Una pequeña ciudad. (14)

Capítulo XIV

La vida seguía para todos, Pol con su trabajo, las visitas de Quique, la relación de amistad con Alba, las cenas de amigos. Lara y Abelardo viéndose cada día, cenando juntos y pegando unos polvos que cada vez eran más espectaculares, los fines de semana los pasaban en la cabaña, ella había conseguido darle un toque más femenino a la casita y Abelardo, Abe como lo llamaba ella, estaba encantado con eso. A la segunda semana de ir juntos Abelardo les confesó en la cena de los jueves a los amigos que se había enamorado de Lara, el comentario de Javier no le sentó muy bien.

-No había otra para hacerlo, porque mira que llega a ser rara esa tía.

-Javier, te aprecio mucho, pero no vuelvas a hacer un comentario así de Lara, no me gustaría acabar mal contigo.- Se hizo un silencio en la mesa, a Javier le quedó muy claro.

-Me alegro mucho si tú eres feliz.- Lo rompió Pol dándole la enhorabuena suavizando el ambiente.

Los demás también lo felicitaron y Javier se disculpó, todo volvió  a su sitio.

Nuria seguía fría con Pol desde que follaron, él intentó varias veces hablar del tema, quería constatar si ella seguía sintiendo algo por él, como lo sentía él por ella, nunca pudo sacarle ni media palabra, al revés, la veía más distanciada que nunca. Belén no volvió a llamarle, Pol llegó a la conclusión que aquella mañana de domingo que desayunaron juntas Nuria y Belén algo había pasado, el cabreo de su ex mujer al llegar a su casa le daba pistas de cómo debió de ir la cosa, seguramente se enteró que se había follado a Belén y no le gustó nada, y era posible que Belén se enterara que también se había follado a Nuria, así que el resultado era que las dos se habían alejado de él.

Pero de ese grupo había dos personas que conspiraban, Mélani y Alba, sobre todo Mélani, el viernes por la noche estuvieron cenando juntas como cada viernes.

-Bueno, ¿has mejorado algo con respecto a Pol?

-Sabes que no, no empecemos con eso.

-¿Cómo que no empecemos con eso, tú eres tonta o qué?

-Mélani por favor, que te conozco.

-Quieres dar el paso de una vez, ¿a qué esperas?, a qué…

-Ya lo sé, a que otra se adelante. Hago lo que puedo, comemos cada día juntos, aprovecho para tocarle la cara a la mínima acariciándosela, no responde, no sé…

-Tienes que provocarlo más, así no llegarás a ningún sitio.

-¡Coño Mélani!, ¿Qué hago? ¿Me tiro encima? ¿Lo violo?

-Casi casi, dices que mañana cenarás en su casa.

-Sí, hemos quedado como tantas veces, comemos algo mientras ponemos en común algunas de las cosas que hemos leído o informaciones que tenemos, luego nos tomamos unas copas y cada uno a su casa contentillos.

-Y tú metiéndote el dedo.

-¡Mélani joder!- Se le escapó levantando la voz a Alba girándose unas cuantas mesas del restaurante.

-Mañana por la mañana quedamos, te voy a llevar a una tienda para que te compres un vestido, después te explicaré yo lo que tienes que hacer, porque nena tú tienes menos luces que un candil apagao.

-Madre mía.- Decía Alba tapándose la cara con la mano.

-Sí, madre mía, tú serás muy lista con eso del dinero para aquí y para allí, pero conseguir follarte a un tío no tienes ni puta idea, te lo digo yo. Mañana nos vemos a las once en el centro comercial, te voy a espabilar Alba, te espabilo como me llamo Mélani.- Alba se tapaba la cara cerrando los ojos pensando en lo que le esperaba.

Así fue, al día siguiente una motivada Mélani guiaba a una no tan motivada Alba por el centro comercial, subieron varias plantas y le hizo entrar en una tienda, Mélani no le dejó mirarse nada, ella misma cogió varios vestidos y se metieron las dos en un probador.

-Hostia Mélani, ¿quieres decir?, me parece que es pasarse un poco.- Le decía Alba mirándose al espejo con el vestido puesto, dos tiras de ropa le tapaban las tetas, evidentemente no podía llevar sujetador, aquello era un escándalo, ella nunca se atrevería a vestir así, además la falda era tan corta que a la que se giraba se le veían las bragas.

-Esto es justo lo que necesitas, se le van a caer los ojos de tanto mirarte.

-Coño, es que no me tapa nada, se lo voy a enseñar todo pero que bien enseñado.

