Una noche de verano

Espero a que llegues, pero no puedo aguantar, ¿me perdonarás si empiezo sin ti?

Una suave noche de verano, hace calor para dormir con pijama, camino por el cuarto está oscuro, pero las ventanas están abiertas y me dan la luz que necesito, no es demasiado tarde aún y sé que nadie puede verme pues estamos alejados de todo y de todo, ¿cuanto tardarás en volver?. No tengo sueño esta noche, y mi cuerpo no está cansado, si me fuera a la cama no sería precisamente para dormir, pero estoy sola aún, así que deambulo por la casa. Comienzo a tener un poco de frío, la noche es cálida, pero quizás no es buena idea caminar desnuda estando tan cerca del mar. No tengo ganas de buscar en los cajones, y encuentro en una silla la camisa de tu pijama. Mmmm, no me queda mal, tapa justo lo que tiene que tapar, me quedaré con ella, es muy calentita, me tumbo en el sofá, pero en la televisión no ponen nada entretenido y me aburren las películas porno, no tienen argumento, ni aliciente.

Salgo a la terraza, la noche es perfecta, y ahora que voy tapada no pasa nada, me recuesto en la tumbona, sin darme cuenta comienzo a desabrochar la camisa, un botón tras otro, despacio, estoy algo excitada, y el hecho de hacerlo tan despacio me excita aún más, una vez consigo desabrocharla por completo, mis manos recorren mi cuerpo, paseando por mis generosos pechos, bajando por mi estómago, pasando por mis anchas caderas y llegando a mi entrepierna, pero aún no las dejo estar ahí y vuelvo a subirlas en una caricia, me estremezco, mi piel se eriza con el contacto de mis dedos y la suave caricia de la brisa nocturna.

Subo mis manos en sentido contrario y me entretengo en mis grandes pechos, delineo su contorno, y lamiendo uno de mis dedos, lo paso por la aureola y por el pezón, una y otra vez trazando un círculo, el pezón se encoge y la aureola se pone rugosa, con ayuda del pulgar estiro muy levemente del pezón, retorciéndolo un poquito, mmm, me encanta, mientras con la otra mano acaricio la base del otro pecho, me gusta ese tacto tan terso y suave, abro la palma de mi mano y acaricio una y otra vez esa zona, cambiando luego de pecho, para que ninguno de los dos esté insatisfecho.

Tengo ganas de alo más, así que dejo que mi mano izquierda siga saciando mis pechos y bajo la derecha hacia mi pubis, pasando por encima, muy suavemente, sólo una caricia, y bajo por mis ingles, las acaricio y vuelvo a subir, delineo mis labios mayores, y los abro un poquito, los recorro con mis dedos, sin rozar mi clítoris, sólo los labios. Al acariciar un poco más profundo, mi excitación crece, y mis labios menores de hinchan ansiando ser complacidos, no voy a negárselo, y paso mis dedos por ellos, mi mano izquierda no da tregua a mis pezones, que comienzan a estar duros, y sigo apretándolos, mi mano derecha comienza a inspeccionar un poco mas abajo, y acaricia la entrada de mi vulva.

Por mi excitación ya estoy bastante mojada, así que al pasar los dedos por ella, uno de ellos se cuela en mi interior, provocándome un delicioso escalofrío, antes de sacarlo exploro un poco mi cuevita, pero quiero más, así que lo saco, y a regañadientes, me levanto y me dirijo hacia la habitación, recuerdo haber guardado mi juguete nuevo en uno de estos cajones..., lo encontré.

Busco un sitio más cómodo y me dirijo al sillón, primero me siento, y luego lo inclino hacia atrás, apoyando mis piernas en la banqueta para reposar los pies, mucho mejor, y más cómoda.

Dejo el juguete a un lado, y vuelvo a acariciarme, no me he quitado la camisa, pero tampoco quiero hacerlo, tiene tu olor y me gusta pensar que podrías estar aquí y no creo que tardes en estar.

Vuelvo a castigar un poco mis pezones, que siguen como rocas, y bajo mi mano a mi bajo vientre, acaricio la entrada, pero no entro, y bajo la izquierda también, recojo los jugos que emanan de mí y con ellos lubrico mi clítoris con la mano derecha, mientras comienzo a moverlo en pequeños círculos, mientras la izquierda, vuelve a acariciar la entrada, sin traspasarla.

