Una noche en la playa
Una pareja y dos amigos se dan una chapuzón en una playa en invierno. A continuación, todo se desmadra...
Hola. Me llamo Marta. Llevo ya tiempo queriendo enviar algún relato a está página, pero hasta hoy no me he decidido. Espero que sea del gusto de todos los que lo lean.
Empezaré describiéndome físicamente para que os podais hacer una idea de como soy:
Tengo 24 años; soy más bien bajita 1,62; 61 kg.; piel morenita; pelo negro siempre muy cortito; ojos de un verdoso claro; pechos redondos y subidos (95-100), con los pezones pequeñitos y oscuros; culo y piernas firmes (el patinaje hace milagros, chicas); y según dicen, lo mejor de mi son las curvas que forman mi cintura (estrechita) y mis caderas.
No creo que pueda decirse que tengo unos gustos sexuales determinados... porqué me gusta todo, aunque creo que lo mejor es la libertad sexual de la que disfrutamos mi novio Raul y yo. Ambos separamos el amor del sexo, de modo que aunque yo le quiero con locura, eso no quita que sexualmente disfrute al máximo haciendo todo lo que me apetezca al igual que él. De hecho, para nosotros es frecuente el que uno de los dos llegue a casa y le diga al otro "¿A que no sabes a quien me he tirado?" o "No te puedes imaginar lo que me ha pasado". Y lo cierto es que nos da un morbo increible contarnos esas cosas con el mayor detalle posible.
Bueno, creo que ya me conocen un poquito, así que empezaré con el relato en si.
Todo lo que a continuación se relata, ocurrió hace unos tres años en la localidad de Blanes (Gerona).
Raul y yo habíamos quedado con un amigo, Carlos, que salia de trabajabar en un bar-restaurante a la 1 de la noche. Carlos y yo hacia mucho que éramos amigos, pero nunca habia pasado nada entre nosotros, supongo que tenia miedo de estropear esa amistad.
Cuando salió, nos saludamos y fuimos a tomar la primera cerveza. Estando en el local, hizo un par de llamadas para "reclutar" a alguien y al cabo de un rato empezó a llegar más gente. Primero llegaron Cesar, Marcos y Cristina, que tambien estaban de marcha por la zona. A Cesar ya lo conocíamos, es el típico tio enrolladísimo que tira de cualquier grupo. Al poco llegó Elena; a esta chica también la conocíamos, sobretodo porque nos habia hablado Carlos de ella, ya que según parecia, llevaba media vida detrás de él y nunca le habia dicho nada.
Estuvimos todo el grupo de local en local hasta que a eso de las 4, el grupito de Cesar, Marcos y Cristina, tuvieron que dejarnos, pues habian quedado con otra gente.
Nos quedamos entonces Raul, Carlos, Elena y yo. Bajamos en dirección a la playa, a ver que tal estaba la zona, pero a esa hora de un jueves-noche de marzo, el ambiente en los locales ya decaia.
Carlos fué el que dijo "me voy a dar un baño a ver si se me quita esta tonteria que llevo encima", a lo que mi novio le dijo que no tenia cojones de bañarse con lo fria que debia de estar el agua. Carlos le lanzó una apuesta y Raul dijo que se apostaba lo que fuese, a lo que Carlos le contesto "si yo me meto en el agua, os bañais todos", y antes de que nadie puediese decir nada, se quitó toda la ropa y salió corriendo hacia el agua.
Los demás nos quedamos de una pieza, mirándonos sin saber que hacer, y como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, dejamos de miranos para quitarnos la ropa con vergüenza.
El primero en llegar hasta Carlos fué Raul, y yo detrás suyo; Elena tardó un poco más, pero llegó corriendo y se zambulló junto a nosotros.
Durante los pocos segundos que duró la carrera de Elena, supongo que todos mirabamos a lo mismo, a sus enormes tetas moviéndose arriba y abajo y hacia los lados. Debajo de la ropa se apreciaba perfectamente que Elena tenia mucho pecho, pero aquellas tetas me sorprendieron por su tamaño incluso a mi, que soy chica y se que estas cosas pueden cambiar mucho cuando nos desnudamos. Además de grandes, las tenia algo caidas, así que la tensión de su piel al contenerlas en movimiento debia de ser bestial.
El baño duró unos pocos minutos, el tiempo justo de entrar algo en calor, pues el agua estaba helada.
