Mélani.

-Si quieres una copa después de cenar, a esta te invito yo.- Remataba Pol riendo todos menos ella.

-El que faltaba, el ojos bonitos también se cachondea de mí, prepáralo cargadito que no te diré que no.

Invitaron a los padres a otra cena y el fin de semana que estuvieron con Quique el chaval alucinó, no paraba de dar vueltas por la casa, por su habitación, por el jardín mirándose la piscina sin poder bañarse, todavía hacía demasiado fresquito para hacerlo. Alba y Pol eran felices viendo a Quique disfrutando de su nueva casa.

El lunes Pol le envió un mail al contacto con el que se comunicaba cuando quería hablar con ‘ellos’.

-Señoras y señores,

Se convoca cena del… ¿grupo?, el próximo día miércoles 24 de mayo a las 21,00 horas en el Gran Hotel, sala Picasso.

Se trataran algunos temas importantes referentes a sus negocios, por lo que ruego la máxima asistencia posible.

Pol Ríos

Socio Administrador de la empresa Inversiones Ríos y Jiménez-

Un escueto y directo escrito, que también envió a un contacto que le facilitó su amigo el marqués del otro ‘grupo’.

A las 21,15 horas de la noche entraban en la sala Alba y Pol, Javier les abrió la puerta y se quedó fuera, habían calculado que a esa hora ya estarían todos los interesados dentro. Les vino a saludar el personaje de siempre, el más joven del grupo, la gente estaba de pie y se podía distinguir claramente quienes eran de un grupo y quienes de otro, mantenían una distancia prudencial entre unos y otros.

-Ha sido una sorpresa esta convocatoria.- Le comentaba a Pol uno de los asistentes que tenía visto de las otras cenas.

-Es que hacía tiempo que no asistía a una y les echaba de menos.- Respondía Pol medio serio medio cachondeándose.

Fueron pasando las etapas, el  champán de recibimiento, Pol aprovechó para hablar con diferentes personas de los dos grupos, de sus negocios y de lo que él les podía proponer, parecía que se estaba promocionando para tener más trabajo, o así lo entendieron muchos, a la vez que juntaba a los dos grupos para limar asperezas. Luego cenaron, a su lado como siempre se sentó la voz cantante felicitándolo por la idea, el intento de aproximación para los dos grupos era una buena idea según él. Luego vinieron los postres y los cafés, momento que Pol se levantó, poniéndose detrás de un atril que habían puesto en alto, para que pudiera ver a todos los presentes. Le dio un par de golpecitos con el dedo al micrófono, comprobando que funcionaba antes de hablar.

-Buenas noches señoras y señores- Se hizo el silencio en la sala.- seré breve, quería agradecerles su presencia en esta cena tanto a los de un… grupo, como a los del otro. Si hiciéramos un símil futbolístico, podríamos decir que ustedes son los dos grandes equipos de la liga, los que lo ganan y se lo reparten todo- Se escucharon unas cuantas risas.- Ya sé que entre ustedes no se tienen muchas simpatías, aunque cuando les interesa se juntan para hacer negocios, el dinero es el dinero ¿Verdad?- Algunas risillas más se escuchaban por la sala- también sé que de vez en cuando les gusta jugar a putearse un poquito entre ustedes, y digo un poquito, porque putearse de verdad sacando a la luz vuestras mierdas no lo haréis nunca, no os conviene a ninguno hacerlo, tenéis demasiada escondida debajo de la alfombra.- Pol miraba a la sala de izquierda a derecha viendo como la gente se ponía tensa- Alguien cometió un grave error, pensó que podría putearme a mí y a nuestra empresa para tocarle las narices al otro equipo, ya saben cómo acabaron, algunos desaparecidos de momento, y otros están perdiendo el culo para legalizar su situación con hacienda. Señoras y señores, se lo diré bien claro, tengo mucha información de ustedes, de todos, de un bando y del otro, si se le ocurre a alguien intentar hacerme daño, os arruinaré a todos, si le hacen daño a mi familia - Se apoyó con los codos en el atril, avanzando el cuerpo para mirarlos fijamente- les arruinaré, les arrancaré la cabeza y les escupiré en los ojos.- Miró a Alba que se tapaba la boca para disimular la risa. Todos los demás, estaban como si les hubieran metido una escoba por el culo.- Así, que les pido muy educadamente, que se dediquen a sus mierdas y me dejen trabajar tranquilo. Ahora les servirán unas copas, tómenselas tranquilos que ya están pagadas, nosotros nos vamos, que tenemos que seguir ganando dinero para ustedes, buenas noches.

