Una pequeña ciudad. (23 - 24 - 25)

Capítulos XXIII - XXIV - XXV

Capítulo XXIII

Pol y Alba, seguían estirados en la cama después del polvazo inaugural de su nueva relación, descansaban recuperándose, Alba con una cara de ilusionada tremenda, apoyaba su cabeza en el hombro de Pol mirándole la cara.

-Yo sé que poco a poco aprenderé a confiar en ti, y a darte todo el cariño y el amor que te mereces, solo te voy a pedir un poquito de tiempo.- Le decía Pol a Alba.

-Tendrás todo el tiempo que quieras, no me voy a separar de ti para nada.

-¿Para nada?

-Para nada.- Volvía a contestar Alba escuchando la risa de Pol.

-No me extraña que no confiaras en las mujeres, después de lo que te hicieron, es muy feo dejar así a la gente sin una razón.

-Sí que hay una razón, lo que pasa es que yo no quería verla, Nuria dejó de quererme y yo me empeñé en volver con ella, supongo que así pretendía que todo volviera a la normalidad, a no sentirme solo, abandonado sin ningún motivo aparente. De lo que no me di cuenta, es que eso me había creado algo dentro, un trauma, no sé, cogí miedo a las relaciones por temor a que acabaran igual, contigo al principio como amigos me sentía genial, pero cuando me di cuenta que tú buscabas algo más me asusté, por eso te pedí que no nos viéramos más, que disgusto te di, perdóname por favor, te he hecho tanto daño sin pretenderlo, intentando que no te enamoraras de mi, como si eso se pudiera controlar, que imbécil.

-No pasa nada, ya te has dado cuenta que es lo importante.

-Tengo que confesarte algo, el día del cumpleaños de Quique, tuve sexo con Nuria, y otro día también. Algo cambió en ella a partir de aquella tarde.

-Yo sé lo que fue.

-¿Tú lo sabes?

-Nos vio juntos Pol, se dio cuenta que yo estaba enamorada de ti, esas cosas las mujeres lo vemos.

-¡Ah coño! Ahora lo entiendo, pero es muy raro ¿No? ¿Qué quería? ¿Darme esperanzas? ¿Tener la satisfacción de que todavía podía estar conmigo cuando quisiera?

-No lo sé, hay gente que es como el perro del hortelano…

-Ni come ni deja comer.

-Eso mismo.

-Pues al día siguiente tuvo otro disgusto, se enteró que había salido dos o tres veces con Belén.

-¿Belén, no era la amiga que estuvo enganchada con ella toda la fiesta?

-Sí, la misma.- Alba le miró a los ojos.

-¿Por qué saliste con ella y a mí no me hacías caso?- A Pol le cambió la cara, se entristeció.

-Porque ella no significaba nada, podía salir o no salir, me daba igual, bueno, en realidad lo hice para que se enterara Nuria y darle celos, a ver si de esa manera volvía conmigo. Pero tú, tú eras, eres diferente, sabía que acercándome a ti me harías dudar, no estaba preparado, tuvo que intentar quitarme a Quique para abrirme los ojos, y hablarme Laura, ya oíste que supo acabar de desbloquearme, te quiero Alba, me enamoré de ti cuando te vi.

Alba pensaba sonriendo.

-¿Sabes una cosa? Un día que quedamos para cenar, un sábado me parece que era, antes de entrar en tú casa, la cotilla de tú vecina, Lily, me dijo que había visto entrar en esta casa dos o tres veces a una mujer contigo.

-Era ella porque aquí no ha entrado nadie más.

-¿No te acuerdas que estaba muy rara? Que tuve que salir a tomar el aire para tranquilizarme, y después te dije que es que había hablado con mi madre, que ella me había puesto de mala leche.

-¡Hostia sí! No entendía nada, yo estaba contento de cenar y hablar un rato contigo, y entraste fatal.

-Pues no era por mi madre, estaba celosa por lo que me dijo la capulla de la vecina.

Las risas de Pol se oían por toda la casa.

-No te rías tanto que lo pasé muy mal tío.- Pol se giró y le besó los labios con cariño.

-¿Qué tal si nos duchamos? Y luego preparamos algo para cenar y celebramos nuestra nueva situación.- Preguntaba Pol ilusionado.

-¿Cuál es esa nueva situación?- Se cachondeaba Alba.

-Pues que ahora, ya me puedes decir ‘vida’ o ‘cariño’ sin que me asuste y salga corriendo.

-Espero que tú también me llames con cosas cariñosas.

-Sí mi amor…- Alba le atrapó los labios comiéndoselos con los suyos.

-No tienes ni idea de lo contenta que estoy.

-Va, dúchate primero, yo voy a cambiar la cama.

Mientras Alba se duchaba Pol cambiaba las sabanas, cuando entró al cuarto de baño ella se estaba secando, Pol se paró sin hacer nada mirándola, se quedó encandilado mirando el cuerpazo y lo guapa que era con el pelo mojado.

-Todavía no me he hecho a la idea que puedo disfrutar de ese cuerpo.- Alba tenía un sonrisa enorme.

-Puedes disfrutar de él siempre que quieras, y de mis besos también. ¿Me dejarás algo de ropa? Una camiseta por ejemplo.

-¿Ya me estás pidiendo cosas?

-¡Oye!

-Que es broma mujer, dentro del armario verás camisetas, tú misma.

-Es que no quiero ir toda la noche con las misma ropa, quiero  ponerme cómoda, si lo llego a saber me traigo una bolsa con cosas.

Pol se duchaba y no le contestó, Alba pensó que no le había oído. Más tarde bajaron a prepararse la cena, que esta vez dieron cuenta de ella en la mesa del porche, tomando la fresquita.

-Supongo que esta noche dormirás aquí.- Dijo Pol.

-¿Lo supones o me lo estás pidiendo?

-Me haría mucha ilusión que te quedaras amor.

-Si te hace ilusión no te diré nunca que no.

-Pues quédate cada día.

-¡Ya! Así tan rápido…

-Bueno, pues no te quedes, o hazlo cuando tú quieras, cuando te dé la gana.

-¿Lo que yo quiera? Mañana me traslado.

-Eso me gusta más.

-¿Me ayudarás a traer mis cosas?

-Claro ¿Lo dudas?

-Ya vuelves a tener aquella seguridad que me gusta tanto.

Después llegaron las copas.

-Dime una cosa ¿Cómo se te ocurrió lo de volver a Inglaterra?

-Para alejarme de todo, de mi ex, de mis dudas…

-De mí.

Se hizo el silencio, los dos sabían que así era.

-Me hubieras hecho mucho daño, pero no te hubieras librado de mí tan fácil, el día menos esperado me habrías visto por allí.- Pol la miró fijamente.

-¿De verdad lo habrías hecho? ¿Te habría encontrado el día menos pensado por Londres?

-Seguro que sí, si aquí no podíamos estar juntos lo habría probado allí.

-Está claro que estábamos predestinados a acabar juntos.

Los dos reían. Al día siguiente después de desayunar, fueron a buscar ropa y cosas de Alba a su apartamento, luego las colocaron en la casa de Pol, oficialmente ya vivían juntos. Por la noche Mélani aparcó el coche delante de la casa de Pol, del coche de su lado salió una chica.

-¿Laura?

-Hola Mélani, que casualidad.

-Me ha invitado Alba a cenar.

-Y a mí Pol.

-¿Qué raro no?

-Me parece que no es tan raro, creo que sé lo que pasa.

Llamaron a la puerta, les abrió Alba vestida con una camiseta y un pantaloncito para estar cómoda. Mélani se sorprendió, y Laura sonreía porque ya se imaginaba la razón.

-Alba, te veo como muy de estar por tú casa.- Aseguraba Mélani despistada.

-Es que lo estoy.

-No te entiendo.- Decía Mélani mirando a Laura.

-Yo no sé nada.- Le contestaba Laura con una sonrisilla.

-Cenando, hablaremos cenando.- Le respondía Alba.

Pol salió con una bandeja con cuatro cervezas y vasos.

-Vamos chicas, cerveza en el jardín.

