Una novia encantadora 3 (Nueva mascota)

Verónica aprende a comportarse

Verónica usualmente ha sido muy cerrada con los demás, no es usual que muestre sus verdaderas intenciones, prácticamente desde el nacimiento. Unicamente ha revelado su verdadera forma de ser a dos de sus mascotas, un conejito llamado ‘Albert’ y una perra llamada ‘Snowball’. El amor de ella a sus mascotas era genuino, pero el amor no esta relacionado con la honestidad.

Aunque amaba a sus animales, ella siempre los vio como seres inferiores. Siempre se comporto de forma autoritaria con ellos, para el bien de Albert y Snowball, obedecieron cuanto pudieron.


Otra vez Vero visitaba al amigo de su esposo en secreto. El sillón era mullido y suave, el departamento oscuro y húmedo.

-Es un gusto tenerte de invitada, ¿Que te trae por aquí?

Ella reflexiono, venía cada semana, a la misma hora, ¿Por qué? Se lo cuestionó, hasta encontrar una respuesta precisa.

-Ya sabes, vine por mis bragas.

-¡Ah, como pude olvidarlo! Esperame, te las traigo en un momento.

-No hay problema, gracias por cuidarlas.

-De nada, aún conservan el olor a coño. -Poné las bragas frente a la nariz de Vero, para que ella lo certifique.- Y están algo sudadas porque se la preste a una amiga. No tienes problema con eso ¿Cierto?

-No hay problema. -Con voz monocorde.- Gracias. -Sintiendo que debía agradecerle.

Ella percibía un pequeño deja vu, como si hubiera estado repitiendo esta frase horas y horas, en un bucle.

-Mmn, sin bragas, ¿Como le has hecho? Digo debe ser incomodo.

-Al contrario, es más liberador.

-¿Liberador?

-La brisa pasa entre mis piernas y es divertido. -Con una sonrisa juguetona.

Por supuesto, es natural que la novia de tu mejor amigo, hable de temas sexys.

-¿Puedo? -###### pregunto amablemente. Señalándole el coño.

-Sí, eso no se pregunta.

Subió la falda de su vestido blanco ceñido al cuerpo, revelando su sexo depilado y desnudo. Ella no acostumbraba a llevar esos vestidos, aun así esta era una ocasión especial.

####### masajeó el clítoris de Verónica, atrapó los labios vaginales entre sus dedos e introdujo sus dedos medio y anular en la vagina mojada.

-Tienes un coño muy sano y limpio, Vero. Te debe gustar mucho tener una polla entre las piernas.

-¡Me encanta! -Y añadió con desgana.- Me encanta follar con mi pareja.

-¿Solo con tu pareja?

-Solo con Roberto.

-Una lastima, porque tengo la polla muy dura.

Ella deslizó sus manos por encima del bulto formado en ese pantalón desteñido, palpándolo por encima de la tela.

-Es increíble. -Dijo realmente impresionada.- ¿Pu..puedo ver? -Titubeaba, le ponía ansiosa la polla creciendo y creciendo bajo el pantalón.

Él bajo sus pantalones y boxers, su verga se elevaba erecta ante la mirada expectante de Verónica. Ella quedó absorta, visualizó las venas hinchadas, el glande morado rojizo y brillante, el liquido preseminal iluminándola.

Dos de sus propios dedos ingresaron automáticamente en su boca, ella recreo el tacto de una polla sobre su lengua, en el interior de sus mejillas y paladar. En medio de esa catarsis sexual, reaccionó:

-No estarás sugiriendo que follemos, ¿No? Eso esta muy mal. -Como intentando darle la lección a un niño sobre la forma adecuada de cruzar la calle.- Estoy con Roberto, y follar con otras personas no es correcto.

Él estaba sonriendo, burlándose de ella.

-Tienes razón, estaría muy muy mal. Me puedes alcanzar mi mochila.

###### sacó un collar de perro rosa, con bordado de tela, se notaba que era de una marca económica. Un latón rojizo colgaba con una inscripción que ella no podía ver con claridad.

Lo tomó por los extremos, estirándolo, colocándolo tenso. Lo enrollaba en sus manos, las acercaba y las alejaba con velocidad, resonando el choque elástico por todo el departamento. Verónica estaba anonadada, no entendía porque esos movimientos tan erráticos y fuertes hacían que sus pezones se endurecieran.

-‘Novia traviesa’. Buena chica, vamos a explorar esas facultades femeninas.


-….gugls...Ghhauguhsh…..¡gag...GaaG!...….gs...Gguhsh…..¡gag...gagG….ggag G!….guls..

Él le follo la cara, Verónica tenía la lengua afuera para favorecer el deslizamiento de la polla en su garganta. él la jala hacia él, tomando el collar con firmeza, parecía forzarla, sin embargo con la hipnosis ella ya estaba dispuesta a complacerlo. Esto era condicionamiento operante, en su estado más puro, asociar el collar con poder y dominio.

Su mano izquierda jugaba con su coño, mientras su mano derecha tiraba de su pezón con agresividad, en éxtasis. Su boca hacia agua, el mentón empapado de baba.

-Ahora chupame las bolas, zorra.

Extrajo su polla abrigada de fluido bucal, ella masajeó el tallo lubricado con sus manos, a la vez que lamía lentamente el escroto de ######, saboreándolo como una azucarado helado de crema.