Fue en busca de Alba, a la que le extendió una mano que ella agarró ayudándola a levantarse de la silla, los demás estaban con cara de estreñidos en silencio, mirándose unos a otros, menos el más joven que se levantó estrechándole la mano.

-Señor, es usted desde ahora mismo uno de nosotros.- Le sonrió.

Pol se dirigió agarrado de la mano de Alba a la puerta, que le abrió Javier para que salieran, caminaban los tres por el pasillo, Javier al lado de Pol.

-¿Te ha parecido bien la patada en los cojones al abusón?- Le preguntaba con guasa Pol a Javier.

-A partir de ahora eres el jefe, el puto amo amigo.- Reía Javier, dándole unos golpecitos de aprobación en el hombro.

-¿Lo has oído Javier?- Preguntaba Alba.

-Y tanto, me he quedado todo el rato al lado de la puerta para oír lo que pasaba dentro, ha estado genial.

-Cuando ha dicho, que les arrancaría la cabeza y les escupiría en los ojos casi me meo de risa.- Reconocía Alba partiéndose de risa.

-¿De dónde has sacado esa frase Pol?- Preguntaba extrañado Javier.

-Es de Alba, se lo dijo a una amiga a la que quiere mucho.

-¡Joder! Menos mal que la quiere, prefiero no imaginarme lo que le diría si no la quisiera.

-Se lo dije en broma a Mélani, una de las veces que me tocaba las narices cachondeándose de mí.

Se subieron en el coche, ellos detrás y Javier conducía, Pol acercó sus labios al oído de Alba.

-Así que casi te meas de risa.- Le dijo susurrando.

-Sí  cariño, ha sido muy gracioso sentirlo con esa gente tan seria y bien puesta.

-Cuando lleguemos a la casa te vas a mear, pero no de risa, de gusto que te voy dar follándote, todo esto me ha puesto muy cachondo cielo.- Le dijo a Alba antes de besarla con pasión, ella lo miró mordiéndose un labio.

-¿Puedes acelerar un poquito Javier? Tenemos prisa por llegar a casa.- Javier aceleraba y les sonreía mirándolos por el retrovisor.

Javier y Mélani se pasaban el día juntos en recepción, hablando y cogiendo confianza entre ellos, había otra chica, que atendía la centralita y a los clientes cuando venían a reunirse con la persona que les llevaba su cartera. Ese día había empezado a trabajar de seguridad un chico nuevo, Javier se pasó un buen rato con él, enseñándole cómo funcionaban las cámaras y explicándole su trabajo. Estaba en su despacho controlando las cámaras y Mélani lo iba mirando de tanto en tanto.

-¿Te gusta el nuevo fichaje?- Le preguntaba Javier.

-Desde luego es muy guapo.- Respondía Mélani.

-Pues con este no te hagas ilusiones que es para mí.- Ella se sorprendía.

-¿No me digas que también es…?

-Es de los míos, lo conocí la semana pasada, y resulta que trabajaba de seguridad en un supermercado, en fin, hemos salido un par de días y le hice una oferta para que viniera a trabajar aquí, nos hacía falta otra persona para cubrir todos los turnos.

-Así que ya te lo has ‘trajinao’- Le decía Mélani riendo.

-Nos hemos trajinao como tú dices el uno al otro.

-Esto de la homosexualidad siempre a hecho que tenga muchas dudas…

-Venga pregunta, que te veo con ganas.- Mélani dudaba.

-A ver ¿Tú eres de los que… dan o te gusta que te den?

-¡Hostias nena! Directa al asunto ¿Eh?

-Perdona, es que soy muy curiosa, sino quieres no me respondas.

-Homosexuales los hay de todo tipo, a nosotros nos gusta dar y que nos den ¿Lo entiendes?

-Perfectamente, perfectamente, te has explicado muy bien.- Respondía una sonrojada Mélani, Javier reía.

-Pues os lo debéis de pasar muy bien.

-Estupendamente, cómo tú y Lorenzo más o menos.

-Bueno, más más que menos, porque los dos tenéis…, hay Dios mío, me cuesta hacerme a la idea.