Se sentaron en la mesa sirviéndose las cervezas, Mélani miraba a su amiga Alba y a Pol a ver si descubría algo, Laura sonreía. Mélani no aguantó más.

-¿Está todo como siempre o ha cambiado algo?

-Seguro que algo ha cambiado.- Aseguraba Laura.

Pol y Alba se aguantaban la risa mirando a Mélani.

-¿Pero qué es? ¿Qué ha cambiado coño?

-Estamos viviendo juntos.- Le dijo Alba.

-A ver, a ver, viviendo juntos quiere decir…, vivir juntos, lo que se dice vivir juntos, juntos.

-Sí, muy juntos.- Se cachondeaba Pol.

-Venga ya, me estáis tomando el pelo, esto ha sido cosa de Laura, para reíros un rato a mi costa.

-Que no mujer, es verdad, ayer fue la primera noche que dormimos…, juntos, hoy me ha ayudado a traer mis cosas y ya vivo aquí, esta noche volveremos a dormir…, juntos.- Explicaba Alba.

-Muy…, juntos.- Seguía con el cachondeo Pol.

-No puede ser, si hace nada que no había manera de que…

-¿Estuvieran… juntos?- Se apuntaba al cachondeo Laura.

-Que follaran joder, que follaran, parecía que tenían los imanes al revés y se repelían.

-Pues mira, hemos encontrado la manera de cambiarlos de dirección, y ahora nos atraemos.- Reía Pol mientras lo decía.

-No me lo creo, me tomáis el pelo los tres.

Pol le giró la cara a Alba, y le comió la boca intercambiándose las lenguas un buen rato. A Mélani se le abrían los ojos como platos, girando la cabeza mirando a Laura, volviéndola a girar mirándolos a ellos.

-Lo ves, ya los tenemos donde queríamos.- Decía orgullosa Laura.

-Estoy alucinando Laura.

-¿No te explicó Alba lo que pensamos para que pudieran acabar así?- Mélani se puso hasta roja de la cara, pensando que Alba no le había dicho nada.

-Serás zorrona Alba, pensasteis en un plan y no me lo contaste.

-Lo siento, no pensé que funcionara, de verdad, por eso no te dije nada, nunca pensé que saldría bien.

-¿Pero que hicisteis? Porque mira que el tío estaba ‘encabronao’ con lo suyo.

-Mi hermana me hizo ver la realidad, solo eso.- Explicaba Pol mirando con cariño a Laura.

-¿Y eso no sabías verlo tú solo? Alba, siempre te he dicho que este hombre parecía tonto, ahora te lo confirmo, lo es.- Mélani se moría de risa al decirlo.

-¡Eh! No te pases.- Se defendía Pol.

-Tiene razón, cuando se tiene razón no hay que quitarla, si eres tonto nadie tiene la culpa.

Apoyaba Laura a Mélani riendo las tres chicas mirándolo.

-De todas maneras, aunque seas un poco tonto, si algún día no estás bien con esta llámame…- Empezaba diciendo Mélani, cuando Alba le soltó otra patada por debajo de la mesa, que hizo que se levantará Mélani agarrándose la espinilla.

-¡Que zorra eres!- La insultaba Alba cabreada.

-Y tú que puta manía de chutar por debajo de la mesa joder, y que puntería coño.- Se quejaba Mélani.

-Tendrías que haber visto el vestido que me hizo comprar, parecía una puta.

-Y las braguitas, no te olvides de las braguitas.- Le recordaba Mélani volviendo a sentarse.

-¿Tan exagerado era?- Preguntaba riendo Laura.

-A mi me gustó mucho.- Aseguró Pol.

-Claro que te gusto cabroncete, te lo enseñé todo sin mucho esfuerzo…

-Y le acabó arrancando el tanga, anda que no se lo pasó bien el colega.- Le decía Mélani a Laura.

Pol miró a Alba, y esta le hizo una carita de inocente, reconociendo que se lo había explicado a Mélani.

-Desde luego hermanito, no sé que más tenía que hacer la pobre Alba…

-Ella no tenía que hacer nada, ya la miraba sin enseñarme tanto, y me gustaba, me gusta mucho, mucho, pero estaba ‘gilipollao’. Quiero agradeceros que las tres, de alguna manera os preocuparais de mí, ahora lo veo todo más claro gracias a vosotras.

Las tres chicas se quedaron en silencio sin saber que decir. Hasta que habló Mélani.

-Te daría un abrazo, pero no me voy a jugar que me de otra patada la bruta esa que tienes a tú lado.

-Si le abrazas como una amiga no te preocupes, pero como te pases, te envío a tu casa de la patada que te voy a dar en el culo, zorrona.- Reía diciéndoselo Alba.

Se levantaron y Pol abrazó a Mélani y a su hermana, con Alba a parte de un abrazo se entretuvo en besarla agarrándole el culo.

-Vámonos que el fogoso de tú hermano es capaz de follársela aquí mismo.- Le decía a Laura estirando de su mano metiéndose para adentro. Laura reía a carcajadas.

-Bueno, vamos a cenar y a pasarlo bien.- Dijo Alba con sus brazos rodeando el cuello de Pol, y él con sus manos palpándole el culo.

-Con un tío así es fácil pasárselo bien cabrona.- Se oía la voz de Mélani dentro de la casa, después las risas de Laura.

Entre risas y bromas se sentaron a cenar, Pol servía el vino para todos.

-Ya habéis pensado en vuestro futuro ¿O todavía no habéis tenido tiempo de esas pequeñas cosas?- Preguntaba seria Laura.

-¿Estos? Ya me imagino que de momento solo han tenido tiempo para follar y hacer guarradas.- Respondía Mélani, apartando las piernas de debajo de la mesa.- Todos reían.

-Mañana citaré a Alba a una reunión para hablar del tema…- Bromeaba Pol.

-Se reunirán en el tiempo que tendrán libre mientras se la saca del coño para metérsela en el cu…- Laura se tapaba la boca escandalizada.

-¡Mélani! Que te estás pasando de la raya.- Se quejaba Alba levantando la voz, fundiéndola con la mirada, mientras Pol se partía de risa.

-Que bruta es por Dios- Aseguraba Laura riendo.

Entre más risas acabaron de cenar.

-¿Unas copitas para rematar la noche?- Preguntaba Pol.

-Yo mejor me la voy a tomar a otro sitio ¿Te vienes Mélani?

-Donde vamos.- Se apuntó rápido.

-Conozco un sitio que nos vendrá muy bien hoy.- Respondía Laura agarrando su bolso y despidiéndose, luego lo hizo Mélani.

-Nos vamos de copas chicos, no folléis mucho…

Se despedía Mélani agarrando del brazo a Laura. Pol y Alba se miraban uno al otro sorprendidos.

-Se han ‘largao’- Le decía Alba.

-Ya ves ¿Una copita?

-Dale.

Mélani siguió en su coche a Laura, aparcaron y entraron en un local, se pidieron un par de copas y se sentaron en unos taburetes con una mesita redonda alta, a los dos minutos se dieron cuenta que sentados no muy lejos de ellas habían dos hombre que las miraban, Laura bebió de la copa mirando a Mélani, esta le devolvió la mirada y se entendieron a la primera, les parecían bien aquellos dos, Laura les hizo un gesto y ya los tenían sentados con ellas, antes de tomarse media copa salían del local cada una acompañada de uno de los tíos.

Laura se lo llevó al coche y condujo hasta un lugar con más intimidad, lo besó metiéndole mano en el paquete apretándole la polla que le creció muy rápido, le desabrochó el pantalón, le bajo la cremallera y  le sacó la polla pajeándolo, cuando creyó que ya le había crecido lo suficiente, le estiró el asiento para atrás, sacó un condón de su bolso que le puso, se levantó la falda y se sentó encima de él, se separó el tanga y le agarró la polla metiéndosela en un mojado coño que ya tenía a esas alturas, lo cabalgó a su ritmo hasta correrse, se salió de encima, se puso bien el tanga y siguió haciéndole una paja para que él se corriera.

-¿Me  puedes quitar el condón?- Le preguntó el tío para sentir su tacto directamente en la polla.

