Una novia encantadora 5 (Felices por siempre)

Verónica se va a casar y Roberto se ha recuperado de su lesión. Así que tiene maravillosos regalos para los tortolitos.

Previamente al casamiento. ##### había invitadó a Verónica a su apartamento a tomar unas cervezas.

Verónica se sentía culpable al no haberle dicho a Roberto sobre esta visita, pero luego pasaron por sus ojos imágenes de ella con Roberto, imágenes monótonas de “Juntos hasta que la muerte los separe.” La llevo a pensar que esta sería su ultima decisión independiente.

“Soy una mujer capaz de tomar sus propias decisiones, no estoy actuando de mala manera, además ##### es un amigo en común, no hay nada de que preocuparse.”


####### la invitó a sentarse, abrió dos botellas de la marca preferida de Verónica.

Con Roberto siempre tomaron la marca que a él le gusta, a ella le parecía genérica y poco estilizada.

-Esta marca es muy buena ¿Por que te dio por comprar esta marca justo para hoy?

-Noté que se ajusta muy bien a tus labios, Vero.

Ese comentario no tenía sentido, aunque al oírlo la entrepierna de Verónica cosquilleaba.

Inconscientemente, su dedo pulgar realizo movimientos circulares sobre la boquilla de la cerveza,.

Al observar las manos de él, ella sintió chispas recorriendo su cuerpo.

Esto según lo que conocía ella de sí misma, le ocurría cuando estaba en presencia de un hombre viril.

-Hace algo de calor aquí. -Dijo Verónica, para después tomar un trago. E intentar ahogar esas sensaciones que la embargaban.

Charlaron sobre asuntos triviales, incluso se podría decir que aburridos.

-Voy al baño, ya vuelvo.

A Verónica aún le quedaba media cerveza, y se preguntaba porque seguía allí, se suponía que mañana sería el momento más feliz de su vida.

“Cuando ##### vuelva del baño, volvere a casa.”

15 minutos pasaron, pero él no regresaba. Así que a ella le dio curiosidad y decidió investigar. Se llevo la cerveza consigo, y con pasos sutiles se acerco a la puerta del baño, sin hacer ruido.

Verónica no toco la puerta, porque estaba entre abierta. De hecho, podía ver la mano y la polla de ###### , a través de la abertura.

También podía escucharlo decir:

-Que buenas tetas tiene, como me gustaría llenarte ese coño de crema, Verónica. Esa boquita necesita probar una buena polla dura, eres una puta lasciva, Verónica. Roberto no se enterara, de lo nuestro, de nuestro vinculo físico. Mmn, sí, Verónica.

Él seguía agitando su polla con actitud, Verónica no tenía la capacidad para dejar de mirar. Sus piernas avanzaron por voluntad propia, y entro al baño, él mantenía sus ojos cerrados.

Por supuesto, él estaba fingiendo.

Ella se sentó frente al inodoro, observándolo masturbarse en primer plano. Tomaba pequeños tragos de alcohol, mientras revisaba cautelosamente: las venas, el grosor, el largo, las bolas colgando, balanceándose.

Verónica se sentía muy cómoda y relajada. Así que cuando él abrió los ojos:

-Hola, Verónica.

-Hola -Fue lo único que se le ocurrió responder.

Él seguía ordeñando su polla, con gozo.

Y al eyacular, Verónica maravillada vio como las gotas blancas deslizaban lentamente por la piel.

El olor a esperma le golpeaba la nariz. Y de su boquita rosada escapo:

-¡Oh , sí! Que buena corrida.

Él se limpio con papel higiénico, ignorándola, se puso de vuelta los pantalones y le propuso:

-Vero, creo que se hace tarde.

La llevo a la puerta y se despidieron.

Ninguno de los dos hablo sobre el asunto reciente. Justo cuando iba a salir del apartamento, él la detiene:

-Verónica, olvidas algo.

-¿Que sucede?

- ‘Novia Traviesa’

Parpados caídos, brazos flojos, postura blanda. Sin expresión, sin mente, completamente vacía.

Él levanto su falda e introdujo su mano bajo las bragas, sus dedos se humedecieron al contacto con la humedad de ese coño, podía sentir las bragas empapadas pegándose contra sus nudillos.

-Mañana te enseñare nuevos trucos, Verónica.


Cuando Verónica se estaba empolvando la Nariz, lucía un hermoso y largo vestido blanco, tallado al cuerpo, resaltando muy bien su figura, junto a una coronilla decorativa con flores alrededor de la cabeza.

En medio de sus últimos arreglos, ingreso el amigo de Roberto. Se sentó atrás de ella, para visualizar su culo, ella podía verlo a través del espejo.

Sus ojos recorrían ese sensual cuerpo con obscenidad.