-Si quieres te invito a mirarnos mientras…

-¡Calla guarro! Serás marrano ¿Cómo quieres que yo…? Cállate anda, cállate que me pones nerviosa.

Javier se partía de risa, sonó el teléfono de la empresa de Mélani, era Alba, habló con ella y colgó.

-Vamos a salir con Alba, Laura y yo, para la última prueba del vestido de novia.- Informó a Javier.

-Voy a buscar el coche y os esperaré en la puerta.- Contestó de forma profesional.

Salieron las tres chicas y se subieron en el coche, Javier cerró la puerta de Alba, poniéndose al volante para llevarlas a la tienda.

Pol en su despacho abría mails, desde que les hizo el discursito en la cena, cada día recibía peticiones para que les invirtiera el dinero del otro bando, el sonreía y les contestaba, adjuntándoles la documentación necesaria para que la devolvieran firmada y empezar a trabajar. Se levantó y miró por la ventana, vio a las chicas como se subían al coche. Volvió a sonreír, estaba tranquilo y con ganas de que llegara el día de la boda.

Las chicas cuando acabaron con lo del vestido, decidieron ir a tomar algo a una cafetería, Javier se esperó en el coche, desde donde las podía ver sentadas en una terraza. Mélani las puso al día con las novedades de Javier, su novio y todo lo que le había explicado de las relaciones. Cuando volvían para la oficina.

-Nos hemos enterado que tienes novio Javier, enhorabuena.- Le decía Alba.

-Ya te vale Mélani, mira que llegas a ser cotilla tía.- Se quejaba Javier mirándola por el retrovisor.

-Es una buena noticia y te queremos felicitar, solo eso.- La defendía Laura.

-¿Y vosotras? ¿Cuándo vais a dar el paso y os iréis a vivir con vuestros novios? Porque mira que se os ve con ganas.- Les preguntaba vengándose Javier.

-Eso, eso ¿Cuándo?- Le apoyaba Alba riendo.

Las dos se quedaron en silencio.

-¿No vais a contestar? Que tímidas.- Se cachondeaba Javier.

-Creo que nosotros pronto, ya lo tenemos hablado.- Respondía primero Laura.

-Nosotros, prácticamente ya lo estamos haciendo, está más tiempo en mi apartamento que en el suyo.- Seguía Mélani.

-Lo tuyo es normal, porque eres muy caliente y necesitas tener su polla cerca…

-¿Pero qué dices zorrona? Como si tú fueras una santa, no te jode.- Le contestaba Mélani a Laura que se meaba de risa.

Lo cierto, es que tanto Laura como Mélani, ya tenían planes para juntarse con sus novios y vivir juntos. La boda de Alba y Pol parecía que las había animado a querer vivir en pareja.

Los días anteriores a la boda, era un sinfín de mensajeros llevándoles regalos, de los familiares de Alba, de los de Pol, de los ‘unos’ y de los ‘otros’, se habían ganado el respeto en la última cena, y se lo demostraban enviándoles regalos caritos, con tarjetas deseándoles felicidad en su matrimonio. Alba y Pol alucinaban cuando los abrían, sin saber donde dejarlos después. Hasta el marqués, les envió un bonito reloj para colocar en una estantería, con una nota, por la tarde les llamó para felicitarlos personalmente, Pol le invitó a él y su mujer Judit para que asistieran, ellos educadamente rechazaron la invitación, pero les hicieron prometer, que cuando volvieran del viaje de bodas pasarían en la casa del marqués algunos días, les querían devolver la atención que tuvieron con ellos cuando se vieron la primera vez. Otra decisión fue si invitaban a la ex de Pol o no, también era la madre de su hijo, estuvieron hablándolo un buen rato, al final la llamó Alba. Pol estaba en el jardín, salió Alba sentándose con él.

-He hablado con Nuria, mañana voy a comer con ella.- Pol no sabía qué cara poner extrañado.

-¿Mañana?- Repetía Pol.

-Sí, saldré de la oficina con las chicas, iremos las tres y así será más divertido el viaje.

-Las tres y Javier, ya sabes que no os deja ir solas a ningún sitio.- Reía Pol.

-De Javier ya nos encargaremos, tú no le digas nada por favor.