-¡Sí hombre! Y después me dejarás hecho una mierda el coche cuando te corras, va, espabila que no tengo toda la noche.

Aceleró la paja hasta que se corrió y le quitó el condón tirándolo por la ventanilla.

-Pon bien el asiento y vístete antes de que te deje.- Lo acompañó de vuelta, y cuando el tío salió del coche, pegó un acelerón dejándolo allí.

Mélani caminaba por la calle agarrada del brazo del otro tío.

-¿Quieres venir a mi casa?- Le preguntó ella

-Aquí cerca hay un hotel que está muy bien.

-¿Lo pagas tú?

-Por supuesto.- Respondió él amablemente.

-Pues vamos.

Entraron en la habitación cerrando la puerta, Mélani lo agarró por el cuello besándolo y poco después hacía fuerza para que el tío se arrodillara, le levantó la falda, le bajó las bragas y se le amorró al coño comiéndoselo.

-Muy bien, así, sigue así, pórtate bien y te follaré toda la noche.- Le amenazaba una excitada Mélani.

Laura llegó a su casa, se estiró en el sofá resoplando, pensó en aquella noche y la mano se le metió por debajo de la falda tocándose el coño por encima de un mojado tanga, se lo quitó dejándolo en el suelo, se fue acariciando el clítoris y los labios vaginales, acabó metiéndose dos dedos haciéndose una buena paja para correrse de nuevo.

-Creo que  me tenía que haber corrido otra vez con ese buen hombre y no tener tanta prisa.- Pensaba con una sonrisilla Laura.

Mélani estaba estirada en la cama boca arriba desnuda, con las piernas abiertas y aquel tipo follándosela como si no hubiera mañana, gemía agarrándole el culo apretándoselo todo lo que  podía en cada embestida, se giró poniéndose ella encima, lo cabalgó follándose duro hasta que se corrió, se puso a cuatro patas.

-Vamos sigue, fóllame duro, todo lo que puedas.

El tío se la metió follándola con un ritmo infernal, levantaba la cabeza intentando pensar en otra cosa para no correrse.

-Así, así, más duro, más duro, sigue que me corro…

El tío paró de golpe, Mélani se giró mirándolo, le vio la polla medio flácida y el condón lleno de leche.

-Lo siento no he podido aguantar más.- Se disculpaba él.

-Pues muy mal ¡Eh! muy mal, mucho hotelito pijo, muy caballero, pero a la hora de la verdad no me aguantas ni medio asalto coño.

Se levantó y se iba vistiendo mientras le hablaba.

-Dame un ratito que me  recupere mujer.

-Mira, duérmete, recupérate y espérame sentado.

Se fue dando un portazo, llegó a su casa, se quitó la camisa, el sujetador, seguía caminando quitándose los zapatos, después la falda y por fin las bragas llegando a su cama, se estiró y se hizo una paja de campeonato gritando de gusto.

Por la mañana cuando se despertó tenía un mensaje de Laura.

-¿Qué tal anoche?

-No me aguantó una mierda, tuve que acabármelo yo misma.- Laura se moría de risa.

-Pues acabamos igual tú y yo.- Le contestó.

Alba y Pol dormían como angelitos aquellas horas, no tenían ninguna prisa por despertarse abrazados uno al otro. Alba se fue despertando notando las caricias de Pol por la espalda, la misma mano iba bajando agarrándole el culo, ella se giró con una sonrisilla y la mano se le coló entre los muslos, abrió las piernas todo lo que pudo, facilitando que se le fuera acercando al coño, hasta pasarle un dedito por encima de los labios vaginales poniéndole cara de cachonda, resopló del gustito y notó de pronto la lengua de Pol como le empezaba a comer el chumino, le hizo gritar de placer.

-Pol, eres un marrano ¿Esas son maneras de despertarme?

-Te voy a comer entera, mira que llegas a estar buena.- Fue la única respuesta que obtuvo de un excitado Pol.

Al poco rato el cuerpo le temblaba, la respiración se le aceleraba, las piernas le flojeaban y se corrió en la cara de Pol, que sonreía sin dejar de lamerle el clítoris. Ella se quedó en la cama respirando aceleradamente, él se levantó con una sonrisilla para lavarse la cara y bajar a preparar el desayuno, salió del baño.

-Voy a preparar el desayuno cariño.- Se cachondeaba Pol.

-Me las vas a pagar, esto me lo pagas, mira que el primer o segundo día de conocerte te dije que eras un sinvergüenza, que poco me he equivocado.

Pol la oía bajando las escaleras riendo. Cuando bajó Alba y entró en la cocina, Pol tenía preparada la mesa para desayunar, recibiéndola con una sonrisilla, ella le dio un beso de buenos días y le agarró el culo. Estaban desayunando.

-¿Qué hora es? Nos hemos despertado tarde.- Preguntaba con inocencia Alba.

Pol giró la cabeza, para mirar la hora en un reloj colgado en la pared, Alba se metió debajo de la mesa sin que la viera y le bajó el pantalón sacándole la polla.

-¿Será posible? Hay que ver…

Empezó a decir Pol y no pudo acabar, porque Alba se la estaba chupando con ganas, se agarró a la mesa, miró al techo, Alba le estaba haciendo un trabajo a conciencia, casi se la tragaba toda succionándola al sacársela, tardó muy poco en empezar a gemir y gruñir, ella que se dio cuenta aceleró la  mamada agarrándole la polla con fuerza, Pol se corrió y ella apretó los labios alrededor del capullo bajando  y subiendo la cabeza sin dejar que se le escapara de la boca nada de la corrida, se lo tragó todo y volvió a sentarse en la mesa dándole un trago al café con leche, Pol delante estaba medio estirado en la silla con la cara desencajada del gusto.

-Uno a uno.- Dijo riendo Alba.

-Que poco has tardado en vengarte cabronaza.

-Desayuna bien, que te tienes que recuperar pronto para seguir con nuestros jueguecitos, hoy te voy a destrozar.

-Eso ya lo veremos, a ver quien destroza a quien.

Siguieron desayunando mirándose con una sonrisilla, los dos sabían que ese día iban a follar sin darse tregua.

Capítulo XXIV

Después del desayuno se sentaron en el sofá, Pol agarró a Alba de la mano mirándole a los ojos, la besó dulcemente.

-¿Quieres que nos quedemos en casa hoy cariño?

-Ya te he dicho lo que me apetece mi vida ¿O es qué tienes miedo de no aguantar?

-Vamos a subir a la habitación y no vamos a bajar ni para comer, te voy a tener con las piernas abiertas todo el día.- Alba pensaba en lo que le había dicho Mélani en su momento, ese día lo iba a cumplir, tendría a Pol entre sus piernas sin dejarlo escapar. Sonreían agarrándose de la mano levantándose para ir a la habitación cuando sonó el teléfono de Pol, lo descolgó.

-Hola Ricardo.

-Hola Pol ¿Te lo has pensado mejor?

-Creo que ya quedó claro, no tengo nada que hacer en tú empresa, búscate a otro.

-Me gustaría que si trabajas para otra empresa no vinieras a buscar nuestros clientes.

-No estás en disposición de exigir nada, pero tranquilo, no es mi manera de hacer las cosas.

-¿Y Alba? ¿Sabes algo de ella? Se supone que tendría que estar trabajando y no le hemos visto el pelo por aquí.

-Un momento.- Le pasó el teléfono a Alba sin decirle nada.

-Hola Ricardo, pensaba que estarías en la cárcel ¡Ay no! Que a la gentuza como tú no os encierran aunque abuséis de chicas inocentes, cerdo, eso es lo que eres, un cerdo.- Le devolvió el teléfono a Pol tan tranquila, el se lo puso en la oreja.

-Ha colgado sin despedirse, que mal educado ¿No?- Se cachondeaba Pol.

-Ya se lo he dicho, es un cerdo mal educado.

-Pues me parece que te has quedado sin trabajo cariño.

-¿Quieres decir? Él no ha dicho nada.

Se tronchaban de risa los dos subiendo las escaleras.

