Una noche en la playa
La historia de un amor de vación
Estábamos en Vallarta, mis amigas y yo, un 11 de diciembre, en el barquito que apenas pones un pie en Vallarta te dicen que si no te subes no fuiste a Vallarta para nosotras ya era como la 3º vez que nos subíamos, bueno, estábamos en la parte de arriba, brindando con tequilas Sunrise, si algo nos gusta a mis amigas y a mi es el tequila, y eso en parte es culpa mía.
Brindábamos por el viaje cundo se acerco un chico a la parte donde estábamos nosotras, era alto, no muy delgado pero su cuerpo se veía fuerte, moreno claro, aunque ya bastante bronceado, su cabello oscuro con unos simpáticos rulos cortos le iban muy bien a su cara de cortes angulosos, sus ojos negros, luminosos y de largas pestañas le daban un toque jovial a ese conjunto de facciones varoniles cuadraban a la perfección con su cuerpo, pidió una cuba libre, mis amigas y yo lo observamos discretamente esperando que se le unieran mas amigos, pero él bebió sólo observando el mar, de vez en ves nos dedicaba una miradita, a la cual yo no podía evitar responder con una coqueta pero discreta sonrisa aprovechando que prácticamente estábamos de frente, solo separados por unos cuantos pasos y mis queridas amigas, sin terminar su bebida, se despidió de mi con una sonrisita y bajo a encontrarse con sus amigos.
El paseo incluía desembarcar en una playa mas tranquila y de arena mas fina que la de la bahía de Vallarta, al bajar pude ver a mi sonriente amigo acompañar a un grupito de chicos hasta un bar en la playa y se me ocurrió que seria buena idea ir para allá, pero mis amigas querían jugar en el agua.
Mis amigas estaban siendo revolcadas por el mar, yo como no se nadar, me quede en la orilla tomando el sol y cuidando las bolsas de playa, dejáramos de ser mujeres, cinco bolsas de esas enormes, de vez en cuando se acercaba algún vendedor o un chico buscando hacer platica, pero el que me interesaba se me había perdido de vista.
De pronto y cuando mas distraída estaba viendo como una de mis amigas era arrastrada por una ola y me moría de risa, siento que alguien se sienta a mi lado sobre la arena y me dice un "hola" con un acentito entre de costa y norteño que me corto la respiración.
Al voltear a ver a mi acompañante descubro al chico del barco, sus ojos se cruzaron con los míos junto con una sonrisa sincera, le regrese el hola y ahora vino el típico como te llamas, Paola, dije yo sin dejar de sonreír, el Rubén, sinaloense, ya con eso me mato, su acento, por que si hay algo que me pueda de un hombre es que tenga un acento especial al hablar, me dijo que estaba de vacaciones con sus amigos y que ellos se habían ido a dar una vuelta en la banana pero que el prefería quedarse ahí y me invito algo del bar, le pedí me llevara un tequila derecho, así que fue al bar por dos caballitos, limones y sal, estuvimos platicando de todo y nada, riendo y sonriéndonos mucho, pero parecía que a el le venia mejor el ron que el tequila.
Llego el momento de regresar al barco, cada quien con sus acompañantes, una de mis amigas me dijo que me había visto "coqueteando" con el chavo que nos observaba en el barco, que buscara que se armara algo para esa noche ya que se veía que estaba acompañado por material interesante. Solo reí y seguí caminando.
Al final de la travesía, Rubén me alcanzo y me pidió mi celular y me dijo que me marcaba mas tarde, que igual podíamos salir en grupo y armar algo divertido, yo le dije que si y nos despedimos con un beso en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios.
La verdad no pensé que llamaría, pero lo hizo, yo salude nerviosa y el acento de su voz me hacia cosquillas en el oído mientras me decía que a donde me gustaría ir, si no importaba si llevaba a sus amigos y que si no tenia problemas con mis amigas por llevar colados aquella noche, yo reía y contestaba a sus preguntas tratando de aparentar tranquilidad, quedamos de vernos en el malecón enfrente del Señor Frogs, otra de mis amigas se había ligado a un promotor de ese lugar también en el barco y nos haría un descuento.