Al día siguiente salieron de la empresa separadas, escondiéndose de Javier para que no fuera con ellas, se encontraron en el parking y salieron en el coche de Laura, se felicitaban las tres por haber podido salir sin levantar sospechas y que Javier no las descubriera. Sonó el teléfono interno de Pol.

-Hola Javier.- Respondió.

-Hola, las chicas están saliendo en este momento del parking, las veo por la cámara.

-Vale, déjalas que tengan un poco de intimidad hoy, luego comeremos juntos acuérdate.

-Ya me acuerdo jefe.- Se cachondeaba Javier.

-Oye Javier.

-Dime Pol.

-Por curiosidad ¿Qué ha sido de Lily? Desde el juicio la casa está vacía.

-Ya te lo dije, lo preparamos todo, Lily vivía allí para comprobar que todavía tenías las lagunas mentales cuando bebías demasiado, una vez declaró en el juicio, ya no tenía ningún sentido seguir con la farsa. No te preocupes, está bien, sigue haciendo lo mismo en un apartamento.

-Creo que no era mala chica, un poco cotilla, eso sí.- Reían los dos.

Ellas tuvieron un viaje ameno, hablando y riendo de sus cosas. Cuando llegaron al restaurante que Nuria había escogido, Laura y Mélani se sentaron en una mesa, alejada de Alba y Nuria para que pudieran hablar tranquilas.

-Te has traído escolta y todo ¿Tienes miedo de que te pegue o algo?- Se cachondeaba Nuria.

-Les pedí que vinieran para no hacer el viaje yo sola, es más ameno hacerlo en compañía, eso es todo.

-Vale, perdona, tú dirás ¿A qué viene que quieras hablar conmigo?

-Ya sabes que nos casamos, quiero que sepas, que por nosotros no hay ningún problema si queréis venir a la boda...

-No, no vamos a ir, es una cosa vuestra, nosotros no pintamos nada. No quiero ser la comidilla de la boda, mira esta es la ex mujer, no, no, mejor me quedo en mi casa.

-Cómo quieras Nuria, que sepas que por nosotros no hay problema.

-Ya estará Quique en representación de la familia.- Volvía a cachondearse Nuria.- ¿Has hecho dos horas de coche solo para esto?

-Bueno…, sí, y por otra cosa, quería hablar contigo con tranquilidad. Hace un tiempo, cuando te pregunté si estabas enamorada de Ernesto, me dijiste que estabas bien, me quedó la impresión de que realmente no lo quieres, pero bueno, eso es cosa tuya, no seré yo quien se meta en tu vida. Lo que me gustaría saber es que pasó con Pol ¿Por qué no quisiste seguir con él?

Nuria le miró a los ojos un momento, bajó la cabeza y siguió comiendo, Alba entendió que estaba pensando, dejó pasar el tiempo sin decirle nada más. Nuria respiró profundamente y volvió a levantar la cabeza mirándola.

-Cuando conocí a Pol, que fue por pura casualidad, si no me llega a tirar un café por encima seguramente no lo hubiera conocido, me quedé encandilada con sus ojos, no seré yo quien te tenga que explicar cómo es Pol físicamente, sabes de sobras lo guapo que es. Empezamos a salir y me llevé otra sorpresa…- Alba la miraba fijamente, esperando que le pudiera revelar alguna cosa que ella no supiera.

-Cómo es sexualmente…

-Ya.- Contestó Alba con una sonrisilla.

-Pues eso, aquello fue una explosión de sensaciones. Fue pasando el tiempo y fuimos quemando etapas, mis padres estaban encantados con él, sobre todo mi madre, estaba más atenta con él que conmigo, todo se precipitó y acabamos casados y con un hijo…

-Lo normal en las parejas ¿No?

-Sí, sí, supongo que hicimos lo normal y habitual, pero, con los años, viviendo en Londres, mira que llega a ser triste esa ciudad, nunca me hice a ella, todo lo veía mal…

-Un momento Nuria, no sé si es que no lo has pensado o qué, pero te has dado cuenta que me has hablado de un periodo de años, desde que os conocisteis hasta que ya teníais a Quique grandecito, y…- Alba miró a Nuria a los ojos.- No has dicho nada de tus sentimientos ¿Estuviste enamorada de él? ¿Lo querías?- Nuria volvió a respirar profundamente.