La primera en salir fue Elena. Salió corriendo igual que entró, y a pocos metros de la orilla, se dejó caer de rodillas frente a los demás que también salíamos. Elena echó la cabeza hacia atrás para escurrirse la media melena rubia que lucia, en un gesto que a mi me resultó muy erótico.
El resto nos quedamos de pie, esperando que el aire nos secase un poco. Estábamos todos muy juntos, como dándonos calor, y bastante quietos para evitar cualquier roce.
Carlos estaba detras de Elena, y esta volvió a repetir el gesto de echar la cabeza atrás para escurrirse el pelo, y tocó sin querer una de las piernas de Carlos que se volvió hacia ella dejando sin proponérselo su miembro a la altura de la cabeza de Elena. El pene de Carlos es de esos que en reposo tienen un tamaño considerable y le colgaba unos buenos centímetros.
Elena se arqueó un poco más hacia atrás encajando casi su cabeza entre las piernas de Carlos mientras con los brazos le cojia por la cintura para mantener el equilibrio. En esta postura tan forzada, el pene de Carlos habia pasado por su cara para apoyarse sobre los labios de Elena, que empezó a abrir la boca para que entrase y chuparla con suavidad.
Elena empezó a moverse lentamente intentando a cada movimientro que el pene de Carlos entrase más y más en su boca al tiempo que veiamos como se endurecia.
Carlos se inclinó un poco para cojerla por la nuca y permitir así que Elena echase totalmente la cabeza hacia atrás. En ese momento, Carlos empezó un mete-saca lento pero contínuo, dando la impresión de estar follándosela literalmente por la boca.
Aquello me estaba excitando un montón. Aquella postura tan forzada de Elena, de rodillas arqueada hacia atrás y con los brazos levantados, hacía que sus tetas se viesen más grandes que nunca, con unas areolas de un color casi igual al del resto de su piel, pero muy grandes, y coronadas por unos pezones que la excitacion y el frio habian endurecido y agrandado de tal manera que parecian cerezas.
Además, habia abierto un poco las piernas, y su sexo se veia casi completamente rasurado.
Por aquel entonces, yo apenas habia tenido nada con otras chicas; besos, caricias... me gustaba, pero no me habia atrevido a mucho más.
Me acerqué, y puse una mano sobre una de las piernas de Elena. Dió un pequeño respingo, pero nada más, así que empecé a acariciarla lentamente las piernas, la barriguita. Elena solto uno de sus brazos, para cojerme la mano y llevarla sobre uno de sus pechos que empecé a acariciar de inmediato. Siguió mi brazo hasta donde alcanzó y empezó a tirar un poco hacia ella. Queria que me acercase y lo hice muy lentamente. Elena "caminaba" con dos dedos sobre mi brazo mientras me acercaba, hasta que llegó a mi cara. Acarció mis labios con sus dedos y los entreabrió un poco. Abrí un poco la boca y sus dedos buscaron su interior para jugar con mi lengua. Los sacó y cojiéndome por detras de la cabeza, me acerco hacia el pecho que estaba acariciando para que comenzase a chuparlo.
Yo estaba sorprendida de como me estaba excitando aquello, cojí aquel pecho con las dos manos y empecé a amasarlo con ganas mientras metia en mi boca su pezón y tanta carne como era capaz de succionar. Aquellas tetas eran blandas, daba gusto amasarlas de aquella forma, con fuerza, casi con violencia.
Elena se llevo su mano libre a la entrepierna y empezó a masturbarse y meterse los dedos; era evidente que se lo estaba pasando de miedo con la polla de Carlos en la boca buscando el camino de su garganta, y conmigo chupándole las tetas con desenfreno.
Sacó los dedos de su vagina y los llevo a mis labios. Dudé un instante, pero al momento los abrí para empezar a chuparlos y saborerar los jugos que los impregnaban.
Carlos empezó a acelerar sus movimientos y Elena se cojió de nuevo con los dos bazos para mantener el equilibrio. Empezó a correrse dentro de la boca de Elena que tuvo que sacarsela cuando la tuvo llena con su leche, y siguió descargándose sobre su cara, su cuello, sus pechos, su barriga... llegando incluso a salpicarme a mi tambien en la cara y las tetas.
Una vez hubo terminado de correrse, Carlos se dejó caer de espaldas sobre la arena.