Más rápido, mis dedos se mueven más rápido, y no lo aguanto más, con dos de mis dedos taladro mi interior, y paro mi mano derecha para no provocar aún ese ansiado orgasmo. Recojo el pequeño juguete, y retiro mis manos, paseo el pequeño huevo por mi clítoris, activándolo, comienza a vibrar y me produce un nuevo escalofrío, lo voy bajando y acaricio con él mi vulva, al pasarlo otra vez, con una mínima presión se introduce en mí, por lo lubricada que estaba, me gusta esa sensación, así que vuelvo a salarlo y a dejar que entre por sí solo, mi mano izquierda ha vuelto a castigar mis pechos y pezones, y mis piernas, se abren todo lo que pueden, para atraer a tan grato ocupante.

Saco una vez más el huevo y lo dejo justo a las mitad, vibrando, aprieto las paredes vaginales, para que no entre, para que se quede ahí, y mientras mi mano izquierda atiende ambos pechos, paseo la derecha por mi rasurado pubis, liso y suave, la bajo por mis ingles, y acerco un dedo a mi ano, acariciándolo y ejerciendo una mínima presión en él, mis paredes aprietan más de lo debido, y el huevito, se introduce en mí por completo. Acerco mis dedos al huevito y los introduzco, llevando más profundo el pequeño aparato, cuando los saco, están empapados de mis jugos, así que los bajo hacia mi ano, y los extiendo, repito la operación con los jugos que salen de mi interior, y cuando creo que está más o menos bien lubricado acerco mis dedos a mi boca, y me pruebo.

Ensalivo y lamo mis dedos a placer, mientras la mano izquierda se apodera de la cadenita del huevo, y tira de él, sacándolo e introduciéndolo constantemente, estoy muy excitada y no pienso oigo ni veo nada más que a mi, lo que hago y mi propio placer, ensalivo bien mis dedos, y abro más las piernas, y acerco mis dedos a mi ano, terminando de lubricarlo, y coincidiendo una de las veces que introduzco el huevo de nuevo en mí, uno de mis dedos se introduce en mi ano, un respingo y otra ola de placer me inundan, lo saco despacio y a la vez que el huevo, y repito la operación, tras unas cuantas repeticiones, ensalivo otro dedo más, e introduzco dos de mis dedos es mi recto, haciendo que entren y salgan despacio, se me ocurre algo más, dejo el huevo en mí, y me levanto, recojo el mandito para ponerlo en marcha y me dirijo a la cama, dejo el aparatito cerca, y me tumbo, y sigo masturbándome como en el sofá, solo que ahora dejo una de mis manos en mis pechos, y con la otra vuelvo a recorrer mi clítoris, acrecentando mi excitación.

Me incorporo un poco, y recojo de la mesita de noche un bote de lubricante, está frío, me pongo en cuatro patas, y lubrico mi ano introduciendo el gel dentro de mí con dos de mis dedos, luego, saco el huevo de mi vagina, apagándolo, y lo unto también, ahora, mientras con una mano acaricio mi sexo, con la otra introduzco lentamente el huevo en mi recto, muy, muy despacio, y un gran gemido sale de mi boca, sin poder reprimirlo.

De repente oigo la puerta y escucho tu risa, me das igual, voy a seguir, y haciendo oídos sordos sigo jugando con mi clítoris, cada vez más rápido, busco el mando con la otra mano para conectar la vibración del huevo, pero no lo encuentro, te siento encima de mí, no me hace falta abrir los ojos, para saber que estás desnudo, siento tu calor, y tan sólo me acaricias con una de tus manos, -"maldito"- es lo único que se me ocurre decirte, sé que me lo has quitado, -"y ahora qué, ya no tienes mandito..."- abro los ojos y te miro con cara de enfado, pero está claro que mi excitación es mucho mayor que mi enfado, retiro mis manos a regañadientes, e intento quitártelo, y lo único que consigo es que lo sueltes... y atrapes mis manos.

–"Suéltame y dámelo"- es una orden, y comienzo a pelear para soltarme, me muevo una y otra vez, cuando consigo soltar una mano y darme la vuelta, para escapar, consigues lo contrario, sé que no puedo contigo, pero me gusta el juego.

Con tanto movimiento y rozamiento, sé que te está gustando el juego, te acercas a mi oído y me susurras –"ahora voy a jugar yo contigo también"- y bajas una mano para acariciar mi sexo, no te resulta difícil introducir un dedo en mi interior, y con facilidad introduces un segundo dedo, y comienzas a moverlos, un gemido escapa de mis labios y sonríes con superioridad, te miro enfadada, pero me dejo hacer, de lo que no me he dado cuenta es que estabas preparándolas esposas para no tener que sujetarme, retiras los dedos de mi interior y me las pones, encadenándome al cabecero de la cama, y te ríes, yo tampoco me esfuerzo mucho en evitarlo, aun así, voy a mirarte mal –"juegas sucio, tramposo"- tu única respuesta, una sonrisa, ya eres libre, y me tienes a merced, me gusta, pero es más divertido hacerse la víctima.