-A eso voy Alba, en Londres, pasando muchas horas sola me di cuenta, realmente nunca había estado enamorada de él, ni de él ni de nadie, era divertido y nos lo pasábamos muy bien en la cama, pero no habían sentimientos…

-Sería por tu parte, ya te digo yo que él sí que te quería, y mucho.- Le confirmaba Alba.

-Ya sé que es culpa mía, soy así, pero la realidad es que a Pol si quería acabar de formarse allí le quedaba bastante tiempo para acabar, no soportaba la idea de quedarme allí tanto tiempo, por eso nos separamos…

-Todavía no entiendo porque no le dijiste la verdad, que no lo querías.

-Porque se hubiera alejado para siempre Alba.

-Coño, pero si no le querías que más te daba.

-Me gustaba sentir que él si me quería a mí.

Se hizo un corto silencio.

-Eso es muy egoísta por tu parte Nuria.

-Lo sé, pero me gustaba, veía como me miraba, con aquella misma mirada de deseo de siempre, yo le acariciaba la cara, o le decía alguna cosa y él se deshacía. Sé que soy una cabrona, pero me gustaba, que quieres que te diga. Hasta que un día que vino a buscar a Quique le vi algo raro, no era el mismo de siempre. En cuanto Belén, que era compañera del hospital, me dijo que iba a trabajar en la misma ciudad que estaba Pol, no lo dude ni un momento, le pedí que lo conociera y se enterara de que hacía en su vida cotidiana. Lo que no me esperaba es que la hija de puta se lo tirara ¿Lo sabes no?

-Sí que lo sé, también sé que tú follaste con Pol un par de veces.

-Que cabrón, te lo ha explicado todo. Bueno, la verdad es que Belén no se enteró de mucho, de lo que se enteró bien es de cómo follaba, eso sí la japuta, me decía que no tenía a nadie y que vivía muy tranquilo, que todavía me quería a mí, que cabrona, me decía que me quería a mí, y se lo follaba ella. Hasta el día del cumpleaños de Quique, allí me di cuenta, en cuanto entraste en aquel jardín, como te miraba, como te trataba…

-Cómo a una amiga Nuria…

-Y una mierda, se le caían los huevos contigo, todo el mundo lo veía, hasta mi madre se dio cuenta, anda que no me lo había dicho veces, Nuria no seas tonta que te lo van a quitar y Pol es muy buen partido, hemos discutido tanto por ese tema, y al final tenía razón…

-Pero si tú no lo querías…

-Ya, pero me tocaba los cojones, por eso esa misma noche, dejé entreabierta la puerta de la habitación que dormía en su casa, sabía que se acercaría, así pude comprobar que todavía sentía algo por mí.

-Nuria, lo que quería Pol era saber porque lo dejaste, nunca lo entendió y se le quedó clavado dentro.

-Y yo pensaba que si no se lo decía lo tendría siempre cerca, hasta…

Nuria volvió a hacer otro silencio.

-Hasta…, que vi la noticia en el diario, lo que decían de él, parecía tan claro, que una chica lo había reconocido, que declararía que él se había aprovechado de ella. En ese momento pensé que lo iban a encerrar, que serían muchos años, y la cagué, quise pedir la custodia de Quique, si él no estaba, sus padres querrían ver al niño, no los soporto, nunca me cayeron bien…

-Y por algo más ¿Verdad?- Preguntaba Alba como si ya supiera la respuesta.

-Para apartarlo de ti, te crees que me gusta ver cómo te abraza, oír como habla de ti, parece que tú también seas su madre coño…

-En aquel momento no sabías como acabaría lo nuestro.

-Y tanto que lo sabía, solo había que veros juntos, no te lo voy a negar, tú también me caes fatal…

-¿Pero a ti te cae bien alguien?- Le preguntó Alba extrañada.

Nuria hizo un gesto con los hombros.

-La verdad es que muy poca gente, con Ernesto estoy bien, él también es rarito, tiene sus cosas pero nos entendemos, creo que somos una pareja más por interés que otra cosa, a los dos nos viene bien estar juntos, nos hacemos compañía y compartimos cosas ¡Eh! Que follamos y todo no creas.

-¿Sabe lo que pasó con Pol? Que follaste con él.

-Eso es cosa mía, no te preocupes, tampoco creo que le interese mucho, ya te lo he dicho, estamos bien juntos.

Acabaron de comer, Laura y Mélani esperaban a Alba al lado del coche, Nuria se despedía de Alba con dos besos.

