Una nueva vida 2

Jamás pensó que así arrancaría su nueva vida, pensó que escapaba de un infierno pero llegó a algo peor. Desventura y placer.

Mimi amaneció en un cuarto pequeño, de color verde, le parecía estar en una oficina gubernamental, las paredes estaban a medio pintar, solo una cajonera, la cama angosta, a penas una sábana y una cobija color rojo, de estas que sortean en las ferias de pueblo, con una rosa dibujada. Tenía frio, pero sobre todo tenía dudas, no sabía donde estaba y como había llegado ahí. Sintió ganas de ir al baño, intentó levantarse de la cama en la que estaba acostada y se descubrió atada, temió pedir ayuda, estaba aterrorizada, lo peor no era estar en ese lugar, sino como salir de esa situación.

Empezó a sentir una erección, agradeció ya no tener esa jaula apricionando sus genitales, ¿quién se la había quitado? su vestimenta había cambiado, aora vestía un traje de lycra rosa pastel, tenía cuello de tortuga e incluía a los piés, no podía sentirlo pues además de estar atada el traje cubría sus manos, No sentía dolor en ninguna parte del cuerpo, no sentía malestar, las ganas de mear eran insoportables. Empezó a sentir ganas de cagar, alguien tenía que ayudar, iba a hacer un batidillo, empezó a gritar, a suplicar, a patalear, a buscar la forma de romper las ataduras, nadie llegó, no soportó más, una mancha amarilla empezó a cambiar el color a un rosa más obscuro de su traje, el calor que sintió al dejar sus esfínteres fluir poco a poco empezó a convertirse en frio, nadie llegó.

Descubrió que sus ganas de cagar no eran tal, poco a poco identificó que tenía un juguete metido en su culo y que su cuerpo daba aviso de un agente externo dentro de sí, por más que pujó no logró que se moviera, seguramente estaría amarrado pues no lograba que saliera ni un centímetro.

Estaba realmente desesperada, ya se había cansado de gritar, de moverse, la poca luz que entraba por una pequeña ventana poco a poco fue obscureciendo hasta que se convirtió en noche, nadie llegó, hambre, ansiedad, angustia, estaba sola, atada, se sentía olvidada. Se puso a ver los detalles de la pintura corroida, se puso a buscar figuras, un caballo, una vagina, un pene, una fogata, se quedo dormida.

Cuando despertó seguía sin haber luz, seguía cansada, no sabía si había dormido mucho o poco, seguía atada, ya no estaba mojada, sentía mucho frio, otra nueva erección, ya no agradecía no estar atada, La puerta se abrió y una sombra le puso una cinta en la boca, no gritó, no se movió, estaba paralizada cuando alguien entró, al ver la sombra supuso que no iba a ser ayuda, no se equivocó. Con la cinta plateada que le pusieron no podía hablar, gritar, nada, la sombra la desató, sentía sus músculos adormilados, entumidos, sentía dolor, la sombra era grande por lo que decidió no mostrar resistencia, se dejó hacer.

La sombra no decía nada, no daba instrucciones, a ella le empezó a dar miedo, prefería estar sola que estar con ese monstruo sin rostro, aquel hombre fuerte, solo desató las manos, los piés no. La puso sobre sus muslos y empezó a abrir un cierre que iba desde el hombligo hasta la parte baja de la espalda. Nuevamente una erección, duró unos pocos segundos pues empezó a recibir golpes en sus genitales hasta que la erección bajó, a ella solo le escurrían algunas lágrimas por su rostro, un nuevo cinturón de castidad le fue colocado, lo sentía muy frio, sin duda era más chico que el anterior, entre los golpes y el cinturón el dolor era mucho, o al menos eso pensaba....

Sintió como salía de golpe el tapón anal que ya había identificado que tenía y ahora si supo lo que era el dolor cuando un nuevo tapón más grande fue introducido sin siquiera avisar, era tal el llanto que pensó que se iba a ahogar, era tanto el flujo nasal que no podía respirar, sintió que le faltaba el aire, solo vió como una mano se acercaba a su cara, volvió a perder la conciencia, se desvaneció.

