Una Nueva Vida (3)

La decisión definitiva que cambiaria el rumbo de mi vida.

La cabeza me daba vueltas y transpiraba alegría por cada poro de mi piel. Después de arreglarme nuevamente y verme al espejo decidí que así quería vivir. – Mariana... te agradezco todo lo que acabas de hacer por mi.... ¿me puedo quedar aquí?. – Claro que si, amor, de hecho te lo iba a pedir, solo que antes me tienes que decir hasta donde estas dispuesta a llegar, ya que para empezar si te quieres quedar aquí, tendrás que trabajar como las demás y además tienes que prometer que tu familia no nos va a dar problemas. Nosotras te ayudaremos a convertirte en toda una mujer, además de una zorrita caliente. ¿Qué dices?. Por supuesto que acepte de inmediato pensando en todo lo que iba a gozar.

Esa noche no llegue a dormir a mi casa, me quede con Mariana ultimando los detalles de mi nueva vida. A la mañana siguiente después de desayunar bastante tarde, nos volvimos a bañar y ahora, aunque ella me volvió a ayudar a maquillarme, esta vez me fue dando tips de cómo hacerlo y como íbamos a salir no me maquillo demasiado, solo polvo corrector, sombra color perla en los ojos y labial rosa. Después me dio una blusa rosa que aunque escotada en la espalda se amoldaba muy bien a mi cuerpo y con el brassier y los postizos se me veía muy natural, me puse además un calzón muy coqueto con encaje de color blanco y me acomode a mi amiguito como Mariana me había enseñado la noche anterior y me dio una mini falda blanca que me puse después de las pantimedias transparentes y por último unas zapatillas blancas muy lindas con su broche al tobillo que me encantaron.

Antes de salir no olvidé ponerme otra peluca que ella me presto corta de color rubio que me dio un toque muy coqueto. Estaba excitadísima ya que nunca antes me había aventurado a la calle con esa indumentaria, que aunque no era en exceso llamativa pues yo sentía que todo mundo me miraba. Mariana me dijo que era natural y que ya me iría acostumbrando, también me dijo que ese día ella seria quien hablaría mientras aprendía a modular mi voz, que iríamos de compras para mi nueva vida, me probaría ropa, escogería zapatos y compraríamos mis propios accesorios y maquillaje. Nos dirigimos a la zona de tiendas de ropa de la ciudad; yo intentaba modular mi voz mientras íbamos platicando por la calle aunque admito que cuando pasábamos cerca de alguna persona yo me callaba o hablaba con un susurro.

Cuando aún seguíamos en la zona cercana a la casa los vecinos nos miraban con recelo y se seguían de largo, sin embargo cuando nos alejamos pasamos desapercibidas para las personas, excepto para los galanes que al pasar nos piropeaban, lo cual me hacia subir el calor a la vez que me motivaba y me daba mucha alegría.

Fue una sensación muy distinta el realizar mis compras acompañada como mujer por otra "amiga" sin tanto nervio como cuando lo hacia mintiendo que era un regalo y al tanteo sin podérmelo probar, me encontraba mas confiada y creo que me probé toda la ropa de todas las tiendas, ja ja ja. Compramos mucha ropa para el día y mucha mas para mi "trabajo" mas atrevida y sexy, fuimos a una zapatería en la que por fortuna y debido a que yo no tenia pies demasiado grandes encontramos zapatillas de mi medida en todos los estilos de las que me compre varios pares casi todas de tacón alto en varios colores y muy elegantes. En otra zapatería encontramos unas mas atrevidas con plataformas altísimas y dos pares de botas igualmente con plataformas, unas rojas y otras blancas que me fascinaron. Compramos también accesorios variados, maquillaje y en una tienda especializada compramos 3 pelucas de tono distinto castaño, rubio y pelirrojo.

Una vez realizadas las compras y antes de volver a mi nueva casa hicimos 2 paradas, una para comer en un restaurante al aire libre y otra, la mas difícil, para recoger lo que pudiera necesitar de mi casa y hablar con mis padres para comunicarles mi decisión.

