Una pequeña ciudad. (28)
Capítulos XXVIII
El martes por la noche Pol y Alba cenaron como cualquier otro día, después se estiraron en el sofá a mirar un par de capítulos de una serie que estaban siguiendo, Alba estaba seria y Pol se dio cuenta.
-Cariño ¿Algo te da vueltas en esa cabecita?- Le preguntaba Pol por si ella quería explicárselo.
-Mi vida me conoces demasiado bien, sí que estoy con algo, luego te lo explicaré.
Cuando acabaron los capítulos cerraron las luces de la planta baja subiendo a su habitación. Alba buscaba algo por dentro de uno de los armarios, Pol se desnudaba para ponerse una camiseta para dormir como siempre. Se le acercó Alba con una cajita en la mano sentándose en la cama, él se sentó a su lado pasándole un brazo por los hombros.
-¿Eso es lo que te pasaba?- Le preguntaba Pol pensando que en aquella caja tendría algunas fotos o recuerdos.
Alba abrió la caja y sacó un vibrador en forma de polla, Pol le quitó el brazo del hombro mirando aquello con los ojos desencajados.
-¿Qué es eso?- Preguntó por decir algo.
-Lo qué es creo que está claro, un vibrador que utilizaba antes de conocerte, bueno, antes de tener asiduamente sexo contigo, si supieras la de veces que lo utilicé pensando en ti.
Pol le besó suavemente los labios, le gustó pensar que ella se masturbaba con aquello pensando en él.
-¿Sabes la conversación del otro día con Laura y Mélani?- Le recordaba Alba.
-Se dijeron muchas cosas, no sé a qué te refieres.
-A…, a aquello que dijeron de lo que se sentía siendo penetrada por los dos lados a la vez.
-Vale, ya lo pillo ¿Quieres probarlo?
-No me gustaría que pensaras que soy una guarra…
-Si quieres probarlo por mí de acuerdo, ya me estoy poniendo cachondo de pensarlo.
Pol se puso de pie quitándose la camiseta quedándose en pelotas. Alba le sonreía mordiéndose un labio pensando en lo que iban a hacer. Pol la desnudó en un plis plas, Alba levantaba las piernas abriéndolas colocándolas encima de la cama.
-Ten, ponte esto en los dedos y me vas lubricando el culo mientras me comes el coño.- Le ponía lubricante en los dedos que había sacado también de la caja.
Mientras Pol le mojaba con la lengua y le chupaba el coño, con los dedos le lubricaba el ojete del culito, ella mientras tanto untaba el vibrador de lubricante. Cuando creyeron que ya estaba lo suficientemente lubricada por delante como por detrás Alba se giró poniéndose a cuatro patas, puso en marcha el vibrador pasándoselo por el coño, volvió a recordar el gustito que le producía el aparatito, lo puso de punta en la entrada de la vagina y lentamente se lo fue introduciendo, Pol ni pestañeaba mirando cómo le entraba el vibrador abriéndose camino, dilatándole el coño como no había podido ver nunca, y como le entraba y le entraba hasta casi metérselo entero. Le miró la carita y se le había puesto de cachonda, se le notaba que lo estaba disfrutando, al sacarlo unos cuatro dedos y volver a metérselo gimió de gusto, a Pol se le puso la polla durísima.
-Cariño, úntate la polla de lubricante para que entre suave.
Él nervioso cogió el tubo tirándose lubricante por toda la polla, luego lo esparció como si se hiciera una paja, en realidad se la estaba haciendo y poniéndose burro de cojones. Esperó la señal de Alba para ponerle la punta en el agujerito del culo, se la fue metiendo muy lentamente, notando en su polla las vibraciones del juguete sexual dentro del coño. Estaba ella tan excitada, Pol tenía la polla tan lubricada, igual que el agujero que ya se había preocupado él antes de meterle lubricante dentro, que le entraba suave y sin problemas. Alba pegó un buen grito, Pol se quedó quieto pensando que le hacía daño, ella llevó una mano para atrás atrayéndolo para que se la metiera hasta el fondo, se la metió hasta que no pudo más.
-Así cariño, quédate ahí, no te muevas.- Le indicaba Alba muy excitada.
