Una pequeña ciudad. (30)

Capítulos XXX

El viernes a primera hora estaban en la oficina con los expertos en encontrar aparatos espías, cámaras, micrófonos y cosas así, a media mañana estaban firmando como copropietarios de la nueva empresa, al medio día antes de comer, llevaron al grupo de búsqueda de aparatos sospechosos a su casa para que también la miraran. Esperaron que acabaran y se fueran.

-Pues tenían razón, no había nada de nada, ni aquí ni en la empresa.- Se sorprendía Pol.

-Mejor, así viviremos un poco más tranquilos.- Le decía Alba desabrochándose la camisa.

-¿Tienes calor cariño?- Se cachondeaba Pol. Alba se acercaba a él quitándose la camisa quedándose en un bonito sujetador.

-Esta tarde vamos a ir a buscar a Quique, así que antes de comer, quiero que te comas otras cosas.

Se besaron en los labios mientras Alba lo empujaba sentándolo en el sofá, con ella encima a horcajadas, se soltó el sujetador poniéndole las tetas delante de la cara.

-¿Te siguen gustando las tetas de tu puta? O preferirías comerte otras.- Notaba como debajo de su culo crecía la polla de Pol, a ella se le escapaba una sonrisilla.

Pol no le contestó, se tiró a comerse y acariciarle aquellas grandes tetas en forma de pera que lo ponían cardiaco, le puso los pezones duros chupándoselos con delicadeza, Alba le sujetaba la cabeza gimiendo muy flojito.

-¿Te gusta que te las coma así?- Preguntaba, mientras le metía una mano por debajo de la falda, acariciándole un muslo por la parte interna.

-Sí, sabes que sí, haz lo que quieras conmigo, haz lo que quieras con tu puta.

Pol le metió dos dedos por dentro del tanga tocándole el coño, ella le desabrochaba el pantalón, metiéndole la mano por dentro de los boxes agarrándole la polla. Le subió la falda hasta la cintura, le agarró la goma del tanga y estiró para un lado, cedió hasta que se acabó rompiendo, Alba ya le había sacado la polla y la pajeaba mirándole a los ojos excitada, como le gustaba y excitaba que le rompiera las bragas, no sabía porque, pero la ponía muy cachonda. Pol consiguió bajarse los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos, en los dedos notó que Alba estaba muy mojada, y le metió dos de golpe moviéndolos dentro de su coño, ella gemía.

-Fóllame, cabálgame, córrete encima de mí moviendo esas tetazas que tienes.- Medio le pedía, medio le ordenaba Pol a Alba.

Le quitó la camisa, se colocó bien, y bajó el culo metiéndose la polla de Pol hasta el final, los dos gimieron de gusto y ella empezó una cabalgada bestial, sin calentamiento, a lo salvaje, se le cerraban los ojitos poniéndolos en blanco, gemía, se agarraba con fuerza al pecho de Pol, él le estrujaba las nalgas con las manos, ayudándola a follarse con más fuerza, acompañándola cuando bajaba para clavársela. Alba se tensó, movió la cintura adelante y atrás en cortos movimientos, como si le dieran espasmos, se corrió dejando ir por su boca largos gemidos, y por el coño una meada de gusto.

Pol se levantó del sofá, se quitó la ropa que tenía en los tobillos y le dijo que se pusiera a cuatro patas, pero mirándolo a él, le agarró del pelo, se sujetó la polla y se la metió poco a poco en la boca, le vino a la cabeza aquella imagen de la vecina Lily, la primera vez que la vio en acción, siguió metiéndola, Alba abrió los ojos porque notaba que la estaba introduciendo más de lo habitual, le tocó la garganta, Alba quiso retirar la cabeza y él se la sujetó con más fuerza por el pelo, acabando de meterle la polla entera, a ella le vinieron arcadas, tosió, los ojos se le pusieron llorosos, Pol siguió follándole la boca y la garganta, la baba le caía por los lados de la boca al suelo. Se la sacó de golpe, ella tosió saliendo más saliva.