Elena se incorporó hacia delante y ambas quedamos de rodillas una frente a la otra. Su cara era graciosa, se adivinaba que tenia la boca llena de algo, y era fácil adivinar de qué. Empezó a acariciarme los pechos para extender las gotas de semen que me habian salpicado mientras movia los dedos por encima de mis pequeños pero erectos pezones. Con un dedo, cojió una gota de semen que todavia estaba en mi mejilla y la llevó sobre mis labios delicadamente.
Puso los brazos bajo sus pechos y los subió un poco para dejar un cuenco en su canalillo donde dejó caer la leche que todavia quedaba en su boca. Pese a estar mezclada con su saliva, se veia blanca y espesa.
Vi que Elena miraba por detrás mio y me giré. Mi novio Raul estaba masturbándose mientras lucia una magnífica erección. Le pregunté si no queria ponerle crema a Elena, y no tuve que decírselo dos veces.
Se acercó a Elena y comenzó a meter los dedos entre sus pechos recojiendo la leche de Carlos y extendiéndola por encima de sus pechos y su cuello. Elena se tumbó boca arriba y levantó los brazos, ofreciendo así sus enormes tetas a mi novio que no dejaba de masajearlas mientras procuraba que la leche no resbalase hasta la arena.
Se veia como las manos de Raul se apretaban cada vez más contra el cuerpo de Elena que daba pequeños gemidos de placer. Mi novio empezó entonces a pellizcar sus pezones y retorcerlos con cuidado, mientras ella contestaba con nuevos gemidos.
Elena le pidio que tirase de sus pezones con fuerza. Raul empezó a tirar, ella le decia que tirase más, que cojiese bien fuerte sus pezones y tirase hacia arriba. Mi novio comenzó entonces a tirar con verdadera fuerza, mientras veíamos como la piel de sus pechos se estiraba tanto que parecia que fuese a romperse en cualquier momento. Elena gritaba de dolor y placer mientras le pedia mas y más.
Era increible, Elena estaba a punto de correrse mientras mi novio estaba a milímetros de desgarrarle los pezones y la piel de las tetas. Finalmente, cerró los ojos, y con un grito ahogado y retorciendo su cuerpo de placer, supimos que Elena se habia venido. Raul dejo de tirar poco a poco, y continuó acariciando suavemente sus (suponemos) doloridos pechos. Ella se cubrió lo que pudo de sus tetas con sus brazos, masajeandolas muy lentamente y dando todavia pequeños gemidos.
Elena abrió los ojos y se incorporó. Raul seguia a su lado, y le dió un dulce beso en los labios.
Extendió un brazo hacia mi y cuando me acerqué me cojió de las manos y me puso de pie detras suyo. Me hizo abrir un poco las piernas y volvió a tumbarse boca arriba. Acarició mis piernas mientras tiraba de mi hacia abajo, así que empece a acuclillarme hasta dejar mis labios vaginales al alcance de su lengua. Era la primera vez que una chica me lo comia, y les puedo asegurar que Elena sabia como hacerlo; recorrió con su lengua hasta el último rincón mientras daba pequeños mordisquitos por toda la zona.
Raul se acercó a nosotras y poniéndose a mi lado, giró mi cara con una mano mientras con la otra apuntaba su pene a mis labios. Yo no me hice de rogar, y abrí mi boca para dar paso a la enorme excitación que traia.
Mi respiración se acelaraba por momentos, y tuve que sacarmela de la boca para concentrarme en lo que Elena me estaba haciendo, mientras seguia pajeando con mas ganas que acierto a mi novio. El orgasmo que me produjo, casi me hace perder el equilibrio.
Raul no podia aguantar más, y pasando un pie por encima de Elena, se puso frente a mi, y sin nigun tipo de miramientos, me la metió hasta la garganta. La polla de mi novio es de una longitud más bien normal, pero es bastante gruesa, sobretodo la punta, que se hincha de una manera increible cuando está muy excitado.
Bien, os podeis imaginar entonces el trozo de carne que se metia en mi boca cada vez que mi novio embestia una y otra vez.
A mi me encanta meterme una polla hasta el final de mi boca, tragarme realmente la punta haciendo fuerza y sentir como los músculos de la garganta se dilatan y se contraen continuamente apretandose contra la punta de la polla que tengo metida e intentando provocar unas arcadas que a mi nunca me llegan. La sensación de ahogo y de estar atragantada me vuelve loca. Raul, en más de una ocasión, se ha corrido directamente dentro de mi garganta y su leche ha ido a mi estómago sin pasar por mi boca; es una sensación de calor interior indescriptible.