-Pues claro, y si hace falta le coges la cabeza y le metes una teta en la boca tía, de mañana no se escapa.

-Que bruta eres por Dios.

-Y ahora vamos a comprarte ropa interior.

-Ya tengo bragas que ponerme.

-Te vas a comprar un tanga que cuando te lo vea se le va a poner tan tiesa que le saldrá la punta de la polla por el cuello de la camisa.

-¡Joder!- Fue lo único que pudo decir Alba.

Salió del centro comercial con el vestido y el tanga blanco que a Mélani se le antojó. Alba escandalizada solo de pensar en vestirse así.

Ese mismo viernes, volvamos al día anterior, otras dos personas conspiraban contra Pol, Pablo y su mujer Marimar.

-¿Ya has llamado a Pol para invitarlo a cenar esta noche Pablo?

-Que sí, ya te lo confirmé ayer, se lo dije en la cena, ¿Cuánto interés no?

-Quiero hablar contigo de algo.

Agarró de la mano a su marido y se sentaron en el sofá.

-¿Te acuerdas de aquella última noche de vacaciones antes de tener a los niños?

-La famosa última noche en el hotel, anda que no hemos follado pensando en aquel día, estoy seguro que te dejé preñada las dos veces en una noche loca hablando de aquello.- Su mujer sonreía de verlo emocionado.

-Aquella vez fuiste tú quien me lo pidió, ahora quiero pedírtelo yo a ti.- Pablo pensó, iba a hablar y se calló volviendo a pensar, al final abrió la boca dejándola abierta un segundo levantando un dedo.

-Te refieres, a que, a que quieres hacerlo con Pol. No sé si él se prestará.

-Cuando llegue tú disimuladamente se lo explicas, tampoco quiero hacer el ridículo, yo me ocuparé de vestirme lo bastante provocativa, si se niega en redondo me avisas y abortamos la misión.- Los dos rieron con complicidad.

Pol llegó a la puerta de la casa de Pablo aquella noche con una botella de vino para la cena y unos regalitos para los niños, le abrió su amigo, le hizo entrar y salió Marimar a darle dos besos. Le dio la botella de vino y preguntó por sus hijos, le dijeron que aquella noche dormían en la casa de sus abuelos, que no les tenía que haber comprado nada, Pol les respondió que lo hacía por jugar con Quique cuando venía a verlo, que les estaba muy agradecido y eran muy buenos chicos.

-Tomaros una cervecita mientras voy a la cocina a controlar que todo esté bien.- Les dijo Marimar mientras le guiñaba el ojo a su marido.

Pablo fue a buscar dos cervezas y salieron al jardín, ya era primavera y si no hacía frio se estaba bien fuera, brindaron y le dieron el primer trago. Pol se había fijado en Marimar, en todas las veces que la había visto nunca la vio vestida como aquella noche, estaba guapa y atractiva con aquella camisa semi transparente y la minifalda, pensó que al estar en su casa se había puesto cómoda.

-Pol, tengo que decirte algo, a ver cómo te lo digo, si te parece mal, quieres irte, o lo que sea me lo dices y tan amigos…

-Dímelo ya hombre, me tienes en ascuas.

-Marimar quiere provocarte.

-¿Provocarme?, explícame eso.- Preguntaba un sorprendido Pol.

-Se insinuará, puede que te pida que le metas mano, no sé, cosas así.

-Cosas así, ¿y si me pide que me la folle?- Reía mirando a Pablo, esperando su reacción.

-Si ella quiere y tú quieres adelante, llevo mucho tiempo queriendo ver como folla con otro tío, si es contigo a mí no me molesta.

A Pol se le congeló la risa y se quedó en silencio, intentaba provocar en Pablo una reacción contraria, con su comentario le dejó claro que no le importaba mirar cómo le ponían la cornamenta, seguramente se excitaba pensándolo.

-Está bien, pero llegaré hasta donde yo quiera, si ella me pide algo que no me convence lo dejo.

-De acuerdo, y recuerda, por mí no sufras, estoy de acuerdo y me gusta verlo. Acábate la cerveza, voy a ayudarla en la cocina.

