Una partidita de cartas
Como un juego de cartas nos va encaminando hacia excitantes experiencias
Hola me llamo Sara, y hoy me voy a estrenar como escritora de relatos, más que un relato considero estos escritos una pequeña biografía sexual de ciertas experiencias que realizamos mi marido Alex y yo.
Primeramente describiré a Alex, 41 años, moreno, estatura media, rapado y con una barba como de tres días. Se cuida, pese a sus 41 no tiene barriga cervecera por que hace deporte. La verdad es que viste bien y es muy aseado. Su culito es duro y bien formado y su pene, sin ser grande ni gordo podría ser el del David de Miguel Ángel si este lo hubiera esculpido empalmado.
Yo, 36 años, morena, pelo liso, media melena, ojos castaños, labios gruesos y delgada, a base de mucho esfuerzo en seguir una dieta equilibrada. Mis tetas son pequeñas, pero bien puestas, mi culo creo que un poquito grande, aunque mi marido no opina igual, y mi conejito me gusta llevarlo siempre depilado por completo.
Nos conocemos de toda la vida de hecho hasta el momento de lo que os contaré solo había tenido relaciones con él. Somos sanos, nos queremos y en temas sexuales no tenemos tabús y practicamos casi todo.
Pues bien, todo empezó una noche que nos quedamos solos en casa y después de una cena acompañada de un buen vino Alex propuso echar una partida de cartas “especial” no vi mejor manera de pasar la noche. El juego sencillo: baraja de cartas, cortamos y quien obtenga la más alta tiene derecho a hacer una pregunta al otro. Primera ronda. Gana Alex:
- ¿Te masturbas?
- No asiduamente, pero hay ciertas épocas que no puedo evitar darme un homenaje, jajaja.
Pierdo de nuevo, jooooder:
- ¿Te has sentido alguna vez atraída por otra chica?
- No sexualmente, pero aprecio la belleza de otras chicas
Ahora pierde Alex:
- Ummm no sé qué preguntarte a ver… ¿Qué es lo que más te gusta de mí?
- Está claro, ese culito ahhhh, y como me la chupas.
- Ya tengo ganas.
- Y yo de ese culito
Tengo que decir que nunca ha pasado de meterme un dedito en el culito o lamérmelo, pero Alex se moría de ganas de meterme su polla en mi estrecho agujerito. De nuevo pierde Alex:
- ¿Qué te gustaría verme hacer?
- Me encantaría mirar como otra chica te come ese coñito mientras me masturbo.
- Jajaja ni loca (después resultó que sí, pero eso es otra historia que os contaré si me va bien con este relato).
Vuelvo a perder yo:
- ¿Te gustaría hacer un trío?
Pliiiiiiiin, yo ya estaba un poco caliente, pero esta pregunta/proposición me terminó de poner como una moto
- Hombre depende… Si es con otra chica no (que equivocada estaba) pero me gustaría probar una polla que no sea la tuya.
El ambiente estaba súper caliente, la última pregunta nos puso a los dos totalmente locos, Así decidimos empezar a quitarnos la ropa siguiendo con el mismo juego.
Primero me tocó quitarme el vestido, quedando solamente tapada por mi conjunto negro de encaje, una tanguita y un sujetador que había preparado para esa noche, y unas sandalias de cuña. Notaba el bulto de Alex en el pantalón estaba deseando que me la metiera en ese mismo momento y fantasear con otra polla en mi boca. Cuando perdió Alex le dije que se quedase en ropa interior, el alegó que eso eran muchas prendas, pero lo convencí de que deberíamos estar en igualdad de condiciones, así que el quedo también en ropa interior, unos bóxer CK blancos y dorados que hacían su paquete muy apetecible.
- Sara: Bueno ya estamos en ropa interior, que hacemos…
- Vamos a seguir jugando, pero quien pierda hará lo que el otro diga. ¿Qué te parece?
- Venga
Primero perdió él:
- Quiero que me la metas ya, no puedo más.
- Vas muy fuerte cariño, pero un trato es un trato.
Me echó en el sofá me abrió las piernas y apartó el tanga sin quitarlo, él se bajó el bóxer y apuntando su pollita sobre mi agujerito empezó a presionar. Yo ya estaba mojada y no tardó en entrar, pero lo hizo despacio y hasta el fondo.
- Alex: ¿Esto es lo que querías?
- Siiiiii
- ¿Solo esto, o querías algo más?
- Lo que tú me des.
Alex metió la mano entre los cojines y sacó mi juguetito, un vibrador de buenas dimensiones con un conejito que me encanta cuando sus orejitas vibran en mi clítoris. Los ojos se me hicieron chiribitas, el cabronazo lo tenía todo preparado. Mientras me seguía penetrando me dijo:
- Toma cógelo y lo chupas, que me encanta ver tu cara cuando te comes una buena polla.