El resto de semana estuvieron relajándose, querían tomarse unas vacaciones antes de pensar en el futuro, en lo que sí pensaron fue en invitar en la casa de Pol a todos los amigos a cenar el siguiente viernes, a Pablo con su mujer Marimar, a Abelardo con Lara, Mélani claro, y a Laura, total ocho personas contando con ellos dos, fueron de compras el jueves para que no faltara de nada. El viernes por la mañana estaban los dos desayunando totalmente relajados, no era extraño porque habían follado toda la semana como desesperados.

-¿Tienes alguna idea de lo que harás a partir de ahora?- Le preguntaba Alba a Pol.

-No lo tengo muy claro ¿Y tú?

-Yo he estado pensando en algo, para mí sería como un sueño.

-¿Me lo explicas?

-Más tarde cariño, me lo tengo que acabar de pensar.

Siguieron desayunando sin decir nada. De pronto Pol miró fijamente a Alba, ella le sonreía.

-Dímelo por favor, no puedo más.

-Que poca paciencia tienes ¿Eh?

-Alba por favor.- Ella se reía.

-No sé si decírtelo.- Pol no le contestó quedándose serio.

-¿Te has enfadado?

-Te he pedido una cosa muy sencilla y tú te cachondeas, da igual, es tú vida haz lo que quieras.

Siguieron desayunando en silencio, Alba mosqueada porque no le seguía el cachondeo, él indiferente. Cuando acabó Pol se levantó recogiendo lo que había utilizado, después se disponía a salir de la cocina.

-¿No vas a esperar a que acabe yo?- Se quejaba Alba.

-Tampoco tenemos nada de qué hablar, ya nos veremos por aquí.

-¡No te enfades! Es una broma.

-No me enfado, solo que si no nos comunicamos esperaré otro momento.

-Solo era una broma…- Le decía Alba preocupada, Pol le miró los ojos llorosos y le dio pena verla así, se volvió a sentar con ella cogiéndole las manos.

-¿No lo entiendes?- Dijo Pol mirándole fijamente a los ojos.

-No, yo solo quería hacerte una broma y nada más.

-Alba, imagínate, por decir algo, qué me dices que quieres irte a trabajar a Estados Unidos, yo no podré acompañarte, no puedo abandonar a mi hijo, se acabó nuestra relación, toda la ilusión que tengo contigo en compartir una vida, todo, se va a la mierda, yo volveré a la mierda, te quiero mucho, es lo que tú querías y lo has conseguido, pero no soy libre, es el gran problema que veía en nuestra relación, tú puedes hacer lo que quieras, ir donde quieras, yo no, mi hijo está por delante de todo ¿Lo entiendes ahora?

-Yo…, yo…, yo no pensaba tanto, nunca haría nada que nos pudiera separar, quiero seguir contigo, pensar en el futuro, claro que sí, por eso pensé lo que pensé.

-Y ya veo que no me lo dirás, vale de acuerdo, ya me lo explicarás cuando quieras.

-Montemos un negocio juntos.- Pol la miró con los ojos muy abiertos.- ¿No querías saberlo? Pues en eso había pensado, esa es mi ilusión, tener nuestro propio negocio.

-¿Un negocio? ¿Qué negocio? Yo solo entiendo de una cosa.

-¡Hostia Pol! Sí que es verdad que a veces pareces tonto ¿Eh?- Volvía a reír Alba.

-¿Ya vuelve el cachondeíto?

-Inversiones Pol y Alba ¿Qué te parece el nombre del negocio?

Pol se quedó mudo, la miraba a ella, miraba a un lado, después al otro, agitó la cabeza.

-¡Hostia! En eso no había pensado, no se me había ocurrido, siempre he trabajado para alguien…

-Puede que ya sea el momento de trabajar para ti, que trabajemos para nosotros, experiencia no te falta.- Pol pensaba sin verlo muy claro.

-No lo sé Alba, no sé por dónde empezar.

-De eso me preocupo yo, ya me enteraré que tenemos que hacer para empezar, buscaré un asesor para dar de alta a la empresa.

-Necesitaremos alguien para que lleve la administración y…

-¿Tú hermana Laura no es administrativa?

-¿Pero qué dices? En una empresa se construcción.

-Que mas da de lo que sea la empresa ¿Es administrativa no?

-Sí pero…

-Pero nada, y la recepcionista relaciones públicas también la tengo.

Pol la miraba totalmente incrédulo, no se creía lo que estaba discutiendo.

-¿A quién conoces que tenga mucho palique, sea simpática y trabajadora lo es porque te lo digo yo.

-¡No me jodas!

-Mélani es perfecta para eso.

-¡Madre de Dios Alba!

-¿No lo ves claro?

-Como quieres que…- Pol se ponía las manos en la cabeza callado pensando. Miró a Alba a los ojos.

-No sé si trabajaremos, pero reír reiremos un rato.- Dijo Pol.

Alba se puso de pie, dio la vuelta a la mesa y se sentó en el regazo de Pol besándolo.

-Si lo hacemos no nos arrepentiremos, confía en mí.

-De momento podremos invertir con nuestros ahorros porque otra cosa.

-No tardaremos mucho en tener clientes, te lo aseguro.

-No sé Alba, no sé…

-¿Ya te has quedado tranquilo? Te he dicho lo que soñaba.

-Pues ahora no sé si estoy más tranquilo o más preocupado.

Volvían a reír y se besaron.

Por la tarde empezaron a llegar los invitados, primero Abelardo y Lara que eran los que venían de más lejos, se abrazaron y se sentaron para ponerse al día, Pol les explicó que ya eran pareja con Alba, Abelardo que estaban muy contentos viviendo en medio de la naturaleza.

-¿Vais a volver esta misma noche?- Preguntaba Alba.

-Dormiremos en mi apartamento de aquí en la ciudad y volveremos sin prisas mañana.- Contestaba Lara.

Entonces llegó Mélani que se la presentaron oficialmente a Lara y Abelardo, uniéndose a la conversación. Pol fue a buscar las primeras cervezas de la tarde repartiéndolas, las chicas salieron a la mesa del jardín, los chicos se quedaron dentro.

-¿Así ya no volverás a trabajar por aquí por la ciudad?- Le preguntó Pol a Abelardo.

-En principio no, pero si me sale algo interesante durante unos días tal vez haga el trabajo y nos volvamos a ir. ¿Estás pensando en algo?

-Pues sí, creo que te dejaré un mensaje cuando lo tenga claro, no será inminente.

-¿No sé si podría vivir sola en la montaña?- Dudaba Mélani.

-Sola no estoy, estamos los dos juntos, y te aseguro que no nos aburrimos.- Contestaba una sonriente Lara.

-No, no, seguro que aburrirte no lo haces, a ese hombretón no te lo acabas en un día.- Saltaba Mélani, Alba le daba un golpe en el hombro.

-¿Ya empiezas?- Le recriminaba a su amiga.

-Tiene razón Alba, a Abe cuesta acabárselo, es muy grande ‘todo’ él.

-Ves como tengo razón, debe tener una buena p…

-¡Mélani!- Levantaba la voz Alba llamándole la atención.

-Perdón.

-Tranquilas, no pasa nada, solo os diré que en cualquier sitio no cabe.

Afirmó Lara dejando a Mélani con los ojos abiertos, pensando en el tamaño que debería tener aquello. Entonces llegó Marimar la mujer de Pablo.

-Hola a todas.- Saludó mientras las abrazaba una a una.- Parece que estabais hablando de algo interesante.

-Bueno…- Le contestaba Alba.

-A ver, interesante era.- Confirmaba Mélani, Lara reía y Marimar no sabía de qué iba la cosa.

-Estábamos hablando de que mi pareja, Abe, tiene una buena polla, enorme, les decía que en cualquier sitio no cabe.

-¡Hostia! Empieza bien la tarde.- Decía y reía Marimar.

-Voy a buscarte una cerveza que esto se está desmadrando.- Decía Alba entrando en la casa, se encontró con Pablo que lo abrazó saludándolo.

-¿Están fuera las chicas?- Le preguntó.

-Sí, están muy entretenidas ¿Quieres una cerveza?

-Sí claro.

Alba sacó una cerveza para Pablo y le llevó otra a su mujer.