Al rato entró en el salón, Pablo acababa de poner unas copas para el vino en la mesa y su mujer salía con una bandeja de comida. Cenaron bebiéndose dos botellas de vino, luego fue Marimar quien dijo que se sentaran en los sofás para tomarse una copa. Pol se sentó, Pablo sacó tres copas de un armario y la botella de ginebra de otro, Marimar salió con una bandeja con un recipiente con cubitos de hielo y varias tónicas, Pablo se sentó también, ella se puso al lado de Pol de pie, se agachó para poner varios cubitos en cada copa, se le levantó la falda dejándole a Pol a un palmo las bragas bien puestas, Pol miró, giró la cabeza y miró a su amigo, este sonrió haciéndole una señal con la cabeza para que no se perdiera detalle del culo de su mujer, ella separó las piernas no fuera que no se hubiera enterado bien, ahora le enseñaba hasta el coño debajo de las bragas, preparó las copas y se sentó al lado de Pol, la falda se le levantó tanto que le enseñaba el triangulito del coño. Brindaron, hablaron y rieron hasta que a Marimar se le ocurrió poner música y pedirle a Pol que bailara con ella, él ya se lo estaba viendo venir, a partir de ese momento empezaba la cosa a ponerse calentita. Marimar le pasó los brazos por el cuello acercándose mucho, él le puso las manos en la cintura, Pablo se recolocaba en el sofá para tener una buena visión de la pareja bailando. Ella le hablaba al oído.

-Una vez, hace muchos años, antes de que nacieran los niños estuvimos de vacaciones en un hotel, el último día que estábamos Pablo me pidió si podía provocar a algún hombre, que le gustaría ver cómo me manoseaba o me metía mano. Al principio no me hizo mucha gracia, pero tengo que reconocer que a medida que avanzaba el juego me fui excitando, estábamos en la pista de baile como estamos ahora tú y yo…

Lee agarró una mano a Pol bajándosela al culo, bien bien en medio de una nalga.

-… el tío me agarró el culo, me lo sobo bien…

Pol se lo amasó agarrándoselo con toda la mano, pensó que lo tenía bastante duro, bajó más las manos y sin querer le apretó con un dedo el coño por detrás. Ella le cogió aquella mano pasándosela por delante, la metió por debajo de la falda y le hizo agarrarle el coño con toda la mano por encima de las bragas. Pablo se movía en el sofá tocándose la polla por encima del pantalón, se le notaba un buen bulto. Pol le frotaba el coño a Marimar, ella cerraba los ojos suspirando.

-… hasta aquí llegó aquel tío, cuando quiso meterme la mano por dentro de las bragas se la aparté y me fui con Pablo, a ti te dejo hacer lo que quieras, tócame Pol por favor.

Le puso los dedos en el borde de las bragas, los metió dentro seguido de todo el resto de la mano, le fue recorriendo el coño notando lo mojada que estaba, ella apretó su boca contra el cuello de Pol gimiendo.

-Pablo, ven aquí.- Le pidió, o mejor dicho, le ordenó a su amigo.

Lo puso delante de Marimar, le agarró una mano y se la metió por dentro de las bragas de su mujer para que le sobara el coño, después cogió una de ella posándola encima del bulto que claramente se le veía a Pablo en la bragueta, Marimar le agarró la polla pajeándola por encima del pantalón, Pablo le hacía una paja a su mujer que hacía que gimiera caliente como una estufa. Pol se fue apartando discretamente, salió por la puerta y la cerró viendo como Pablo había estirado a su mujer en el sofá y le estaba quitando las bragas. Él se fue para su casa con un buen calentón.

Llegó el sábado para Pol, por la mañana se levantó tarde, fue a correr un rato, se duchó y desayunó, estuvo trabajando en su despacho hasta la primera hora de la tarde, se preparó un aperitivo con una cerveza y durmió una buena siesta, pensó que si Alba traía la cena seguro que sería copiosa como siempre. Se acababa de despertar cuando sonó el timbre, era Alba que llegaba más pronto de lo normal, le abrió la puerta y la vio, de pie, con las bolsas de comida en una mano y una sonrisa en la boca, llevaba una especie de gabardina por encima que le sorprendió a Pol, pensó que no hacía tanto frio como para llevar una, lo entendió muy rápido en cuanto se la quitó dentro de su casa. Cuando le vio el vestido se le giraron los ojos, se le abrió la boca sin darse cuenta y se le puso una cara de idiota que Alba tuvo que hacer esfuerzos para no descojonarse de risa delante de él.

-Voy a guardar esto.- Dijo Pol cogiendo las bolsas de comida que Alba había dejado encima de la mesa antes de quitarse la gabardina.

-Vale.- Respondió escuetamente Alba viendo como la mirada de Pol se clavaba en sus tetas sin poder apartarla. Primera parte de la misión completada, pensó Alba al haberlo impresionado.

