Una nueva escapadita de mi hotwife

Una noche de copas, un ligue inesperado y una gran sorpresa. Infidelidad por lo enrevesado de la historia. Al final todos disfrutamos de aquella aventura.

Una nueva escapadita de mi hotwife

Estábamos a menos de un mes de navidad y las cenas de empresa empezaban a llenar la vida nocturna de las ciudades.

María al tener negocio propio no hacía cena de empresa, por lo que decidió salir una noche con su amiga Ana. Que estaba un poco deprimida por su reciente separación. Así que aprovechando que no tenían niños ese fin de semana. Quedaron para irse juntas a disfrutar de un día entero de amigas a la capital.

Se puso un vestido rojo que delataba sus intenciones y se alisó su morena melena. Estaba realmente atractiva y llamativa a la vez. Intuí con sus actos que esa noche iba hablar y a tontear con más de un hombre. Y no con cualquier hombre. Con los hombres que le gustan a ella. Altos, guapos y con buen cuerpo. Su prototipo.

Salió de casa a eso de las once de la mañana, ya que se iban a tomar vermouth y después a salir por la tarde y continuar de noche.

Yo tenía que trabajar, por lo que estuve casi toda la tarde liado. Iba llegándome algún whassup con alguna foto suya en acción. Ya se les notaba entonadas. Ya que son aficionadas al buen vino. Se las notaba muy alegres. Salí de trabajar y me fui a casa. Cene y puse netflix para estar entretenido con alguna película haciendo hora para irme a dormir.

La frecuencia de los whassup bajó bastante cuando se fueron a los bares de marcha. Acabe de ver la película y cuando me iba a meter a la cama me llego un whassup explicándome que Ana no se encontraba bien y cogía un taxi para casa. Que ella se quedaba en la capital porque había encontrado a una amiga de su hermana y se quedaba con ella.

Me resultó algo extraño pero opté por callarme y darle las buenas noches sin más.

Desperté a eso de las siete de la mañana y lo primero que hice fue mandarle un mensaje a ver si se encontraba bien y si ya estaba en casa.

No hubo respuesta. Me empecé a intranquilizar y entonces recordé que tenía el número de la amiga de su hermana de una vez que estuvimos con ella.

Escribí y le escribí un whassup:

  • Buenos días Cristina. Esta María ya en casa? No me contesta a los mensajes y estoy preocupado.

Su respuesta fue inmediata.

  • Buenos días Javi. Conmigo no está. No la he visto hoy. Ha venido a Zaragoza?

De repente mi alma se encogió.

  • Si Cristina. Pensaba que estaba contigo. Pero que me habré liado. Perdona. - Contesté como pude.

  • Bueno. Si le pasa algo que me avise y que venga a mi casa a dormir.

No quise seguir hablando. María no necesitaba engañarme para hacer lo que quisiera. Simplemente decírmelo. Me había defraudado y lo peor. Ni siquiera sabía si estaba bien, ni donde estaba. Llame por teléfono y no hubo respuesta. Una y otra vez. Mi angustia crecía conforme pasaban los minutos y seguía sin saber nada de nada.

Hasta que un whassup llegó a mi móvil.

  • Ya estamos en casa de Cristina. No te preocupes. Todo está bien.

Yo sabía que eso no era cierto y mi contestación no fue muy agradable.

  • No estás con Cristina. Acabo de hablar con ella. Tu sabras con quien estás. Pero voy a por ti ahora mismo. Mándame tu ubicación.

No hubo respuesta. Simplemente un mapa con una chincheta.

-Voy para allá.

Me vestí corriendo y entre en mi coche. Por mi cabeza pasaban mil imágenes y pensamientos que hacían que lo coche volara por la autopista hacia esa chincheta en el mapa. Justo en el centro de la ciudad. Llegue muy rápido. Localicé el portal y cuando estaba haciendo maniobras para aparcar. Abrieron la puerta del copiloto y María se asomó por el hueco entrando en el coche.