Él le dejaba la polla quieta dentro del culo, y ella se metía y sacaba del coño el consolador follándose, Alba gritaba de gusto, se retorcía, se le ponían los ojos en blanco, aceleraba su brazo para hacerlo más rápido, cogió aire, pego un grito y se corrió perdiendo el compás de las penetradas con la polla de látex, por el coño sí que le salió una buena corrida mientras se follaba más lentamente. Pol no decía nada, bastante tenía disfrutando del espectáculo. Le sacó un poco la polla volviéndola a meter, Alba gritó de gusto, la sacó más metiéndola un poco más duro, volvió a gritar.
-Sigue, dale fuerte que me gusta, dale duro.- Le gritaba Alba animándole a seguir.
Él se volvió loco metiéndosela y sacándosela, ella se metió de nuevo por el coño el consolador, dándole más fuerza a las vibraciones, Pol notaba como vibraba el aparato mientras follaba, lo estaba matando de gusto, igual que Alba que no podía seguir el ritmo que deseaba por las contracciones que notaba en todo el cuerpo, fue Pol que le agarró la polla de goma dándole ritmo él, Alba se aguantó con las dos manos en la cama, se descontrolaba de placer, solo podía sentir, gemir, gritar, notar cómo le estaban follando el culo y el coño a la vez, cuando le entraba la polla en el culo le salía la del coño, cuando le entraba esta última le salía la de atrás, Pol si podía mantenerle un ritmo alto y constante. Ella se estaba quedando afónica de tanto gritar, él rugía, gemía, le daba fuertes golpes de caderas metiéndosela duro. Alba se volvió a correr, más chorros del coño cayeron sobre las sabanas, él siguió sin bajar la intensidad, estaba enloquecido, disfrutaba de cada penetración con las cosquillitas de las vibraciones. Alba intentaba descansar un poco pero Pol no le dejaba, seguía con la doble penetración, excitadísimo, perdiendo todos los papeles, ella volvía a gritar, empezaba a notar los agujeros algo escocidos pero el placer era lo más importante en aquellos momentos, le daba igual, quería volver a disfrutar de un largo orgasmo de nuevo, se movía adelante y atrás para acentuar más las penetraciones, se dio cuenta que Pol empezaba a gemir y rugir de una manera que le indicaba que no podría aguantar mucho más, se movió ella más rápido pegando unos gritos tremendos, cuando pensaba que estaba a punto y le subía iniciando el primer grito de orgasmo, Pol se desgañito en un grito lanzándole el primer lechazo dentro del culo, se corrieron los dos a la vez, ella lanzaba más fuerte que nunca corridas por su coño, cada vez que notaba como la polla de Pol le entraba profundamente dejándole el semen en su interior. Cayeron los dos derrotados, no podían decir ni ¡Mu!
-Esto, esto vamos a tener que repetirlo mi amor.- Le salía a Pol un hilillo de voz.
-Mi vida, cuando tú quieras, pero me voy a tener que recuperar de esta vez, yo y mis agujeritos.- Intentaba reír una Alba que le faltaban fuerzas hasta para eso.
Esa misma noche habían salido Laura y Mélani con sus amiguitos, como ya ocurrió las últimas veces que quedaron fueron directamente al apartamento, los chicos habían pedido pizza para cenar y las invitaron a unas cervezas mientras llegaba el pizzero.
-Chicos no podemos seguir haciendo las cosas que hacemos, nos pasamos tres pueblos y luego al menos yo no tengo claro si lo que he hecho está bien o no.- Avisaba a los demás Laura preocupada.
-Tranquila Laura, tienes razón, no sé que nos ha pasado estos días anteriores, nos hemos dejado ir sin pensar en las consecuencias…- Hablaba Ángel.
-Que no volverá a ocurrir chicas, nos tenemos que comportar como personales normales.- Confirmaba Pardo serio.
-Muy bien, veo que estamos todos de acuerdo, a ver si somos un poquito más serios.- Remataba Mélani.