Recorres mi cuerpo con tus manos, y luego te acercas a mi cara, besando una de mis mejillas, y te enfadas, ahora sonrío yo –"¿me quitas la cara?"- solo asiento divertida pones cara de ya verás, y vuelves a acercarte, pero ésta vez tampoco te dejo, ya semi enfadado, sujetas mi cara, y me besas, me sueltas, y acepto el beso gustosa, me encanta pelearme con tu lengua, retiro poco a poco la mía, y cuando te tengo en mi boca, te sujeto con los labios, pero te dejo ir, -"solo jugaba"- y sonrío, sigues bajando y haces la primera parada en mis pechos, una mano a uno y la boca al otro, lames, mordisqueas y succionas, y sigo dejando escapar pequeños gemidos, te incorporas y sigues bajando, protesto –"¿y el otro? Pobrecito, ¿no?"- te ríes y vuelves a subir, a dar el mismo trato a ambos, demoras un tiempo más, ¿solo querías que lo pidiese, verdad? Mientras atiendes a el "otro pobre", bajas una mano y acaricias mi sexo, dos dedos se introducen en mí, y comienzas a moverlos, te odio, por que sabes dónde tocar, y me encanta, has creado una adicción de ti en mí, sigues moviéndolos, apoyas la otra mano cerca de mi cabeza, y de repente lo noto, y gimo, mucho más fuerte, por el orgasmo, acabas de conectar el vibrador que estaba empezando a olvidar, y me sacudo, por el placer, dejas mis pechos, y mantienes el aparatito conectado, y me miras riéndote, acercas tu pene a mi entrada, pero no entras, y yo no puedo moverme hacia abajo, por tener las manos atadas, -"¿vas a quedarte ahí?"- la respuesta era obvia, -"sí"- te miro mal, por que me haces sufrir, sufrir por no tenerte ya dentro de mí, disfrutando de ti.

Con ayuda de tu mano, paseas por mi entrada, despacio, y sin llegar a entrar, mientras sigues contentando mis pechos, y el pequeño huevo, sigue conectado, lo pasas de arriba abajo, llegando a mi clítoris, y haciendo hincapié en él, si sigues así no aguantaré mucho.

Subes a mi cuello y lo lames, subiendo hasta mi oído, mordisqueas mi oreja, y una escalofrío recorre mi espalda, bajas, y muerdes mi cuello, sabiendo que es mi debilidad, me retuerzo, y cambias al otro lado, repites la operación, y lo acompañas de la atención con tu mano en mis pezones, comienzas a dar pequeños golpes para entrar en mi vagina, y sólo puedo gemir, voy a explotar si sigues haciendo eso, sigues mordiendo mi cuello, y de repente desapareces, y con un profundo beso, entras por completo en mí, no puedo más que devolverte el beso, mientras gimo, por el segundo orgasmo, no esperas, ni falta que me hace, empiezas a moverte, no demasiado rápido, mientras prolongamos el beso, cada vez más profundo, y más apasionado, , vuelves a acercarte a mi oído, sólo se escucha mi respiración agitada, y tus jadeos en mi oído, y comienzas a contar...

-" uno, ..., dos, ..., TRES!"- y con el tres haces la embestida mucho más fuerte, no me lo esperaba, pero me encanta y vuelves a la calma, el uno y el dos, y el tercero repites la operación, esa si me a esperaba, repites una vez más, pero me engañas, y sigues contando...-" cuatro, cinco, seis, ...."- y los cuatro últimos, me dejan sin aliento, pues has cambiado de táctica, y todos han sido igual de fuertes, te siento muy dentro, en mi interior, y me estás volviendo loca. –"suéltame..., por favor...."- no aguanto más estar así, necesito aferrarme a ti, buscas con una mano el resorte de una de las esposas, sin cesar de moverte, logras soltarme una mano, la otra la suelto yo, pero mientras me suelto sigues dándome fuerte, tanto que siento el huevo en las paredes de mi recto, y no aguanto, y vuelvo a gemir, ésta vez, abrazada a ti, por un tercer orgasmo, tu sales de mí, y te hechas hacia un lado, recostándote en la cama, yo engullo golosa, el miembro que tanto placer acaba de darme, me haces darme la vuelta en un 69, y no pongo objeción, pero con cada lamida, salto, estoy hipersensible, lo sabes, te ríes, y sigues, haciendo eso, sólo haces crecer mi excitación y lamo golosa lo que considero mío, introduces un dedo en mi interior, y lo acercas a mi ano, y mientras lames mi sexo, introduces una falange, empujando el huevo, coges el cordón, y tiras de él, sacándolo, consigues un poco de lubricante, y aplicándolo, introduces un dedo en mi recto, mientras sigues castigando mis labios y mi clítoris, es tanto el placer, que paro, y disfruto, lo siento, pero son demasiadas sensaciones, lo mueves, rápido, y consigues, uno más, me quito de encima, y sólo te beso, mientras tú te masturbas, bajo mi cabeza, y lamo la punta mientras lo haces, me gusta verte hacerlo, cuando estás a punto me lo dices, y sello con mis labios la zona, retirando tu mano, lamo, trago y succiono, todo lo que de ti sale, me gusta hacerlo.