-¿Te gusta esto puta? Ahora gírate, vamos rápido.- La apremiaba Pol.

Alba se giró levantando el culo, para ofrecerle el coño ya dilatado y mojado, Pol le pegó un pollazo empotrándola contra el sofá, que hizo que Alba gritara mucho, la sacó hasta la punta, volviendo a meterla de un empujón, rápido y duro. Siguió con ese ritmo hasta que ella se corrió de nuevo. La agarró del pelo dándole la vuelta, volviendo a metérsela en la boca directamente hasta la garganta, se la metió y sacó unas cuantas veces, rugiendo, dando señales que se iba a correr, a Alba le caían las babas y la saliva de la boca, le decía que no se corriera teniéndola tan introducida con los ojos, Pol no le hacía caso dejando ir todo su semen dentro de la garganta, ella se ahogaba, tosía, saliendo semen por su nariz y boca con la polla dentro. Cuando se la sacó lo miró enfadada.

-Que cerdo te has comportado conmigo, eres un…

No tuvo tiempo a decir nada más, él balanceó la polla dándole un golpe en la cara con ella.

-Que te calles, que nadie te ha preguntado nada.- Le dio un ataque de risa y salió corriendo con Alba detrás persiguiéndolo.

Se metieron en la ducha juntos, él le agarraba la carita besándosela…

-¡Ains! Mi niña que ‘sa enfadao’ conmigo.

-Es que pensaba que me ahogaba, cabronazo.

Él la abrazaba tranquilizándola, ella sonreía, le encantaban sus abrazos apretándole la espalda, sentir su amor. Cuando se ducharon y secaron, estaban uno delante del otro desnudos, Pol se acercó.

-Arrodíllate, quiero volver a empezar.- Le pidió Pol susurrando.

Alba sin más se arrodilló, él se acercó lo suficiente, para que le agarrara la polla y se la metiera en la boca chupándosela, notando como le volvía a crecer dentro, ella misma se la volvió a meter hasta  la garganta, moviendo la cabeza aguantando las arcadas, Pol volvía a gemir y rugir, cuando la tuvo tiesa otra vez y  la saliva de Alba le resbalaba por la polla.

-Vamos a la cama y saca esa polla vibradora, que te quiero follar por delante y por detrás a la vez.

Alba se dirigió a un cajón de la mesita de noche, sacó de la caja el consolador y el tubo de lubricante, lo impregnó bien de abajo arriba y se puso a cuatro patas, puso en marcha la vibración y se lo empezó a pasar por el coño, jadeó y gimió, mientras Pol le lubricaba y dilataba el agujero del culo. Cuando ella se metió el consolador en el coño, él la empezó a sodomizar, primero el capullo, al entrar bien, siguió despacio metiéndole la polla entera, Alba gimió fuerte del gusto, le pidió que al principio fuera despacio y él cumplió sus deseos. Notaba en la polla las vibraciones, eso se la ponía durísima, ella se notaba penetrada por los dos agujeros poniéndose muy cachonda, poco a poco se la metía más rápidamente por el culo, ella gritaba más fuerte, acabaron los dos alocados, ella follándose con el aparato, y él viendo en primer plano como le entraba y salían las dos pollas de los agujeros. Alba se corrió meándose de gusto dos veces casi seguidas, porque Pol no paraba de darle y ella tampoco aflojaba empujándose el consolador dentro del coño, cuando acabó la segunda vez, él le abrió el culo con una mano, mirando lo dilatado que se lo había dejado, con la otra mano se hacía una paja, corriéndose directamente en el agujero desde fuera, cayéndole el semen dentro. Se estiraron los dos en la cama recuperándose.

-¿Qué te pasa hoy? ¿Estás muy ardiente?- Preguntaba una cansada Alba.

-Yo que sé, se me están ocurriendo ideas para hacer en las inversiones para ‘ellos’ y me pongo cachondo.