Llegó el pizzero, las recogieron y se dirigieron los cuatro a la cocina. Pardo dejaba las cajas encima de la encimera, a su lado Laura sin mediar palabra le agarró la polla por encima del pantalón, Ángel que estaba detrás de Mélani le metió las manos por debajo de la falda y le agarró el culo, se agachó, le bajó las bragas y metió la cabeza para comerle el culo y el coño cuando Mélani sacó el trasero para atrás facilitándoselo. Pardo le metió la mano por dentro de las bragas a Laura pasándole dos dedos por el coño, ella a la vez se desnudaba de cintura para arriba, igual que Mélani que ya gemía de los lametazos de Ángel en el chumino, Laura le desabrochó el pantalón a Pardo metiendo la mano dentro buscándole la polla, que encontró y empezó a pajear mientras él se desnudaba como podía, cuando acabó de quitarse la ropa Laura estaba agachada chupándole la polla, Ángel le seguía comiendo todo lo que podía comerle a Mélani, a la vez que le metía dos dedos dentro del coño de Laura. Esta se levantó y subió las piernas rodeando la cintura de Pardo, le agarró la polla y se la metió en el coño, Ángel se puso de pie, se quitó los pantalones y boxes, Mélani le cogió la polla chupándosela un rato, se la sacó de la boca a Mélani pajeándola un poco, se puso detrás de Laura y se la apuntó en el culo metiéndosela despacio, Laura gritó apretando los brazos por detrás del cuello de Pardo, este flexionaba y estiraba las piernas haciendo que ella subiera y bajara metiéndose a la vez las pollas en el culo y el coño. Mélani se había quitado la ropa y se estaba masturbando sentada en una silla, mirando cómo se follaban a su amiga en una doble penetración que parecía estar volviéndola loca, Laura gritaba y no paraba de dar botes arriba y abajo, se corrió a gritos, los chicos la bajaron y la sentaron, cogieron a Mélani y le hicieron lo mismo empalándola por los dos agujeros, Laura sonreía tocándose el agujero de la vagina y el culo comprobando como los tenía de dilatados. Los chicos mientras tanto se la metían con dureza a Mélani, estaba gritaba de gusto animándolos a que se lo hicieran más fuerte, se corrieron los tres, le dejaron los dos agujeros llenos de leche. A esas alturas ya tenían confianza para follar sin condón, ellas estaban protegidas igualmente.
Sin decir nada se pusieron los boxes y las braguitas, cogieron las pizzas y salieron al salón con unas cervezas para cenar, se sentaron y repartieron los trozos.
-Bueno, hemos empezado portándonos bien ¿No?- Dijo Mélani partiéndose de risa los cuatro. Cuando acabaron de cenar siguieron con su fiesta, follaron de todas la maneras posibles, se comieron unos a los otros por todas partes, montaron una bacanal romana que no se la saltaba un torero.
El día siguiente era miércoles, el alcalde llamó a Pol para confirmarle la hora y el lugar donde se celebraría la cena. Alba se puso una falda, una camisa blanca y una americana cortita con unos zapatos negros de tacón, lo más parecido a una ejecutiva que pudo, Pol con un traje gris marengo, conjuntado con una camisa también blanca y la corbata que le escogió Alba. Los dos llegaron agarrados de la mano al lugar, un discreto edificio bastante céntrico, subieron un par de plantas en un ascensor, les acompañaron por unos pasillos, al final del recorrido había varias personas trajeadas al lado de una puerta, Pol reconoció a los dos escoltas del alcalde, una sonrisilla se le escapó al pensar en su hermana y Mélani. Al pasar la puerta se encontraron dentro de una sala bastante grande, solo para la gente que asistía a la cena, una mesa redonda muy grande en el centro rodeada de sillas con cierta separación para que los comensales no estuvieran apretados presidia la sala, unos grandes ventanales dejaban ver las vistas de la ciudad, era una sala demasiado barroca para el gusto de Pol. Se habían creado algunos corrillos de gente, unos bebían champán francés que unos camareros repartían en unas bandejas, otras personas algún tipo de licor en vasos planos, seguramente sería whisky, pasó un camarero ofreciéndoles unas copas de champán que ellos cogieron de la bandeja.