-¿Entonces, dices que a ti no te cabe?- Preguntaba Mélani cuando Alba salió.

-A mí sí, casi entera porque es muy larga y el coño no me da para más, pero de ancha tendrías que ver cómo me lo dilata, una exageración.

-¿Todavía estáis con eso?- Preguntó Alba al llegar, entregándole la cerveza a Marimar.

-Es que es interesante no creas.- Respondía Marimar, que estaba atenta a lo que decía Lara como si estuviera sentando cátedra.

-¿Y te molesta?- Seguía preguntando Mélani.

-¿Molestarme? Menudas corridas me pego, porque además tengo que reconocer que Abe sabe usarla.

-Voy a tener que dejar esta conversación, me estoy poniendo mala.- Se cachondeaba Mélani.

En ese momento salió Laura con una cerveza en la mano, se encontró a Alba y Mélani riendo, un poco más atrás, Lara le mostraba separando las manos un tamaño de algo, a Marimar que le miraba las manos abriendo los ojos y la boca de la sorpresa.

-¿Qué pasa chicas?- Saludó.

-¡Ay Laura! Ya me han puesto cachonda y acaba de empezar la tarde.- Le contestó Mélani con Alba a su lado partiéndose de risa.

-Ven, ven Laura.- La llamó Marimar, Lara seguía indicando un tamaño con las manos separadas.

-¿Tú crees que puede existir un tamaño así?- Le preguntó mirando las manos de Lara.

-¿Tamaño? ¿De qué?- Laura no sabía que era aquello.

-De la polla nena, de la polla de Abelardo, mira como tiene a Lara de contenta.- Le decía al oído Mélani.

Laura no se lo creía y las demás reían. Salieron los que estaban dentro.

-Mira como ríen, decirnos de qué para reír todos.- Se interesaba Pablo.

-Cariño, son cosas de chica.- Cerró el tema su mujer.

Ellas seguían riendo, mientras se sentaban alrededor de la mesa todos a acabarse las cervezas.

-¿Cómo les va a la parejita? Cuando me lo dijo Laura no me lo creía, mira que os a costado.- Preguntó Marimar.

-Muy bien, ya estamos viviendo juntos.- Contestó Pol.

-Que rápido.- Se sorprendía Pablo.

-Como ha dicho tú mujer nos ha costado lo nuestro, ahora no queremos perder tiempo.- Le respondía Alba.

-El tiempo, lo que se dice el tiempo, seguro que no lo habéis perdido, debéis de haber f…

-¡Mélani!

-Que sí Alba cariño, que me calle o me pegas una patada, ya.

-¿Y qué? ¿Cómo os va la convivencia? Es que yo estoy encantada desde que estoy con Abe.

-Desde luego que se te ve muy bien Lara, pareces otra.- Le decía Pol.

-Soy otra, no lo dudéis.- Contestaba Lara, mientras Abelardo le pasaba un brazo por la espalda acariciándosela, y las demás chicas se reían.

-Pues nosotros, como todas las parejas supongo, muy bien y alguna discusión que hemos tenido ya.- Explicaba Alba.

-No ha sido una discusión mujer, ha sido un mal entendido.- La corregía Pol.

-Es que las discusiones vienen muchas veces por mal entendidos.- Opinaba Marimar.

-Bueno, es que esta…- No se atrevía a explicarla Pol.

Alba le miró a los ojos, indicándole que iba a decirlo, él los cerró suavemente dándole el visto bueno.

-Creo que es mejor que os lo digamos ahora, que más tarde con el vino y las copas ya no tendremos la cabeza tan clara.- Alba acaparó la atención de todos.

-¿No nos dirás que ya estás preñada?

-Desde luego Mélani, es que te gusta que te dé en la espinilla ¡Eh!

-Vale, ya, calladita.

-Mirar, el caso es que hemos decidido con Pol…

-Bueno, en realidad ha sido idea de ella y decisión suya convencerme.- Decía Pol mientras bebía cerveza.

-Ya sabía yo que te hacía falta una mujer en tú vida para que te la organizara un poco.- Reía diciéndolo Laura.

-Ríe, ríe, a ver si luego ríes tanto.- Se cachondeaba su hermano.

-Yo estoy impaciente por saber que es.- Decía Pablo.

-Y yo también.- Comentaba Abelardo.

Todos miraron a Alba, ella se hacía la interesante sonriendo, haciendo un silencio para darle emoción.

-Pol y yo vamos a montar un negocio.

-¡Ah! Es eso, solo eso, que montáis un negocio, yo pensaba que ibais a dar la vuelta al mundo en globo o algo así.- Se cachondeaba Mélani.

-Yo creía que nos ibais a decir que estabais buscando un hermanito para Quique.- Opinaba Laura.

Nadie más decía nada, Alba se sintió decepcionada, esperaba algo más de alegría por parte de los demás. Abelardo se dio cuenta.

-¿Y de qué será ese negocio?

-Eso ¿En qué habéis pensado?- Preguntaba después Pablo.

-Coño de que va a ser ¿De qué entendemos nosotros?- Se había mosqueado Pol.

-Inversiones Pol y Alba ¿Qué os parece?- Anunciaba Alba.

-¡Hostia! ¿Os vais a poner por vuestra cuenta?- Preguntaba Laura no viéndolo muy claro.

-De momento invertiremos nuestros propios ahorros, porque no tenemos ningún cliente.- Reía Pol tan tranquilo.

-¿Y dónde estaréis físicamente trabajando?- Se interesó Marimar.

-La semana que viene lo decidiremos, crearemos la empresa, buscaremos oficinas para alquilar, hablaremos con Abelardo para hacer las reformas y dejarla a nuestro gusto, y esperamos empezar pronto a ser operativos.- Explicaba una emocionada Alba.

-Pol, con nuestros ahorros podéis contar también, los cambiaremos de inversora en cuanto empecéis.- Le dijo Marimar con la confirmación de su marido.

-Y con los míos.- También se unió Abelardo.

-Y los míos.- Dijo después Lara.

-¡Uf! Gracias chicos no me esperaba esto, no os lo hemos dicho para forzaros a cambiar vuestros planes.- Se excusaba Pol.

-Yo, con el único que estoy tranquila dejándole mí dinero es contigo, así que no te preocupes.- Dijo Marimar animando a Pol.

-Yo por desgracia no llego a tener tanto como para poder invertir, tal vez algún día.- Comentaba Laura.

-Lo que pasa, es que vamos a necesitar personal para empezar, al menos una administrativa, para llevar la parte de administración y a una recepcionista para atender a los nuevos clientes.- Comentó Pol, Alba apretaba los labios.

-¿Tu eres administrativa no?- Le preguntaba Marimar a Laura.

-Yo sí.- Respondió sin pensar distraída.

Pol la miraba, Alba la miraba, Marimar al verlos también la miró, Pablo, después Abelardo y Lara, cuando levantó la cabeza Laura, se dio cuenta que todo el mundo la estaba mirando.

-¿Pasa algo? ¿Tengo alguna cosa en la cara?

-Tú hermano y yo queremos que seas tú quien nos ayudes, que seas nuestra primera empleada.

-¡No me jodas! ¿Yo?- Se sorprendía Laura.

-Tú decides.- La alentó su hermano.

-Claro, claro que sí, os pensáis que soy tonta, claro que quiero trabajar con vosotros.

-Al principio no te podremos pagar tanto como estás cobrando ahora, pero te prometo que si todo va bien en un mes te pagaremos comisiones, así compensaremos el sueldo.- Aclaraba Pol.

-Me da igual, estoy harta de donde estoy trabajando ahora.

-Eso mismo me dijo tu hermano cuando lo conocí, pensé que estaba loco, al cabo del mes había cambiado toda la empresa y se ganaban comisiones por todas partes, así que yo confío en él.- La animaba Alba.

-Que suerte nena, me alegro mucho por ti, vamos a brindar, y otro día me tienes que invitar una copa por ahí, haber si tenemos más suerte.- La felicitaba sinceramente Mélani, riendo entre ellas de complicidad por la última parte de la frase, que solo entendían ellas.

Alba miraba a Pol, este sonrió.