Antes de llegar el juguetito a mis labios ya me había corrido la primera vez. Acerque el aparato y comencé a chuparlo con mi cara más viciosa, sacando la lengua, mirándole a la cara, babeando. Yo me imaginaba que eran dos pollas solo para mí y estaba en la gloria, cuando de repente me la saca y me dice:
- ¿Vamos a seguir jugando no?
- Has parado porque te ibas a correr.
- Es que se me ocurren mil maneras de correrme y no se cual elegir.
Seguimos jugando y de nuevo perdió él
- Jajaja, hoy es mi día de suerte
- Ya te tocará perder… venga elige.
- Me gustaría que me comieras el conejito.
- Vale pero antes quítatelo todo
Dándole la espalda y de la forma más sexy que pude me fui bajando el tanguita para que el pudiera apreciar mi culito y el conejito, sabía que esto le pondría a mil. Después llevé las manos al broche de mi sujetador y lo desabroché no sin dificultades, por último me iba a quitar las sandalias de cuña, pero él me dijo “Para”. Alex es un poco fetichista de los pies, le encanta que me pinte las uñas, tocármelos, chuparlos. Incluso he llegado a hacer que se corra utilizando solo mis pies. Me tumbé en el sofá y le dije “todo para ti”. Se acercó y comenzó a besarme, despacio chupándonos las lenguas, los labios poco después fue bajando hasta llegar a mis pezones que por entonces ya estaban erectos. Mientras me chupaba el izquierdo, con su mano izquierda jugaba con el derecho. Empezó a bajar con sus labios por el estómago, cuando llegó al ombligo no pude resistir más y con mis manos le empujé la cabeza hacia abajo, no podía aguantar más tiempo. Empezó lamiendo despacio y saboreando los jugos emanaban de mi cuerpo, pero sabía que no se iba a quedar por mucho tiempo ahí, así que fue bajando con su lengua hasta mi agujerito estrecho, produciéndome un escalofrío. Terminó metiéndome un dedo en mi culito mientras me lamía el clítoris, no pude evitar correrme de nuevo. Cuando él percibió que me había corrido me pegó el último lametazo y se levantó.
- Alex: ¿No pensarás que hemos terminado no?
- ¿¿¿No?????
- Venga corta la baraja
Esta vez me tocó perder a mí.
- Por fin!!!!!!! – Gritó Alex
- Parece que estabas deseoso por hacer algo
- Si, lo tengo pensado desde hace media hora
- ¿Qué es?
- Quiero que te pongas en cuclillas delante de mí y me la chupes como tú sabes hacerlo.
- Que novedad (Sarcasmo modo on)
- Y toma tu juguetito mientras me la comes te vas a masturbar con él pensando que es otra polla la que te vas a montar.
Me puse colorada por la excitación y por la vergüenza que me producía que Alex supiera en todo momento lo que yo estaba pensando. Así que él se levantó de la silla con su polla erguida y yo me acerque a él. Empecé besándolo en la boca y con mi juguetito vibrando en la mano le roce todo el cuerpo. A medida que me calentaba empecé a bajar primero por el cuello, besándolo y chupándolo, después los pezones, quería que estuviese ansioso. Alex no tardó en decirme “baja ya, por favor”, y yo muy obediente me puse en cuclillas con mi cara a la altura de su pene. Primero unos besos, después unos lametones para pasar a metérmela en la boca. Ummmm, que dura y caliente. Empecé a penetrarme con el vibrador a la máxima potencia, me sentía llena, que gustazo. En este plan empecé a chupársela salvajemente, sabía que no podría retrasar su eyaculación así que empecé a babear, que sé que le encanta. Mis babas caían por mi pecho y mi mano presionaba el juguetito contra mi clítoris, joder me estaba corriendo otra vez. En el suelo caían pequeñas gotas de mi flujo. El empezó a respirar fuerte, así que abrí mi boca y saque mi lengua invitándole a que me echara en la boca su caliente lechita, y lo hizo. Dos fuertes descargas de líquido blanco y después otras más flojas que caían directamente en mi lengua y mi boca. Por último le di un buen chupetón para aprovecharlo todo. Estaba exhausta, saque el vibrador de mi chochito y subí despacio para darle un beso en la boca y compartir nuestros fluidos.
Caímos rendidos y satisfechos en el sofá. Antes de quedarnos dormidos Alex me soltó “Si te has puesto así imaginándote que estas con dos hombres, imagínate si lo hubieras estado de verdad”, pero eso será otra historia que os contare otro día.