Una pareja sadomaso: la primera marca
Marcas, golpes, sesiones, tatuajes, perforaciones, castigos, prohibiciones, aprendizajes, cariño, constancia y muchas cosas más hemos aprendido mi Amo y yo juntos, y a partir de ahora querremos compartirlo como un paso más en la relación...
No soy aún la perra que él desea, pero es él quien me está formando y amoldando a su manera de ser, solamente él, Carlos, ha sido mi Amo, por lo tanto estoy aprendiendo todo lo que a él le gusta y tal como a él le gusta sin tener mañas de nadie más.
Hoy es 30 de diciembre de 2019 y a pesar de que solo llevamos unos meses de habernos definido como Amo y sumisa, en mi cuerpo hay toda una historia escrita, dejó de ser un lienzo en blanco para convertirse en “su lienzo” en el que él va escribiendo, dibujando y marcando cada parte de nuestra historia...
Hasta hace un año yo no estaba ni cerca de este mundo, ni mucho menos cerca de tener un Amo, o de considerarme sumisa, mucho menos de ser controlada, pero todo eso cambió.
La primera marca de mi sumisión y entrega total a él la llevo en mi antebrazo derecho, es una quemada que me hizo con el encendedor del carro, recuerdo perfectamente el olor a carne quemada y el dolor intenso que sentí... recuerdo el grito que di, pero también recuerdo lo feliz que me sentí de tener esa marca. Hay varias fotos donde está mi marca recién hecha, me enorgullece muchísimo tenerla y solo me sentí triste de tener que inventar mentiras sobre el origen de esa marca, pero no de que la pudieran ver.
Ahora la marca ha cicatrizado y se ve diferente, pero sigue ahí, jamás se borrará, y seguirá siendo mi primera marca, la primera que me hizo la persona a la que yo siempre consideré mi Dueño, no solo mi Amo.
Después vinieron otras quemadas en mi pierna derecha y mi pantorrilla izquierda... hubo algunas confesiones no esperadas en el medio y, a pesar de que pudo haberse roto todo y que quizá no logré dimensionar bien la situación, confirmé mi decisión y mi entrega.
Hemos tenido algunas sesiones, en las que he ido aprendiendo un poco sobre castigos sádicos, me ha enseñado a castigarme dándome indicaciones por chat o por teléfono, tuvimos algunas mini sesiones en el carro en las que me azotaba, quemaba, golpeaba, en fin... poco a poco hemos ido caminando... también tengo perforados mis pezones, lo que en su momento fue muy doloroso, sobre todo porque fue un proceso en varias etapas: primero me perforó el pezon izquierdo y para lograr la erección del pezón me puso las pinzas de metal durante casi toda la sesión (quizá dos horas). Pero esto es harina de otro costal, que ya en otro relato contaré.
Carlos, mi ahora Amo, Dueño y Señor ha ido ganando con firmeza, dulzura, castigos y golpes, el espacio que como mi Dueño le corresponde, el poder que como mi Amo tiene y el control que como mi Señor necesita.
Al inicio controlaba unas pocas horas, poco a poco fue ganando espacio y poder, hasta que esa marca indicó el inicio de un camino sin reversa, yo le di mi vida y mi Libertad y él decidió aceptarla y cuidarme. Mi dueño controla todo incluyendo donde estoy a través de GPS, así como mis chats a través de whastapp y, como por el momento no puede controlar mis llamadas por el sistema operativo del teléfono, estoy en la obligación de informarle si recibo alguna llamada o pedirle permiso si yo necesito hacer alguna.
Mi correo dejó de ser mío pues él lo revisa y podría perfectamente escribir en mi nombre si lo desea o borrar los que no quiera que yo vea, aún así, no lo hace; pero sí así lo ha hecho con el chat de whastapp..., si deseo o necesito salir, aunque sea por trabajo, debo pedirle permiso primero a mi Dueño e informarle horarios y motivos de la salida, además por supuesto, del lugar en el que estaré, cosa que fácilmente verifica a través del GPS.
Todas estas restricciones me hacen sentir muy minimizada, cada vez con menos derechos, libertades y espacio, pero a la vez me excitan muchísimo... deseo que me restrinja aún más si es que se puede y que nada quede sin pasar por sus controles y filtros...
Para mi Dueño no soy más que un animal al que golpea y da patadas cada vez que él puede, me da cachetadas y me azota con lo que encuentra y ahora hasta me prohíbe llorar cada vez que me castiga... tengo moretones, rayones, y cualquier tipo de marcas en todo mi cuerpo, y adoro estar así porque son las marcas que mi Dueño me hace con su propia mano...
Vivo muy feliz y en constante aprendizaje, he tenido dudas, pero mi entrega y deseo de que él sea feliz son más fuertes que cualquier duda.
Su felicidad es mi felicidad y mi principal objetivo es lograr que él constantemente esté excitado, tranquilo y sin estrés.
Ante los demás y poco a poco me voy convirtiendo además de su perra, en su puta aunque algunos piensen que solo soy una puta, soy solo “su puta” y de nadie más....
Perra de CC