Una noche lluviosa y no sólo en el tiempo
Me agarro de las caderas y me la metió sin piedad, sin dejarme mover ni zafarme hasta que me acostumbré a su polla.
Buenas noches Chic@s.
Primeramente he de decir que este relato es real y caliente caliente, relatado poco después de suceder. Soy un chico joven, en la veintena, una época espectacular para probar, saborear y disfrutar todo tipo de sensaciones y más viviendo en la capital de España. Además soy un chico bastante deportista, básicamente un chico que le gusta cuidarse, entre 1.85 y 82 Kg sin estar tremendamente musculado, cierto es, que me gusta fortalecer bastante mi culete ya que es uno de mis puntos fuertes.
Una tarde me encontraba estudiando en casa, y son de estas tardes que estás ronroneando una sensación de calentura en el que no dejas de mover el culete allá donde vás y jugueteando contrayendo el esfinter esperando un buen instrumento fálico que entre hasta lo más profundo de mis entrañas.
Por lo tanto, pensé que era una buena idea entrar a ver si encontraba algo, abrí el chat de Terra y me preparé para tener un poco de suerte. Normalmente me encantan los maduros activos, así que fui directo entre la "a" de activo y "m" de maduro esperando encontrar a alguien cerca de casa. Después de 30 minutos entre maduros que estaban lejos y casados mareando la perdiz, llegó él, estaba a 10 minutos andando de casa y tenía un sitio libre. Clamé al cielo en que me diera el skype, estuviera bueno y pudiera quedar en ese mismo momento.
Después de los 2 minutos de parloteo inherente, cual zorrita desesperada le puse la cam, y ahí estaba el acostado en un sofá en boxers con un tremendo bulto promocionandome lo que presumiblemente me iba a comer. El quería ver mi culete y yo su polla, afortunadamente somos simples y cada uno dio lo que el otro quería, me suelo depilar el culete y tengo el ano calvito calvito, cosa que le encantó.
Al otro lado de la pantalla había un hombre moreno moreno, con los boxers por las rodillas agarrando como un mandoble una polla depilada, descapullada y extremadamente rica. Me vine tan arriba que mientras el se pajeaba, yo ya me estaba metiendo un dedo. Después del jugueteo previo, llegó la gran pregunta ¿Cuando te vienes? Raudo y veloz respondí me ducho y voy. Me dio su dirección y me apresuré a la ducha para lavarme bien.
Ese día estaba especialmente juguetón, así que me puse unas braguitas de nena que tenía a mano de mi último macho. Unas braguitas blancas con un lacito en la goma bastante ajustaditas y que hacen que se me salgan un poco las nalgas. Ya que la tarde llegaba a su fin si me ponía unas mayas de correr no se iba a notar como se marcaban las braguitas, así que me duché me vestí y en menos de una hora estaba de camino.
Toque a su portero naturalmente, como si nos conociéramos de toda la vida para no levantar sospechas y ante mi apareció un hombretón mas alto que yo, con unas piernas espectaculares. Automáticamente me dije para adentro, me va a destrozar. Poco después de la primera cerveza ya me estaba tocando el culo y tomandome de la cintura para restregarme su polla. Yo estaba retozando como una perra en celo, moviendo las caderas y pasando la dureza de su polla de nalga a nalga. Tomé la mano por mi espalda hasta llegar a su paquete, al rozarlo, desprendia calor y palpitaba deseando mimos. No obstante, me retiró la mano diciendo "Aquí mando yo", fué decir eso y mi polla se puso a mil. Me llevó hasta el sofá y me puso a 4 patas, me fué bajando poco a poco las mayas, cuando vió las braguitas blancas afirmó que putita que eres, la verdad es que en ese estado me encanta que me traten como una puta.