-Mélani.

-¿Qué Pol?

-También nos gustaría contar contigo.- Laura la miró ilusionada pensando que trabajarían juntas.

-¡Ah! Es eso, yo pensaba que me ibas a pedir pasar una noche loca conmigo.- Se levantó corriendo de la silla, apartándose de la mesa, un pie de Alba apareció por debajo sin encontrar su destino.

-Me he librado de poco.

-Que cabrona eres, ya te pillaré ya, de momento me voy a pensar si te damos el trabajo a ti o no, porque si te tengo que aguantar todos los días así, no sé si nos convienes.- Amenazaba una cabreada Alba.

Todos reían menos Mélani, que se volvía a sentar muy lentamente, controlando que Alba no le soltara una patada por debajo de la mesa.

-Pues vosotros os lo perderéis, yo soy muy buena en el trato con la gente eh, os puedo promocionar la empresa y tratar a los clientes de maravilla. ‘Hola señor, pase a la sala de espera por favor ¿Desea tomar alguna cosa mientras espera que le atiendan? No se preocupe, usted está en el mejor sitio para cuidar de sus intereses’. ¿Lo ves? Puedo ser muy educada, y hasta tengo el eslogan promocional que tendrá mucho éxito. ‘Invierta en Inversiones Pol y Alba si no quiere que la cuenta corriente se le quede calva’. ¿Qué os parece?

-Que hija de puta estás hecha.

Le decía Alba, mientras se levantaba para abrazarla juntándose con ellas Laura, los demás reían y aplaudían.

-No sé si trabajaremos mucho, pero reír reiremos, aquello será un festival.- Les decía a todos Pol tronchándose de risa.

-Ahora entiendo lo que me has preguntado antes, cuando tengáis las oficinas envíame un mensaje y vendremos  a verlas.- Decía Abelardo a Pol.

-¿Un mensaje?- Preguntaba Pol extrañado.

-Donde vivimos no hay cobertura, en realidad no hay de nada, es una cabaña en medio de la alta montaña, como bajamos al pueblo casi cada día, allí sí que tengo cobertura y me saltan todos los mensajes y llamadas perdidas, el teléfono se vuelve loco.- Explicaba Abelardo.

-Ahora entiendo porque folláis tanto ¿Qué vais a hacer sino?- Dijo Mélani, Abelardo se puso rojo de vergüenza y Lara se partía el culo riendo.

Rieron mucho, como cada vez que se juntaban, cenaron, tomaron sus copas, Laura y Mélani no pararon de brindar por sus nuevos trabajos, cogieron una buena borrachera cada una. Alba les dijo que se quedaran a dormir, de cómo las vio acabar la noche, las dejó a las dos en la cama de matrimonio que había en la otra habitación grande de la casa, mientras iba a su habitación por el pasillo oía gritar a Mélani.

-Si quieres quédate tú con tu cuñada, ya dormiré yo con ese hombre de los ojos tan bonitos.

-Calla japuta, o vuelvo y te lleno la cara de hostias, que facilidad tiene esta mujer para alterarme coño.- Le contestaba gritando Alba.

Las risas se oían por toda la casa y medio barrio a aquellas horas.

Capítulo XXV

El lunes a primera hora, estaban reunidos con un asesor que les explicaba los pasos para crear su empresa, de allí ya salieron con el día y la hora para firmar en el notario, luego pasearon por el centro de la ciudad, buscando unas oficinas que les interesaran, encontraron un nuevo edificio de cristal que les gustó, daba buena imagen de modernidad y limpieza. Pol llamó al número que vieron de información, se fueron a tomar unos cafés para hacer tiempo, y aquella misma mañana pudieron visitar las oficinas. Les encantó, las alquilaban por plantas, entraba mucha luz natural y desde la altura de la última planta tenían vistas de casi toda la ciudad. El comercial les dijo que como era un edificio muy nuevo, lo habían acabado hacía escasamente una semana, se alquilaban oficinas a buen precio, cuando se fuera llenando y quedaran menos plantas por alquilar serían más caras. Barato no era, pero si querían empezar con fuerza en el negocio, tenían que dar una buena imagen, aquel edificio y aquellas oficinas la tenían, así que quedaron para aquella misma semana pagar lo estipulado y firmar el contrato de alquiler. Con todo en marcha regresaban para casa.

-Me gusta lo que hemos encontrado, pero podían haber hecho las oficinas más pequeñas, dos por planta o algo así, serían más baratas.-  Comentaba Pol.

-Piensa que el edificio no es muy ancho ni largo, puede que ahora nos parezca demasiado grande, pero creo que dentro de poco estará llena de gente trabajando y tendremos que ampliar.- Rebatía Alba.

-Igual eres muy optimista.- Se preocupaba Pol.

-O tú muy pesimista.- Contestaba Alba riendo, pensando en las primeras conversaciones que tuvieron cuando se conocieron.

-Ahí me has pillado.- Reía Pol.

-Ese edificio Pol, ese edificio, será entero de la empresa, vamos a ocupar cada una de las plantas, hemos empezado por la última porque es la que tiene mejores vistas, pero tengo la corazonada, que poco a poco iremos bajando las cinco plantas restantes incorporándolas a nuestra empresa, vamos a tener uno de los negocios de inversiones más importantes del país.

-Me parece que estás soñando poniendo el límite muy  alto…

-¿No eres ambicioso Pol? ¿Te falta ambición? Piénsalo, y si quieres triunfar en este negocio sígueme en mis sueños…

-Me las estás devolviendo todas ¡Eh! una a una, que tía.- Reía Pol.

La semana siguiente, subían en el ascensor para visitar la oficina con Abelardo y Lara, se abrió la puerta del ascensor en la última planta, salió Abelardo mirando...

-¡Hostia! Es totalmente diáfana, no hay nada, se sale del ascensor directamente a la oficina y todo es cristal…- Se sorprendía Abelardo.

-A qué es bonita.- Comentaba una sonriente Alba.

-Aquí nos va a tener que echar una mano Lara, yo con la madera muy bien, pero esto va a necesitar otros materiales para que quede bonito.- Seguía diciendo Abelardo.

-A mí me parece que tiene muchas posibilidades Alba.- Lara sacó un bolígrafo y un bloc del bolso y dibujó la forma de la oficina midiendo en pasos las distancias.- Si me dejáis unos días, lo pienso bien y os presentó un proyecto bonito para vuestro negocio.- Pol y Alba la miraban extrañados, Lara les hablaba como si fuera arquitecta.

-Tiene mucha gracia haciendo estas cosas, los trabajos grandes que hago en los pueblos cercanos donde vivimos los proyecta ella, tiene ideas muy buenas que yo luego las hago realidad. Pero aquí, con tanto cristal no sé.- Se tocaba la cabeza Abelardo sin verlo muy claro.

-Mira, os dejamos el proyecto a vosotros, presentarnos algo bonito y un presupuesto para hablarlo, nosotros tenemos que prepararlo todo para que cuando empecemos saber dónde vamos a invertir, hay que empezar con fuerza.- Remataba la conversación un animado Pol.

-Vamos a comer, y os explicaremos los mínimos que necesitamos para empezar.- Dijo Alba, haciendo que los demás entraran de nuevo al ascensor para salir de allí.

A los pocos días recibía Alba un mail de Lara, enviado desde su portátil aprovechando la wifi de la cafetería que desayunaba con Abelardo cuando bajaban al pueblo. Alba rectificó algún despacho haciéndolo más pequeño y amplió la sala de espera y la de reuniones. Un día más tarde Lara enviaba el proyecto rectificado y una lista de materiales, junto con un presupuesto aproximado.

Ese jueves por la noche antes de cenar, Alba recibía una llamada de Laura.

-Hola cuñada.- La saludaba una feliz Alba.

-Hola Alba, escúchame una cosa, mañana Pol irá a buscar a Quique, supongo que tienes muy claro no dejarlo ir solo.

-Claro que no, soy una chica muy bien educada y tengo que ir a presentarme a su ex mujer, ya tengo escogido el vestido y todo, hay que dar buena impresión ¿Verdad?

