Una noche en la Ciudad
Cumpliendo la fantasía de cojer con un desconocido.
Ya había pasado varios meses ingresando en una app de citas sin nada interesante con que divertirme, sin embargo, un chico en específico había captado mi atención pero no le di importancia aunque sentía mucho deseo por él y por la malicia que transmitia.
Viviamos en ciudades distintas, así que luego de una semana de trabajo extenuante decidí ir a la ciudad donde el vivía, sin planes de nada, solo a descansar y despejarme y luego de instalarme, decidí intentar hablarle a ver si concretabamos algo aunque no tenia mayor esperanza de que se lograra algo.
Y así fue como pasé de un fin de semana de amigos y descanso, a finiquitar un encuentro sexual con un extraño, algo que muy personalmente me activaba más el morbo, era una fantasia hecha realidad.
Domingo 7pm, "quiero cojer, ¿nos vemos en el Boulevard? cargo jean, botas y una chaqueta gris".
"Estaré allí en 20 minutos".
Estaba nerviosa, pero el deseo de tenerlo entre mis piernas era mayor. El llevaba varios meses sin cojer así que acepto en el acto y 20 minutos luego recibo un mensaje en mi teléfono "Ya estoy acá".
El verlo a lo lejos, incrementó mi calentura, en efecto era el chico con el que había hablado un par de semanas antes. Moreno claro, casi de mi estatura (1.70), barbudo, y con unos lentes que enmarcaban unos ojos que transmitian una maldad que me encendía de maneras insospechadas.
Luego de un breve saludo, lo llevé al hotel donde me hospedaba. Se sentía la tensión mutua, el encontrarse con un extraño siempre genera algo de suspicacia.
Ya en la hab fue fácil sacarme la ropa y quedar solo en ropa interior mientras teníamos una conversación breve para romper el hielo.
Me acerqué a él y le dije "Pon tus manos donde quieras".
Acto seguido, se abalanzó sobre mí dandome un intenso beso, nuestras salivas se mezclaban, las respiraciones se aceleraban, nuestras lenguas saboreándose, sentir como me sacaba el brasier y chupeteaba mis pequeños senos era algo que me estaba volviendo loca. Mientras yo le desvestía y metía la mano en su pantalón para sentir un gran bulto entre mis manos. Oh si, fue una excelente decisión verme con este tipo, la ibamos a pasar muy pero muy bien.
Me sacó las pantys y comenzó a masturbarme fuertemente, frotaba mi clitoris en el punto exacto con intensidad y ya mis gemidos subian de volumen, comencé a retorcerme mientras sentía como mis jugos empapaban sus dedos y el sonido de la paja que me hacia resonaba en las cuatro paredes.
Me gustaba su mirada de deseo sobre mi cuerpo mientras yo me retorcia y gemía, "Ay, ay, ay, pero que rico me pajeas".
Mientras que esos ojos negros penetrantes y maliciosos me recorrian con hambre.
Se acostó a mi lado para penetrarme, y fue una sensación indescriptible el sentir ese bulto atravesando mi estrecha y húmeda vagina, estabamos muy excitados, y mi humedad ya llegaba a la cama.
Ya clavada me tomo del rostro y me dijo "Ven aquí" besandome nuevamente con lujuria, yo no paraba de gemir, estaba en el mismo paraiso con esa rica lengua dentro de mi boca...
No tardé en tomar las riendas del asunto, sentarme sobre su pene y agitar mis caderas con frenesi...
"Uff pero que ricas caderas, si te sigues moviendo asi me vas a hacer acabar"
"Pues acaba".
Su cara se transformó, arqueó su espalda, la descarga de placer invadió todo su rostro, sus manos temblaban y un grito de placer recorrió la habitación.
Fue fácil también correrme ante tremendo espectáculo... que rico compartir un orgasmo simultáneo, ya mis gemidos eran gritos y mis fluidos vaginales empaparon sus bolas.
Descansamos un rato, y ambos sabiamos que ibamos a repetir... asi que no tardamos en calentarnos de nuevo.
Nuevamente volvió a besarme con intensidad, y poco a poco fue bajando hasta ubicarse entre mis piernas, chupaba, lamia, gemia y saboreaba mi vagina en todo su esplendor, hacia circulos en mi clitoris, lamía de abajo hacia arriba atravesando mi rajita con toda la extensión de su lengua, introducia sus dedos en mis profundidades y yo me retorcia apretando mis senos.. necesitaba devolverte el lindo gesto...
"Recuestate y relajate"... mientras contemplaba su gran erección.
Fue una delicia atragantarme con esos 18 centimetros, sentir el glande palpitante en mi boca, meterlo hasta el fondo de mi garganta, pasar mi lengua de punta a punta, y escucharlo entre susurros "Uffffff hasta el insomnio me vas a curar con esa mamada", mi saliva deslizaba por sus testiculos, chupeteaba, recorria cada rincón de tremendo manjar para luego volver a cabalgarlo y sacarle toda la leche.
El placer en su rostro era indescriptible, tomaba mis caderas con fuerza y empujaba su pene como que si queria traspasarme, lleno toda mi raja con su gruesa carne, el sonido de la follada era épico, mis jugos, la saliva de las mamadas, la vigorosa fricción, el delicioso sonido y la calentura, una de las mejores noches de mi vida.
Nos corrimos por segunda vez en un misionero, mis musculos pelvicos se contraian sin parar como que si querian aprisionar esa verga en su interior mientras me decia lo riquisima que estaba y lo buenisima que era follando.
Pero sabiamos que no quedaba allí...
Cerramos la noche con otro orgasmo simultáneo, me penetraba vigorosamente en cuatro, sus bolas chocaban con mis labios vaginales, me tomaba con fuerza de las caderas y me poseía con gran deseo.
Es inevitable recordar esa noche sin terminar mojada o pajeandome.
Era una fantasia cumplida.
Nos vestimos, lo acompañé hasta la salida y nos despedimos amistosamente.
Uno de los mejores polvos de mi vida.