Una pequeña ciudad. (10)

Capítulo X

Javier se encontró una tarde con Pablo, se estaban tomando unas cervezas.

-He pensado que la cena de este jueves podría ser diferente.- Comentaba Pablo.

-¿Diferente, en qué diferente?

-Con parejas, mi mujer hace días que me está dando la lata con nuestras cenas, que le gustaría venir a una, la escusa es que le gustaría conocer a Pol, sabe que es quien nos invierte los ahorros y quiere conocerlo, yo que sé, pues he pensado en hacer una con parejas y lo arreglo.

-Pero hombre, si ninguno de nosotros tiene pareja menos tú.

-Yo le busco una chica a Pol, bueno, de hecho ya la tengo, es la nueva directora de enfermería…

-¿Que dices?, esa con la que tuviste tú rollito.

-Lo tuve antes de conocer a mi mujer, no me jodas Javier, como se entere mi mujer que fui yo quien la llamó para que viniera a trabajar al hospital y que habíamos tenido algo me mata.

-Tranquilo, no saldrá de mi boca. Vale, para Pol tienes, y para Abelardo y para mí.

-Para vosotros es más difícil encontrar a alguien, sabes qué, hacéis de pareja uno del otro.- Pablo se moría de risa.

-Cada día estás más loco tío.

-No pasa nada hombre, es para que pueda venir mi mujer y no se encuentre desplazada, si hay otra chica estará más cómoda, yo llamaré a Pol para decírselo.

Cuando habló Pablo con Pol y le dijo como iba a ser la cena de aquella semana alucinó, como se lo pedía un amigo suyo no quiso negarse, si tenía que conocer a una chica pues la conocería, tampoco pasaba nada por hacerlo.

Quedaron en un buen restaurante, se hicieron las debidas presentaciones y se sentaron dejando a Belén al lado de Pol. Belén se había presentado arregladita para la ocasión y sin demasiadas expectativas, solo iba a conocer al ex marido de su amiga Nuria, ella siempre le había dicho que era muy guapo pero conociendo lo exagerada que era no confiaba mucho en su gusto. Solo fue verlo, estrecharle la mano mirándole a los ojos y pensar que su amiga no había exagerado nada, le pareció un tío muy interesante, incluso le despertó el interés que durante tanto tiempo había tenido dormido sobre los hombres. Pol aquella noche, como todas las demás, se había vestido de manera informal, le parecía gracioso que su amigo Pablo le hubiera preparado una cita a ciegas, sin ningún compromiso como le había dicho cuando habló con él, pero era una cita, y eso le hacía gracia, al ver a Belén pensó que su amigo había tenido muy buen gusto al escogerle la pareja para aquella noche, la chica era impresionante, el contacto de su mano y la mirada lo cautivó, le creó un pequeño interés.

La mujer de su amigo una vez sentados en la mesa fue la primera en hablar.

-Pues ya tenía yo ganas de conocer al gurú de las inversiones.

-Muchas gracias, pero no me considero nada especial, solo es trabajo y estar atento.- Le respondía con humildad Pol.

-Este hombre siempre será igual, desde que él llegó esta ciudad es diferente, está más alegre, solo hay que ver a la gente por la calle, todos sonríen pensando en los beneficios que Pol les proporciona.-Decía riendo Javier dirigiéndose a los demás.

-Que exagerado eres. - Intentaba excusarse Pol.

-Tiene razón, a mí me pasa, desde que nos inviertes los ahorros nos están dando más beneficios que dejándolos en el banco que son todos unos ladrones, Belén si tienes algo ahorrado y quieres invertirlo bien habla con Pol, vale la pena.- Confirmaba la mujer de Pablo.

-Ya veo que lo admiráis mucho.- Decía Belén.

-Es la misma persona de toda la vida, tan buen tío como cuando éramos unos críos. –Confirmaba con su voz ronca Abelardo.

La cena fue muy agradable, Belén se dio cuenta que Pol era el centro de atención, la mujer de Pablo no paraba de hacerle preguntas que él pacientemente le contestaba. Le pareció un grupo muy interesante y todos parecían muy agradables y atentos con los otros. Después fueron a tomar una copa a un local con música, se las fueron ingeniando dirigidos por la mujer de Pablo para irse separando y dejar a Belén y Pol solos. Sentados en unos taburetes hablaban.