Ay, siento esta interrupción, pero me estoy poniendo de nos nervios al recordar todo esto. Continuo...
Raul continuaba sus embestidas, sacando su pene totalmente y metíendolo de un golpe. Mi saliva caia sobre mis pechos al tiempo que notaba mis flujos chorrear por mis labios vaginales mientras Elena seguia chupándome y tragándoselo todo. Mi novio empezó a correrse sin modificar su ritmo para nada y descargando su leche dentro de mi boca, sobre mi cara, mis tetas... Yo dejaba que su semen mezclado con mi saliva resbalasen por mi cuerpo y parte cayese sobre el de Elena.
Elena salió de entre mis piernas y sin darme tiempo a nada, empezó a lamer de mi cara toda la leche de mi novio. Siguió lamiendo mi cuello y mis tetas hasta la última gota de semen que encontró.
Con una mano, cojió el pene de Raul y lo llevó hasta su boca para limpiarlo tambien, mientras yo le ofrecia a ella el mismo tratamiento de limpieza.
Bajé a por un chorrito de semen de bajaba por su vientre hasta su ingle, y allí me sentí atrapada...
La empujé hacia atrás para que se tumbase de nuevo boca arriba, y abriendo sus piernas, me acomodé ante ellas para empezar a comerme mi primer sexo femenino. Estaba tan a gusto chupando y metiendo mi lengua por todos sitios que en ese momento hubiese querio meter mi cabeza en la vagina de Elena.
Levanté la vista un momento y vi que la mamada de Elena a mi novio no se limitó a limpiársela, porque continuaba chupándosela y por su tamaño, le habia hecho un buen trabajo de recuperación despues de la corrida de hacía unos minutos.
Raul me miró y me dijo "vete preparando". Cuando mi novio me dice algo de ese tipo, es porque tiene intenciones de encularme. Ya por entonces. Lo habíamos hecho por el ano muchas veces, y mi culo está acostumbrado, pero con lo animal y excitadísismo que lo veia esa noche, más me valia en efecto, ir preparándome para lo peor (o para lo mejor, según se mire).
Me arrodillé abriendo las piernas y empecé a meter mis dedos en la vagina para lubricar luego mi ano y los alrededores. Poco a poco, fuí metiéndome los dedos en el culito...
De pronto, Elena empezó a convulsionarse y la tuve que cojer por las caderas para que no se me escapase la presa de mi boca. Enseguida noté como sus jugos llenaban mi boca y empapaban mi cara.
Raul se puso detrás mio abriéndome más las piernas y apoyó la punta de su pene directamente sobre mi año. Comenzó a empujar y enseguida noté como su capullo se abria paso dentro de mi culo. Por como entraba, supe dos cosas: una, que traia su aparato perfectamente lubricado con la saliva de Elena; y dos, que estaba de pie con las piernas flexionadas, cabalgándome en el sentido más estricto de la palabra.
Me estaba penetrando con ganas, cojiéndome por la cintura y epujando hasta tenerla toda dentro. Algunas de sus embestidas me hacian daño, pero me gustaba, me gustaba mucho...
De repente, sin saber porqué, la dejó sólo con la punta metida, pero rápidamente supe porque.
Elena estaba al lado de Raul mirando como me penetraba, y por la cara de Elena, aquella visión debia ser impresionante. Elena puso una mano sobre mi espalda y la fué subiendo hasta mi culo. Con movimientos lentos, llegó hasta mi ano y comenzó a acaricarlo. Raul empezó de nuevo a penetrarme lentamente.
Elena dijo "¡Qué pasada! A mi nunca me lo han hecho por ahí"... Yo entre jadeos, le pregunté si queria probarlo, y dudando dijo que si, pero que no estaba segura, que le daba miedo, que tenia de doler un montón.
Todos miramos hacia donde estaba Carlos. Seguia donde lo habíamos dejado, durmiendo y tumbado boca arriba mientras su miembro descansaba semiflácido a un lado.
Yo le dije que no se preocupase, que yo misma le ayudaria, y que si le dolia lo dejábamos.
Le dije a Raul que se tumbase boca arriba y a Elena que se acuclillase de frente sobre él. Ella seguía mojadísisma, así que cojí el pene de mi novio y lo coloque entre los húmedos labios vaginales de Elena. Apenas si empujó un poco, que aquel miembro desapareció en su interior como absorbido. Tras un par de jadeos, Elena dijo "Joder, la noto enorme, a mi no me va a poder entrar en el culo".