Alba estudiaba la situación, habían unas doce o catorce personas contadas por encima, la mayoría tendrían unos treinta años más que ellos, alguno estaría entre los sesenta y los setenta y el más joven por encima de los cuarenta, todos con trajes, seguramente hechos a medida por cómo se veían, y que imagen de personas importantes que daban, claro que Ricardo Escobar también se parecía a ellos y era un cerdo hijo de puta, pensaba Alba. Solo dos mujeres, con ella tres, las otras dos señoras iban vestidas de una manera que aquella cena parecía una fiesta de alta costura, no quiso ni calcular lo que debían valer aquellos vestidos y las joyas que se habían puesto, discretas, pero muy valiosas. Pensó en lo diferente que parecía aquella gente a ellos, los dos se habían criado en familias de clase media que sin pasar necesidades de nada no tuvieron todos los caprichos que quisieron, sí era verdad que en los últimos meses habían ganado mucho dinero, pero ellos siempre se comportaron igual, en eso se parecían mucho, no necesitaban gastar dinero por gastar, también les gustaba mucho el sexo a los dos y provocarse follando hasta casi perder el sentido…, aquel pensamiento lo apartó rápidamente de su cabeza. Pol no tenía ningún traje carísimo, ni ella vestidos caros o joyas, la gargantilla que se había puesto esa noche, se la regalaron sus padres ya hacía años, nunca les llamó la atención esas cosas, Pol de hecho tenía varios relojes muy baratos que se cambiaba cada dos por tres, no como los que llevaban aquellas personas tan caros y lujosos, de hecho ella había pensado en regalarle para su cumpleaños un buen reloj, para asistir a algunas reuniones importantes o cenas como aquella. También era verdad que Pol tenía un buen coche y una casa muy bonita, que ya lo tenía cuando ella lo conoció, seguramente por el buen sueldo que tuvo en Inglaterra durante años, no sabía ni le interesaba el dinero que tenía en la cuenta corriente su pareja, y también tenía que reconocer que en las últimas semanas ella se dio un capricho, se cambió el utilitario que utilizaba por un cuatro por cuatro que toda la vida había deseado, la excusa fue que si algún día volvían a visitar a Lara y Abe, ya tendrían coche para circular por los caminos de montaña. Acabó pensando, nota mental, si volvemos a otra cena cambiar vestuario, no tan profesional y más elegante.
En ese momento Pol le apretó la mano, ella se dio cuenta por qué, el alcalde se estaba acercando con una sonrisa.
-Bienvenidos, ya estamos todos, en estas reuniones tenemos la costumbre que la presida la persona de más edad, venid que os la presento. Mientras caminaban para que les presentara a la persona en cuestión, los comensales se empezaban a sentar en la mesa, se saludaron educadamente y se sentaron, Pol tenía a su izquierda a una de las señoras, a su derecha a Alba y al lado de Alba el alcalde. Todos estaban sentados menos la persona que presidia aquello.
-Buenas noches y bienvenidos a otra de nuestras cenas, hoy con unos invitados especiales, Pol Ríos y Alba Jiménez, socios y propietarios de Inversiones Pol y Alba.- Abría quedado mejor Ríos y Jiménez- Se escuchó que alguno de los asistentes dijo, después algunas risitas.- Señores tenemos que modernizarnos un poco.- Contestaba el que presidia la cena, Alba se sorprendió, pensó, coño, esas mismas palabras se oyeron el día de la inauguración de la empresa, otra nota mental, contratar a un profesional para que busque micrófonos y cámaras ocultas por la oficina.- Todos conocemos su empresa y lo mucho que ha crecido en muy poco tiempo, ya sabéis que nos interesaría tenerlos como…, nuevos socios y miembros de nuestro club.- Más risitas.- Sin haceros perder más el tiempo ordenaré que nos sirvan la cena, recordar no hablar de temas…, delicados, hasta que nos dejen solos en la sala. Pol y Alba, ya sé que deben tener ganas de saber que hacen aquí, no se preocupen, en cuanto empecemos a cenar los mismos asistentes les irán informando para qué están ustedes aquí.
Se sentó, todos empezaron a hablar de temas intrascendentes y raros, algunos del tiempo, otros de la familia, la señora que estaba al lado de Pol le preguntó cuánto tiempo hacía que eran pareja y lo guapos que eran los dos, en esos momentos entraban un montón de camareros a la sala, unos servían el vino y el agua, otros el primer plato y desaparecieron dejándolos solos otra vez. Todos se quedaron callados y empezaron a cenar, Pol y Alba imitaban lo que hacían los demás extrañados.