-Es que eres un viciado del trabajo mi vida.

-Mucho más contigo cariño, tú me vicias mucho más.

Ella reía estirada en la cama, se cogieron de la mano demostrándose el cariño.

-Qué pocas ganas de hacer nada, no tengo ni hambre.- Se quejaba Alba.

-Tengo una idea, nos duchamos, nos vestimos, y salimos de camino para ir a buscar a Quique, como es temprano por el camino paramos a comer ¿Qué te parece?

-Que ahora no tengo ningunas ganas de meterme en la cocina, me parece genial.

Salieron tranquilamente en el cuatro por cuatro nuevo de Alba a buscar a Quique, pararon en un restaurante bonito a comer, cuando salieron, Pol estaba bajando los asientos de los pasajeros de atrás, dejando un espacio muy grande en el maletero solo ocupado por la sillita de su hijo.

-¿Qué haces con el maletero? ¿Necesitas más espacio?- Se reía Alba.

-Sí cariño ¿Has visto que camita más maja queda aquí atrás?

-¿Camita? ¿En qué estás pensando cabrito?

-En que vamos a parar en algún lugar tranquilo, con los cristales oscurecidos de aquí atrás no nos verá nadie.

-¿No nos verá nadie hacer qué?- Reía Alba sabiendo la respuesta.

-Mejor te lo explico más tarde, sabes que viene Quique, y el fin de semana lo tendremos que pasar tranquilitos ¿Verdad?

-¿Por eso hoy tú no estás nada tranquilito?

-Por eso.

Subían los dos al coche riéndose, Alba encantada de tener una pareja como Pol, sin manías para hacer lo que quería en cualquier lugar, y Pol, como se iba a sentir él, con alguien que nunca le negaba nada sexualmente. Salieron con el coche del pueblo donde pararon a almorzar, recorrieron unos cuantos kilómetros por carreteras comarcales, hasta que Pol pensó que era un lugar lo suficientemente solitario para desviarse de la carretera principal. Cuando entró en un camino de tierra a Alba se le escapaba la risilla, paró el coche en medio de unos árboles que le daban más intimidad, cogió un paquete de pañuelos de papel y pasaron a la parte trasera del coche, estirándose los dos en el maletero, no paró el motor para que el aire acondicionado mantuviera una buena temperatura. Alba le puso la mano encima de la polla para comprobar cómo estaba.

-Cómo la tienes otra vez ¿Ya me explicarás que te pasa hoy niño?

-Que te deseo con locura mi niña.

Se besaban, Pol le metía la mano por debajo de la minifalda, ella le puso su mano encima parándolo.

-Espera, espera, no me rompas las bragas, que me vas a hacer ir sin ellas el resto del día.

Pol se arrodilló encorvado para no darse con la cabeza en el techo, le metió las manos por los lados de la falda, y suavemente estiró de las braguitas quitándoselas.

-¿Así está bien?- Le preguntó con cierto cachondeíto.

-Ahora ya puedes hacer lo que quieras mi vida.

Él se empezó a desabrochar el pantalón, ella abrió las piernas, se mojó dos dedos con saliva y se los pasó por el coño para lubricarlo, Pol se bajó los pantalones y ropa interior como pudo, se agarró la polla que ya la tenía preparada viendo el coño de Alba abierto y dispuesto, se colocó en medio de las piernas, dirigió la polla encontrando el agujerito de la vagina, metió la puntita notando que estaba mojado, y de un empujón rápido y duro se la metió entera, dando los dos un grito de gusto. Folló a golpes de cintura duros y profundos, ella subía las caderas para ser penetrada más profundamente, y sentir cada golpe en lo más profundo de su interior. Primero Alba le miraba a los ojos con una sonrisa gimiendo, le gustaba ver aquellos ojos que la enamoraron mirándola con deseo, después los tuvo que ir cerrando para disimular que se le ponían en blanco, gemía más fuerte, se agarraba con más fuerza a la espalda o nalga de Pol. Él notaba cada paso, cuando le agarró con fuerza la espalda y el culo, sabía que Alba estaba a punto, aceleró todo lo que pudo los empujones y su amada empezó a correrse, ya tenía preparados en una mano un puñado de  pañuelos, que se los puso a Alba en el coño sin dejar de follar, cuando se corrió, mojó totalmente los pañuelos y consiguieron no liarla demasiado, se corrían los dos a la vez llenándole el coño de leche, después, Pol tuvo que coger más pañuelos para que ella pudiera limpiarse. Cuando acabaron, él le volvió a poner las bragas suavemente, se besaron con cariño, se sonrieron por haber hecho algo diferente y salieron del coche para acabar de ponerse bien la ropa. Siguieron el camino con una alegría más para el cuerpo.