Yo continuaba detrás suyo chupandole el ano y viendo lo estrecho que estaba. Abria sus nalgas con las manos y con mi lengua la obligaba a dilatarse.
Cuando comprendí que todo estaba bien lubricado, hice levantarse un poco a Elena y cojiendo el pene de mi novio, lo apunté bajo aquel estrecho agujero. Tranquilicé a Elena diciendole que estando de cuclillas, seria ella quien controlaria la situación dejando paso o no al pene de Raul. Le dije que empezase a hacer fuerza muy poco a poco mientras yo desde atras le abria las nalgas a tope. Se veia perfectamente como Elena hacia fuerzá hacia abajo y su piel se tensaba, pero el capullo de Raul no entraba (estaba hinchadísimo). Se inclinó un poco hacia atrás apoyando su espalda sobre mi pecho y girando la cabeza comenzamos a besarnos. Cojió mis manos con las suyas como queriendo ayudarme a abrir su culo y mientras dejaba caer su peso, notamos en nuestras manos como su culo se abria dando paso al pene de mi novio y quedando casi sentada encima de él. Elena lanzó un grito agudo y se quedó inmóvil; me miró, parecia que fuese a ponerse a llorar y yo le dije "La sacamos y lo dejamos", a lo que ella contestó que no, que habia sido sólo un momento de dolor, que siguiese ayudándola.
Se inclinó hacia adelante. Yo continuaba abríendole las nalgas mientras mi novio la ayudaba a levantarse con las manos y la dejaba caer poco a poco.Ahora no era sólo mi novio quien gemia de placer, de Elena salian pequeños gritos entrecortados por sus jadeos.
Miré hacia donde estaba Carlos y me dije a mi misma que se le habia acabado el descanso.
Me tumbé a su lado. Sin tocarlo, empecé a pasar mi lengua por su pene y a metérmelo en la boca. En un instante noté como empezaba a crecer entre mis mofletes.
Sentí unas manos que me acariciaban el pelo; por fin Carlos habia despertado. Entonces empecé a mamáselo en toda su extensión. No era tan gorda como la de mi de mi novio, pero si que era bastante más larga; aquello no me cabia en la boca ni de casualidad.
La saqué de mi boca y empecé a masturbarle con las dos manos. Me tumbé encima suyo abriendo las piernas y Carlos empezó a penetrarme de inmediato cojiendosela con una mano y acompañando mis caderas con la otra. Pronto tuvo sus manos sobre mi culo, empujando y apretándolo contra él.
Subió sus manos sobre mis tetas apretujándolas y pellizcando mis pequeños pezones; se incorporó un poco para lamerlos y darles pequeños mordisquitos; me dijo que tenia un culo y unas tetas durísismas; yo agradecí su comentario cojiédode por detras de la cabeza y hundiéndola sobre mis pechos para que los chupase y mordisquease a placer.
Su pene entraba en mi vagina con comodidad, deslizándose hacia dentro y hacia fuera facilmente. Con su longitud, me llegaba hasta el final, lo que en un par de ocasiones me hizo sentir dolor. Con su polla en pleno bombeo y uno de mis pezoncitos entre sus dientes, comencé a sentir dos orgasmos casi seguidos (o quizá fuese uno en dos tiempos) no lo se, pero disfruté como una loca.
Aquello merecia una recompensa. Poniéndolo de pie, me arrodillé delante suyo y abriendo mi boca al máximo me metí toda la polla que puede en mi boca. Carlos dió un brinco, pero yo no le di tiempo ni de respirar... Comencé a meterla y sacarla con rapidez, llevándola hacia dentro y apretándola entre mi lengua y el paladar.
Le hice dar unos pasos hacia atrás para que apoyase la espalda en una ducha de la playa y le dije "déjame hacer a mi ¿vale?"; me preguntó que ¿qué iba a hacer?, pero ya no le contesté con más palabras...