-Ponte en cuatro, ha llegado la hora de satisfacer el apetito de puta que tienes.

###### penetró ese coño apretado, abofeteando su trasero, tirando fuertemente de la correa, sin piedad.

-¿Solo te encanta follar con Roberto?

-No..mmh..A...n…

-¿Con quien más te gusta follar? -Embistiéndola con fuerza.

-Con..¡Ahg!..mi..mm..Amo…..

-¡Excelente, Mascota! ¿Más o menos que con Roberto?

-…..¡Oh!..mmn...¡Más! ¡MÁS!

-¿Cuanto? -Exprimiendo una de sus tetas.

-Un millón ...Ahmm..de veces….mmn….más que Roberto.

-¿Un millón? Amas mi polla hasta niveles infinitos, incomprensibles para tu tonta cabeza rubia. Despierta Verónica.

Ella gimió retomando la consciencia, con el amigo de su futuro esposo bombeándola fuertemente. La sensibilidad de su piel, le ocasionaba un gozo perpetuo. Su visión era borrosa y sus oídos zumbaban.

-No….Mmn..esta..bien….yo….Roberto……. -Fue lo único que atinó a decir antes de caer en delirio por el placer que recibía en cada embestida.

Para Verónica aquella experiencia era magnifica, algo sobrenatural. Su cuerpo ya conocía esas sensaciones, pero nunca su consciencia había enfrentado el totalitarismo de lo carnal. No había elección. Sacó la lengua por reflejo, ella intentaba mirar al frente, aún así sus ojosse bizcaban.

###### se detuvo, sin dejar de sostenerla del collar. Entre tanto la inercia del placer sexual, del hambre pasional en Verónica, la llevo a mover la cadera, continuando la cadencia de la penetración.

-Eso es, eres una gran Mascota. -Le acaricio el cuero cabelludo con la yema de los dedos. Ella se sintió completamente humillada, controlada, sumisa, servil y excitada.

Así que hundió la cabeza en el sillón, alzando aún más su culo, arqueando la espalda, masajeando la polla con su coño. Esa polla que tanto placer le aportaba.

-Voy a cambiar de agujero Verónica, espero que no te moleste.

Ciertamente le molestaba, no solo le molestaba, le enojaba. La transición de la verga impregnada de lubricante vaginal, saliendo de su coño, con el glande rozando su ano, las dos manos abriendo sus nalgas, diluyo gradualmente el enojó, entre cada centímetro de polla que se atornillaba.

Y aunque fuese superfluo, ella contestó:

-No hay problema. Gracias.


Lo tomó por los extremos, estirándolo, colocándolo tenso. Lo enrollaba en sus manos, las acercaba y las alejaba con velocidad, resonando el choque elástico por todo el departamento. Verónica estaba absorta, no entendía porque esos movimientos tan erráticos y dominantes hacían que sus pezones se endurecieran.

Observo la erección de ######, debajo de esa cremallera, tras esas manos fuertes, y ese collar barato de perro.

-¿Te encuentras bien? Has estado dispersa. -Le advirtió el querido amigo de Roberto.

-Disculpa, te uso el baño un momento. Vuelvo en un rato.

En el baño, Verónica notó que traía puestas sus bragas. Todo había sido un terrible sueño, a lo lejos se escucho un silbido agudo.

Vero salio del baño a verificar, ###### le hizo un gesto con la mano. Ella no se enteraba de porque entendía el significado de dicho gesto, se arrodillo frente a él, mirándolo a los ojos, la lengua estirada sobre el mentón, jadeando, las manos a la altura de los hombros, las muñecas dobladas.

-Bien hecho, Mascota. Verónica se lo a creído de maravilla. -Acicalándola.

Un punzante pavor, mezclado con deseo, se fundió en su pecho cuando la neblina espesa e inextricable se apodero de su ser.


-‘Novia traviesa’, buena chica, vamos a explorar esas facultades femeninas.

-Soy un juguete sexual, Amo. Una mujer sumisa para complacer.

-Tengo jugo de naranja en la nevera, traémelo.

Se puso a ello de inmediato. La marca de sus delicadas manos quedo empañada en el cristal.

-Ya has visto este collar Verónica, ¿Lo recuerdas?

-Sí, lo recuerdo Amo.

-¿Que te hace sentir?

-Me hace sentir cachonda, muy cachonda.

-¿Es tu collar de….?

-Es mi collar de Mascota.

-¿Te gusta ser mi Mascota?

-Me fascina.

-Eres una Mascota inferior, sumisa y servil.

-Soy una Mascota inferior, sumisa y servil.

-Cuando te colocó el collar, ¿Roberto que es para tí?

-Es un extraño.

-¿Y yo?

-Eres mi Amo.

-Perfecto. Soy tu Amo, y recuerda la imagen de tu Amo es lo más brillante en tu mente. Mi olor y el resonar de mi voz, son miel que nutre tus deseos. Toda tu energía sexual esta orientada hacia mí.

-Toda mi energía sexual esta orientada hacia tí.

Él abrocho el collar en el cuello terso de Vero, lo ajustó dejándolo ligeramente apretado. Como un interruptor, la mandíbula de Verónica se descolocó, la lengua ensalivada se desenrollo. Él palpó con su glande el paladar de ella mientras lo sumergía en su garganta.

A fin de cuentas, la función de todamujer Mascota es complacer cualquier deseo sexual de su Amo.