Yo procuraba fijarme en mi amiga para aprender a comportarme y desenvolverme como mujer, caminar, sentarme, mover las manos, reír, etc de forma que me viera mas femenina. Durante la comida charlamos sobre mi futuro, ella me dijo que tendría que comenzar a usar hormonas para ir tomando una forma mas femenina, que además me ayudaría a desarrollar mi voz y evitaría el desarrollo de vello al mínimo, haciéndome la vida mas fácil, además de que en mi nueva vida trabajando con ellas, me aseguro ganaría dinero suficiente para hacerme las operaciones que quisiera y quedar como yo deseara. Mientras platicábamos se acercó un chico muy buen mozo que dijo estar impresionado por mi belleza y quería saber mi nombre, el suyo era Fernando. Yo me puse muy tensa y no atinaba a hacer nada, hasta que Mariana le explicó que yo no podía hablar mucho ya que tenia una infección en la garganta, que mi nombre era Melissa y que podía hablarme cuando quisiera anotándole el teléfono de la casa en una servilleta, yo la mire sorprendida, asustada y a la vez complacida, mientras que Fernando le agradeció, tomo la servilleta y se retiró con un color muy rojo en su cara. Cuando estaba ya lejos de ahí Mariana y yo no soltamos a reír y comentar sobre que me había parecido aquel chico, a lo que yo le dije a Mariana que me había agradado muchísimo y le exprese mis dudas sobre que pasaría cuando descubriera mi "secretito", a lo que ella me dijo que llegado el momento yo sabría que hacer. Continuamos por un rato más hablando de cosas de mujeres, hasta que llegó el momento mas negro de esa jornada; nos retiramos y nos dirigimos a mi casa, yo estaba muy nerviosa pues aunque sabia lo que me esperaba, la verdad no sabia como reaccionarían mis padres al verme y menos al saber que me iba de la casa.

Llegamos a mi casa y para no asustarlos en vez de usar mi llave toque la puerta, Mariana estaba detrás de mi y aunque acordamos que ella no entraría a casa ella permaneció afuera durante mi visita. Abrió mi madre quien me preguntó que se me ofrecía ya que al parecer no me había reconocido a lo que respondí que era yo, su hijo. Ella se me quedo viendo y no daba crédito, entre mientras ella aún estaba en shock y cerré la puerta tras de mi, me pare frente a ella para que me terminara de ver y esperar su reacción. Mi madre intentó articular palabras pero estas se negaban a salir de sus labios, finalmente me bombardeo con toda clase de preguntas como: ¿qué te esta pasando?,¿ estas loco?,¿en que fallamos?, y ya se imaginaran sabe Dios cuantas más. Para ese momento Mi hermana ya estaba junto a ella sin explicarse que estaba pasando, también ella me preguntaba que me había pasado. En ese momento yo intente comunicarles mi decisión, pero mi padre que acababa de salir de su cuarto se precipitó sobre mi con la mano en alto intentando golpearme y gritándome cosas como maldito joto, marica, etc., a lo que yo di un paso atrás y su golpe se perdió en el aire.

Mi madre y mi Hermana consiguieron detenerlo y medio tranquilizarlo no sin que antes me gritara que yo ya no era su hijo y que no quería volver a verme en su casa, se dio media vuelta y volvió a su cuarto. Mi madre se soltó a llorar mientras mi hermana la intentaba tranquilizar, les dije que iba por mis cosas pues tenia pensado comenzar una nueva vida y mi hermana me dedicó una mirada que me hizo comprender que ella me entendía y me apoyaba, entre por las cosas que había ido guardando con el paso del tiempo de ropa y de mas y al verme salir mi madre comprendió que esa decisión la había tomado yo mucho tiempo antes a ese día. Al salir mi hermana me dijo que no perdiera el contacto que sabía que podía contar con ella y que tenía su número de celular, también me dijo que se sentía rara de tener una hermanita en vez de un hermano y que además me veía mucho mejor de niña que de niño, lo cual le agradecí muchísimo, me pidió que me cuidara y regreso al lado de mi madre mientras yo di media vuelta y salí de casa.

Mariana me esperaba afuera con el alma en un hilo según me dijo después y de ahí nos dirigimos sin hablar a mi nueva casa, yo me sentía muy mal por mi madre, y por no haberle podido explicar mi sentir. Mariana finalmente me dijo que lo peor había pasado y que de ahora en adelante todo seria mas fácil para Melissa, yo sonreí cuando me recordó el nombre que tan intempestivamente y así de golpe me había asignado a los ojos de aquel chico y pensándolo un momento decidí que me gustaba y que sería mi nuevo nombre.

Había nacido de un parto doloroso... Melissa.