Tres horas después llegamos al malecón y ya Rubén estaba ahí con otro amigo, el vestía un pantalón de lino beige, y una camisa azul cielo, llevaba huaraches de tipo deportivo, yo vestía un short de mezclilla azul, zapatillas de cintas altas negras, y una blusa de tirantes roja, mi cabello castaño claro, lacio suelto a la altura de mis hombros, aretes de perla, maquillaje discreto, solamente destacando puntos clave de mi rostro, como mis grandes ojos café oscuro y mis labios con un gloss en tono cereza que además de brillo les proporcionaba suavidad, debajo una tanga roja de encaje, en realidad era un pequeño triangulo de encaje que cubría mi monte de Venus unido a otro aun mas chico en la parte de atrás a la altura de mi coxis unidos por delgados listones satinados, no llevaba sostén, así que mis senos se bamboleaban un poco al caminar.
Apenas nos encontramos el me saludo con otro beso muy cerca de la comisura de mis labios, hicimos las presentaciones correspondientes de mis cuatro acompañantes y su amigo, localizamos al promotor por teléfono y nos dispusimos a entrar, Rubén ya me llevaba tomada de la mano.
Entramos y empezamos a beber, tequila tras tequila, el resto de sus amigos llegaría mas tarde entre tanto, su único acompañante luchaba por llamar la atención de mis amigas más que un turista de Chicago que parecía salido de una revista de moda, de no haber llegado Rubén, quizás la historia seria otra, mi amiga que se había ligado al promotor estaba con el en la barra, se veían también bastante entretenidos bebiendo cerveza y haciéndose caricias un tanto subiditas de tono.
Mientras en la mesa, el sinaloense y yo brindábamos con tequila el estar ahí, el habernos conocido, el simple hecho de estar vivos, no importaba la verdad cual era el motivo, el punto era beber, beber mucho para así tomar valor y tener el pretexto del alcohol para justificar lo que los dos estábamos deseando que pasara esa noche, el me pasaba el brazo por la espalda y se acercaba a mi oído para decirme que me veía muy bien, que el bronceado de mi piel hacia que mis ojos se vieran muy luminosos o que le encantaba el gloss que llevaba y que le gustaría mucho probar para así saber de que sabor eran mis labios, yo solo sonreía y me acercaba a el para de forma coqueta solo para encender mas el juego, de vez en vez le decía "espera, no vayas tan rápido", cuando en realidad quería decirle que me besara ahí mismo.
Rubén me saco a bailar algo entre una rumba y música electrónica, no se bien y la verdad, si en aquel momento no supe que era, ahora tras el paso de los años, menos, pero no importaba que música estuvieran tocando, el punto era que el me quería abrazar, quería tenerme cerca de el, hacerme desvariar, así que me abrazaba, me apretaba y me llevaba lo mas cerca de su cara como le era posible, lo cierto es que yo tampoco puse mucha resistencia y pase mis brazos por detrás de su cuello y le acariciaba el cabello, su nariz jugaba con la mía, sentía su respiración y su aliento en el que se mezclaban ron, tequila y cervezas se mezclaba con el mío me estaba invitando a emborracharme con puros besos, del roce de nuestras narices paso a jugar rozando ahora mis labios, mi oreja, regresaba a mi nariz, se separaba un poco, sonreíamos y regresábamos a nuestro jugueteo, así estuvimos un rato sintiendo como el alcohol, el aroma de cerezas de mi gloss y las fragancias de mi perfume de flores y su colonia cítrica se mezclaban sin lograr otra cosa que elevar la temperatura entre nuestros cuerpos, hasta que por fin nos besamos, fue un pequeño beso, un piquito al que le siguió una sonrisa de complicidad, una mirada intensa, un "espera, que no nos vean mis amigas, que tengo novio", y después un profundo, largo y húmedo beso acompañado de un abrazo fuerte, muy fuerte, como si quisiéramos fundir nuestros cuerpos, como si no quisiéramos soltarnos nunca, ahí mis palabras anteriores se fueron a la basura, mi novio por esa noche se me olvido, "mmm, cereza, mi sabor favorito" fueron sus palabras cuando nos separamos un poco mas para tomar aire que por querer separarnos.
Regresamos a la mesa y ya no me importaba si mis amigas miraban, yo seguía besando a Rubén, eran besos largos, muy largos, de lengua, con mucha pasión, con muchas malas intenciones, nos acariciábamos ya sin ningún pudor, sin pensar en el que dirán, en mi novio, en su novia si es que la tenia, solo importaba esa noche, el aquí y el ahora, el placer inmediato que nos estábamos procurando el uno al otro.