Cuando termino, sigo lamiéndolo, y como estás tumbado donde yo antes, me aprovecho, me siento a horcajadas tuya, y sin que opongas resistencia, te esposo ahora yo a la cama, paso pro tu oído y lo lamo, y noto tu piel erizarse, bajo por tu cuello, hasta un pezón, que tomo entre mis labios, y muerdo un poco, es tan divertido, sigo bajando, y muerdo tu vientre, sin dañarte, bajo por tus ingles, lamiéndolas, y dando pequeños mordiscos, pasando cerca de tu ano, y vuelvo a subir, por la parte contraria, con la mano izquierda cojo tu pene, y lo masturbo, metiéndolo en mi boca a veces, y con la derecha tras conseguir un poco de lubricante, acaricio tu ano –"eeh, no para"- sólo me río, me da igual lo que digas, voy a hacerlo.

Acaricio con un dedo la entrada e introduzco una falange, impregnada con lubricante, cojo un poco más, y lo aplico, introduciendo luego un primer dedo, y consiguiendo un gemido tuyo, sonrío, y prosigo, saco el dedo, cojo un poco más de lubricante y lo vuelvo a introducir, escuchando un gemido más cuando dando vueltas, comienzo a dilatarlo, cuando creo que está bien dilatado, cojo un poco más de lubricante, y ahora introduzco dos, el gemido es mayor, e intentas ahogarlo, te ayudo para que te des la vuelta, me será más fácil, y ahora mismo me obedeces sin rechistar, no importan las esposas, puedes girarlas no habrá problema, una vez en cuatro, me es más fácil introducir un par de dedos, y así lo hago, y vuelvo a sacarlos y meterlos unas cuantas veces, tú gimes un poco más, ahogando esos gemidos en la almohada, mientras con la mano izquierda, sigo masturbando tu pene, que vuelve a estar listo para la acción, sigo concentrada en lo que hago, y con un poco más de lubricante, logro introducir un tercer dedo, esta vez si oigo un claro gemido, por mucho que intentes ahogarlo, y doy un pequeño mordisco a una nalga, comienzo a sacarlos y meterlos, y te oigo pedirme que te suelte ya, y que me voy a enterar, me gusta encararte, así que, lo único que gago, es acelerar mis movimientos, y hacerlos un poco más rudos, gimes, pero mi fallo es no escuchar cómo has quitado el resorte de una de las esposas, y por consiguiente de la otra, de repente ya no eres tú el que está en cuatro frente a mí, sino yo, y cogiendo el lubricante, tardas poco en aplicármelo e introducirte en mí en un par de empujones, estaba ya dilatada por el huevito de antes.

A mi me tomas por sorpresa, y no puedo más que gemir cuando te siento entrar, comienzas a moverte rápidamente, y yo a gemir ya casi a gritar.

Sabes que me gusta, y mientras con una de las manos, buscas y encuentras el huevo, que introduces en mi vagina, y lo conectas, yo sólo puedo seguir gritando y jadeando, como perra en celo, he dejado de ser modosita, y sólo quiero más, y te lo hago saber, y me lo das, sigues moviéndote como loco, penetrándome con fuerza y cada vez más hondo, me da la impresión de que crece más, y vuelvo a tener otro orgasmo, y al sentir las paredes contraerse por el placer dado, te agarras a mis caderas, y aceleras el ritmo, deshaciéndote en mí, y mientras terminas de expulsarlo dentro de mí, besas mi espalda, luego sales, con cuidado, y recojo el rollo de papel que hay al lado, limpio lo poco que se ha salido, y te limpio a ti, luego me abrazo a tu cuerpo, y me refugio en tu pecho, te miro y me besas, una y otra vez, sonríes, y sonrío, y me quedo dormida en tus brazos.

-"Oyasumi inu"-

-"Oyasumi neko"-

Dedicado a mi inu. Mi pekeño amore.