  • Hola. - Dijo en tono muy bajo. Sabiendo de lo mal que lo había hecho.

  • Que? Ya vale de fiesta o que?

Sin decir nada entró en el coche y arranque inmediatamente. Estaba cabreado y tenía una mezcla de celos y excitación que hizo que mi polla se pusiese dura como una barra de hierro.

  • y que? Has ligado mucho esta noche? Te has puesto buena de zorrear no?

  • No. He hablado con unos pocos, pero había uno que me ha gustado y me lo habría follado. Me ha gustado mucho.

  • Te lo habrías follado. O te lo has follado.

  • No, no me lo he follado pero me ha bailado en el bar refrotandose contra mi culo y me ha puesto muy cachonda.

Mi mente volaba imaginando esa escena que me estaba narrando como si la viera y mi polla casi hasta me dolía de lo dura que se me había puesto.

Otro incómodo silencio y llegamos al final a casa. Ahí comenzó el interrogatorio.

  • En casa de quien estabas?

Al ver lo que se le venía encima, maría confesó todo sobre su noche loca.

  • Estaba con Ana cuando se nos han acercado unos tíos que estaban muy buenos. De esos que me gustan. Y uno, que era e más guapo de todos y el que mejor cuerpo tenía, se ha puesto a hablar conmigo.

  • El que me has dicho antes....

  • Si ese. Entonces. Ha sido cuando Ana se ha puesto mala y se ha tenido que ir. Me he quedado a solas con ellos y me lo estaba pasando muy bien. Entonces el que me gustaba, que no se separaba de mi, se ha lanzado y me ha comido la boca. Besaba muy bien. Entonces me ha empezado a sobar por encima de la ropa y me ha puesto tan cachonda que yo también me he puesto a sobarlo a el. La sorpresa que me he llevado al tocarle el paquete es que lo tenía muy abultado. Se le notaba una polla dura y enorme. El seguía mordiéndome el cuello y poniéndome más cachonda cada vez.

  • Ya estabas mojándote ehhhh.

  • Si, estaba muy mojada. Mira como he puesto el tanga.

Y quitándose el tanga me lo dió para que lo viera. Estaba lleno de flujo. Me lo lleve a la nariz y olía fuerte, a hembra en celo.

  • Nos fuimos a su casa. Que es donde me has venido a buscar. El taxi nos dejó en la puerta y es allí donde empezamos a devorarnos. En el ascensor ya le desabroché el pantalón y liberé parte de la presión que lo oprimía. Entramos en su casa y en el recibidor me puse de rodillas y bajándole los pantalones y los bóxer. Pude encontrar algo más grande que lo que me esperaba. Una polla de unos 22 cmt según me diría más tarde y gruesa como una lata de Coca Cola. Se me hizo la boca agua y mi coño comenzó a chorrear. Con mi mano no podía abarcarla, así que use las dos para empezar a pajearla.

  • Me vas a empezar a hacer lo mismo a mi. Para que yo disfrute lo mismo que has disfrutado tú. -Le dije mirándola desafiante. - Continua con tu relato.

  • Te voy a pajear mientras te lo cuento. Pero no te dejare que me folles hasta que no acabe mi historia. Entendido?

  • Como quieras. - Le conteste a mi hotwife.