Y ahí estaba yo, en un sofá ajeno, a 4 patas con unas mayas por las rodillas, unas braguitas de nena ajustadas y recibiendo azotes mientras me decían lo putita que era. De repente, noto como me apartan las braguitas sin quitarmelas con violencia, desquebrajandose un poco y una mano pasa por la raja del culito haciendo presión con un dedo en mi agujero. En seco, sin lubricar me molestó un poco, cosa que él lo remedió rapidamente. Se agachó y me paso la lengua por todo el culito, dios que sensación mas rica, mientras me lamía podía ver su polla colgando y bamboleandose de un lado a otro mientras pensaba entre miedo y deseo, lo que me esperaba.
Poco a poco, me fué humedeciendo con su lengua mi agujerito y dilatando. Hasta que llegó el momento en el que me dió la vuelta bruscamente, sentandome en el sofá. Ante mi, tenía una polla de unos 18 cm, bastante gorda y depilada. Mi macho, me agarró de la nuca haciendo fuerza, sin embargo, se las quité para admirar bien esa polla. Tenía una gotita de líquido preseminal en la puntita cosa que recogí con la punta de la lengua, mientras lo miraba. Esto lo hizo cambiar y cogerme de la cabeza para incrustrarmela en la boca, hasta el fondo. La comí por un lado por el otro, el capullo, los huevos, me encantaba esa polla. De repende, levanta una de las piernas poniendola en el sofá y empieza a follarme la boca. Yo estaba succionando intentando no tener arcadas pero me era imposible, mientras notaba su polla en los confines de mi boca, notaba mi culo muy muy húmedo y aproveché para meterme un dedo.
Mi macho, se dió cuenta de ello, me hizo quitarme las mayas, las braguitas y me llevó a su cama. Me tumbé boca abajo con las piernas por fuera y una almohada bajo el vientre para que mi culito se quedara expuesto en el filo de la cama, Afortunadamente la cama era bastante alta y le quedaba cerca de su cintura por lo que su polla estaba en dirección a mi culo. De repente sin avisar, me escupió en el culo, se puso un condón y me metió el capullo de golpe.
Yo grité, dios que dolor, creía que me iba a partir en dos, mientras tanto escuchaba bufar y decir shhhh tranquila putita que te gustará, dicho esto me la empujó toda de golpe y le pedí por favor que la sacara que me dolía mucho. El, mientras tanto, me cogía de las caderas y echaba con sus brazos todo el peso en mi espalda, de manera que no podía moverme. Y ahí inmovil, tenía una polla completamente dentro y no podía dejar de sentir dolor.
Poco a poco, el dolor se fue desvaneciendo y lo que antes era un impedimento, se convirtió en un placer. Levanté las piernas, quedandome con medio cuerpo fuera de la cama siendo agarrado por el y follandome sin piedad. Sin querer estaba gimiendo como una nenita cosa que a él le hacía ponerse más cachondo. De momento para diciendo que todavía no quiere correrse y me pone bocarriba con las piernas en sus hombros. Notaba como sus huevos chocaban y su polla llegaba a lo más profundo de mi ser, estaba anestesiado, sólo podía chupar el dedo que me metía en la boca como si fuera una polla, gemía sin parar y el bufaba como un semental empotrando a una yegüa.
Estaba completamente fuera de mí, cuando de repente escucho la gran pregunta, ¿Donde quieres que me corra? ya sabía donde iban los tiros, así que cogí unos de sus dedos y lo chupe mirandolo a los ojos. El lo entendió y sacó su polla dejando un vacío dentro de mi, me puso de rodillas y se empezó a pajear mientras yo chupaba la punta de su capullo y masajeaba sus huevos. Con la otra mano me estaba tocando yo mismo cosa que hizo que me corriera rapidamente.
Instintivamente, cogí mi corrida, y se la hunté en su polla, acto seguido me meti la polla entera en mi boca mientras lo miraba con cara de ¿A que esperas?. Visto esto se la empezó a jalar brutalmente y abrí mi boca esperando su liquido manjar. De repende un chorro acabó en mi barbilla mientras que los demás me las arreglé para que entraran en mi boca, lo saboree gustosamente y nos fundimos en un beso.
Poco después nos dimos una ducha y se despidió con una nalgada, como prólogo de lo que pasaría noches después.
Pero eso ya es otra historia...