-Que cuñada más cachonda tengo, muy bien Alba así me gusta, con dos cojones.

-Bueno eso lo tiene tú hermano, yo solo se los cojo prestados de vez en cuando.- Las dos reían.

Al día siguiente se presentaron en la casa de su ex, Nuria les esperaba en la puerta, cuando los vio salir a los dos del coche torció el morro, eso no entraba en sus planes, se acercaron manteniendo una distancia.

-Nuria, te presento a mi pareja Alba.- Nuria la miró cerrando un poco los ojos, no pudo disimular la rabia.

-Ya lo has conseguido nena, felicidades, ya os vi el día del cumpleaños de mi hijo, sabía que estabas deseando atraparlo, debes estar contenta, le has sacado partido a tú físico, seguro que has tenido todos los hombres que has querido, claro que con este te llevas un buen partido…

-Suyo también lo es.- Contestó Alba.

-¿Perdona?- Nuria no sabía por dónde iba Alba.

-Quique, también es hijo suyo, es que me ha parecido que lo decías como si solo fuera tuyo, igual que me ha parecido que insinuabas que era una puta, pues no te preocupes que no lo soy, al menos con los otros hombres, porque a Pol lo quiero tanto que seré la puta que él quiera que sea, se lo doy todo, repito, todo lo que me pide, es más, no hace falta ni que me lo pida, puede cogerlo y usarlo como él quiera sin pedir permiso. Y tienes razón, es muy buen partido, el mejor hombre que he conocido, lástima que una mujer insensible le dejó una herida, pero no te preocupes tampoco por eso, ya la hemos curado muy bien y no se le nota nada, y ya me preocuparé yo personalmente que siga así.

A Nuria le salían rayos por los ojos mirando a Alba con odio, giró la cabeza mirando a Pol, como buscando que la apoyara.

-Tiene razón Nuria, en todo, supongo que has visto que Alba es muy inteligente y tiene mucho desparpajo.

En ese momento salía Quique corriendo tirándose a los brazos de su padre, Alba le cogió la maletita que traía Ernesto al lado de Nuria, mirándola con una sonrisilla. Mientras ella metía la maleta en el maletero, Pol colocaba a Quique en su silla poniéndole el cinturón, Alba se sentó detrás con el niño y se fueron ante la atenta mirada de Nuria y Ernesto.

-Hacen buena pareja.- Comentó Ernesto.

-¡Por qué no te callas!- Contestó Nuria metiéndose en la casa cabreada, mientras Ernesto la miraba por detrás con una sonrisa burlona.

El coche salió de la ciudad encarando la autopista, ya le habían preguntado a Quique que había hecho las dos últimas semanas y escuchado su respuesta.

-¿Por qué te has sentado detrás conmigo? Yo siempre voy solo.- Preguntaba inocentemente Quique a Alba. Ella sacó un juego que le enseñó.

-Porque así puedo jugar contigo, si tú quieres claro.- El niño pegó un grito de alegría y empezaron a jugar, Pol sonreía conduciendo.

-¿Eres la novia de papá?

-Sí.

-Así también serás mi mamá.

-Bueno, eso no es así, tú ya tienes una  mamá que es Nuria.

-Es que me gustaría que si estás con papá también fueras mi mamá.

-¿Te gustaría tener dos mamás Quique?- Le preguntaba Pol

-Claro, así en mí cumple y en navidad tendré más regalos.

-La  madre que lo…- Se le escapaba a Alba riendo.

-¿Lo ves? Es listo como su padre.- Decía Pol sin poder aguantarse la risa.

Un mes más tarde llegaban unos cuantos invitados para inaugurar las oficinas y el negocio, entre ellos los padres de Alba y el hermano con su mujer embarazada. Hacía un par de semanas que se los presentó a Pol, un día fue la niña a la casa de sus padres, después de hablar cuatro cositas les soltó de buenas a primeras que estaba viviendo con un hombre, a la madre casi le da un jamacuco y el padre se tuvo que tomar la tensión, solo una vez cuando era adolescente les presentó un novio, nunca más les habló de otro hombre, sabían que hacía lo que le daba la gana con su vida, incluso llegaron a sospechar que a lo mejor le gustaban las mujeres, porque la veían muy unida a su amiga Mélani, y sí que estaban unidas y se buscaban sus rollos por ahí cuando les interesaba, pero comprometerse nada de nada, hasta que conoció a Pol. Su madre perdió el culo para invitarlos a comer el fin de semana para conocerlo, así fue como Alba oficializó su relación con Pol.

También estaban los padres de Pol, que se conocieron con los de Alba allí mismo, y los amigos, Pablo, su mujer, Laura y Mélani como parte implicada en el proyecto, Abelardo y Lara como los responsables de lo que estaban viendo todos con orgullo. Al entrar directamente desde el ascensor, una recepción en forma de media luna los acogía ocupando la mitad del espacio, dejando un paso por el otro lado, detrás, la recepción estaba separada del resto de la oficina con unos paneles de metacrilato que simulaban cristal opaco, en los paneles estaba escrito el nombre de la empresa, Inversiones Pol y Alba.

-No hubiera estado mejor poner los apellidos, Ríos y Jiménez.- Opinaba el padre de Alba.

-Es que nosotros somos Pol y Alba para todo el mundo papá.- Contestó su hija.

-Hay que modernizarse nene.- Le decía la madre, dándole un pequeño codazo a su marido.

Pasaron por el lado de recepción viendo la sala de espera, muy bien preparada para atender a los clientes, al lado la sala de reuniones, con una mesa de cristal enorme rodeada de sillas con un estilo muy moderno, después el despacho de administración, donde estaría Laura, en medio, la sala general con unas mesas largas enfrentadas para trabajar invirtiendo, en aquellos momentos solo habían dos ordenadores, el resto de las mesas tenían encima cosas para picar y beber. Al final de la oficina, dos despachos gemelos, el de Pol y el de Alba, todos los tabiques menos el del baño eran de cristal, se podían ver todos los despachos, salas de reuniones y espera.

-Esto está precioso.- Comentaba Pablo al resto.

-Gracias a Abelardo y Lara, que fueron quienes tuvieron la idea y se han preocupado de plasmarla.- Les decía Pol.

-Sobre todo a Lara, ella fue quien lo tuvo claro desde el momento que vio este lugar totalmente abierto sin nada.- Corregía Abelardo.

-Lo habéis hecho muy bien chicos, venga, empecemos la merienda que todo esto se tiene que acabar.- Les dijo una entusiasmada Alba.

Se acercaron a las mesas con comida rodeándolas, Pol y Alba abrieron un par de botellas de cava que sacaron de un cubo grande lleno de hielo.

-¿Te gusta la recepción Mélani?- Le preguntaba Lara.

-Sinceramente para mi gusto es un poco sobria, me voy a traer unos cuantos espráis de pintura de colores, le haré un grafiti y acabaré el nombre de la empresa con mi eslogan, ‘Pol y Alba si no invierte con nosotros la cuenta corriente se le quedará calva’.- Todos reían.

-Tú estate quietecita que ya te conocemos.- Comentaba Laura.

-Yo estoy encantada con mi despacho, que vistas, voy a trabajar de lujo ahí.- Seguía diciendo Laura.

-Pues no te distraigas mucho mirando para afuera, que aquí tendremos trabajo guapa.- Le llamaba la atención Mélani.

Comieron y bebieron, el hermano y la cuñada se acercaron a Alba.

-La oficina es preciosa, ahora necesitaréis clientes para mantener todo esto, que no debe ser barato.- Le comentaba el hermano.

-No te preocupes, los tendremos, vendrán y esta sala se quedará pequeña en poco tiempo.

-Es que estaba pensando una cosa ¿Si os encuentro clientes podremos llegar a un acuerdo?- Le preguntó su hermano muy interesado.

Alba avisó a Pol para que se acercara.

-Mi hermano, como sabes es comercial y viaja por todo el país, me estaba preguntando que si nos encontraba clientes que podríamos hacer por él.

-Una comisión, depende de la cantidad que quieran invertir será mayor o menor, eso funciona así.- Respondía Pol.

