Una noche inolvidable

Un relato basado en una noche de pasión, sexo y romance que te dejara con ganas de mas.

Era un Sábado por la noche, mi novio y yo nos dispusimos a mirar una película, como de costumbre, nos acostamos en la cama abrazados, y comenzamos a verla; entre miradas cargadas de deseo y de vez en cuando algún beso, el ambiente fue tomando cada vez mas temperatura. La gota que rebasó el vaso, fue cuando sin querer mi novio rozo uno de mis pezones, yo por dentro estaba ardiendo de deseo por que me haga suya, y el moría de ganas por poseer mi cuerpo, pero ninguno de los dos quería dejar de ver la película.

El deseo me ganó, no aguanté mas estar a su lado sin sentir sus caricias por toda mi piel, pero tampoco quería quedar tan evidente, por lo cual, el único paso que realice fue acercarme a él y darle un beso cargado de deseo y pasión; al parecer ese movimiento tuvo el efecto buscado, ya que rápidamente el deslizo su mano por mi caderas y comenzó a acariciar suavemente mis glúteos, dando pequeños apretones de vez en cuando.

Entre una mezcla de caricias y besos apasionados, mi novio comenzó a tocarme, haciendo que cada vez me volviera mas loca de deseo de sentirlo dentro de mi; cada caricia mas intensa, mas salvaje, el placer me volvía loca y su mirada profunda y oscura, que dejaba entre ver el fuego interno que había dentro de su cuerpo, deseoso de ver como disfrutaba bajo sus manos.

Rápidamente comenzó a tocarme bajo la ropa, sintiendo el calor de mi piel en contacto con sus manos frías, haciéndome retorcer bajo él; suavemente comencé a acercar mi mano hacia su miembro, estaba erecto, queriendo escapar de sus pantalones; el simple hecho de sentir la dureza y el calor que tenia me hizo humedecerme aun mas, recordándome como disfrutaba cada vez que era penetrada con él.

No aguantaba más esta espera, por lo cual rápidamente moví mis dedos rápidamente y le desprendí el pantalón y paso siguiente corrí su ropa interior para poder contemplarlo a flor de piel, sentía como mi vagina deseaba que estuviera dentro de ella, no resistí, rápidamente me moví acercando mis labios y lo bese suavemente, el calor que irradiaba era mucho, luego, mire a los ojos a mi novio; el solo rogaba que lo introdujera a mi boca, pero yo lo quería hacer sufrir un poco mas, por lo que, lentamente pase únicamente la punta de mi lengua desde la base hasta el fin del mismo, y al levantar los ojos hacia mi novio pude contemplar su cara de placer, no me podía sentir mas satisfecha, por lo que fui a donde el quería, y sin darle mucha chance de moverse me lo introduje hasta el fondo de mi boca; rápidamente mi novio en respuesta mi tomo por el cabello y me apretó suavemente la cabeza para que su miembro ingresara mas profundo.

Luego de un repentino cambio de posición, el quedo parado a los pies de la cama, mirándome, y yo lentamente fui retirándome la ropa, hasta quedarme en ropa interior; el se agacho lentamente y comenzó a retirarme la parte de abajo de mi conjunto de lencería rojo, quería volverlo loco por completo, por lo que luego de que me la quito, fui lentamente abriendo las piernas y dejando toda mi vagina expuesta para él.

Rápidamente el se acerco y paso su lengua por mi clítoris, haciéndome gemir de tanto placer, ya que por alguna razón toda esa zona estaba mucho mas sensible, luego ágilmente deslizo toda su lengua hasta la entrada de mi vagina, una sensación inexplicable, para luego comenzar a besarme y mordisquear por mis labios mayores, el interior de mis muslos y lentamente deslizar sus dedos hacia mi interior, sintiendo el calor y la humedad que el había generado en mi.

Suavemente me incorporo y le pido desesperada que me penetre, no aguantaba mas esta espera, me estaba torturando, lo podía ver en sus ojos, como deseaba verme rogar por él.

El se incorpora sobre mi, me besa suavemente en los labios y va introduciendo su pene, me mira directo a los ojos, quiere contemplar como su miembro me hace gemir y retorcerme de placer.

Cuanto había esperado este momento, ahora me sentía en la gloria; lentamente comenzó a moverse, aumentando de intensidad y volviendo a bajarla, entre besos y caricias, primero yo llegue al orgasmo y luego él, que parecía que se había vuelto loco mientras acababa dentro de mi, con movimientos desenfrenados.

Él quedo dentro de mi hasta que su erección desapareció, se acostó a mi lado y yo apoye mi cabeza sobre su pecho, tratando de escuchar sus latidos cardiacos, los cuales lentamente pasaban de un ritmo acelerado a uno mucho mas calmo, y así concluyo una de tantas noches de placer inolvidables que he vivido a su lado.