Seguimos bebiendo, platicando un poco de nuestras vidas, nos parábamos a bailar, pero sobre todo, seguíamos besándonos, mas bien, ya habíamos pasado a darnos unos buenos fajes, el me acariciaba la espalda y de vez en vez sus manos tocaban distraídamente mi culo, mis senos, me besaba en las orejas, y me hacia reír, íbamos y veníamos de la pista de baile, aunque nos sentíamos mas cómodos allá ya que si nos sentíamos solos, sin las miradas curiosas de nuestros acompañantes encima de nosotros.
De repente mientras bebíamos un poco mas, Rubén se levanto y me tomo de la mano, pensé que me llevaría de nuevo a la pista, pero no fue así, se acerco a uno de sus amigos ya que como dos horas antes ya se nos habían unido otros chicos con su mismo acento, hablo algo con el, me tomo de la mano y sin decir mas saco del lugar sin dejarme siquiera despedirme de mis amigas, una de ellas, al ver que me dirigía a la salida nos alcanzo y me pregunto que a donde iba, el contesto por mi que no se preocupara que estaríamos bien, que el me llevaba mas tarde de regreso al hotel y le dejo como garantía de su palabra únicamente su numero de celular, yo le dije que no Abia problema, que cualquier cosa le llamaba y salí con Rubén del lugar abrazada a su cuerpo por no caer y por no querer separarme de el en toda la noche.
Yo ya no decía nada, ni le ponía ni un poco de resistencia, ya en la calle nos besamos de nuevo y el me llevo caminando a otro antro, El Hilo, había mas gente en este que en el anterior, entramos abrazados, yo con mi cabeza recargada en su pecho y el con su mano colgando sobre mi hombro y acariciando como no queriendo mi seno derecho, Rubén me pregunto que se me antoja tomar pero me pidió que no mas tequila, o lo iba a hacer caer dormido, me dio risa, le dije que entonces quería un Torres 10, llamo un mesero y le pidió una botella y dos copas, mi intención no era que pidiera tanto, solo pedía una copa, pero bueno, tendríamos que darle fin al Torres entre los dos, así que apenas llegaron las copas, el puso hielo en las dos y las lleno de brandy, estuvimos bebiendo, bailando , mas que bailar, fajábamos al ritmo de la música electrónica, el ya sin ningún pudor tocaba mi culo, mis senos, en el lugar había muchísimos extranjeros, así que estábamos a salvo de todas la miradas de reproche que nos podían hacer nuestros compatriotas dentro de su doble moral. Rubén me llevo hasta una pared, prácticamente me acorralo ahí, me abrazo fuerte y pego mi espalda a la pared de forma que yo no pudiera moverme y saco mis senos de la blusita roja, los acariciaba, jugaba con mis pezones y no dejaba de besarme muy profundamente, de pronto sus manos se fueron a mi espalda y me apretó contra su cuerpo, fue entonces que pude sentir con toda claridad la erección en su entrepierna, se sentía muy claramente la cabeza de su pene erecto y muy caliente, lo coloco entre mis piernas y sin dejar de besarme y apretarme por la espalda bajando hasta mi cintura y después el culo, el movía su pelvis como si me estuviera cogiendo y mi cuerpo no tardo en reaccionar humedeciendo mi concita y poniendo mis pezones súper respingones.
Me dijo despacito al oído, "vamos a un lugar mas tranquilo ¿si chiquita?", pero yo me sentí un poco mal de repente por tanto alcohol y las sensaciones tan fuertes que me acababa de provocar así que le pedí que mejor nos sentáramos un momento. El regreso mis senos al interior de mi blusa y nos tiramos en el sillón a lado de la mesita donde habíamos dejado nuestra botella y copas, el se sirvió lo poco que le quedaba y yo me acurruque en su pecho y cerré los ojos, el me beso la frente y me dijo "¿ya te quieres dormir bombón?" si, le dije, ¿y tu? "también, pero contigo corazón", yo solo le dedique una sonrisa y volví a acurrucarme en su pecho mientras el terminaba su copa, Rubén me daba uno que otro beso en el pelo, y no dejaba de acariciar mi espalda, bajando hasta mi cadera y mis muslos, creo que si me quede dormida un momento, por que lo que me volvió al mundo fueron sus manos levantando mi cabeza para besarme nuevamente en la boca, al separarnos me dijo "bien, ¿tu hotel o el mío?", el tuyo, le dije, y nos besamos de nuevo. El me ayudo a levantarme, salimos del lugar, subimos a un taxi y el pidió que nos llevara a un hotel que para mi sorpresa estaba a dos del mío, prácticamente éramos vecinos.