Cuando llegaron les abrió la puerta Nuria, salió Quique con su maleta y se fue directo a abrazar a Alba, que lo recibía con los brazos abiertos y unas risas. A su madre no le hizo puta gracia.

-Le cae muy bien al niño.- Le comentó Nuria a Pol.

-Lo quiere mucho y te respeta.

-Ya sé que le dijo a Quique que ella no era su madre, que ya tenía una y era yo.

-¿Es así no?

-¿Cuándo volveremos a follar?- Ese comentario le cambió la cara a Pol.

-Nunca.- Respondió de manera seca.

-No nos lo pasamos tan mal ¿No?

-Tú lo has dicho, nos lo pasamos, pasado, aquello se acabó. Tengo una vida organizada, con una mujer preciosa que no quiero poner en peligro, la quiero con locura y así seguirá siendo.

-A mí también me dijiste que me querías con locura ¿O no te acuerdas?

-Mira Nuria, no sé qué es lo que quieres, ni me importa, como te he dicho has vuelto a hablar del pasado, tuviste tú oportunidad, sabías que me moría de ganas de volver contigo y con Quique, si es verdad que follamos ¿Y de qué sirvió? Para nada, al revés, te alejaste más todavía, por no hablar de la putada que me querías hacer, cuando peor estaba, por una injusticia de la que yo no tenía nada que ver. Así, que como madre de mi hijo te respetaré lo justo para convivir, nada más, saluda a Ernesto de mi parte cuando llegue de la guardia, porque si hoy te has atrevido a hablarme de esto, es porque él no está en casa. Supongo que no le has dicho que tú y yo…

-¿Estás loco o qué te pasa?

-Adiós Nuria.

Alba ya había colocado a Quique en su sillita y lo entretenía, mientras Pol hablaba con Nuria, sin quitarles un ojo de encima. Alba se sentó detrás con el niño para ir jugando con él durante el viaje, Pol al volante.

-¿Todo bien Pol? No haces buena cara.

-Todo perfecto, ya hablaremos.- Alba entendió que no era una conversación para tenerla delante de Quique.

Pasaron un fin de semana enfocado en Quique, como siempre que estaba con ellos, el sábado fueron a la playa con la familia de Pablo, comieron y por la tarde estuvieron en la casa de Pol, para que los niños acabaran el día jugando juntos. El domingo pasaron media mañana con los abuelos y Laura, acabaron comiendo juntos antes de devolver al niño a su madre. De camino de vuelta, Alba sacó la conversación de Pol y Nuria cuando fueron a buscarlo, él se la explicó toda de pe a pa, no quería engañarla en nada y menos por su ex mujer. Alba lo escuchó y le creyó, pero pensó para ella que no lo iba a dejar solo con Nuria en la puta vida, aquella mujer no había quien la entendiera.

El lunes por la mañana en la oficina Pol consultó el mail, le habían enviado varios documentos firmados por una empresa que no conocía, después de leerlo lo entendió, ‘ellos’ también trabajaban juntos en una empresa creada para las inversiones, pasó la documentación a administración y consultó la cuenta corriente, habían hecho tres ingresos de un millón de euros cada uno, Pol resopló, pensó que la cantidad no era tan pequeña como le insinuaron que sería. Alba lo vio desde su despacho y fue a verlo.