Regresó en sí con un golpe en la cara

-Despierta perra!! Buenos días!!, Dije buenos días!!

Ella no podía contestar, seguía con la cinta en la boca, la mirada era borrosa, otra vez la pintura en todos de oficina gubernamental, otra vez frio, dolor en el ano, otra vez hambre, cuando pudo enfocar ya no vió a nadie, nuevamente estaba inmovil.

-Muy bien, primera lección aprendida, no tienes voz, no debes de hablar, silencio, muy bien perrita, así es como debes de permanecer. Uy pero que asco, estas toda meada, eres asquerosa, sucia y hueles mal, pero bueno, debes de tomar una decisión de la que dependerá tu futuro al menos en el corto plazo. En cuanto salga estarás desatada, podrás hacer lo que quieras y dependiendo de lo que hagas será la instrucción que recibirás, Piensalo bien, pues de eso dependerá tu futuro.

Le puso un pañuelo en la cara para que no pudiera ver y salió, al poco tiempo de escuchar la puerta y el candado escuchó un pequeño ruido y sintió como sus pies y manos se liberaban un poco, estaba libre por fin, se quitó el pañuelo de la cara y por fin pudo levantarse, vió una puerta más de las que había visto con un letrero que decía, "piensa muy bien tu elección, adelante".

Al pasar quedó sorprendida era una habitación grande con cuatro zonas. La primera tenía un sofá, algunas almohadas de peluche, muñecos, una tele, en la tele había caricaturas japonesas, de mujeres voluptuosas, hombres vestidos de mujer, un tapete con unas cerezas de emoji. La segunda zona tenía una jaula, una fuck machine, de esas que tiene un dildo conectado a una máquina que tiene la función de entrar y salir, una máquina de sexo, la jalua estaba acomodada de tal forma que la cabeza quedaba fuera y la máquina estaría trabajando sobre su culo de forma continua sin que la prisionera pudiera moverse. Sintió un escalofrío al ver esa zona.

La tercer zona era solo una cortina negra, no se veía nada atraves de ella, en el piso había una línea roja en el piso y Mimi decidió no cruzarla, no supo que había atrás de esa cortina, la cuarta zona era un quirófano, las paredes tenían prótesis de silicona, pinzas y demás instrumentos de cirugía.

Una voz empezó a dar instrucciones

  • en dos minutos deberá usted cruzar la línea roja y entrar a una zona de las cuatro que tiene enfrente, si decide ver lo que hay detrás de la cortina entenderemos que ha seleccionado esa zona.

Mimi empezó a sudar frio, si por ella fuera eligiría el sillón, es lo que más cómodo se veía, después de esos días le urgía un descanso, algo de comida, estar cómoda, pero después de los malos tratos no confiaba en eso, si fuera gente buena la que lo tenía ahi no la hubieran tratado así, la jaula le daba terror, estar nuevamente inmovil con un pene de plástico entrando y saliendo de su cuerpo no le agradaba nada la idea, cuanto tiempo la dejarían en ese lugar? Qué cosa podría haber peor que lo que estaba viendo, habría un animal, una pistola, una hoguera, la puerta de salida, un plato de comida, que podía haber peor que la jaula? quizá esa es la mejor opción. Quizá el enfermo que la encerró quiera operarla, ponerle unos senos, poquito de pompi, si entraba al quirófano al menos estaría en manos de un doctor, en una cama, tendrían que nutrirla para soportar cualquier operación, quizá la dejarían guapa.

¿Qué hacer? ¿a que zona entrar?

Muchas gracias por leer esta historia, si no has leido poco menos que nada te recomiendo mucho leerla, el relato seguirá cuando 10 lectores me manden un mail diciéndome a que zona recomendarían a Mimi entrar y porqué, mi correo es mimi.cardona@gmail.com

Espero poder seguir pronto con esta historia, escríbeme bb