-Espero de verdad que le hagas feliz, yo no pude hacerlo, ya ves que no soy tan mala.

-Nunca he pensado que fueras de mala fe, aunque a veces lo parecía. Gracias Nuria.

-Supongo que se lo dirás, le explicarás la conversación que hemos tenido.

-Por supuesto, con Pol no nos ocultamos nada, si él quiere hablar contigo no me opondré, sería lo más sensato, que se lo dijeras tú a la cara.

-Ya sabes que soy rarita, prefiero no hacerlo, ya sabrá la verdad por tú boca, es suficiente.

Alba se fue de la reunión con Nuria con cierta tristeza, no entendía como podía ser así, como podía vivir sin estar enamorada, sin sentir lo que sentía ella cuando estaba con Pol. Se resigno pensando que todos no tenemos por qué ser iguales.

Para la boda, contrataron a una empresa que les montó en el jardín a un lado de la piscina, encima del césped unas sillas de color blanco muy bien puestas, dejando un pasillo en medio por donde pasaría la novia, delante una carpa pequeña que hacía las veces de altar. Allí estaban esperando el cura, el novio vestido con un frac, los testigos, Laura por parte del novio y el hermano de Alba por parte de ella, y las damas de honor Mélani y Lara.

Sonó la música nupcial y apareció Alba, con un vestido precioso, acompañada de su padre que la llevaba hasta el altar, los invitados se giraban para mirarla, haciendo algún comentario sobre lo guapa que estaba la novia, lo habitual en estos casos, llegaron hasta el altar, el padre entregó a Alba, Pol le dio dos besos al suegro y se pusieron uno al lado del otro, Alba acercó los labios al oído de Pol.

-¿No me vas a decir lo guapa que voy?- Pol la miró de arriba abajo girando la cabeza para contestarle también al oído.

-Te lo diré en cuanto pueda destrozarte el vestido y follarte como te mereces.

-Desde luego niño, tú siempre pensando en lo mismo.

-Ejem, ejem- Tosía el cura porque los había oído asustado.

-Perdone padre.- Se disculpaba Alba, sin poderse aguantar la risa ninguno de los dos.

Quique, con su trajecito puesto, tuvo su momento estelar haciendo el paseíllo con los anillos, sus amigos, los hijos de Pablo, le animaban desde la banda, puso el momento de ternura de la boda. El cura, pensando que la pareja tenía ganas de acabar la ceremonia para hacer sus ‘cosas’, la aceleró y acabó bastante rápido, se fue de allí pensando que aquellos dos serían unos pecadores toda su vida. Después de las firmas correspondientes, los invitados se levantaron para felicitarlos, fueron pasando todos hasta que le tocó el turno a Abelardo, Alba se puso la mano en la boca para no morirse de risa, Pol disimulaba como podía.

-Es por el traje ¿No?- Bajaba la cabeza Abelardo avergonzado.

-No, es por…-No podían parar de reír Alba y Pol.

-Por qué no estamos acostumbrados a verte así, en traje y afeitado, madre mía.- Decía Pol sin poder aguantarse la risa.

-Cosas de Lara, no veas lo raro que me siento.

-¿A qué está guapo?- Preguntaba una inocente Lara.

-Guapísimo, de verdad que sí.- Confirmaba Alba sin quitarse la mano de la boca.

Javier le dio un golpe en el hombro por detrás a Abelardo.

-Tío que elegante, has tenido que estar con Lara para verte así.

-¿Estoy bien?- Le preguntaba Abelardo.

-Que sí hombre, Lara a tenido muy buen gusto con el traje, te queda que ni ‘pintao’. Y lo de quitarte la barba ya ni te cuento.

Alba y Pol se reían como cabrones y Lara abrazaba a Abelardo consolándolo.

-Ves como no estás tan mal hombre.- Abelardo confirmaba con la cabeza.

Después se desplazaron al otro lado de la piscina, allí, bajo una carpa muy grande, había muchas mesas muy bien vestidas para la ocasión, con los invitados sentados. Comieron, bebieron y se lo pasaron en grande haciendo bromas, sobre todo con el pobre Abelardo, que una vez se tomó unas cuantas copas de vino ya le sudaba la polla todo. Después vino el pastel nupcial, abrieron el baile, más copas, más saludos y felicitaciones de los invitados, más baile, más alcohol, y acabaron los dos cuando se fue todo el mundo, tirados en el sofá hechos polvo. Por suerte los abuelos se llevaron a dormir a Quique a su casa, se suponía que aquella tenía que ser la noche de boda. Alba miraba a Pol.