-Ya hemos recibido el ingreso.- Le dijo Pol sorprendido.

-¿El ingreso de quien?

-De ‘ellos’ Alba.- ‘Ellos’, con eso los dos lo tenían claro a quien se referían.

-Esta tarde descansaré y por la madrugada la vamos a liar Alba, la liamos.

-Yo no me lo pierdo cariño, te sigo en todo lo que hagas hoy.

Alba lo vio tan emocionado que pensó que Pol tenía una estrategia muy clara, y por su respuesta seguro que la cantidad que ingresaron le debía de ir muy bien a sus planes. Comieron con Laura y Mélani y se fueron a casa, descansaron por la tarde, Pol estuvo siguiendo algunas acciones de las bolsas asiáticas que le interesaban. Habló con Alba, para explicarle que una parte de ese dinero, lo invertiría ella en algunas de las acciones que había investigado ella misma y tenían pinta de una subida inminente.

De madrugada estaban los dos, uno al lado del otro, con los ordenadores abiertos y los ojos puestos en las acciones que habían elegido para trabajar. Alba compró su parte de acciones, dejó el portátil a un lado y se concentró en el de Pol, que seguía mirando fijamente la pantalla, como si dudara de lo que quería hacer.

-¿Lo tienes claro o estás dudando?- Preguntó Alba viéndolo.

-Tengo claro que es la manera más rápida de ganar si sale bien.

-¿Y cuál es el problema?

-¿Sabes lo que es un farol jugando al póquer por ejemplo?

-Claro, tener unas cartas de pena y comportarte como si fueran buenísimas.

-Pues esa es una parte de mi estrategia.

Alba lo miraba sin entender demasiado lo que le había dicho, él le señaló unos valores de una empresa en concreto.

-Pol, el valor de la acción es de un euro si llega, está totalmente caída desde hace mucho tiempo, ahora sí que no entiendo nada.

-Si consigo volver loco al mercado triunfo.

-¿Con un farol?

-Exactamente ¿Estás preparada?- Alba le miraba preocupada, no tenía muy claro lo que iba a pasar.

-Pues adelante.

Compró de una tajada un millón de euros, en acciones de un valor que al cambio no llegaba a un euro. Cerró el ordenador, se reclinó en su silla y miró a Alba con una sonrisa nerviosa.

-¿Ya está? ¿Eso es todo?- Le dijo Alba un poco decepcionada por la operación, ella esperaba algo más espectacular.

-Por hoy sí, mañana seguiremos si vale la pena.

Esa misma noche cenaban juntas Mélani y Laura.

-Los jefes están haciendo un horario muy raro últimamente.- Comentaba Mélani.

-Sus motivos tendrán, no te preocupes.

-Sí que me preocupo, me gusta mi trabajo ahora, y no me gustaría perderlo Laura.

-Que no te preocupes, te aseguro que ahora mismo estamos en las antípodas de cerrar la empresa.

-Tú sabes algo guarrilla, explícamelo ya.

-Mira que llegas a ser cotilla tía, son cosas de la empresa, no puedo ir por ahí contando intimidades.

-¡Eh! Que yo también trabajo en ella, no soy una de fuera coño. Va, dale.

-Hay unos nuevos clientes que están invirtiendo cantidades que marean de dinero. Eso es todo.

-¿Y de donde han salido?

-De debajo de las piedras, yo que sé tía.

-¡Ay nena! Tú necesitas un polvo urgentemente ¡Eh!

-Pues no te digo que no. Últimamente estaba muy bien servida y ahora me cuesta acostumbrarme.

Mélani la miraba con una carita de niña mala.

-Si quieres un día de estos podríamos…

-¿Salir y liarla?- Confirmaba Laura levantando las cejas.

Las dos rieron con complicidad.