Una noche inolvidable (1)

Le traía ganas desde hacía tiempo, pero por fin había llegado el momento que tanto deseaba.

Hola si estás leyendo este texto significa que gustas por la lectura de textos eróticos al igual que yo, entonces es más fácil que puedas entender lo siguiente:

Este no es un relato como cualquier otro, tiene un objetivo muy especial que va a depender del resultado que tenga, si veo que es de tu agrado, tomaré la decisión de dedicarme a escribir mas serio, claro que siempre acerca del mismo tema. Desde muy pequeña me ha gustado la escritura, pero ahora tengo la intención de redactar textos eróticos, quizá mas adelante puedas tener entre tus manos un libro que haya sido escrito por mí, que sea una novela, poesías o cuentos de la temática mas emocionante de todas: el arte de unir dos cuerpos, en una entrega llena de la misma emoción, henchidos de pasión, de lujuria, de deseo. Esta es la razón por la que te pido muy atentamente que lo leas, si crees que es bueno o que tiene un futuro te pido me envíes los comentarios que tengas sobre el texto, créeme que es de gran importancia para mi, ya que va a servirme para saber el rumbo que debo tomar en mis escritos; de la misma manera si piensas que es mejor que siga dedicándome a otra cosa, con toda la confianza del mundo manda tus comentarios, que haré mucho caso a lo que digas.

Había llegado ese día tan esperado por mí, después de tanto tiempo en que guardé toda la pasión que sentía por él desde que lo vi por primera vez en ese café (un amigo lo llevó a una reunión que tuvimos después de casi seis años sin vernos), esos ojos oscuros que poseían una mirada penetrante de esas que sientes que te desnudan; unos labios muy sensuales, que te dan ganas de comerlos y su cabello oscuro y crespo despeinado, que quieres sentir por toda la piel; en cuanto lo vi sabía que algo entre nosotros tenía que pasar, también cuando me vio le dieron ganas de desnudarme ahí mismo (bueno al menos eso dijo cuando nos empezamos a conocer). Con solo pensar en ese momento siento que no voy a poder soportar hasta que él llegue. El sol tenía un brillo especial, el azul del cielo era mágico, el viento corría tranquilo, como acariciando suavemente mi piel, parecía que todo alrededor sabía a la perfección toda la felicidad que había dentro de mí. Tenía mucho por preparar, el por fin tener a ese chico (chico literalmente, porque es casi 10 años menor que yo) entre mis brazos ameritaba toda mi devoción, quería que todo fuera perfecto, que cada uno de nuestros sentidos se exploraran al máximo (unas velas aromáticas para el olfato, una música suave y cadenciosa para el oído, mi arreglo personal y decoración pulcra de la casa para la vista, una deliciosa comida para el gusto y mi piel suave y tersa para el tacto).

Me desperté muy temprano con la cara de felicidad clásica cuando sabes que todas tus fantasías se harán realidad, que todo aquello que tanto deseas muy pronto se te va a cumplir, que todos esos besos, todas esas caricias que has guardado para entregar en el momento indicado, pronto serán ofrendadas, y no solo era eso, sino que también iba a recibir la entrega total de él, mis labios sentirían los suyos, y recorrería mi piel que estaba ansiosa de tenerlo ya enfrente de mi. Mientras me bañaba recorrí mi cuerpo como deseaba que lo hiciera el, me acaricié de diferentes formas: con las yemas de los dedos, con mis uñas (que había dejado crecer para esta ocasión), con la esponja, con lo se encontraba cerca; tenía la intención de introducirme algo, para empezar a satisfacer el apasionamiento que sentía (ya dije que era imposible que soportara hasta que llegara él), pero inmediatamente pensé en que muy pronto todo eso que sentía iba a ser complacido, así que decidí resignarme, no era mi mano, un vibrador o alguna otra cosa lo que deseaba tener dentro de mí, lo que quería, lo que realmente necesitaba era tenerlo a él. Fue el baño mas largo que me había dado, pero necesitaba saber que sentía en cada centímetro de mi cuerpo para poder compartirlo con él, para poder explicar como necesitaba que me amara, como quería y por donde quería sentir.

El preparar cada rincón de la casa fue más ligero claro que con el debido cuidado y el esmero preciso "por lo que pudiera pasar", mi intención no era estar simplemente en la cama, quería hacer el amor en todos los cuartos de mi casa, lo importante en ese momento era poner la imaginación a todo lo que da.

Después de una larga jornada de trabajo, en la que casi ni pude estar concentrada pensando en lo que pronto sucedería, llegó la hora tan esperada por mi; mientras más cerca estaba de mi casa mi corazón latía y latía con más fuerza. Llegando a la casa volví a darme un regaderazo y a colocarme la ropa adecuada para la ocasión. Le estaba esperando sentada en mi sillón favorito bebiendo una copa de vino, con un vestido color rojo diminuto, que dejaba a la vista mis bien formadas piernas, era de tirantes por lo que muy bien podía deslizar sus manos o sus labios sobre mi piel sin necesidad de quitarlo, además de un escote que dejaba ver el nacimiento de mis senos, aunque claro, con mi talla, era muy difícil que no se viera; unas zapatillas rojas que dejaban ver los dedos de mis pies, claro que a través de unas medias; mi ropa interior se podría decir que era inexistente: un sostén straples de media copa color negro que apenas alcanzaba a cubrir mi talla 36 copa c, una diminuta tanga también de color negro, tenia además un liguero que sostenía unas medias color negro, mi maquillaje era mas bien natural, no acostumbro a maquillarme tanto, un sencillo delineado negro alrededor de los ojos, en mis pestañas no podía faltar la mascara, mis labios lucían color rojo que combinaba perfectamente con mi ropa, mis mejillas no necesitaban color, estaban rojas del calor que guardaba y que se podía apreciar en el ambiente.

