Una nueva Vida (01: El Regalo de Cumpleaños)

Un Adolescente descubrirá que ha recibidó un regalo de cunpleaños muy inusual... y sudado.

Una Nueva Vida

(01: El Regalo de Cumpleaños)

Por favor no olviden escribir sus ideas y comentarios a: leopoldo_relatos@hotmail.com

I. Un Paquete Diferente

Supongo que querran oír mi historia, digo, por si les llegara pasar algún día a ustedes, claro que tendrían mucha suerte si les pasara algo así. ¿Por donde comenzaré? supongo que todo empezó el día de mi cumpleaños número 17, cuando me bajé del camión de la escuela. No sé porqué presentí que a partir de ahí cambiaría mi vida. Bueno, para no hacer la historia larga, encontré a la puerta de mi casa un extraño paquete, de hecho era un regalo, una pequeña caja envuelta en papel rojo. Tenía mi nombre escrito con un plumón permanente negro. Supuse que era un regalo de cumpleaños y lo llevé hasta mi cuarto para abrirlo, aprovechando que no había nadie en casa.

Emocionado abrí el paquete y me encontré con una nota pegada a una caja vieja. Despegué la nota y empecé a leer en voz alta: "Hola Leopoldo, este es nuestro regalo de cumpleaños, este es el momento en que tu vida cambiará, pero para que esto pase tenemos que saber que quieres hacerlo porque una vez que lo hagas no habrá marcha atrás. ¿Que debes hacer? El primer paso es abrir tu regalo y ahí encontrarás instrucciones. Nuestro Siempre. C.U.M." La nota de por sí era demasiado extraña y confusa, pero la curiosisad era mucha y abrí la caja. Dentro encontré una tanga de mujer, roja de encaje, así como también unas medias rojas de encaje que combinaban con la tanga. Tomé la nota que estaba pegada al fondo de la caja y empecé a leer, esta vez en silencio: "Ponte esta tanga y estas medias y mañana recibirás más instrucciones, de lo contrario debes guardarlo todo y dejar tu regalo donde lo encontraste. Esperamos contar con tu prescencia. C.U.M." Levanté la tanga y la observé por un rato preguntándome de que se trataba todo esto.

II. La Desición Tomada

De nuevo, sólo diré que la curiosidad era mucha y decidí ponerme la tanga al día siguiente. Vale remarcar en este momento que ese día teníamos deportes en la escuela y que debía ir de pants y la playera habitual de deportes, y claro, sin olvidar la tanga y las medias.

Recuerdo que ese día hacía demasiado calor y la clase de deportes no ayudó en nada, acabamos todos en la clase empapados de sudor y demasiado cansados. Inmediatamente después de la clase de deportes teníamos clase de matemáticas y el profesor decidió que quería enseñarnos un tema nuevo, pero un tema muy difícil, así que cuando terminó la clase y empezó el recreo, Santiago se acercó a mí y me pidió que le explicara el tema, pues yo si lo había entendido.

III. Instrucciones Recibidas

Santiago era el clásico tipo popular de la preparatoria, que está metido en todos lados de la escuela, que se creen muy machos, pero que a pesar de ser muy buen deportistas y todo, sus calificaciones estaban por los suelos. Santiago arregló algo con el prefecto del piso para que nos quedáramos todo el recreo y le pudiera explicar todo, pero en cuanto todos salieron del salón y Santiago cerró la puerta con seguro, se acercó a mi y se quitó la playera de deportes. ¡Que macho!, ahí fue cuando vi por primera vez su torso adolescente, perfectamente marcado, unos brazos para morirse y todo cubierto de vello totalmente sudado. Se acercó a mi lentamente y me bajó los pantalones lo más rápido que pudo. Acercó su cara a mi oído y empezó a susurrarme: "Me alegró que hayas decidido unírtenos, ahora debes obedecerme en todo lo que te pida, lo que debes hacer ahora es quitarte la playera, los calcetines y los tennis". Inmediatamente lo obedecí sumisamente mientras él se quitaba los pantalones, los calcetines y los tennis. Observé su cuerpo semidesnudo con sólo un bóxer de piel de tigre muy apretado cubriendo su apretado paquete.

Ahora, ya en nuestros respectivos atuendos sexuales, me besó, su lengua jugaba con la mía. Cuando el profundo beso terminó me dio una cachetada mientras me decía:"Saliendo de la escuela tengo una cita con mi novia, pero no puede verme así, lame todo mi sudor, lámelo, que a partir de ahora lo conocerás como jugo de macho y las putas como tú les encanta". En ese momento me tomó de la mano y me llevó hasta su banca donde se sentó. Con su poderosa mano tomó mi pelo y empezó a guiarme por su cuerpo, mientras yo lamía las partes que él quería. Lamí gustoso su velludo pecho, sus goteantes axilas, sus brazos, bajé un poco más y lamí sus piernas y sus pies saboreando cada uno de sus dedos. Todo esto excitaba a Santiago y mientras yo lamía su hermoso y grueso cuello, él se quitó su bóxer de tigre, dejando libre su gran pene venoso que esperaba por mí. Fue guiándome por su pecho, cada vez más abajo hasta que llegue a su pene- Esto era el límite y no iba permitir que me usara de su puta, pero Santiago apretó mi cabeza más fuerte contra su pene, de manera que entró a mi boca. "Pinche puta, dame todo el placer. A partir de ahora tendrás una obsesión por el pene de los machos, disfrutarás su leche como el mejor dulce que jamás se haya inventado, lo saborearás y lo tragarás."

Con una tanga, unas medias, sabor a sudor en mi lengua y un pene en mi boca, se la mamé a Santiago, y poco después de que se la empecé a mamar, el comenzó a gemir, primero lentamente, pero luego lo hizo cada vez más fuerte hasta que se corrió en mi boca. Santiago me levantó, por el pelo, y me gritó: "Quiero ver como te lo tragas, trágatelo todo." A pesar del sabor extraño no quise ver a Santiago enojado.

IV. Nunca estás Satisfecha

Habíamos terminado, Santiago buscaba su ropa para vestirse y yo me acerqué a él para preguntarle que era lo que estaba pasando exactamente, pero me vio venir, me tomó del pelo y me aventó al piso: "Tu eres de las que nunca está satisfecha, bien podemos arreglas eso, ponte en cuatro patas." Lo obedecí sumisamente y Santiago se acercó a mí y me quitó la tanga, me metió un par de dedos chupados en mi culo y al sacarlo me metió de lleno su pene. Yo nunca había había sentido tanto dolor, dolor que pronto se convirtió en placer en cuanto Santiago aceleró su movimiento metisaca y se corrió dentro de mí. Luego de eso, me levantó y me obligó a vestirlo mientras lamía todo su cuerpo, y me tuve que vestir mientras me besaba y saboreaba su sabor a tabaco.

"Mira puta, hoy irán a tu casa a examinarte, no me hagas quedar mal o tendré que castigarte." Me dijo en cuanto el recreo acabó y antes de que todos empezaran a llegar. A partir de ese momento vería a todos los hombres diferentes, divididos entre putas y machos. Pero lo mejor es que en esta historia aún hay más y pronto escribiré para contárselos.