Empecé a meterme aquel mástil hasta la garganta, y dejando que su punta me atragantase como a mi me gusta. Continué empujando hasta conseguir tragarme todo su capullo; En ese momento me di cuenta de lo verdaderamente larga que era su polla, porque todavia quedaban unos pocos centímetros fuera de mi boca. Cojiéndole con las dos manos por el culo, le empujé hacia mi hasta que mis labios pudieron cerrarse sobre la base de su pene. La tenia toda dentro de mi boca, y lo mejor era que un buen trozo lo tenia de garganta hacia dentro. Nunca una polla me habia llegado tan adentro (ninguna habia sido lo suficientemente larga), y entonces pude por primera vez, sacarla un poquito y volvermela a introducir sin que el capullo saliese de mi garganta. Yo habia cerrado los ojos y me concentraba tan sólo en lo que que sentia. Carlos empezó a gemir mientras cojia mi cara con las dos manos pero sin hacer fuerza, acariciándome las mejillas y los labios. Notaba como los músculos de mi garganta se cerraban sobre su pene y aprisionaban su capullo. Carlos empezó a correrse y yo abracé mi cara contra su vientre para impedir que sus espasmos liberasen su polla. Se corrió abundantemente; su leche abrasaba la entrada a mi estómago. La saqué un poquito, lo justo para liberarla de mi garganta, y la dejé en mi boca un par de minutos mientras perdia su erección. Yo por mi parte, notaba como chorrillos procedentes de mi sexo resbalaban por mis muslos empapándome por completo.
Carlos me bajó de la nube en que todavia estaba diciéndome "¡Mira eso!". Me giré y vi como Elena habia cambiado de postura encima de mi novio. Se habia girado y ahora le daba la espalda; Raul cogia sus piernas abriéndolas y levantándolas. Carlos y yo veíamos perfectamente como la polla de Raul seguia entrando y saliendo del culo de Elena y se les veia cansados a los dos; aquella enculada duraba ya un buen rato.
Raul la levantó un par de veces hasta sacar su pene del todo, y pudimos ver lo rojo y dilatadísimo que estaba el culo de Elena; su ano permanecia abierto unos segundos y entonces empezaba a cerrarse, momento que aprovechaba Raul para volver a metersela de un golpe.
Yo me acerqué a ellos gateando, y empecé a chuparselo a Elena. Ella cogió mi cabeza y la apretó con fuerza contra ella. De nuevo me veia chupando y lamiendo con locura hasta el último rincón. Ensalivé mis dedos y empecé a metérle dos en su vagina, continué con tres y luego con cuatro. Elena parecia estar en extasis; gemia y se revolvia mientras yo introducia mis dedos y mi novio continuaba enculándola.
Elena cojió mi mano y empezó a meterse mis dedos más rapidamente. Entre gemidos empezó a decir "Métemelos todos, métemelos"...
Yo escondí mi pulgar entre los demas dedos y empecé a hacer fuerza. Mis dedos entraban hasta los nudillos una y otra vez, y parecia que de ahí no pasarian.
Raul se la metia por el culo a golpes, lo que a mi no me ayudaba mucho, pues tenia miedo de hacerle daño a Elena. Seguí empujando poco a poco hasta que noté como mis nudillos pasaban una especie de barrera y mi mano entró por completo dentro de su vagina hasta más allá de la muñeca.
Elena lanzó un grito y con sus dos manos me cojió del brazo y empezó a meter y sacar mi muñeca (dejando mi mano dentro) como si fuese un enorme consolador y sin dejar de gritar una y otra vez. Yo enloquecia a su lado, siguiendo sus movimientos y empujando mi mano adentro y fuera.
Notaba la polla de Raul al otro lado de las paredes interiores de Elena; sentia perfectamente cada una de sus enculadas.
A todo esto, Carlos se arrodilló a mi lado y girando mi cara, empezamos a besarnos con ternura mientras acariciaba mi espalda bajando por mi culo y mi sexo hasta encontrar mi clítoris.
Allí empezó un trabajó con sus dedos que sólo conseguia enloquecerme más. Hasta que la guinda la puso cuando empezó a acariciarlo con la lengua y chupármelo.
Tuve que sacar mi mano de la vagina de Elena (no sin cierta dificultad) para concentrarme en lo que Carlos me hacia. .
De repente, mi novio sacó su polla del culo de Elena dejándola ante mis narices totalmente erecta y llena de esperma. Del culo de Elena caian chorrillos y grumos de la corrida de Raul (una corrida de la que no me habia enterado absorta en la comida que me daba Carlos).
Elena y Raul se liaron en un 69 chupándose el uno al otro y limpiándose mientras Carlos seguia detras mio concentrando la punta de su lengua en mi clítoris y arrancándome un orgasmo corto pero intensísimo.