De repente tocaron a la puerta me levanté y ahí estaba él, más guapo de lo que recordaba, con un pantalón negro, un saco negro también (que llevaba abierto) y una camisa oscura de manga larga, sus ojos oscuros reflejaban esa mirada tan profunda que me cautivó desde el primer día que lo conocí, sus labios carnosos que invitan a comérselos a besos, su cabello medio despeinado, en la mano derecha un ramo de rosas rojas (mis preferidas), al verlo así tan excitante quise aventarme encima de él y dejar a un lado todo lo que tenía planeado y preparado para darle paso a la pasión desenfrenada, pero me contuve, quería que todo fuera perfecto, despertando poco a poco en él cada uno de sus sentidos, teníamos toda la noche para disfrutar de nuestros cuerpos, de toda esa pasión que se aspiraba, de todos esos sentimientos guardados, así que solo lo saludé muy tranquilamente con un cálido beso en la mejilla rozando casi su boca. Nos sentamos en la sala para poder platicar sobre cómo había sido nuestro día durante el trabajo, comentamos muy vagamente todo lo que nos había llevado hasta ahí; sin embargo en el ambiente se percibía un aroma especial, de deseo, de pasión, sobre la mesa de centro había una charola con comida (a la que no le hacíamos mucho caso), una botella y unas copas; puse algo de música suave para bailar, sentir su cuerpo pegado al mío hizo que mi excitación subiera, podía sentir su miembro endurecido ya, sus manos recorrían mi cuerpo ansiosas de poder sentir mi piel completamente desnuda, mi respiración se agitaba por lo bien que se sentían esas manos, empezó a besarme, primero en los labios, poco a poco fue bajando a mi cuello (un punto donde me trastorna), al hacer esto hizo que empezara a humedecerme.

De pronto lo detuve, le susurré sensualmente al oído que iba a ponerme cómoda. Así que me dirigí a mi habitación. Tardé un poco quise hacerlo esperar para que su imaginación volara, que tratara de descubrir que sorpresas tenía preparadas para este día tan especial. Salí (al fin) con un baby color rojo, sexy pero no atrevido (dejaba mucho a la imaginación), cambié la música (puse algo más sensual) y empecé a bailarle, moviendo mis caderas como incitándolo a tocarme, avanzaba hacia donde estaba y retrocedía cuando intentaba alcanzarme, parecía una profesional (aunque verdaderamente estaba muy nerviosa), al ver en su cara el deseo mis movimientos se hacían más provocativos, las ganas de tenerme entre sus brazos, y la excitación que había en mí hicieron que al ritmo de la música fueran cayendo mis prendas: primero salieron las zapatillas rojas, las medias negras, el liguero que las sujetaba y la parte de arriba del baby, quedando solo con la tanga que hacia el conjunto (que para ese momento ya estaba demasiado húmeda), quedando mis senos desnudos, así como estaba seguía bailando pero ahora tocando mis senos, apretándolos, rozando a veces los pezones, claro que deseaba que fuera él quien hiciera todo esto porque yo estaba llegando casi al orgasmo con solo tocarme, y veía claramente en su cara que él estaba igual, así que me acerqué y empecé a tocarlo, a quitarle su camisa, desabotonándola poco a poco, hasta el final y la quite, entonces lo bese, con mi lengua recorrí su cuerpo, desde el cuello hasta el ombligo, mientras él estimulaba mis senos, mis manos y mi boca bajaron hasta encontrarme con el obstáculo de su pantalón, así que tenia que quitarlo, saqué sus zapatos negros, enseguida desabotoné el pantalón y se lo quité quedó ante mí en boxers a través de los cuales se podía notar la súper erección que tenía, bajé el bóxer y lo pude ver, por fin estaba ante mis ojos el órgano que tanto imaginaba en mis fantasías nocturnas, noches en las me tocaba, en las que me provocaba orgasmos pensando en él; mordí mi labio inferior, no podía disimular mi deseo, mis manos lo tomaron, le dieron masaje, estaba duro, rojo, me enloquecía, tomé unas gotas del vino y se lo rocié, me incliné, necesitaba probar su sabor, esa combinación de vino con su piel era embriagadora, que delicia, exactamente como lo había imaginado, lo besé, le pasé la lengua de arriba abajo, lo estimulaba con mi mano, estaba apunto de llegar al orgasmo (igual que yo), lo notaba porque sus movimientos se hacían cada vez más apresurados, porque tomó mi cabeza y la movía mas rápido, así que trabajé arduamente hasta hacerlo llegar al orgasmo, uno que no ha podido olvidar y que por supuesto no fue el único que tuvo esa noche, porque fue solo el inicio de una noche apasionada.

Si les gusto este relato y quieren conocer lo que siguió, espero sus comentarios.