-Te admiran mucho tus amigos.- Insistía Belén.

-Son mis mejores amigos, eso no tiene mérito.

-Tal vez tendríamos que hablar algún día de mis ahorros, ¿hay una cantidad mínima para invertir o puede hacerlo cualquiera?

-Puede hacerlo cualquiera, pero yo siempre aconsejo que no se invierta todo, solo una parte. Si tenemos algún revés pueden quedar las acciones congeladas un tiempo esperando que se recuperen, esas cosas pueden pasar.

-Por lo visto contigo nunca pasa.

-Intento ser precavido y cuando intuyo que pueden tener un retroceso vendo y compro por otro lado, ese es mi trabajo.

Hubo un silencio mirándose a los ojos mientras los dos bebían de sus copas.

-Tengo que confesarte algo.

Otro silencio, Belén pensando como decírselo, Pol sorprendido porque tuviera que confesarle alguna cosa alguien que no conocía de nada.

-Soy amiga de Nuria, tu ex mujer

-¡Hostia!- Soltó Pol sin pensarlo.

-Trabajábamos juntas en el hospital que estaba antes.

-¡Coño!, eso sí que es una sorpresa.- Volvía a exclamar Pol sorprendido.

-Perdóname por no decírtelo hasta ahora, pero yo sí que sabía quién eras.

-Quieres decir que con Nuria lo habíais hablado.

-Sí, en cuanto le dije que venía a trabajar a este hospital me habló de ti.

-Supongo que no muy bien.

-Ni bien, ni mal, ni todo lo contrario.

Pol la miraba abriendo y cerrando los parpados, no la había entendido.

-Que me habló de ti y nada más, me dijo que vivías aquí. Luego me enteré que eras amigo de Pablo y me apunté a la cena en cuanto me dijo que tú también estarías.

-¿Por qué?- Preguntaba sorprendido otra vez Pol.

-Tengo que reconocer que tenía cierto morbillo en conocerte.

-¿A mí?

-Sí hombre, Nuria me había dicho tantas veces que eras tan guapo, tan guapo, que al final ya tenía ganas de verte y todo.

-Pues ya ves lo que hay, no será para tanto.

Otro silencio aprovechado por los dos para darle otro trago a la copa mientras se miraban a los ojos.

-Lo eres mucho más de lo que me esperaba.- Pol casi se atraganta.

-¿El qué?

-Guapo, que eres más guapo de lo que me esperaba, Nuria siempre me decía que si tú hubieras trabajado en el hospital que estábamos las enfermeras se te hubieran tirado encima, es que allí estaban todas muy… muy… calentitas vamos y nosotras nos cachondeábamos un poquito de ellas. Yo pensaba que exageraba, pero ahora que te veo, creo que tenía razón, te hubieran comido enterito.

-Venga, venga, por favor, la que se cachondea eres tú de mí ahora.

-Pues yo te comía ahora mismo esa boca tan bonita que tienes.

-¡Joder Belén!

-¡Uy perdona!, me parece que he bebido demasiado.

Pol estaba en shock, nunca le habían hablado así.

-Perdóname, de verdad, yo no soy así, debe ser el alcohol que me ha soltado la lengua.

-Tranquila, yo te perdono lo que sea, es que me has sorprendido mucho.

-Me gustaría salir a cenar algún día y hablar con más tranquilidad, porque tengo la sensación de que hoy no estoy muy inspirada para conversar.

-Creo que será lo mejor, nos damos los teléfonos y nos llamamos.- Acabó diciendo Pol más tranquilo.

Ella le hizo una llamada perdida al teléfono que él le dijo y después lo guardó en sus contactos. Se acercaron los demás para decirles que ya se iban, se levantaron y se fueron todos. Pol conduciendo para su casa pensaba en todo lo ocurrido, no se podía creer que le hubieran tirado los tejos de esa manera. Belén también conducía, tuvo que parar el coche para pasarse las manos por la cara, cómo había podido decirle a aquel hombre que le comería la boca allí mismo conociéndolo aquella misma noche, Nuria le había pedido que se enterara de todo lo que hacía, pero besarlo y ves a saber lo que hubiera pasado después no creía que estuviera en la idea de su ex mujer. Que le gustaba estaba claro, de físico y por la seguridad que desprendía, llegar a algo más no podía ser, para qué complicarse la vida.