En el taxi yo volví a recostarme en su pecho, lo abrazaba, y discretamente bajaba mi mano hasta su entrepierna para sobar por encima de la ropa su verga, se sentía muy largo, no muy grueso, pero si muy cabezón, podía adivinar que debajo de sus pantalones de lino no había mas prendas que se interpusieran entre su herramienta y mi mano, el estaba muy entretenido con la piel de mi hombro, baja por mi brazo y metía su mano entre mi cuerpo para darle alguna caricia a mi seno que combinaba con un besito en el pelo y me decía alguna lindura como corazón, bomboncito, hermosa, el taxista nos observaba por el retrovisor sin decir nada, lo mas probable es que pensara que estábamos de luna de miel o algo así. Por fin llegamos, Rubén me ayudo a incorporarme en el asiento y después a bajar, le pago al taxista y me llevo abrazada hasta su habitación entre besos, caricias y miradas de complicidad.
Entramos besándonos, ya era imposible dejar de hacerlo, a lo largo de la tarde noche se nos había hecho costumbre, Rubén cerro la puerta tras de nosotros y me quito la blusa sin ninguna dificultad, se quedo un momento admirando mis senos desnudos, al aire, bamboleándose un poco por efecto de haber perdido lo único que les daba un poco de soporte, me miraba como quien descubre un hermoso regalo bajo el árbol de navidad y tras unos segundos se avalazo sobre mi pecho y empezó a succionar uno de mis pezones mientras apretaba el otro seno, era lo que habíamos esperando todo el día desde que nos vimos en el barco, y por fin lo estábamos haciendo.
La posición era incomoda para el por la diferencia de altura, así que me fue llevando poco a poco a la cama hasta sentarse en ella y tener mis pezones justo a la altura de su boca, volvió a su labor de besar, succionar, apretar y acariciar mis senos de forma alternada, yo le acariciaba el pelo, sus hombros, su espalda, una de sus manos busco el botón y el zipper de mi short de mezclilla y lo abrió dejando libre el camino a su mano para entrar y poder acariciar mi monte de Venus por encima de mi tanguita roja que para esa hora ya estaba mas que mojada.
Sin dejar de atender mis senos con su boca, bajo mi short hasta mis tobillos, yo le ayude a sacarlo por completo con mis pies y sus manos se aferraron a mis nalgas, por un momento separo su cara de mi pecho y me alejo un poco de el para verme prácticamente desnuda, me miro de abajo hacia arriba y lo único que pronuncio fue un "bellísima" mientras yo le agradecía el cumplido con una coqueta sonrisa de las que el ya había disfrutado en el barco y un besito que viajo por el aire desde mi mano hasta encontrarse con una de las suyas y ser conducido a su verga que ya se notaba paradísima bajo la ligera tela de su pantalón .
Se levanto de la cama y se quito la camisa sin mas palabras y me abrazo de nuevo para besarme en la boca con esos besos suyos, tan largos, tan profundos, tan húmedos, esos besos que me habían emborrachado mas que todo el alcohol que habíamos bebido ese día, me llevo a la cama, me coloco suavemente en ella, me volvió a insinuar su erecto pene en mi rajita que ahora estaba mas que nunca a su disposición, se levanto y me miro ahí, recostada en la cama, me quito la tanguita despacio, después mis zapatos, yo le sonreía desnuda en la cama, el me miraba sin decir nada, se quito el pantalón y por fin pude ver lo que tanto me había antojado, por fin salía libre su pene, tal como lo imagine, largo, no muy grueso pero si muy cabezón, estaba brilloso en la punta debido a los líquidos preseminales que por supuesto no se habían hecho esperar, lo jalo un poco, como antojándomelo mas, yo me mordí el labio en señal de respuesta a esa insinuación esperando que lo llevara a mi boca, pero no fue así, el se fue sobre mis senos con su boca una vez mas, y sus manos inquietas exploraban mi rajita, sus dedos se hundían en mi y acariciaban mi interior, mis gemidos no se ahogaron mas y los libere de una forma muy excitante para Rubén, mi Rubén de Sinaloa, que rico le decía con una vocecita entrecortada, alargando las palabras, el no decía nada, solo disfrutaba de mi cuerpo, de mis ruidos, de mis caricias en su espalda y su cabello.