-Estoy seguro que puedo encontrar gente que querrá invertir con vosotros, cuando estabais en la otra empresa, algunos clientes me preguntaban por ella al saber que estaba en mi ciudad, yo les decía que mi hermana Alba trabajaba allí, y que era una de las responsables de que funcionará tan bien.

-Ahora también podrás hablar de tu cuñado Pol.- Decía riendo Alba.

-Ya me hablaban de él sin conocerlo, la fama le saltaba de ciudad en ciudad.

-Coño, eso sí que no lo sabía.- Se sorprendía Pol.

-Por eso os digo, cuando pueda ir diciendo por ahí que los pesos pesados de Inversiones Escobar ahora trabajan por su cuenta voy a triunfar.

-Tú tráenos clientes y nosotros te haremos ganar mucho dinero, que siempre va bien para criar a quien viene de camino.- Le decía Pol señalándole la barriguita de su mujer.

La gente se fue marchando, muchos abrazos, deseos de que les fuera muy bien, despedidas hasta pronto con los amigos, Lara y Abelardo les hicieron prometer que los irían a visitar a su cabaña, ellos aceptaron por supuesto. Al final se quedaron los cuatro, Alba, Pol, Laura y Mélani. Pol sacó la penúltima botella de cava entre el hielo, agarrando cuatro copas limpias.

-Vamos a hacer nuestro brindis particular.- Animaba Pol a las chicas, que tampoco hacía falta animarlas mucho porque ya lo estaban suficiente, como siempre.

Se sentaron alrededor de una de las mesas y brindaron, los cuatro se miraban con atención la oficina, había quedado espectacular.

-Si cada uno hacemos bien nuestro trabajo esto va a funcionar de maravilla.- Les decía Alba.

-Esperemos que así sea, no me gustaría quedarme sin trabajo.- Seguía Laura.

-Eso, nosotras hemos dejado unos trabajos por vosotros, supongo que lo tenéis claro.- Se preocupaba Mélani.

-Mirad chicas, en muy poco tiempo, tú Laura, serás la directora de administración y tendrás a alguien ayudándote, y tú Mélani, la responsable de recepción, directora de marketing y relaciones públicas. Vamos a crear una gran empresa, lo sé.- Les animaba Alba.

-Ella es así de optimista chicas, será por algo.- Comentaba Pol.

-Y él un poco pesimista, va a salir bien, lo sé, estoy segura y no tardaremos mucho.- Confirmaba Alba.

-Esperemos que así sea.- Dijo Laura levantando la copa.

Brindaron por la empresa y estuvieron hablando de la oficina y sus detalles, cuando se acabaron la botella se levantaron.

-Igual abría que limpiar todo esto un poco.- Observaba Mélani.

-He contratado una empresa que nos hará la limpieza cada día, ya les he avisado que mañana cuando vengan se encontraran con todo esto, ellos lo limpiaran.- Confirmaba Alba caminando en dirección al ascensor.

-¿Lo veis chicas? Todo controlado.- Reía Pol diciéndolo. Se metieron en el ascensor.

-¿Os venís a cenar a casa?- Les preguntaba a Laura y Mélani Alba.

-Sí claro.- Contestó Laura.

-Sí, si me dejas dormir con tu marido.- Alba levantó la mano y le dio un pescozón a Mélani.

-¿Es qué te voy a tener que estar zurrando toda la vida coño?

Los cuatro se meaban de risa.

Cenaron como siempre, con su cachondeo y sus cosas, después Mélani y Laura se fueron, a Alba le quedó claro que Mélani, había encontrado la horma de su zapato con Laura para salir a buscar folleteo. Ellos cerraron la casa y subieron a la habitación, Alba al lado de la cama, besó a Pol metiéndole la mano por dentro del pantalón agarrándola la polla, él la agarró por el culo.

-¿Te gusta mi culo cariño?

-Me encanta, ya lo sabes.

-Desnúdame.

Pol se entretuvo en quitarle la camisa, desabrocharle el sujetador dejándole sueltas las tetas, que también tanto le gustaban, acariciándolas y chupándole los pezones, después le quitó los zapatos  y la falda, se arrodilló bajándole las braguitas lentamente dándole un beso en el chichi, ella le quitó la camisa aprovechando que estaba arrodillado, estirando de ella quitándosela por la cabeza, él se puso de pie desprendiéndose de los zapatos, los pantalones y la ropa interior. Los dos desnudos se dejaron caer en la cama, las manos se les fueron rápidamente a donde les interesaba, ella agarrándole la polla masturbándolo y él a acariciarle el coño. Alba no tardó en ponérsela dura, se giró y se subió encima de él apuntándose y metiéndose la polla dentro de la vagina, iniciando un movimiento de cintura.

-¿Te gusta así mi vida?- Le preguntaba Alba entre gemidos.

-Me encanta todo lo que me haces, ya lo sabes.

Aumentaba el ritmo penetrándose más duramente, él gemía y gruñía, ella le seguía consiguiendo correrse los dos a la vez.

-Vamos a girarnos sin que se salga.- Le pidió Alba.

-¿Así cariño?

-Sí, sí, sigue, sigue.- Ella quería que se le volviera a poner dura.

-No sé si podré.- Le avisaba Pol.

-¿No has visto como tienes a tú putita cariño? Muy abierta de piernas para que te la folles como quieras, para que me folles duro como a ti te gusta.- Notó que se le endurecía metiéndosela profundamente de un golpe seco.

-Así, así, fóllate a tú puta abierta de piernas para ti, dale lo que se merece a pollazos.

-Sí, sí.- Repetía Pol excitándose.

-¿Te gusta que sea tu puta? ¿Qué me deje hacer lo que tú quieras?

-Sí, sí.

-Ya lo sé mi vida, ya te vi la carita cuando se lo dije a Nuria, vi que te gustaba, más duro, fóllame más fuerte, párteme por la mitad.

Pol había recuperado toda la dureza, toda la fuerza y toda la lujuria para seguir follándosela, perdía los papeles dándole caña a la mujer de la que se había enamorado, a aquel monumento hecho persona que tenía debajo, con las piernas muy abiertas y el coño empapado.

-Así me gusta mi vida, reviéntame el coño a pollazos, déjamelo escocido de tanto follarme, que gusto me das,          como me gusta, me voy a correr, me voy a correr meándome de gusto como a ti te gusta.

Alba le seguía animando y excitando entre gemidos y gritos.

-Sí, sí, mes estás volviendo loco mi amor, mi puta.

-Claro que soy tu puta, dímelo, dímelo.

-Eres mi puta, mi putita preciosa.- Le decía Pol totalmente fuera de sí, dando unos golpes de caderas terribles para penetrarla con dureza.

-Me corro, me corro mi vida.

Pol no aguantó más, gritó una especie de graznido extraño y disparó el primer tiro de leche dentro de su coño, ella gritó tensando el cuerpo, se agarró con fuerza a las nalgas de Pol, apretándoselas para que la penetrara con fuerza y se corrió gritando, a la vez que en cada penetrada Pol le disparaba un tiro de semen, ella soltaba otro disparo meándose, saliéndole del coño aquello que fuera que le salía. Cuando acabaron de gritar, Pol calló destrozado encima de ella, con la cara en su cuello y los brazos de Alba rodeándole la espalda, junto con las piernas alrededor de la cintura, estaban tan unidos como si fueran una persona, sintiéndose la respiración acelerada, el olor de la piel sudada, los cuerpos unidos en un nudo. Alba le acariciaba el pelo besándole la cabeza.

-Como sabes satisfacerme mi vida, te quiero tanto.- Le susurraba Alba.

-Me vuelves loco mi amor, me sacas hasta el último aliento.

-¿Te gusta que sea tu putita?

-Cómo no me va a gustar, con las cosas que me dices.

-Lo seré siempre, hasta que tú quieras que lo sea.

-Toda la vida, lo quiero para siempre.- Le decía un Pol enamorado.

Ella lo abrazó más fuerte suspirando.

-No te fallaré, no te defraudaré.- Insistía Alba.

-Lo sé, presiento que así será y espero que lo sea.

Se quedaron abrazados un buen rato más, disfrutando del contacto de sus cuerpos.