Durante el fin de semana llamó a Nuria para ponerla al día, explicarle que lo había conocido, habían salido con sus amigos y que estaba sin pareja, a insistencia de Nuria le dijo que no lo veía con ganas de conocer a nadie, ni mucho menos liarse a convivir con alguna mujer, vivía para su trabajo y nada más.

El lunes de la siguiente semana Pol llamó a Belén.

-¿Pol, eres tú?

-Si guardaste bien mi teléfono sabes que sí.

-Es que me ha sorprendido que me llamaras tan pronto.

-Había pensado en esperar un año, pero me ha parecido demasiado tiempo, ¿tú qué opinas?- Belén reía.

-Que mañana puede ser un buen día para cenar.

-Eso mismo he pensado yo. ¿Por donde te paso a buscar?

-Que galante.

-Siempre, envíame la localización y a las nueve allí estaré.

-Vale, mañana te lo envío.

-Gracias, hasta mañana Belén.

-Hasta mañana Pol.

Belén colgó y pensó en la seguridad con la que había quedado Pol con ella, sin decir nada más de la cuenta, haciendo alguna bromilla y confirmando lugar y hora, con su voz y actitud habían quedado sin que ella llegara a pensárselo, y todavía peor, ella misma había sido quien decidiera el día con la broma de Pol. Así que al día siguiente Pol seguía el gps del coche para ir a buscar a Belén, cuando llegó a su destino la llamó, ella le confirmó que bajaría en un momento y sin demasiado retraso la vio salir de la portería del bloque. Si cuando la conoció iba arregladilla, aquella noche se había vestido, peinado y maquillado a conciencia, estaba preciosa, tardó bastante tiempo en encontrar la ropa que ella pensó que era la adecuada para aquella noche, primero porque llevaba la idea que simplemente iba a cenar y tomar una copa sin más pretensiones, después pensó, tal vez podría jugar un poquito con él y vestirme más atrevida, y finalmente acabó por hacerlo de una manera que ofrecía una buena vista de sus atributos, buenas caderas, buen culo y unas tetas muy resultonas, lo difícil fue hacerlo sin parecer vulgar y chabacana, con cierta elegancia, igual que el maquillaje para conseguir resaltar sus ojos o labios. Pol abrió y cerró varias veces los ojos para asegurarse que lo que estaba viendo era cierto, salió un poco precipitado del coche para saludarla con dos besos que ella buscó darle y abrirle la puerta.

-¿Estás bien?- Preguntaba una sonriente Belén después de darse cuenta de la reacción de Pol al verla, dio por bueno todo el tiempo que ocupó en prepararse para la cita.

-Sí, ¿por qué lo preguntas, me ves mala cara o algo?

-No, por la forma que me mirabas.

-Es que no me lo esperaba.

-¿El qué?- Pol le sonrió, vio por donde quería ir ella.

-Quieres que te diga lo que pienso sinceramente de ti, de cómo te veo.

-Por favor.

-Estás guapísima, pero creo que tú ya lo sabes.

-Siempre nos gusta que nos lo reconozcan.

-Pues yo te lo reconozco sin ningún problema, te has puesto muy guapa, te agradezco que te hayas preocupado de tú imagen para salir conmigo.- Belén giraba la cabeza sonriendo, aquel agradecimiento a su esfuerzo aquella tarde para ponerse guapa le llegó al alma.

Fueron a cenar, estuvieron hablando de diferentes temas conociéndose mejor, hasta que Belén consiguió sacar a Nuria en la conversación.

-¿Cómo te llevas con ella?

-Bien, es la madre de mí hijo, me tengo que llevar bien por Quique.

-Suena como si lo estuvieras forzando, como si hicieras un sacrificio para conseguirlo.

-No, no, todo lo contrario, ella es muy dulce y lo facilita.

-¡Uy!, hablar bien de la ex no es muy normal.

-Pues yo no tengo ningún problema en hacerlo.

-Parece que tampoco tendrías problemas en volver con ella.

Ahí Pol hizo un pequeño parón mirándola, Belén se dio cuenta que había tocado un tema delicado.

-El tiempo lo dirá, ahora las cosas están como están.- Dijo Pol queriendo cerrar el tema. Belén también se dio cuenta de que Pol no quería seguir hablando de Nuria.

