Una noche fría, pero muy caliente
Un día muy helado, pero lo gocé mucho con Silvia, en su casa.
El día estuvo muy frío, demasiado viento y bajas temperaturas, no era nada agradable, ya que, desde la mañana el clima estaba muy malo, pero ni modo, a pesar de que no quería levantarme, tuve que hacerlo; no fui a correr al parque, no era propicio, hice algo de ejercicio en casa y después de un par de horas, fui a bañarme y a arreglarme para ir al trabajo.
Media hora después salí de mi casa, y el viento soplaba más fuerte, lleveba mi abrigo, hasta guantes y bufanda, todo con tal de apaciguar el frío; una vez en la oficina, me los quité y comencé a trabajar normalmente, sacando adelante mis pendientes y trabajo nuevo, como todos los días en la oficina.
La jornada laboral estuvo tranquila, pero el solo pensar que tendría que salir al frío me daba hueva, pero ni modo, tenía que hacerlo si quería irme a casa; de repente, sonó mi celular y respondí, era Silvia, una de mis amigas con derechos y dueña de la sex shop.
-Hola, Faby, ¿que onda?, oye, ven a la casa, para platicar un rato, ya prendí la chimenea, se antoja, jejejeje.
-A huevo que voy, claro que sí, sí se antoja, ¿llevo algo, vino, cerveza, cigarros, botana?
-No hace falta, aquí hay de todo, solo falta tu presencia, cariño.
Le dije que llegaba en unos minutos, la verdad, me sonó un poco rara su invitación, pero me agradó que me hablara, y sí, se antojaba estar enfrente de una chimenea.
Tardé unos 15 minutos en llegar, toqué la piuerta y me abrió Lorena, me saludó de beso, me invitó a pasar, una vez dentro, me quité el abrigo y la bufanda, ella me sirvió una copa de vino, y nos sentamos a platicar.
Me contó que la sex shop iba muy bien, mejor de lo que ella esperaba, me comentó que las mujeres eran sus mayores clientes, llevaban los dildos y varios strap ons, lo cual me pareció muy divertido y me dio gusto por ella, porue la tienda estaba muy chingona, aunque hace rato que no me araba por allá.
Me dijo que lo único malo, era que Miriam ya no trabajaba con ella, ya que le ofrecieron trabajo en otra parte y con mejor paga, ni modo, ella se fue por una mejor oportunidad y le va bien, ya que siguen en contacto aun.
Yo le conté que me iba bien en el trabajo, pero que ha habido un poco más de movimiento, po lo he logrado sacar adelante.
El tiempo voló con la plática, pero ella se veía muy hermosa, se lo dije, ella me lo agradeció, y de qué forma, me plantó un beso muy rico, yo de inmediato acepté sus labios con los míos, comenzamos a acariciarnos, la besé en el cuello, y luego ella en el mío, lo cual disfruté un chingo.
Ella se separó de mí, comenzó a quitarse la blusa, no hacían falta las palabras, yo comencé a hacer lo mismo, al poco tiempo quedamos completamente desnudas, acaricié sus tetas, junto con sus duros pezones, las chupé y ella gimió muy rico, presionó mi cabeza para que se las mamara más, mientras mis manos la acariciaba en su espalda y sus piernas, su piel suave y tibia me encantaba, el fuego de la chimenea hacía su trabajo de tener a temperatura templada el ambiente, pero ambas estábamos muy calientes.
Me acosté en la alfombra suave, enfrente del fuego, ella me chupó las tetas, estaba muy excitada, meintras sentía su mano tocando mi panochita mojada, dos de sus dedos entraban y salían de mi vagina, estaba muy caliente, yo me retorcía de placer, y más cuando comenzó a darme sexo oral, sentía su lengua haciendo maravillas en mi clítoris, presionaba su cara contra mi pucha para que me mamara mejor.
Sus dedos apretaban mis pezones, los tenía muy duros, mis gemidos eran muy intensos y ella lo disfrutaba; dejó mi vagina y me volteó, de inmediato abrió mis nalgas, pero antes las besó muy rico y llegó a mi culo, el cual comenzó a lamer muy rico, ella sabía que me encanta que me mamen el culo, su lengua jugaba muy rico, yo fascinada con lo que me estaba haciendo, sus manos estaban en mi espalda y su lengua en mi culo caliente, le pedía más.
Ella muy obediente, me daba una riquisima mamada de culo, yo tuve un orgasmo muy fuerte, me estremecí pero quedé muy agusto, ella besaba mi espalda suavemente, quedó encima de mí, escuchaba su respiración, agitada como la mía, le dije que me encantó la cogida, pero era mi turno.
Silvia me volteó y me puso su panocha en mi cara, comencé a mamársela muy rico, acaricié sus tetas mientras disfrutaba de sus jugos vaginales, que me los bebía con gusto y placer, aumentaba la velocidad de mis mamadas, ella me pedía más y yo encantada de complacerla, comencé a dedearla en su culo, mi dedo entró muy fácil, ella queria acabar rico, le mamaba más mientras la penetraba con mi dedo.
Finalmente, Silvia acabó muy rico, ella se desplomó encima de mí, nos abrazamos y nos quedamos quietas, poco a poco nuestras respiraciones se iban calmando, luego de cogernos rico.
-Pinche Faby, ¡¡que rico me cogiste!!
-Que cabrona eres, pinche Silvia, me tendiste una trampa jajajajaja, querías que te diera el culo, mmmmmm.
-Pues ya ves, pero tu encantada de dármelo, ¿no?
-Tu sabes que sí, putita linda, me encantó la cogida, mmmmm.
Ambas prendimos un cigarrillo (uno para cada quien), seguimos platicando desnudas, tomando vino, y disfrutando del calor de la chimenea, ya de plano se nos olvidó el frío, pero me tuve que vestir para irme a mi casa, pero le agradecí que me diera una rica mamada de culo, la besé en la boca y me despedí, no sin antes prometerle que lo repetiríamos pronto.