Una Nueva Vida (2)
Continuación del relato del nacimiento de Meli y como cambio su vida.
Para ese momento todo parecía ir muy rápido, primero mariana me llevo al baño donde me quitó todo el vello del cuerpo, esto nos llevo alrededor de 1 hora ya que ella se esmero a fondo por todo mi cuerpo. Cuando salimos del baño yo sentía muchas cosquillas por todo el cuerpo, tanto por la depilada por la sensación de saber como seria el resto de la noche.
- Vamos a ver ahora que te pondremos, me dijo mariana mientras sacaba ropa de una maleta que se encontraba bajo la cama; primero saco un tanga semitransparente y me enseño como se ponía, después me paso un sujetador a juego con el tanga al cual le puso unos rellenos que me dijo haber obtenido en un sex-shop, ella lucia unos hermosos senos como ya dije por lo que me los regalo (junto con toda la ropa que me puse esa noche). Me colocó después un ligero y me ajusto a el unas medias negras bellísimas con encaje. Yo me estaba volviendo loca al sentir toda esa ropa al contacto con mi cuerpo, aunque mariana no me permitía mirarme en el espejo, yo me imaginaba como me vería y eso me excitaba muchísimo, las medias al contacto con mis piernas recién depiladas me hacían sentir nuevas sensaciones y lucían hermosísimas.
Después mariana saco dos conjuntos y me dio a escoger. Uno era un vestido rojo con un buen escote y tirantes que quizás me llegaría debajo de los glúteos y que me fascino en cuanto lo ví, el otro era un vestido de noche negro hermoso, por lo que me costaba trabajo decidir (ya saben como somos nosotras tardadas para vestirnos), pero finalmente escogí el rojo. Después de ponerme el vestido y aun sin permitirme mirar, mariana me sentó de espaldas al espejo y comenzó a maquillarme, poniéndome una base de polvo en toda la cara, después maquilló mis ojos con una sombra que percibí oscura, puso rimel en mis pestañas y por último me puso un color rojo intenso húmedo en mis labios a juego con mi vestido y que a mi me dio una sensación deliciosa y muy femenina. Me coloco unos aretes de clip y una cadenita muy linda en mi cuello. Me presto una peluca de cabello largo y negro muy natural y me enseño como acomodarla. El toque final fueron unas zapatillas negras de charol con un tacón altísimo hermosas que inmediatamente procedí a colocarme y los cuales no me costo ningún trabajo manejar ya que son mi fascinación.
Finalmente mariana permitió que mirara el resultado de la transformación.
No podía creer lo que estaba viendo, el espejo me devolvía la imagen de una hermosa mujer muy sensual y ardiente. Mientras me admiraba y no salía de mi asombro mariana se dirigió a su maleta y saco de ella un consolador mediano, después se acerco a mi y me comenzó a acariciar nuevamente, mientras me decía al oído que bella estas, amor, mami linda, eres toda una hermosura- lo cual me hacia estremecer ya que me enloquecía estar siendo tratada como toda una mujer, al mismo tiempo, comenzó a tocar mi trasero y después a besarme tiernamente.
El contacto de sus labios con los míos sintiendo como se unían su labial y el mío y apreciando el olor de nuestros femeninos perfumes terminó por excitarme, de lo cual ella se dio cuenta de nuevo, comenzando a bajar otra vez por mi cuerpo, pero esta vez, apretaba con mas fuerza mi trasero, mientras me comenzaba a bajar el tanga. Con una mano acariciaba mi pene que ya se encontraba durísimo y con la otra se abría paso por entre mis glúteos hasta encontrar mi agujerito el cual comenzó a masajear con el índice primero y luego incluyendo el medio y comenzando con tiernos besos y luego incluyendo la lengua, la cual me produjo un estremecimiento en todo el cuerpo, mientras mi vista se nublaba por el placer y perdía nuevamente el sentido del tiempo y del lugar donde me encontraba y me entregaba nuevamente al enorme placer descubierto.
En un momento dado, Mariana introdujo su dedo índice en mi agujerito mientras seguía masajeándolo y comenzó a colocar el consolador en la entrada de mis glúteos, haciendo presión intento meterlo poco a poco provocándome un intenso dolor al abrirse paso y a pesar de que yo apretaba los dientes lo mas que podía, emití algunos quejidos ahogados e incluso deje correr una lagrima. Solo quería que entrara de una vez todo aquel inmenso instrumento lo cual sucedió unos segundos después donde emití un grito ahogado por el dolor intenso que me invadió, el cual fue dando paso al placer mas grande que haya sentido en mi vida. En esos momentos solo pensaba en disfrutarlo al máximo, por lo que comencé a moverme rítmicamente, lo que me hacia sentir cada centímetro de placer.
Después de unos momentos Mariana comenzó a meterlo y sacarlo rítmicamente mientras yo me imaginaba toda una hembra siendo poseída por su macho agresivamente, continuaba moviendo mis caderas y mi pene inmediatamente respondió a toda la excitación que experimentaba volviéndose a poner duro, Mariana tomo mi mano y me hizo sujetar el consolador mientras ella pasaba al frente de mi para volver a disfrutar con el, yo continué con mi sesión con aquel aparato maravilloso mientras ella se lo volvía a introducir en la boca y yo sentía un doble placer al recordar lo maravillosa que era mi nueva amiga con su boca. Muy pronto estaba en el éxtasis máximo por lo que la explosión no se hizo esperar inundando nuevamente la boca de mi amiga con mi leche mientras sujetaba con toda mi fuerza y con los ojos cerrados el glande de plástico como si en ello me fuera la vida.
Estaba exhausta pero muy contenta y Mariana todavía con mi leche en los labios se acerco a mi y nos fundimos en otro apasionado beso.
Ya no había vuelta atrás, después de haber liberado a Meli de su prisión ella no estaba dispuesta a volver a su encierro y menos después de lo que iba a vivir posteriormente...