Se disculpó para ir al baño, desde allí le envió un mensaje a Nuria.

-No te ha olvidado, yo diría que hasta te sigue queriendo.

Nuria al leerlo levantó la vista al techo sonriendo, le agradeció a su amiga lo que estaba haciendo y se despidieron.

Acabaron de cenar, Pol le preguntó a Belén si le apetecía una copa antes de acabar la noche.

-No sé, puede que luego se haga demasiado tarde.

-Vale, pues te llevo a tú casa, ya me tomaré la copa cuando llegue a la mía.- Belén lo miraba en silencio pensando, sonrió.

-Me gustaría ver tú casa.- Pol se sorprendió. -Nos tomamos la copa en tú casa.- Insistió Belén.

Pol aceptó y Belén pensó que si tenía que recabar información sobre él para Nuria que mejor que hacerlo en su casa, en un lugar tan íntimo se conoce mejor a las personas.

Lily cuando escuchó el ruido del coche de Pol separó con cuidado la cortina de una de las ventanas mirando fuera, lo vio llegando a su casa acompañado de una mujer que no conocía.

Entraron en la casa, Pol le preguntó que quería beber amablemente, ella distraída le contestó que lo mismo que él, entró en la cocina a preparar dos gin tonics, mientras Belén paseaba por el salón mirando detalles de la casa y fotos, sobre todo fotos, vio varias donde salía su hijo Quique, y alguna donde también estaba Nuria acompañando a su hijo, Pol las tenía porque los días que estaba su hijo con él viera que su madre seguía estando cerca. En un marco digital iban cambiando las fotos automáticamente, Belén se paró delante, salía alguna más de su hijo y muchas de otra gente, una comida donde se veían varias personas que no conocía, al lado de Pol una chica increíblemente guapa, eran del aperitivo de celebración que invitó Pol en el trabajo, otras de cenas con sus amigos, reconoció a Pablo, Javier y Abelardo junto a Pol.

Salió con las bebidas y la vio mirando como cambiaban las fotos en el marco.

-Esas son las últimas fotos que tengo, algunas de Quique cuando viene los fines de semana y otras de amigos y trabajo.- Belén cogió la bebida de la mano de Pol y se sentaron en el sofá.

-Veo que también tienes alguna de Nuria.

-Es la madre de Quique, a él le gusta verla aquí. Bueno, ya está bien de hablar de mí, ¿y de ti que me cuentas?

-¿Qué quieres que te cuente?

-Cosas de tú vida, si…

-Es muy aburrida.

-Será porque quieres.

-O porque es así.

-Si es así es porque quieres, la podrías tener lo divertida que quisieras.

-O no.

-Solo hay que verte.- Eso despertó el interés de Belén.

-¿Qué es lo que ves?

-Una mujer muy guapa, inteligente, liberada, una mujer que puede hacer con su vida lo que quiera.

-¿Te parezco guapa?

-Mucho.

-¿Cuánto?

-Lo suficiente para comerte esa boquita bonita que tienes ahora mismo.

-Eso te lo dije yo el otro día.

-Pero yo lo voy a hacer.

Belén le miró a los ojos seria, ella no quería haber llegado a ese punto, seguirle la conversación la había llevado donde él quería, vio que Pol avanzaba la cabeza para besarla, pensó, a tomar por culo, abrió la boca y se lanzó contra sus labios comiéndoselos con ganas. Se besaron con pasión mientras sus manos recorrían el cuello, la cara y espalda acariciándose, paraban un momento mirándose a los ojos y se volvían a enganchar por los labios desesperados. Hasta que Pol la agarró por la cintura levantándola con fuerza colocándola con la barriga encima del respaldo del sofá y el culo en pompa, le metió las manos por los lados de la falda acariciándole los muslos por la parte externa agarrándole las bragas, de un tirón se las bajó, le levantó la falda y le metió los morros directamente en el coño comiéndoselo. Belén pegó un grito de gusto, levantó el culo y separó las piernas para que Pol pudiera llegarle a todos los rincones, se lo lamía, chupaba y succionaba haciéndola gemir y gritar de placer.