Chápamela me dijo con su acento entre norteño y de costa, y yo no me pude negar, se hincó frente a mi, sobre la cama y yo sentada sobre mis piernas se la empecé a besar primero, suavecito, sin dejar de mirarlo a los ojos, lamí su cabezota sintiendo el sabor salado y fuerte de sus líquidos, acaricie todo el largo de su falo y me trague lo que pude de un solo bocado, succionando y acariciando con mi lengua cada centímetro que me entraba en la boca, el no pudo mas que gemir de placer, acariciaba mi pelo como para no permitir que mi cabeza se alejara demasiado de su verga.
Lo lleve lento, lo que no entraba en mi boca lo atendía con mis manos y poco a poco acelere el paso, el cerraba los ojos y gemía de placer, yo con una mano acariciaba su palo y con la otra sopesaba y acariciaba sus huevos, me saque el pene de la boca, lo subí un poco mas y empecé a darles chupaditas a sus cojones, Rubén lo estaba disfrutando mucho y mi vagina ya estaba mas que mojada, chorreaba líquidos por todos lados.
Yo me pasaba de sus huevos a su pene una y otra vez. Creo que el estaba a punto de venirse por que de pronto me dijo, "para, todavía no", yo me saque su falo de mi boca y me quede mirándolo, el me tomo por la espalda, me recostó en la cama, busco una almohada y la puso bajo mis nalgas y me dijo, "ahora me toca a mi probarte chaparrita".
Sin mas puso su cabeza entre mis piernas y su boca en mis labios vaginales y como si se tratara de los de mi boca los beso, su lengua también se introdujo lento y deliciosamente en mi y lamió toda mi raja, yo solo gemía, disfrutaba de cada caricia, con sus dedos abrió mi cuevita y busco mi clítoris, no le costo mucho, ya estaba muy inflamado, lo acaricio con la punta de sus dedos, después con su lengua y finalmente lo succiono, que placer, yo arquee mi espalda y solté mas que un gemido, un grito de placer, mis manos se fueron sobre su cabeza para no dejarlo que se separara. Rubén seguía su labor con su boca, pero también con sus dedos, que se introducían en mi hoyito, primero uno, dos, tres, entraban y salían mientra el succionaba mi clítoris o besaba mis labios, me estaba enloqueciendo, yo ya no paraba de gemir y pronto me hizo llegar a mi primer orgasmo, sentí como de mi vagina chorreaban mas líquidos que nunca y se contrajo en su interior, el bebía todo lo que podía y me decía "si chiquita así, que ya me estaba dando sed". Fue un orgasmo intenso, muy esperado, y ni siquiera me había metido su verga, me dejo reponerme mientras el seguía recogiendo mis líquidos con su boquita, acariciando mis nalgas, mi vientre, yo respiraba tratando de recuperarme, sentí como sacaba la almohada de debajo de mi y presentí lo que vendría a continuación.
El subió sobre mi cuerpo besándolo y acariciando todo a su paso, se detuvo entre mis senos, no los beso, solo beso el canal entre ellos y acariciaba mis costados, ya me estaba saboreando la cogida que me esperaba, pero el me la daba mucho a desear, aun que se que el también la esperaba con ansias.
Se entretuvo mucho tiempo en mi pecho, me besaba muy despacio todo el contorno de mis senos, bajaba de pronto hasta mi ombligo recorriendo el camino con su lengua y su nariz para después regresar por donde mismo, sus manos acariciaban mis brazos y yo hacia lo propio con su espalda, poco a poco fue subiendo en su camino, besando muy suavemente mis clavículas, mi cuello, mi barbilla.
Por fin llego a mi boca y de nuevo nos besamos, ahora no solo compartíamos el sabor del alcohol y mi gloss de cereza, sino también el de nuestros propios fluidos y eso hacia todo mucho más excitante, por fin pude sentir su verga en la entrada de mi vagina.
Sentí su cabeza luchando por entrar en mi estrecho hoyito, yo subí un poco mi cadera y el combino el movimiento con un fuerte movimiento de pelvis, lo que hizo que no solo su cabeza entrara, sino que se me enterrara toda su verga hasta el fondo, quedando sus huevos prácticamente chocando con mis labios vaginales abiertos, yo quería gritar, pero el me callo con un rico beso y empezó su mete y saca a muy buen ritmo.
Rubén se separo de mi boca y me veía disfrutar, yo con una mano acariciaba mis senos, que subían y bajaban al ritmo de su cogida, y con la otra jugaba con mi clítoris, "hermosa, te ves hermosa", me decía, y hundió su cabeza entre mi cuello y la maraña de pelo que cubría mis hombros, me hacia cosquillas y me decía suavecito al oído, "eres una putita muy rica", mientras aumentaba la velocidad de sus cogidas.