-He pensado en venir antes para hablar del trabajo, así después podremos cenar tranquilos y tomarnos algunas copas.

-Que buena idea.- Le decía Pol desde la cocina pensando que precisamente esa tarde no iba a ser tranquila de ninguna de las maneras, solo había que ver el vestidito de la nena.

Se sentaron uno delante del otro en el despacho de Pol, cada uno exponía las noticias o empresas que creían que funcionarían bien en bolsa, Pol era como si se hubiera vuelto sordo, no escuchaba nada de lo que Alba le explicaba, ella se levantaba de vez en cuando agachándose para señalarle alguna cosa cayéndole las tetas sujetas in extremis por la escasa tela del vestido, la vista que tenía Pol de ellas era espectacular, como podía ser que teniéndolas tan grandes se le sujetaran tan bien, pensaba Pol mientras Alba le explicaba no se sabía qué de una empresa.

-¿Te has enterado de algo?- Le preguntaba con cierto recochineo Alba viendo como estaba de despistado mirándole las tetas.

-Sí, sí, de todo, de todo, me he enterado de todo.- Confirmaba Pol dando claras señales de todo lo contrario.

-Ya, ya he visto que te has enterado bien.- Se reía Alba, como no se va a enterar con este coño de vestido que me hizo comprar Mélani, si se lo estoy enseñando todo con pelos y señales joder, pensaba ella.

Se tomaron unas cervezas haciendo tiempo, cuando tuvieron hambre pusieron la mesa juntos. Alba abrió un armario alto para coger las copas de vino, lo hizo expresamente para que al levantar los brazos se le subiera el vestido enseñándole a Pol medio culo, de reojo pudo ver como él se lo miraba, al llevar tanga seguro que se enteró bien de cómo lo tenía. Él resoplaba sintiendo que la polla le estaba dando avisos de que se quería poner contenta, ella también resoplaba sintiéndose rara buscando ese tipo de situaciones, en algún momento llegó a pensar como se pudo fiar de los consejos de Mélani. Por otro lado estaba claro que a Pol lo tenía justo donde le dijo su amiga que lo tendría, estaba muy atento con ella sin dejarla sola en ningún momento, claro que con el espectáculo que le estaba montando con aquel vestidito no le extrañaba, se estaba poniendo morao el cabrón.

Prepararon la mesa y sacaron la comida que había traído Alba, cenaron tranquilamente, hablando de cosas dándose una tregua, al menos para ella que tenía muy claro cuál sería el siguiente paso, él seguía sin poder quitarle la vista de las tetas. Cuando acabaron.

-Vamos a limpiar la mesa y nos preparamos unas copitas, la noche es larga.- Decía Alba.

Pol se levantó cogiendo la botella de vino, las copas y las servilletas metiéndose en la cocina, ella se mordió el labio superior, se levantó de la mesa y se acercó a un mueble bajo donde sabía que Pol guardaba las copas para el gin tonic, esperó que él saliera de la cocina y se agachó abriendo el armario, se entretuvo en coger las copas para que él se pudiera percatar y enterarse bien de que la falda se le había subido enseñándole el tanga, como era transparente seguro que se le había visto todo el coño, él cogió los platos y lo cubiertos de encima de la mesa sin mirar, la vista la tenía fija en otro sitio, cuando ella se levantó caminó con los platos en la mano mirando la puerta de la cocina disimulando. Alba pensaba, ya me ha visto las tetas, el culo y ahora el coño, no sé que espera este hombre para tirarse encima. Él en la cocina se apoyaba en la encimera pasándose la mano por la cara, no se podía creer lo que le estaba haciendo Alba esa tarde, además coincidía con la noche anterior con Pablo y su mujer que ya lo dejó calentito, se colocó bien la polla para disimular, le estaba creciendo por momentos.

Llevaban un rato tomándose las copas haciendo bromas riéndose, Alba le estaba dando tiempo y él no reaccionaba, cerró los ojos pensando que no tendría más remedio que llevar la misión hasta el final, esperaba no tener que llegar a ese extremo. Ya se lo avisó su amiga Mélani, con este hombre tendrás que ponerlo todo de tu parte, le dijo, y por desgracia no se equivocó.

Alba respiró profundamente cogiendo fuerzas, se levantó, se apoyó con el codo en la mesa volviéndole a dejar las tetas delante de los morros a Pol, le acarició la cara como si le quitara algo que realmente no tenía, le miró a los ojos.

-Llevas toda la tarde sin dejar de mirarme las tetas.