-Supongo, que lo de romperme el vestido y follarme como me merezco, si eso otro día ¿No?

-Sí cielo, ahora mismo no estoy para romper nada, y con lo borracho que estoy mañana no me iba a acordar de nada seguro.- Se fueron a dormir sin prisas por levantarse el día siguiente a la hora que fuera.

Tenían el vuelo muy tarde, casi de madrugada para llegar a un resort en una isla paradisiaca, una suite que era como una casita en medio del mar, al llegar descansaron del viaje y por la noche Pol encargó una cena, que les sirvieron en la misma suite, mientras un par de camareros les preparaban la mesa, delante del ventanal abierto con la vistas al mar, Alba se cambiaba en la habitación.

-¿Ya estamos solos cariño?- Preguntaba Alba desde dentro.

-Sí, ya se han ido.- Respondía Pol, a la vez que servía el frio champán francés en las copas.

Salió Alba, Pol se giró mirándola, se quedó con la botella en la mano más frio que el champán, tieso, Alba se había puesto el mismo vestido, que en aquella ocasión que quiso provocarlo tanto que acabaron follando por primera vez, a Pol se le caían los ojos mirándola sin poder moverse.

-Mi vida me parece que me he engordado, este vestido casi no me tapa nada, que vergüenza.

-Mi niña, la vergüenza la perdiste el día que te atreviste a ponerte eso, qué coño te vas a engordar, enseñas lo mismo que la otra vez, así me pusiste, loco perdido.- A Alba le daba un ataque de risa.

-Es que no me puedo mover sin enseñar nada, que barbaridad.

Pol dejó la botella en la cubitera y se sentó mirándola sin perderse detalle, ella caminó aguantándose las tetas para que no se le salieran, y la falda del vestido para que no se le levantara. Dejó el móvil encima de la mesa y se le sentó a Pol en el regazo, acariciándole la cara, cogió la copa para brindar con él, después le miró a los ojos besándolo, se apartó la suave tela que le tapaba una teta poniéndosela en la boca.

-Toma cariño, esto es un aperitivo de lo que vendrá después, cómetela.- Pol le sujetó la teta con una mano, mamándole un pezón poniéndoselo duro, muy duro. Ella cerraba los ojitos, apretando los labios del gustito que le estaba dando, le apartó la teta tapándosela a duras penas con el vestido, levantándose algo nerviosa de lo caliente que se estaba poniendo.

-Ya está bien de momento, más tarde más.

-¿Más tarde? Que bruja eres, me vas a hacer cenar con la polla tiesa.

Alba se sentaba sin aguantarse la risa, empezaron a cenar, cuando llevaban un rato cenando y ya habían brindado un par de veces.

-¿Estás más tranquilo mi vida? Porque veo que no me puedes quitar la vista de las tetas, como la otra vez.

-¿Tranquilo? ¿Cómo voy a estar tranquilo cenando y que se te vaya saliendo ahora una teta ahora la otra con ese vestido? Tranquilo, lo se dice tranquilo, no puedo estar coño.

-Así ¿Todavía la tienes tiesa?

-Pues sí, pues sí, no quiere bajar, ya ves tú.- Alba reía viéndolo apurado.

-Va cariño, que te voy a dar otro anticipo.

Pol la miraba abriendo y cerrando los ojos sin parar, ella se metía por debajo de la mesa, le bajó las bermudas y la ropa interior, le agarró la polla, le dio unos cuantos meneos con la mano y se la metió en la boca chupándosela, Pol soltó los cubiertos del gusto agarrándose a la mesa. En ese momento sonó el móvil de Alba, apareció una mano palpando por encima de la mesa, buscándolo, hasta que lo encontró cogiéndolo, volviendo a desaparecer la mano por debajo de la mesa.

-Seeemmp umspss ddd.

-¿Te pasa algo en la boca Alba? Solo era para saber cómo habéis llegado.- Hablaba una extrañada Mélani, por los ruidos extraños que escuchó al contestar su amiga.