Él se separó y se puso de pie, ella aprovechó para darse la vuelta y agarrarle la polla por encima del pantalón, la notó dura, muy dura, le desabrochó rápidamente el pantalón y se los bajó con la ropa interior, le agarró la polla pajeándola mientras él se quitaba los zapatos haciendo fuerza con un pie encima del otro, los pantalones con los boxes y los calcetines. Belén acercó su cabeza y de un bocado se metió en la boca la mitad de la polla tiesa y dura, chupó y succionó, él rugió levantando la cabeza mirando al techo, lo estaba calentando a más no poder, era la primera vez desde hacía mucho tiempo que estaba con una mujer, cuando Belén se ocupó durante un rato de la polla él la levantó, ella le rodeó con sus piernas la cintura, él caminó con ella encima sujetándose con las piernas y los brazos pasados por el cuello, se besaron, Pol le apoyó la espalda en la pared, se agarró la polla y de un rápido movimiento de cintura se la metió en el coño empotrándola contra la pared, Belén grito y lo miró con una cara de lujuria tremenda, subió las escaleras sin dejar de penetrarla, en cada escalón que subía se la iba metiendo con el consiguiente gemido de Belén agarrada a su cuello. Llegaron a la habitación, Pol se tiró literalmente con ella encima de la cama, al caer la penetración fue muy profunda y dura, ella grito agarrándose muy fuerte a la espalda de Pol que estaba desatado follándosela, gritos, gemidos, rugidos, besos muy húmedos, movimientos de los cuerpos buscando una armonía para que les llegara el orgasmo, un orgasmo que le llegó a Belén subiéndole muy rápido sin darle tiempo a nada, solo a gritar, tensar el cuerpo y agarrarse a Pol como si fuera un salvavidas en medio del mar, él al darse cuenta fue poco a poco bajando el ritmo viendo como Belén se iba tranquilizando jadeando, se salió de dentro de ella, le dio un cariñoso beso en los labios y se estiró a su lado.

Belén se fue relajando, a su lado estaba Pol estirado con la camisa puesta y la polla tiesa, entonces pensó, se miró a ella misma, estaba vestida, hasta los zapatos llevaba puestos, lo único que le falta eran las bragas que se debieron de quedar encima del sofá, se la había follado y conseguir que se corriera vestida. Se quitó un zapato, después el otro, la falda, la camisa y el sujetador, le desabrochó los botones de la camisa a Pol, este se incorporó un poco para poder quitársela aprovechando para besarla, suavemente, con delicadeza, se miraron a los ojos. Ella pasó una pierna por encima de él, se acomodó, le agarró la polla apuntándola en el inicio de su vagina, dejó caer el culo penetrándose lentamente, cuando llegó al final los dos gimieron, Belén le acarició la cara empezando un vaivén con la cintura cabalgándolo, Pol le acarició y se agarró a sus caderas. Al principio los movimientos de ella fueron lentos y profundos, sintiendo cada roce, cada estimulo de su cuerpo, como se iba excitando, los dedos de Pol le pellizcaban suavemente los pezones, se le ponían duros y ella levantaba la cabeza dejando ir el aire de sus pulmones, se estaba poniendo muy caliente, la cintura pasó a un nuevo ritmo, más rápido, buscando más roce en sus labios vaginales y el clítoris, la cara le cambiaba, se le notaba entregada al placer, sus ojos miraban pero no veían, solo sentía, placer en estado puro que le iba conquistando el cuerpo, la vagina se le había lubricado tanto que podía notar como el flujo rodeaba la polla de Pol, la polla que le estaba dando un gusto inmenso mientras ella se penetraba a su ritmo, escuchando claramente el sonido del roce en cada penetrada.

Se agarró al pecho de Pol, se incorporó un poco y dejó caer el culo metiéndosela de golpe en la vagina, con más fuerza, para sentirla más, gritó de gusto junto a Pol que le iba agarrando las caderas con más firmeza, siguió aumentando el ritmo, la cara se le desencajaba, los ojos se le cerraban, la boca se le abría sensualmente gimiendo y la cintura había cogido un ritmo infernal cabalgándolo, él seguía agarrándola por las caderas ayudándola a ir más rápido, a que fueran las penetradas más duras. Belén gritó, se retorció, miró a Pol como un animal salvaje y se corrió gritando de placer, cada vez que la polla le entraba hasta el fondo de su coño una tremenda oleada de gusto le atravesaba el cuerpo saliéndole por la boca en forma de grito, no podía pensar en nada, solo sentir, su cabeza la había poseído la lujuria y ahora pagaba en forma de placer totalmente entregada.