“Esto debe parar.” Pensó Verónica, recordando lo sucedido ayer.

Camino hacia él, y lo encaro con firmeza:

-No vas a tener sexo conmigo ##### .

-¿Que? Eso a que viene ?

-No te hagas el tonto, se lo que estas buscando, y no lo obtendrás aquí, amo a Roberto y estamos a punto de casarnos. Deberías tener algo más de respeto por tu amigo.

-Lamento que pensaras así de mí, Verónica. Yo siempre me he considerado un hombre espiritual. Escuchame.

Verónica, no tuvo problema con ello, ya había aclarado su punto con él. Solo debía escuchar, para luego terminar de maquillarse, y caminar al altar de bodas.


Ella tenía la mirada fija en los labios de ###### , su atención estaba focalizada más concretamente en una gota de su propia saliva rodando en el labio inferior.

Sus bragas colgaban de su tobillo izquierdo, sentía como sus labios vaginales rozaban contra la dureza de la polla de ###### , casi le estaba practicando una mamada con el coño; estaba hiper-consciente de lo que ocurría en sus partes bajas.

-Me parece que con Roberto mmn-Empuje- haces una linda ha-Empuje- pareja. huhm-Empuje- Debes estar -Empuje más fuerte, más profundo- muy feliz. -Empuje- ¿No es así?

-….Ahh..mmn…..sí...mmm..Oh...joder...sí...feliz...feliz...mmmn…

Ella sintió como él fluía dentro de ella, el liquido cálido y espeso que tanto anhelaba su cuerpo.

Una minúscula parte de ella, susurraba:

“Oh, por el amor de Dios, ¿¡Que has hecho, Verónica!?”

Sin embargo el resto de su cuerpo aullaba:

“Mmn, que rico se siente. Maldición, esto es muy rico. Mis piernas están temblando, nunca sentí algo así.”

Él extrajo su hinchado trozo de carne de ella, y esperma broto de la cavidad sagrada de Verónica.

###### estaba increíblemente satisfecho, dejo que el liquido espeso deslizara hasta el culo, y luego la limpio con un pañuelo que estaba sobre la mesa.

-Nos vemos en veinte minutos Vero. Felicidades.

-¡Gracias!

Estaban Roberto y Verónica mirándose en el altar, sus ojos brillaban de emoción, cualquiera que estuviera allí, comprendería que estaban hechos el uno para el otro.

-Puede besar a la novia.

Roberto le dio un beso tierno y superficial en los labios a Verónica, no quería ser exhibicionista frente a su familia y amigos.

Ella por el rabillo del ojo divisaba a ####### , quien aplaudía al igual que el resto de invitados. Y aunque también sonreía, su sonrisa era distinta, una sonrisa de complicidad.

El recuerdo mutuo, la lengua de ella enroscándose con la suya, compartiendo fluidos, y tomando los de ella como un regalo.

Confesión:

El alma de Verónica, su voluntad, decisión, el rumbo de su vida, estaban a disposición de ######## a solo un chasquido, una llamada o un toque.

Tan grande era el cinismo del amigo de Roberto, que en una ocasión le confeso paso a paso el proceso de hipnosis a Verónica, pero la pobre no podía resistir chuparle la polla y no presto la suficiente atención, como para que algo de lo dicho cobrara sentido lógico.

Sin embargo quedaba una confesión pendiente, querido lector esto puede sonar absurdo pero nuestro personaje, posee una moral. No lo hizo por culpa, tal vez fue producto de su propio nihilismo. La explicación de esta conducta trasciende las palabra para expresarla, si lo escribo, quien no lo haya comprendido no lo comprenderá.


Roberto encendió su computador de mesa, la pantalla poseía un brillo pardo. Se habían iniciado dos procesos irregulares que él desconocía, abrió la terminal para revisar los procesos, una línea y un Enter eran suficientes para enterarse de las irregularidades.

Sonó el celular, y al contestar escucho a su amigo llamándolo para charlar en la plaza cercana. La voz era distante, su tono de voz resaltaba un turbio asunto.

-Bueno, he llegado. -Le dio un fuerte apretón de manos a su amigo.

-¿Que tal esta esa rodilla?

-Como nueva. -Dándole un golpe seco con la palma de la mano.

-Me alegra, ¿Te parece si nos sentamos?

Buscaron una banca libre con sombra, actualizaron sus opiniones sobre temas cotidianos, deportes y política. Hasta llegar al asunto central.

-Roberto, he hipnotizado a tu esposa.

-¿Hipnosis?¿Acaso eres de los que cree en esos chistes mágicos? De Verónica puedo esperarlo. Cada día confirmo que uno nunca conoce a la gente por completo.

######## era más de acciones que de palabras, así que le paso un sobre a Roberto.