-Bien, bien, es que estaba chupando un helado.- Disimulaba Alba sin dejar de pajear a Pol, que estaba en el quinto cielo.

-¿Un helado? ¿Qué helado?- Volvía a preguntar Mélani notando una situación extraña, Alba mientras hablaba la amiga seguía chupándosela a Pol, oyéndolo respirar fuerte y suspirar del gustillo.

-La verdad es que muy helado no está, está más bien calentito.- Dejó de chupar un momento, para hablar y se la volvió a meter en la boca succionándola, Pol pegó un grito moviendo la mesa al empujarla involuntariamente.

-¿Un helado caliente? ¿Pero que dices nena? Estás fatal desde que te has casado ¡Eh!

-Ya hablaremos Mélani, ahora no es un buen momento.

-Desde luego que no es un buen momento, estás desvariando, debe ser por el cambio de horario…- Le colgó dejándola con la palabra en la boca.

Alba se salía de debajo de la mesa. Pol se puso de pie, quitándose las zapatillas y la ropa que ella le había dejando en los tobillos, tenía la polla apuntando al techo y la miraba con deseo.

-Has traspasado la línea roja, ahora te vas a enterar.- Le decía un excitado Pol.

-¿Qué línea roja? ¿Qué es eso? ¿Dónde está esa línea?- Respondía una nerviosa Alba, retrocediendo mientras intentaba taparse una teta que se le escapaba, cuando se la tapaba se le salía la otra, no sabía por dónde colocarse el vestido, Pol seguía avanzando, la agarró por la cintura y la puso en el sofá a cuatro patas.

-¡Ay mi vida! ¿Qué me vas a hacer?- Le provocaba Alba haciéndose la inocente.

Pol le levantaba la corta faldita del vestido, dejando al aire el culo con un tanga blanco trasparente, igual que la otra vez, se arrodilló en el suelo para meterle la cara en el culo, el tanga era tan transparente que se le veía hasta la rajita del coño.

-¡Joder! Es tan bonito que me da hasta pena romperlo.

-Rómpelo mi vida, me compré media docena iguales, para que rompas los que quieras.

Pol perdió la cabeza y de un tirón se lo arrancó, dejándolo hecho una mierda en el suelo, le metió la cara en el culo y la boca en el coño, Alba gimió levantando la cabeza de la impresión, Pol chupaba y ella arqueaba la espalda tensándose, le dejó el coño bien mojado, se puso de pie agarrándose la polla, que seguía como una estaca de tiesa, Alba le miraba girando la cabeza para atrás con una sonrisilla, le encantaba verlo tan excitado por ella. Le apuntó la polla en el agujero restregándosela antes por todo el coño.

-Vamos cariño fóllate a tú mujer, es la primera follada de casados, no me decepcionarás ¿Verdad?

La cabrona sabía cómo encenderlo y él se dejaba encender, le metió un pollazo que el alarido de Alba se escuchó en aquella bonita noche por toda la isla. La follaba a todo trapo sin descanso, ella notaba como le llenaba y vaciaba el coño a un ritmo endemoniado, todo el cuerpo se le movía de los golpes que le daba el animal de su marido, chocando contra su culo en cada penetrada, ella gritaba de placer, reía de felicidad y notaba como el orgasmo se le acercaba. Pol no podía dejar de mirar aquel monumental culo, y como entraba y salía su polla de un dilatado y mojado coño, que su mujer le ofrecía con gusto, Alba gritó más fuerte tensando y arqueando la espalda, a la vez que levantaba la cabeza, se corrió de manera espectacular, se meaba sin parar temblándole las piernas, cuando acabó, Pol la giró agarrándola del pelo, abrió la boca y dejó que él se la metiera hasta donde quisiera, apretó los labios alrededor de la polla y dejó que le follara la boca hasta correrse en su garganta, Pol gritaba, rugía, parecía que aquella noche dos animales salvajes se habían estado peleando en el resort. Alba tragaba todo lo que podía, cayéndole por la comisura de los labios el semen que no pudo engullir. Cuando acabó Alba le miraba a los  ojos a Pol.

-Anda, que ibas cargadito ¿Eh?

-Tú me cargas la escopeta y después me haces descontrolar disparando, Dios como eres.- Los dos se partían de risa.

Se limpiaron ellos y el sofá antes de seguir cenando, él desnudo de cintura para abajo y ella sin bragas.