  • Pues después de desnudarlo. Empecé a comerle la polla. Tenía tan grande el capullo que no me cabía en la boca. Así que lo fui lamiendo y escupiéndole para lubricarlo. Tenía una polla enorme. Hasta me daba miedo cuando me fuese a follar. Entonces fue él, el que levantándome del suelo me desnudó mientras me lamía los pechos. Cuando me tuvo desnuda me tiro a encima de la cama y sujetando mis piernas metió su cabeza entre mis muslos. Comenzó a comerme el coño de una manera brutal. Tanto que no tarde ni un minuto en empezar a correrme. Cuando me corrí, aprovecho y me metió dos dedos. Entonces empezó a moverlos haciendo círculos con ellos, arrancándome un nuevo orgasmo casi instantáneamente. Metió otro dedo más y al poco otro. Con cuatro dedos abriéndome el coño, me estaba volviendo loca de placer. Cuando pensó que ya me había dilatado lo suficiente para su polla. Se puso encima de mi y me dijo: a las zorras como tú me las follo sin condón. Y diciendo esto su glande se empezó a abrir camino en la entrada de mi vagina dilatándola como nunca antes. Me dolía y así se lo dije, pero no paro y siguió perforando mi coño. Al poco dejo de empujar, cosa que alivio la presión que sentía. Entonces me cogió del cuello y empujó muchísimo más fuerte. Me estaba dominando de una manera que no dije nada. Estaba a su merced y le iba a dejar hacer lo que el quisiera conmigo. Le clave las uñas en sus nalgas y el hundió su enorme polla hasta el fondo. Hasta que sus huevos chocaron con mi culo. Estuvo en esa posición sin moverse lo que duró el orgasmo que estaba teniendo en esos momentos. Mi vagina se convulsionaba pero casi no se movía, estaba completamente dilatada. Yo gritaba sin parar y el apretó mi cuello con fuerza a la vez que me besaba en la boca. Entonces sacó su mástil de mi interior que descansó aliviado al bajar la presión. Pero entonces de un solo movimiento de cadera me ensarto de nuevo. Quito la mano de mi cuello y en esa posición se puso a bombear en mi interior. Al principio lento, hasta que notó que las paredes de mi cueva cedían a su grosor. Aumentó el ritmo y con ese aumento llegó una catarata de orgasmos que me hicieron mojarme tanto que el sonido de su polla empalándome se parecía a cuando cae la lluvia. La cama estaba empapada. Cuando decidió cambiar de postura y sacó su verga de mi interior, sentí un vacío enorme. No quería que eso parara y me puse a cuatro patas ofreciéndole mi cuerpo. En esa posición, su control hizo que aumentara su cadencia y su profundidad. Me estaba destrozando y yo no paraba de gritar y gemir. En esa posición me empezó a dar sonoros cachetes que hicieron que mi culito ardiera y me quedara rojo como aún lo tengo ahora. No pude aguantar mucho esos empujones por lo que paré y le hice tumbarse en la cama. Me subí a horcajadas encima suyo y apuntando su capullo en mi entrada, me dejé caer hasta abajo, empalándome entera. Un grito surgió sin querer de mi garganta. Empecé a cabalgarlo como yo sé hacerlo y a exprimirle la polla. Mis jugos resbalaban por su brillante falo y la lubricación natural cumplía su cometido. Ya me entraba mejor y lo estaba disfrutando. El empezó a soltar bufidos y su verga se hinchó en mi interior, tanto que parecía que me iba a romper por la mitad. Entonces y después de avisarme que se corría. Comenzó a soltar chorros de caliente leche en mi dilatado coño. Le saqué la leche hasta que no pudo más. Me quedé quieta y empalada hasta que las respiraciones empezaron a ser más normales. Entonces al levantarme y salir su polla de mi dilatado coño. Una enorme cantidad le leche cayo en los abdominales de ese semental que apoyándose en los codos y viendo esa escena me dijo: ahora limpia lo que has echado encima mío. Muy obediente lamí cada gota de su semen. Que todo sea dicho estaba delicioso. Creía que íbamos a seguir follando. Pero entonces llamaste tú y se jodío el plan de seguir disfrutando de ese pollón. Y esa es toda la historia.

  • Pues ahora vamos a hacer lo que has hecho con él. Quiero comprobar si tan abierto y lubricado tienes el coño. Y quiero mezclar mi semen con el suyo. Así hoy habrás tenido doble ración, y si lo haces bien. Tal vez te deje repetir, pero conmigo delante.

  • Me gustaría, además tengo su teléfono. - Dijo María con una sonrisa de medio lado en su cara.