No aguante mas, tuve otro orgasmo, me abrace fuerte a el, a su espalda y con mis piernas también abrace su cadera, mientras que mi vagina abrazaba con fuerza su pene dentro de mi, grite, grite muy fuerte, el me decía "si disfrútalo, así corazón disfrútalo mucho".
Poco a poco me recupere y sentí como se salía de mi, no entendía por que lo hacia pero pronto lo comprendí, fue en busca de la almohada, me dijo que me volteara y la coloco debajo de mi cadera, le dije que ni se le ocurriera tratar de cogerme por el culo, el se rió y me dijo que no pasaría nada que yo no quisiera.
Yo nunca había probado esa posición, pero apenas se coloco atrás de mi y sentí como entraba su verga de nuevo, me di cuenta que yo estaba hecha para coger así. Me sentía muy cómoda, y por la postura y elevación de mi cadera sentía como su verga entraba en lo mas profundo de mi, hasta podía imaginarme el caramelo que tan ricamente había chupado un rato antes entrando en mi vagina, el me tomaba por la cadera y de vez en vez me soltaba una nalgadita que mas que hacerme daño aumentaba mi excitación, de pronto sentí su peso en mi espalda, sus manos buscando mis senos y su boca de nuevo en mi cuello, mi oreja, mi pelo, me decía "que rica estas putita, se ve que eres de lo mas puta y gozadora, trágate mi verga, trágatela toda", yo le daba atención a mi clítoris con una de mis manos y con la otra me aferraba de la colcha como para no desmayarme de tanto placer hasta que no pude mas y un nuevo orgasmo me llego y me hizo cimbrarme de nuevo, gritar y apretar la colcha de tal forma que hasta me hice un poco de daño en la palma con mis propias uñas.
Sus palabras llegaban a mis oídos como si estuviera muy lejos, "eres una puta, ya te corriste de nuevo, me la estas apretando bien rico, gózala corazón, gózala que quien sabe si la vuelvas a tener".
Rubén apretó el paso, me cogía de una manera muy violenta, me la sacaba casi por completo y la volvía a meter hasta el fondo, yo no lograba recuperarme de mi anterior orgasmos cuando sentí venir otro, fue una cadena de cinco o seis seguidos, no recuerdo bien, pero fue muy intenso, el me dijo "me vengo corazón, me vengo", y la saco de mi interior al tiempo que yo tenia otro orgasmo, y sentí como vaciaba sus huevos sobre mi culo y mi espalda, su leche era muy caliente y el sentirla sobre mi piel hizo que las sensaciones provocadas por mi propio orgasmo se incrementaran.
Rubén se dejo caer sobre mi cuerpo, sentí su respiración agitada en mi oreja y me abrazo muy fuerte, nos acomodamos de cucharita abrazados y nos quedamos dormidos un rato, cansados de tanto placer y también por el alcohol.
Unas cuantas horas después, un rayo de luz me dio en la cara y me despertó, Rubén seguía dormido, yo intentando no despertarlo moví su brazo con el que me apretaba a su cuerpo y me levante, me di una ducha rápidamente, busque mi ropa y conforme la encontraba me la iba poniendo, solo le deje mi tanguita roja de recuerdo sobre el lugar que mi cuerpo había estado ocupando.
Encontré unas hojitas en una de las mesitas de noche y le deje un papelito con un gracias y le di un beso muy suave sobre los labios, el dormía muy profundamente, me imagino que por la cantidad de alcohol que habíamos bebido todo el día anterior, salí de su habitación y me fui caminando hasta mi hotel, mis amigas seguían dormidas, así que yo fui por algo de desayunar a uno de los restaurantes del lugar y después me metí a dormir también.
Pasaba del medio día cuando me despertó un mensaje en mi celular, era una foto de Rubén besando mi tanguita de encaje rojo, "gracias por todo" era todo lo que decía le conteste con un simple de nada y en el resto del viaje no nos volvimos a encontrar, y a pesar de que mis amigas me insistieron que lo llamara de nuevo para salir con sus amigos de fiesta yo no lo hice y el tampoco me busco mas.
Nunca volví a saber nada de el, pero se que si no hubiera sido por esa noche, tal vez no hubiera descubierto que estoy hecha para que me follen desde atrás.