Una oportunidad

Dejando por unos momentos el sexo a un lado... Una oportunidad pide Marlene, solo una.

A pesar de tantas veces que Marlene se repitió lo mucho que le encantaba ser una puta, tenía esos momentos en que pensaba que estaba mal la vida que llevaba. Se agobiaba por el sentimiento, los pensamientos de que le encantaba la vida que llevaba se disipaban y venía la idea de que después de todo lo vivido, ella ya no valía nada.

Hacía un repaso de lo que había sido su vida, sobre todo en el ámbito sexual, como se dejó llevar por sus instintos en todo momento como cualquier animal. Desde aquella primera vez que observó a su madre con su medio hermano, llevándola a perder su virginidad con este, hasta lo último que había realizado, que era haber querido persuadir a sus hermanos de sangre que tuvieran relaciones con ella, sin obtener consentimiento pleno de los dos. Solo uno había accedido, pero quien sabe que pasó, que al final, todo terminó en una sesión de sexo oral de Marlene hacia su hermano. Cuando todo estaba puesto para consumar ese incesto, como un destello de luz, vino esa pregunta a su mente… Que estas haciendo? Tuvo solo el valor de cerrar sus piernas, pero no pudo evitar aliviar la tremenda excitación que había despertado en su hermano con su boca.

Uno tras otro, así habían ido desfilando chicos en su vida, tríos, orgías, relaciones lésbicas… que puta soy… pero me encanta… no tanto, pues llegaba el vacío a su vida.

Pero… siempre había un pero… no se podía dar marcha atrás, lo hecho, hecho estaba. En la escuela, tenía una fama bien ganada, nadie la tomaba en serio, cualquier invitación a salir, era por que los chicos sabían lo fácil que era, lo puta que le encantaba ser… no había marcha atrás, no le quedaba otro camino, mas que seguir entregándose al placer, aunque el vacío después fuera grande.

A sus apenas 15 años recién cumplidos, parecía que no había nada nuevo que se le pudiera enseñar a Marlene. Había oído hablar del amor, pero este no se había hecho para ella, era lo que pensaba, además, quien querría enamorarse de una persona como ella. Pensaba en Miguel, pero la había olvidado muy rápido, cuando apenas encontró otra puta que le daba lo que anteriormente Marlene le ofrecía.

Imágenes, recuerdos, todo llegaba a su mente, desde esa niña pequeña jugando con muñecas, hasta la mujer en la que se había convertido… lágrimas asomaban por su rostro… en que me he convertido? Se repetía una y otra vez… donde estaban sus amigos, esos que tantos decía tener. Hasta los mejores y mas fieles amigos que había creído tener la habían dejado de buscar con apenas un mes de decidir cerrar sus piernas… después de ese incidente con sus hermanos.

Comenzaba a descubrir eso, lo único por lo que la buscaban, y se preguntaba si valía la pena entonces cerrar sus piernas, dejar de ser esa puta en la que se había convertido, pues ahora estaba sola… pero también rodeada de gente se encontraba sola… también con alguien entre sus piernas estaba sola.

No valía la pena seguir viviendo así, en verdad que no, pero que podía hacer, su vida ya estaba marcada. Había pisado a fondo el acelerador en su vida, que ya era muy difícil dar marcha atrás, se quiso comer el mundo a puños, no escatimó en nada, y se dejó llevar por sus instintos.

Una noche más, con esa almohada abrazada, pensando una y otra vez, queriendo regresar el tiempo, recordando alguna revista, alguna telenovela, alguna plática de sus primas, de alguna amiga, con lágrimas en los ojos, todos esos comentarios de una novela rosa, de las que tantas veces se burló y dándose cuenta ahora, de que eso era exactamente lo que ella quería… si, era lo que quería, pero a su corta edad, sentía que ya no tendría una oportunidad, pues su vida ya la había marcado.

Si tan solo pudiera tener una oportunidad, no sabía como, pero estaba segura de que la aprovecharía, solo pedía eso con todas sus fuerzas, una oportunidad de ser diferente, de enmendar su camino, solo una oportunidad de conocer el amor, de sentirse querida, amada, de compartir con alguien algo mas que fluidos, solo eso.

Se daba cuenta, que ella nunca se había tomado en serio, que nunca se había querido a si misma, por consiguiente, nadie la iba a tomar en serio así, a nadie podría querer, ni nadie la podría querer a ella, pero como aprendía eso, como lo podía hacer… no lo sabía, pero esa oportunidad que ella tanto pedía, llevaba esa petición también, el aprender a quererse, a tomarse en serio, a valorarse.

Las sensaciones, seguían con ella, con un instinto sexual bastante despierto, era difícil hacer a un lado todo el mar de sensaciones, pero ahora pasaba algo que nunca había hecho… recordar también el después de esas cogidas, de esos orgasmos, donde quedaban sus amigos, donde quedaba ella como mujer.

Ahora quería algo nuevo, no sabía lo que era el pasear de la mano de alguien, el darse un beso sin morbo alguno, el escribir una carta o el llorar por una persona… extrañar, eso si sabía lo que era, pero ahora quería extrañar un rostro, una caricia, una mirada… ahora anhelaba todo eso de lo que alguna vez se había burlado, por ignorancia, por no saber de lo que se trataba, pero se había burlado, y ahora lo añoraba con todas sus fuerzas.

Había dado el primer paso, el más difícil, después de estar apunto de tener relaciones con su hermano, decidió cerrar sus piernas, pero aún le faltaba más, pedía una oportunidad, pero debía estar convencida de que era merecedora de ella. Los pensamientos de que ya no valía nada como mujer, no se iban… soy una puta, soy una puta… se repetía una y otra vez, pero ya no acompañaba esa frase con aquella otra de que le encantaba, no, ahora la repetía con asco.

No podía ella sola, necesitaba la ayuda de alguien mas, alguien que le hiciera creer que había otro camino, alguien que la convenciera de que Marlene merecía una vida mejor… necesitaba una oportunidad de ser mujer, de sentirse valorada.

Muchos días con esa frase saliendo por sus dientes apretados y bañada en lágrimas se quedó dormida… quiero una oportunidad!!!! Solo una oportunidad!!!!! UNA OPORTUNIDAD!!!!!!!!!