-Ábrelo y me dices si es un chiste mágico.

Primero se encontró con una hoja de preguntas y respuestas, la caligrafiá era propia de Verónica, sin lugar a dudas; su cerveza favorita, su primera relación sexual, el cantante con el que se masturbaba en la adolescencia, sus contraseñas de redes sociales, sus manías.

Aquí Roberto arrugo el entrecejo consternado, pero no dijo nada. Luego vio una foto, en ella Vero, llevaba una camisa de Hello Kitty, un personaje que según él recordaba, ella detestaba, esta camisa resaltaba sus pezones, su mirada es vacía. La camisa era bastante larga, Roberto ya sospechaba que no debía llevar las bragas puestas.

Las fotos continuaron apareciendo, Verónica en una selfi provocativa, tocándose a sí misma en un baño publico. Un encuadre del torso de una mujer, una de sus tetas en las manos de un hombre. Roberto ya había visto en suficientes ocasiones esos pechos para saber a quien pertenecían.

Él estaba a punto de estallar en cólera, aunque no esperaba semejante descaro de su “amigo”, la ultima fotografía, el rostro de Verónica cubierto de lefa blanca y espesa, la lengua extendida lo máximo posible, y ese brillo de deseo en sus ojos.

Roberto se abalanzo sobre ###### , dispuesto a darle una tunda inolvidable. ######## ya estaba preparado para esto, así que Roberto no pudo llevarlo al piso, ni acertarle varios golpes. Pero él no era quien para ser subestimado.

Entrenaba con frecuencia y aunque su contextura fuera robusta, su capacidad de reacción era impresionante. En tanto ####### se cubría y esquivaba un golpe recto con la derecha, Roberto le asesto un gancho al hígado con la izquierda. Las piernas de ###### se tambalearon, pero soporto la potencia del impacto, y continuo a la defensiva.

Roberto lo sujetó del cuello de la camisa, y cuando estuvo a punto de clavarle un recto de revancha en la madíbula. Pero ####### lo tomo del antebrazo antes del choque, giro a gran velocidad, y lo lanzo por encima del hombro cargándolo sobre su espalda. Una técnica de Judo llamada Seoi-nage.

Roberto quedo neutralizado, aplastado contra el suelo. ######## tosió, mantuvo el equilibrio sosteniéndose de la banca, ese golpe al hígado fue contundente.

-¿Por qué? ¿Para que llamarme aquí? ¿¡Con que puto propósito!? -Le cuestionó Roberto acostado en el cemento.

-No podía quedarme callado, empezó a perder sentido ocultarlo. Sé que puede sonar retorcido lo que voy a proponer. Quiero ofrecer una compensación.

Volvieron a sentarse, Roberto no lo miraba a la cara. Pero aunque le costara mucho admitirlo, si él pudiese hipnotizar a las personas, habría convertido en esclavas sexuales a muchas de las mujeres de sus compañeros de Rugby, o a esa sensual secretaría morena llamada Jessica.

-¿Me has hipnotizado a mi también?

-Solo para asegurar mi integridad, no he realizado ningún cambio importante.

-Esa amiga tuya, Laura.

-Por supuesto y a su hermana.

-La ex-novia de la que tanto hablas.

-¿Hannah Milano?

-Sí, esa misma.

-Claro, desde hace mucho.

-¿Hay alguien de tu entorno que se salve de estos sucios trucos mentales?

####### le dio una sonrisa discreta.

-Hablando de esto nos podemos quedar toda la tarde; ya sabes lo que puedo hacer y mis alcances, aunque ahora parece una desgracia, somos amigos. Así que te ofrezco un deseo; como hacen los genios de las lamparas.

Roberto lo medito muy bien, si estaba hipnotizado, entonces nunca existió la posibilidad de ganar. Debía aprovechar en lo posible la situación.

-Hipnotizaste a Laura, ¿Estoy en lo correcto?

-¿Quieres tener sexo con Laura?

-No, me interesa su hermana caprichosa, no me acuerdo su nombre.

-Rocío.

-¡Ella! Odio su prepotencia, me encantaría verla chupándomela. Y que no supiera porque desea hacerlo, y siga succionando hasta que me corra en su boca.

-Ja Ja, ella puede ser detestable en ocasiones. Es hora de despertar Roberto.


Roberto se había desmayado sobre el teclado, la línea de código falló su ejecución, la reescribió y evaluó, los dos procesos extraños del computador habían desaparecido. Que tórrida e incomoda pesadilla había tenido.

Camino hacía la alcoba, vio a su mujer con bata de dormir y gafas revisando un pequeño libro azul.

-¿Que haces ahí parado mirándome? ¿Sucede algo?

-¿Cual era tu cantante preferido en la adolescencia, Verónica?