-A ver chicos.- Se dirigía a ellos el señor que para Alba era el más joven, alrededor de cuarenta y cinco años.- Creo que será mejor que os haga un resumen de las cosas que los demás piensan, es mejor escucharlo de una persona que tener que oír a cada uno de nosotros. En eso estamos de acuerdo.
-Tenemos que aclarar un asunto.- Interrumpió la persona que presidía la mesa.- Estamos muy agradecidos al Excelentísimo Alcalde de esta bonita ciudad por ponernos en contacto con Pol y Alba, pero tenemos que aclarar que esta reunión no es la misma que celebran aquí las personas que mueven los hilos de esta ciudad ¿Usted me entiende verdad Pol?...- Pol se quedó de piedra escuchando, si no era la reunión que él esperaba que fuera ¿Quién era aquella gente?- …Este grupo de gente viene de diferentes puntos de España, y faltan personas, es decir Pol y compañía…
-Y socia propietaria señor.- Interrumpió Pol.
-Perdón, socios Pol y Alba, estas personas no mueven…, movemos los hilos de esta ciudad, nosotros movemos los hilos de este país.- A Alba se le abrían los ojos como platos.
-Miren.- Volvía a llamar la atención el más joven.
Pol levantaba la mano pidiendo la palabra, todos callaron.
-¿Exactamente qué quiere decir que mueven los hilos de todo el país?
La señora de su lado le tocó el brazo, Pol la miró.
-Pol, esto te lo explicaremos al final de la cena si hace falta hacerlo, ahora nos interesa saber otras cosas.
-Exactamente Pol, ahora nos interesa saber por ejemplo si su empresa sería capaz de invertir en un tiempo muy corto y sacar buenos beneficios, una buena cantidad de dinero.- Volvía a hablar el más joven.
-¿De cuánto tiempo y dinero hablamos?- Preguntaba Pol.
-Digamos que se les puede dar para invertir durante un mes o mes y medio entre doscientos y uno coma cinco, ¿sacarían ustedes beneficios que valieran la pena?
-A ver, doscientos sinceramente no es una gran cantidad como pueden imaginarse.- Les decía Pol.
-Perdone…- Empezaba a decir aguantándose la risa mientras los demás reían sin pudor.-…estamos hablando de miles o millones. Y eso sería al principio para ver si son capaces de mantener los beneficios que publican, si es así se invertiría bastante más dinero las próximas veces.
Pol se quedó blanco, Alba pensó que no iba a abrir la boca en toda la noche, aquella gente hablaba de unas cantidades que a ella se le atragantaban.
-¡Ah! Y totalmente legal, no piensen que les estamos hablando de hacer una ilegalidad, cualquier cosa que les pidamos siempre serán legales, se pagaran los impuestos correspondientes y lo que haga falta. Otra cosa que se necesitará es que puedan financiar ciertas cosas, negocios, obras y cosas así.
-Para eso ya están los bancos ¿O no?- Preguntó Pol.
-La administración pública.
-No lo entiendo.
-Los bancos no, la administración es quien paga. Le pondré un ejemplo, esta ciudad aprueba construir un puente por ejemplo, se calcula un presupuesto oficial de doscientos millones, y se hacen los trámites para que ese dinero salga del ayuntamiento, la diputación, del gobierno autonómico y del estado. Esos trámites son muy lentos, probablemente se tendrá que esperar a los presupuestos del siguiente año. Pero, si ustedes pueden ir financiando el inicio de las obras se gana mucho tiempo, piensen que el verdadero costo de la obra sería de unos setenta millones en total.
-¿Entonces porque se presupuestan doscientos?- Volvía a preguntar con inocencia Pol.
-Primero, porque antes se hacía con menos margen, y después se tenía que decir que el presupuesto no llegaba y acababa costando más de lo presupuestado, seguro que conocen muchas obras así, el problema es que no tiene buena prensa, por eso es mejor pasarse que no llegar, y otro tema es qué al adelantar el dinero poco a poco, según avancen las obras, ese dinero se lo devolveríamos con un veinticinco por ciento de intereses.
-¿Un veinticinco por ciento?- Saltaba Pol sorprendido.
