Una noche en la disco Hysteria(Vanessa y taxista)
Doble penetración...suena delicioso-Vanessa iba sumida en sus pensamientos en el asiento trasero del taxi. La erección de su pene le molestaba un poco. Cada que el auto pasaba alguna irregularidad del asfalto la vibración provocaba en ella más excitación...
Tercera parte.
-Doble penetración...suena delicioso-Vanessa iba sumida en sus pensamientos en el asiento trasero del taxi. La erección de su pene le molestaba un poco. Cada que el auto pasaba alguna irregularidad del asfalto la vibración provocaba en ella más excitación.
-¿Le ocurre algo Señorita?-Cuestionó el conductor del taxi mirándola por el espejo retrovisor.
Vanessa se sobresaltó y se apresuró a responder.
-Eh, no, no, gracias...mmm, bueno, es que quiero llegar cuanto antes al hotel, no sea que mi amiga llega antes que yo, no quiero echar a perder sus planes-Remató con un guiño de ojos.
-Ah sí, su amiga. Por cierto, las dos son muy lindas, sé que no son mujeres pero así como se han arreglado y como se comportan lo parecen al 100%-Dijo el conductor devolviéndole el guiño.
-¡Ay, muchas gracias, eres muy lindo!-Respondió Vanessa en tono más que sugestivo. El conductor no paso por alto el tono de la respuesta y continuó conversando con ella de manera más desenvuelta.
Vanessa solicitó la llave de la habitación a la chica que atendia en esos momentos la administración del hotel. Oscar, era el nombre del conductor del taxi, la esperaba cerca de los ascensores.
Vanessa recibió las llaves y se apresuró a llegar hasta Oscar que la devoraba con la mirada mientras ella se acercaba. Después que las puertas del ascensor se cerraron él se abalanzó sorpresivamente hacia ella y la abrazó con fuerza buscando sus labios para besarla. Ella se dejo aprisionar por el abrazo, sus cuerpos quedaron muy pegados y ambos sintieron sus virilidades. Ella ladeo su cabeza y permitió un beso que se prolongó hasta que las puertas del ascensor se abrieron. Se adentraron en el pasillo y caminaron abrazados. Antes de que llegaran a la habitación correspondiente, se abrió la puerta de otra de ellas y entonces apareció el chico al cual Valeria y ella misma habían coqueteado deliberadamente. Vanessa se encontró con la mirada de éste y nuevamente volvió a sonreírle y guiñarle el ojo sin meditarlo. Oscar se percató de dicha acción y le preguntó a Vanessa si conocía al chico.
-No, no tengo el gusto-Su voz se escuchó fuerte y clara terminando en una sonrisa.
El otro chico se apresuró a salir de la habitación cerrando tras de sí con la llave en sus manos.
-El gusto es mío Señorita-Dijo dirigiéndose a ellos y extendiendo su mano.-Me llamo Alberto. Voy a salir a comprar unas cosas, pero me encuentro con ustedes. ¿Se van a descansar?-Dijo mirando con mucho interés a Vanessa. No disimulaba el agrado que sentía por ella.
-Eso depende de ambos-La voz de Vanessa se escuchaba emocionada al tiempo que pegaba sus nalgas al cuerpo de Oscar.
-¡Caray reinita!¡¿Te gustaría estar con los dos a la vez?-Preguntó Oscar tomando a Vanessa por las caderas y empujando su virilidad en su trasero.
-¡Cláro!Si el también quiere-Respondió melosamente.
Oscar y Alberto se encontraban completamente desnudos y juntos sobre la cama, estaban boca arriba recostados cada uno en una almohada y miraban una película de uno de los canales de adultos. Vanessa se turnaba mamando las vergas de ambos. En ese momento estaba con Alberto y se notaba el deleite de tener ese miembro dentro de la boca. La mamaba con fuerza provocando en él unos gemidos placenteros. Con su brazo estirado tenía tomado el pene de Oscar y lo masajeaba suavemente. Sus dedos se detenían en la punta y presionaban la cabecita, provocando igual gemidos y estremecimientos en él.
Ella no se había despojado de toda su ropa, solamente el pantalón que llevaba estaba sobre uno de los sillones de la habitación.
Dejo de mamar el pene de Alberto y se dirigió al de Oscar. Este se apresuró a tomar la cabeza de Vanessa y comenzó a bombear su boca moviendo su cadera. Alberto se incorporó y fue a colocarse detrás de ella. La posición en que se encontraba invitaba a que su culo fuera atendido con delicia.
Albertó colocó ambas manos en las nalgas de Vanessa y las masajeó con fuerza. Acto seguido azotó una de ellas y de inmediato se inclinó a besarla. El solo contacto con la piel de Vanessa lo enardeció y se decidió a pasar su boca por todo su culo. Poco después se detuvo enmedio de las nalgas y hundió su rostro, con la lengua ubicó el ano y lo pico vigorosamente provocando un placer inmenso en ella.
