Una noche en cualquier ciudad

Por mi trabajo simpre viajo aotras ciudades, aqui es cuando aproveho y me convierto en Yenny...

Una noche en cualquier ciudad

Por cuestiones de trabajo salgo mucho de viaje, así que aquí es cuando aprovecho y me pongo ropita de nena y me trasformo en toda una mujer, en Yenny.

Me gusta llevar una maleta de mi equipaje repleto de faldas pequeñas, tangas de todas formas, medias, bras de encaje, blusas provocativas, vestidos, pelucas y por supuesto maquillaje.

Como viajo solo puedo vestirme de mujer sin ningún problema, depilarme y maquillarme, he aprendido a hacerlo muy bien.

En uno de esos viajes, por la noche después de haberme vestido una falda blanca, mis medias con liguero, un bra de encaje rosa y una blusa que dejaba al descubierto buena parte de mis lindos pechos, me dispuse a divertirme, como casi siempre lo hago, caminando por el centro de la ciudad. Me gusta sentirme mujer y caminar de manera natural por las calles de las ciudades por donde viajo. Incluso he llegado a estar varios días siendo completamente mujer.

Pues bien en uno de estos paseos conocí a oscar. Caminaba escuchando el taconeo de mis zapatillas, el viento movía mi falda y disfrutaba el aire moviendo mis cabellos cuando él apareció y me invito una copa en un bar. Yo no tenía encuentros con muchos hombres y aun que ya no era virgen, me gustaba solo caminar y disfrutar de mi feminidad. Pero cuando lo vi no pude resistirme, tenia el cabello algo largo y una barba un poco crecida, vestía muy bien y se veía en buena forma. Ya en el bar tomamos un par de copas y platicamos un poco. El ya no pudo resistir y sin más me dijo que quería cojerme. Yo sentí como las piernas me flaqueaban y sin pensarlo dije que si.

Camino al hotel, pensaba que me sentía como una puta y eso me excitaba más, y ya no aguante le abrí la bragueta y empecé a acariciar su pene. Lo tenia bastante grande que pensé lo afortunada que era y lo que se llevaría mi culito. El aparco aun lado y rápidamente comencé a mamársela. Pasaba mi lengua por su puntita y me comía toda su verga, que sabia deliciosa, lo hacia gritar de placer. El comenzó a meter su mano bajo mi falda acariciando mis piernas mientras me besaba. Yo me sentía en el paraíso y como buena Eva le di mi manzana de la tentación, así que nos fuimos al asiento trasero y me coloco encima de él, saco su verga deliciosa y la metió lentamente en mi culito. Yo gritaba como loca mientras el me decía que era una niña deliciosa y que mi culo estaba apretadito y que iba a comérselo todo. Yo le gritaba que no parara mientras movía mis caderas sintiendo su verga erecta y calientita. Agarro mi pene y comenzó a masturbarme, el placer era irresistible que me vine casi enseguida, él también lo hizo dentro de mí, sentí un placer que nunca antes había sentido, me salí de el rápidamente y comencé a lamer su verga con su jugo blanco delicioso.

Descalzamos un poco y luego nos fuimos rumbo al hotel para seguir la fiesta. Pero en el camino volví a masturbarlo y sin pensarlo nos fuimos nuevamente atrás y me hizo suya con una locura que hasta rompió mi sostén y yo hice que gritara tanto que si hubiéramos estado en una zona poblada despertaríamos a todos.

Dormimos hasta el amanecer, ya despiertos lo hicimos de nuevo y me llevo a donde nos habíamos encontrado por petición mía.

Nunca llegamos al hotel donde teníamos planeado.

De la emoción no le pedí como contactarlo y el tampoco me la dio.

Desafortunadamente nunca más volví a verlo.