-Es lo habitual, y repito, todo legal, se firmaría un contrato con las administraciones para que acaben pagando sea como sea. Es decir, si la obra no se lleva a término, o no se acaba por algunos problemas, ustedes se aseguran si no me fallan los cálculos, unos ochenta y siete millones y medio. Comparado con los doscientos que estaban presupuestados, todavía estarían contentos de pagar menos.
-Perdone, pero no lo tengo claro.- Habló Alba por primera vez, pensando que no cumplía su misma palabra de estarse callada.
-Los bancos también tienen un proceso lento y costoso para dejar dinero, pero un inversor no tiene esos problemas.
-Pero, es que nuestro negocio no hace ese tipo de inversiones.- Aclaraba Alba.
-Bueno, pues Inversiones Pol y Alba no tiene porque invertir solo en acciones de bolsa, pueden invertir en otras cosas.
-¿Y los ciento diez millones que sobran? ¿Qué pasa con ellos?- Hacía cuentas Pol.
-Piense que con ustedes se firmaría un contrato por la cantidad que invierten, en este ejemplo setenta millones más intereses.
-Es complicado esto.- Insistía Alba.
-No es nada complicado, de la administración pública van a salir doscientos millones, noventa millones serán para ustedes por haber invertido antes en el proyecto, todo legal, de la otra parte del dinero ustedes no tienen que preocuparse, será para otras cosas que no tendrán nada que ver con vosotros.
-Pero no sería más lógico que ustedes mismo invirtieran y se ganasen los intereses.- Insistía Pol.
-Son minucias Pol, escúcheme bien, si entra en…, este club, -A los demás se les escapaba la risilla otra vez.- Van a multiplicar por mucho el dinero que invertirán en bolsa, entre todos les daremos tanto dinero para invertir, que necesitaran todo ese bonito edifico donde tienen las oficinas ahora lleno de empleados trabajando para ustedes, los convertiremos en la empresa inversora más grande del país, no lo duden, y supongo que ustedes viven de las comisiones que cobran por los beneficios que consiguen para los demás.
-¿Por qué? ¿Por qué nosotros?- Volvía a intervenir Alba.
-Por qué sabemos que son leales, son legales y por que los necesitamos, necesitamos a alguien, o una empresa como es vuestro caso, para hacernos ganar dinero de manera legal y trasparente.
-¿Hacer de tapadera?- Insinuaba Pol.
-No hombre no, ya les he dicho que siempre sería legal todo.
-Qué manía en insistir en la legalidad.- Apuntaba Alba.
La señora le volvió a tocar el brazo a Pol mirando a Alba.
-Ya tenemos demasiadas cosas ilegales jóvenes, sobre todo dinero, necesitamos que alguien nos lo invierta bien, para sacarle el máximo rendimiento al dinero legalizado.
-Y luego llevárselo a cualquier paraíso fiscal.- Confirmaba Pol viendo la jugada.
La señora sonreía como una inocente y adorable ancianita dándole la razón.
-Pero eso sería con los beneficios una vez estuvieran en nuestro poder, es decir, una vez liquidados con vosotros, lo que hagamos después con ese dinero a vosotros os deja fuera de toda sospecha.- Volvía a contestar el señor que parecía hablar por boca de todos.
-¿Y lo de financiar obras o lo que sea?- Se preocupaba Pol.
-Eso es un incentivo para que trabajéis con nosotros. Donde vais a conseguir un veinticinco por ciento de beneficios, ni en las mejores inversiones en bolsa se consiguen tan rápido.
-Eso nos preocupa, invertir tanto dinero sin saber el retorno.- Ahora era Alba la que dudaba.
-Ya se lo he dicho, créame, ustedes nunca perderán nada de lo que financien. Se creen que quien financió alguno de los aeropuertos donde ni llega ni despega ningún avión, porque aquello era una animalada ¿Perdieron su dinero? Fueron los primeros en cobrar, si después la administración no sabe o no puede hacer que sean rentables, no es culpa de nadie…
-Pero lo pagamos entre todos.- Le cortó Alba molesta.
-Tantas cosas pagamos y pagaremos entre todos, está montado así el sistema.
Se volvieron a callar y cambiar de conversación para que recogieran el primer plato y sirvieran el segundo. Cuando volvió a desaparecer todo el servicio…