-¿Quieres decir?, no me he dado cuenta.- Respondía Pol intentando disimular nervioso.

Alba mordiéndose el labio le ponía la mano por detrás del cuello acercándole la cabeza.

-Cómetelas.

-¡Alba!, ¿qué estás diciendo?

-Que te las comas, que lo estás deseando y no sé por qué coño de razón no lo has hecho ya, te las he enseñado, el culo también y para acabar hasta el coño, y tú sin inmutarte, ya estoy cansada de esperar, si no te lanzas tú lo haré yo.

Se separó la tela que le cubría una de las tetas, Pol vio un pezón precioso que se le metía en la boca al presionarle ella el cogote con la mano, lo lamió, chupó y mamó. Con la otra mano le separó la ropa de la otra teta agarrándosela amasándola, Alba gimió, por fin, por fin tenía a Pol donde tantas veces había soñado y se había masturbado pensándolo, le estaba comiendo las tetas y estaba segura que aquello no se pararía allí. Pol levantó la cabeza, se miraron a los ojos y se engancharon por los labios entregándose las lenguas, las bocas se abrían, las lengua se retorcían, la mano de Alba acariciaba la cara de Pol, las de él le agarraban las tetas acariciándolas y amasándolas. Pol cogió las copas poniéndolas en una mesita donde había una lámpara.

-Súbete a la mesa.- Alba no perdió el tiempo subiendo las rodillas encima.

Él le agarró la cintura tirando de ella, le puso el culo en el borde de la mesa, el vestido se le arremangó hasta las caderas, Pol le miró el tanga blanco transparente viéndole la rajita del coño, se lo agarró por los lados pegándole un tirón arrancándoselo, aquello puso a Alba más caliente de lo que iba, abrió las piernas ofreciéndole el coño bien abierto, Pol se sentó en la silla y se tiró literalmente a comerle el chumino, le pegaba unos lametazos que ella gritaba apoyada en sus codos mirándolo como se lo comía, como intentaba meterle la lengua en el agujero, como le succionaba el clítoris proporcionándole un placer inmenso, mucho mejor que sus juguetes pensaba ella torciendo y poniendo los ojos en blanco. Pol se levantó quitándose la camiseta, se desabrochaba el pantalón y ella le bajaba la cremallera de la bragueta, se los bajó junto a la ropa interior, Alba le agarró la polla pajeándola mientras se entregaban las lenguas una vez más, se la acercaba a la entrada de su vagina para que la penetrara.

-Un condón, ¿necesitamos un condón?- Preguntaba Pol.

-No hace falta, confío en ti y yo estoy protegida, métela que me tienes ardiendo.

Estiró de ella para que sacara el culo un poco de la mesa abriéndole las piernas, Alba en ese momento se había encarado la punta en el agujerito, Pol con un golpe de cintura se le metió hasta el fondo, los dos gritaron excitados, ella lo miraba con los ojos encendidos de pasión, él no se creía que se estuviera follando semejante cuerpo, era un espectáculo, un homenaje a la belleza. Pol se fue animando, golpeando con más fuerza cada vez que la penetraba, ella gritaba, se sujetaba a la mesa apretando con las manos por los lados, los ojos se le ponían en blanco, Alba intentaba decir algo que no se le entendía con tanto gemido y grito, Pol solo llegó a escuchar algo parecido a…

-Me corro, me corro, cuidado…

Y así fue, se corrió moviendo todo el cuerpo dándole espasmos, los ojos en blanco que parecía que estaba poseída y en medio del orgasmo soltó una eyaculación vaginal a la vez que se meaba de gusto, intentaba taparse el coño con una mano pero el líquido salía por todos lados, Pol tenía los ojos abiertos como platos, nunca en su vida había visto algo parecido.

-Lo siento, lo siento, que vergüenza, quería avisarte pero no he tenido tiempo.- Intentaba justificarse Alba.