Mientras seguía acariciándome oí como me preguntaba si le dejaba intentarlo por el culito... En su voz notaba cierta vergüenza por lo que me estaba proponiendo.
Todavia de rodillas, me incorporé un poco, le sonreí y le besé con suavidad mientras con mis manos fuí a buscar su polla.
La sorpresa me la llevé al comprobar que su erección era máxima. La tenia completamente tiesa y durísima; unas gotas escapaban de su capullo y me apresuré a recogerlas con la lengua mientras veia como su polla se movia por los espasmos que le provocaba el leve contacto de mi lengua.
Entonces empecé a chuparsela y pasarle mi lengua hasta los huevos, salivándola en toda su extensión para lubricarla. Al mismo tiempo, con una mano, introducia mis dedos en mi vagina en busca de jugos con los que lubricar mi culito.
Todavia de rodillas y con las piernas abiertas, me giré y dejé mi culo en pompa a merced de Carlos. bajé mi cabeza hasta la arena y con las manos abrí mis nalgas ofreciéndole mi ano.
Carlos apoyó su punta y empezó a empujar un poco. A mi me encanta el sexo anal, así que mi culo no se hizo de rogar y dejó pasar a aquella polla sin muchos problemas.
Sin dejar de empujar, siguió metiéndomela lentamente cm. a cm. hasta que llegó al final. Ahí di yo un pequeño respingo y él se detuvo.
Me sentia literalmente empalada por aquella polla larga y de grosor normal (no es que fuera delgada, sólo que la de mi novio es muy gorda y las comparaciones resultan inevitables).
Empezó a meterla y sacarla hasta el final, pero con la misma lentitud. Aquello me permitia hacerme una idea de la cantidad de polla que me estaba metiendo. Además la tenia durísima y cada vez que llegaba al fondo me empujaba realmente hacia delante.
Hubo un momento, en que la dejó dentro y comenzó a moverse en círculos. Aquella sensación era nueva para mi. Es como si estuviese buscando por donde seguir penetrandome y me volvia loca.
Entonces empezó a dar pequeños empujones. Me dolia un poco, pero el placer era bestial. Le pedí que siguiese empujando mientras clavaba mis uñas en mi culo para abrirlo a tope.
Se lo tomó más en serio de lo que esperaba, porque empezó a empujar cada vez con más fuerza... Su polla, durísima, golpeaba mis entrañas con fuerza. Me dolia la barriga, sentia como me destrozaba y yo seguia diciendo "más fuerte, más fuerte... métemela más, rómpeme..." No tenia tiempo para pensar en que realmente pudiese estar rompiéndome algo (que realmente no fué así), estaba en otro mundo, derritiéndome de placer y de dolor...
Sentia como empujaba, como me la metia hasta el fondo y con su capullo recorria hasta el último rincón de mi culo...
Tenia suerte de haber ido al baño hacia unas horas, porque sinó, el pastel que se podia haber liado hubiese sido de impresión.
Carlos seguia empujando y golpeando en lo más hondo de mi, hasta que su capullo encontró un hueco nuevo... Cojiéndome con fuerza por las caderas para no perder la posición, siguió penetrándome hasta que su punta pareció meterse por la salida de mis intestinos. Yo me mareé; me sentia perforada, rota... Me abandone a Carlos, que con movimientos mucho más lentos terminó de enculame con toda la longitud de su polla y dejándome completamente empalada.
El mareo se me pasó rápido, fué cosa de un momento, así que me permitió disfrutar a tope de los lentos movientos de Carlos que ya no metia y sacaba, sinó que se movia un poco hacia los lados, en pequeños círculos, apretando mis caderas... Hasta yo me sorprendí arqueando mi espalda y clavando mis manos en la arena para empujame contra aquella polla que tan profundamente me penetraba.
Notaba como la agitación de Carlos iba en aumento, así que no me pilló por sorpresa cuando me la sacó de repente para correse sobre mi culo y mi espalda...
Me dejé caer hacia delante y me acosté de lado sobre la arena. Carlos se puso a mi espalda y me abrazó durmiéndose casi al instante.
Mi novio y Elena también se habian quedado dormidos juntos.
Despues de un disfrutar un rato de aquella tranquilidad y de todo lo pasado, consideré que lo más conveniente era despertanos y vestirnos. Eran ya más de las 5 de la mañana y no era plan de que nos pillasen en pelotas por la mañana mientras continuábamos durmiendo ;-)
Espero que este relato les haya gustado a todos.
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