Pasados unos minutos, Alberto se incorporó, miró el culo chorreante de saliva y se decidió a ensartarla. Se colocó detrás tomando su pene con una mano mientras que con la otra abria una de las nalgas. Ubicó el ano y colocó la punta del pene sobre él. Vanessa dejó de mamar el pene de Oscar y se volteó para mirar lo que el otro trataba de hacer. Se volvió nuevamente hacia Oscar y ella misma ayudó con una de sus manos abriendo su otra nalga. Alberto empujó su cuerpo y una parte de su pene se abrió paso dentro de ella. Vanessa gimió de dolor y le pidió que su siguiente movimiento fuera lento. El respetó la petición y se dedicó a sacar y meter el pene hasta donde había entrado la primera vez con la finalidad de que ella se acostumbrara al grosor del miembro.
Dejó nuevamente la punta del pene dentro de ella y soltó saliva sobre el mismo. Con uno de sus dedos la distribuyó en el resto del miembro y aferrándose a ella por las caderas empujó de nuevo sin detenerse. Vanessa gimió placenteramente el sentir como iba taladrando su culo. Oscar la tomó por la nuca y comenzó a bombear su boca vigorosamente.
Era una delicia mirar como Vanessa era poseida por dos tipos a la vez. Ambos disfrutaban escuchándola gemir de una forma incontrolable. Ella, que siempre se había sentido heterosexual ahora se daba cuenta de su bisexualidad y esto la hacia sentirse más plena aún.
Ni Oscar ni Alberto dejaban de penetrarla con fuerza, las manos de éste último estaban posadas en las caderas y su cuerpo chocaba de lleno en las nalgas de ella. Se escuchaba un golpe seco que indicaba que la estaba penetrando muy profundamente. Oscar la soltó y sacó su miembro de la boca de ella. Al sentir libre su boca dejó escapar infinidad de gemidos y halagos hacia Alberto.
-¡Papi, qué rico me posees!¡Rómpeme el culo Papi!¡Jamás había sentido esta experiencia!-
-¿En verdad Mamita?¿Jamás te habían dado por el culo tan rico y estrecho que tienes?-
-¡A ver puta!¡Levanta el rostro que voy a seguir dándote verga en la boca!-Terció Oscar.
En cuanto Vanessa obedeció la orden Oscar metio todo su pene hasta que sus testículos tocaron su barbilla. Ella sentía que se ahogaba al tener todo el miembro adentro, como podía pasaba su lengua debajo del tronco. Era un juego perverso que estaba disfrutando como nunca.
Alberto se detuvo y permaneció dentro de ella disfrutando los apretones que Vanessa le brindaba a su miembro. Oscar sacó el suyo de la boca de ella y comenzó a masturbarse. Una deliciosa pausa para los tres.
-¡Chicos, los estoy disfrutando mucho pero no tarda en llegar mi Amiga Valeria!. Tengo que dejarle libre la habitación-
-¿Así se llama tu Amiga?¿Es igual de putita que tu Mamita?-Preguntó Alberto.
-Apuesto que sí-Intervino Oscar-Cuando las llevaba a la Disco no paraba de coquetearme-
Vanessa sonrió y les dijo a ambos que yo era el doble de puta que ella.
Alberto se fue retirando poco a poco. Vanessa gemía dulcemente al sentir como su ano quedaba libre del intruso. Oscar puso el par de almohadas a la orilla de la cama y después ayudó a Vanessa acostándola boca arriba, sus nalgas quedaron encima de las almohadas. Alberto se colocó enmedio de sus piernas a la ayudó a elevarlas para finalmente acomodar las pantorrillas sobre sus hombros. Antes de penetrarla liberó el pene de Vanessa haciando a un lado la parte frontal de su tanga. Colocó el pene sobre el ano y empujo de nuevo haciendo que éste fuera desapareciendo poco a poco, mientras tanto acariciaba el pene flácido de ella.
Nuevamente la escena era exquisita. Alberto inclinado, con su pene hasta el fondo y masajeándo a su vez el miembro de ella. Dejó de hacer este movimiento, se incorporó y abrazó las piernas de Vanessa comenzando un vaivén. Oscar mientras tanto subió a la cama dando la espalda a Alberto, se acomodó sobre el pecho de ella y colocó su verga sobre los labios de ella, después hizo que este desapareciera completamente dentro de su boca.
Ambos sincronizaron sus movimientos, Alberto taladraba el culo y Oscar la boca de Vanessa la cual gemía con más fuerza aún. Ya no hubo más pausas. La cama sonaba como si se tratara de una máquina de lavado, el pubis de Alberto chocaba fuertemente contra sus nalgas y ella gemía como si le costara trabajo respirar. Los tres sudaban copiosamente.
Ambos no dieron tregua a Vanessa y se vaciaron dentro de ella al mismo tiempo. Ano y boca recibían una cantidad abundante de semen, parte resbalaba hacia sus nalgas y otra parte por la comisura de sus labios. Ninguno de los dos se retiró de ella hasta que sintieron que se habían vaciado por completo.
Pasados unos minutos Vanessa los apremió para que se apuraran ya que era necesario desocupar la habitación porque yo no tardaría en llegar con mis amigos Antonio y Eduardo.