Pol la agarró de nuevo, la puso de pie delante de él, la volvió a besar con pasión, le dio media vuelta apoyándole las tetas en la mesa, le separó las piernas dejándole el culo en pompa, se agarró la polla apuntándole la punta en la entrada de la vagina y le pegó un pollazo empotrándola que la mesa se movió un palmo crujiendo que parecía que se iba a romper, el grito de gusto de Alba fue terrible, se dio cuenta que a Pol le gustaba follar duro, que no pedía permiso y hacía lo que él quería, lo veía excitado, muy excitado, se la metía una vez tras de otra con golpes duros chocando contra su culo, rugía y gemía como un animal, a ella eso la ponía a mil, se había hecho mil ideas diferentes de cómo follaría Pol, esa precisamente no la contempló, que fuera tan duro follando a la vez que romántico, o eso le parecía a ella la tenía despistada. Como amigo era muy cariñoso y dulce, se había imaginado que también lo sería en la cama, pero lo que estaba viviendo en ese momento le decía que no lo era, o tal vez era por la situación, tal vez porque llevaba demasiado tiempo sin hacerlo, vete a saber pensó Alba. Le volvía a subir el placer, los ojos se le ponían en blanco de nuevo, sabía que de un momento a otro se iba a correr, se agarró otra vez con fuerza a la mesa cuando notó el primer espasmo, abrió todo lo que pudo la boca para gritar de gusto, las piernas le temblaban, él seguía machacándole el coño a pollazos y se dejó ir, le dio igual lo que pasara, se corrió, dejó salir todo el flujo que saliera de la vagina y se meo a gusto del placer que aquel hombre impulsivo le proporcionaba gimiendo y gruñendo.

Cuando ella se relajó él se la sacó lentamente, le acarició las nalgas, las caderas y las piernas, le dio un beso en la espalda cariñoso acariciándola, aquello si le gusto mucho a Alba, se parecía más al Pol que ella conocía, se levantó de la mesa, se giró y se arrodilló delante de él, le agarró la polla y se la metió en la boca, la chupó sintiendo el sabor a su propio coño, él gimió, empezó a succionarla casi con toda dentro, Pol pegó un grito.

-Con eso no puedo, no me aguanto, me voy a correr, Alba por favor.

A ella se le escapaba una sonrisilla de oírlo, siguió más fuerte y de pronto notó el primer lechazo en la garganta, se lo tragó siguiendo con los movimientos arriba y abajo, Pol estaba totalmente alocado corriéndose, le salía tanto semen que Alba no pudo tragárselo a tiempo, le empezó a salir por los lados de la boca, eso a Pol todavía lo ponía más cachondo, se corrió lo que pudo y más, Alba lo dejó totalmente seco.

Se dejó caer en el sofá mientras Alba se colocaba bien el vestido como podía, del tanga ni se preocupó, sabía que debía estar por ahí destrozado.

-¿Todo bien Pol, quieres qué hablemos?- Preguntaba Alba.

-Todo muy bien, pero tengo que reconocerte que estoy un poco despistado, ahora mismo no sé qué pensar, mejor hablamos en otro momento si no te importa.

-Creo que será mejor que te deje solo, hasta mañana Pol.

-Adiós Alba, mañana nos vemos.

Alba llegó a su casa, se dio una ducha y se estiró en el sofá, cogió el móvil y le envió un mensaje a Mélani.

-Se acabó la noche.

-¿Cómo ha ido?- Le contestó rápidamente la amiga.

-¡Ah no!, no pienso decirte nada.

-Va, porfa.

-Que no.

-Solo un poquito, algún detallito para hacerme una idea.

-No.

-Venga va, no me dejes así.

-El tanga que tanto te gustó y que hiciste que me comprara ya no existe, me lo ha arrancado y lo ha destrozado.

-¡Guauuuuuuuuu!, mañana por la tarde nos vemos, me lo tienes que contar todo.

-Ni hablar.

-Y tanto, vendré a tú casa

-Que no coño.

-Traeré pizza y cenamos.

-Que pesada eres de verdad.

-Hasta mañana.

Alba dejó el móvil, se recostó en el sofá y cerró los ojos, ya se esperaba algún tipo de reacción por parte de Pol, ella sabía que seguía enamorado de su mujer, incluso seguramente el polvazo de aquella noche para él no fuera tan bueno, puede que tuviera remordimientos o peor todavía, que se la follara pensando en su ex mujer. Bueno, lo importante es que había dado un paso importante, a partir de ese momento la relación con él sería diferente, no estaba segura de si sería mejor o peor, pero diferente seguro.

Pol se duchó y volvió a bajar al salón para recoger lo que quedaba de la cena, las copas y eso, cuando acabó se sentó en el sofá, miró al techo, por primera vez había sentido algo diferente follando con otra que no fuera Nuria, no sabía si era por la manera tan espectacular que tenía de correrse Alba, o por lo guapa que era, o por lo que fuera pero había sido diferente, se excitó con su cuerpo, se puso a mil con las reacciones de Alba follando y se corrió como un animal en su boca, de puta madre. De puta madre pero ahora tenía un lio en la cabeza de la hostia.