Dejó caer el cuerpo encima de Pol, el segundo orgasmo la había dejado exhausta, él le acariciaba el  pelo en silencio, de hecho ninguno de los dos decía nada, tampoco tenían nada que decir, los dos habían recorrido unos largos caminos solos, cada uno con sus experiencias, con una cosa en común, hacía mucho tiempo que no tenían sexo con otra persona. Los dos sabían desde el primer día que se conocieron que podía pasar, habían entrado en un juego de palabras e insinuaciones que los llevó hasta allí, tampoco les pareció mal ni estaban arrepentidos.

Belén notaba contracciones en la polla de Pol todavía dentro de su vagina.

-Sigues teniéndola tiesa y dura, no sé qué vamos a hacer con esto.- Le decía a Pol sonriendo, con cierto cachondeíto.

Él no le contestó, se salió de debajo de ella, se puso de pie en el suelo, la agarró por las caderas y le levantó el culo atrayéndola hasta el borde de la cama, Belén sabía perfectamente lo que quería hacer, apoyó la carita en la sabana y levantó el culo ofreciéndole el coño. Él le apoyó las manos en las nalgas separándolas, se le abrió el chocho, estaba totalmente dilatado y mojado de flujo, se agarró la polla, le puso la punta en el agujero de la vagina y de un empujón se la metió entera chocando contra su culo, Belén abrió mucho los ojos gritando, la embestía una vez detrás de otra sin descanso, cada vez con más dureza, los gritos de ella aumentaban con cada penetrada, cerraba los ojos, otra vez volvía a empezar el cosquilleo interno que sabía que desembocaría en otro orgasmo, Pol gemía, rugía, se estaba volviendo loco viendo como empalaba sin tregua aquella preciosa mujer, los dos perdían la cabeza totalmente entregados a la vorágine de sexo. Belén con la cara desencajada de nuevo y el coño rojo de tanto follar se corrió perdiendo las fuerzas que le quedaban, Pol se la sacó en el último momento tirándole varios tiros de semen encima de la espalda, después bajó la intensidad cayendo los últimos encima del culo de Belén.

Ella se dejó caer en la cama boca abajo, él se tiró boca arriba a su lado, se miraron a los ojos.

-¿Qué tal?- Preguntó Pol.

-Bien, no ha estado mal para ser la primera vez contigo.

-¿Eres un poco exigente eh?- Decía él riendo.

-Eso siempre.- Contestaba ella riendo los dos.

-¿Quieres quedarte a dormir?, aquí cabemos los dos.

-Prefiero ir a mi casa, te lo agradezco.

Belén se levantó metiéndose en el cuarto de baño, Pol escuchó la ducha, salió ella y empezó a vestirse, entró él a la ducha, cuando salió se puso un pantalón, una camiseta y unas zapatillas deportivas, al bajar al salón Belén se estaba poniendo las bragas al lado del sofá. Salieron, entraron en el coche y Pol la acompañó a su casa, al alejarse el coche la vista del Lily desde una ventana de su casa los siguió. Paró el automóvil en el mismo sitio que cuando la fue a buscar, Belén le miró los ojos, él acercó su cabeza y se dieron un piquito en los labios.

-Muchas gracias Pol, has estado todo muy bien, ¿volveremos a salir?

-Cuando tú quieras, yo también me lo he pasado bien.

Belén lo confirmó con la cabeza y salió del coche entrando en su portal, Pol arrancó volviendo a su casa. Cuando Belén entró en su apartamento fue a la cocina, abrió la nevera sacando una botella de agua mineral, bebió directamente de ella y fijó la vista en la pared, estaba segura que Pol aquella noche no había follado con ella, lo había hecho pensando en Nuria, su ex mujer. Durante las siguientes dos semanas salieron tres veces más, cenaban, tomaban una copa si llegaban a tomársela y follaban como locos.

El trabajo funcionaba al ritmo que se esperaba, los clientes aumentaban cada día, todo el mundo estaba contento. Pol habló con el señor Escobar para subirles el sueldo a los empleados más antiguos, los que estuvieron con él desde el principio, con los resultados que se estaban consiguiendo no tuvo ningún problema en convencerlo.