Una noche de Trabajo

Cuando alguien te mira fijamente tú te das cuenta, la madrina de la novia, me miraba intensamente y yo le respondía, su mirada me quemaba, no me habla solo me miraba… me devoraba con la mirada.

Durante la universidad, para tener más dinero, trabaja de mesera en matrimonios, bautizos fiestas, etc. El trabajo era cansador, se trabaja alrededor de 16 horas, pero el dinero era bueno, y no faltaba el invitado que te dejaba una buena propina.

En ese tiempo tenia 20 años, cola y senos grandes paradito y apretadito todo; mi buena figura sirvió para que en más de una ocasión algún invitado me mirara con deseo. Una vez un hombre, parece que era el papá de la novia, me acaricio el culo con las dos manos, yo solo atiné a acercarme a él dejando mi escote frente a sus ojos y diciéndole: -No puedes ni con tu esposa y vas a poder conmigo-. Y me fui…la verdad es que siempre he sido coqueta y seductora.

Pero ahora la historia que me trae aquí. Llegué al centro de eventos tipo 2 de la tarde, un matrimonio por atender, entre montar mesas, limpiar copas y servicios se te va toda la tarde, lo bueno que por lo general es un grupo de 6 personas y entre conversaciones se pasa más rápido el tiempo.

Como típico sábado de enero hacia bastante calor, yo llevaba puesto el uniforme, que consistía en una falda negra un poco más arriba de la rodilla, blusa blanca, humita negra y chaquetita corta sin mangas negra…Comenzó a llegar la gente…bien vestida, con bonitos peinados, niños revoloteando, la mamá del novio chequeando que estuviera todo bien…hasta ahí todo normal.

Llegaron los novios, se sirvió el coctel, bandejas iban y venían, tragos, bebidas…por mientras se baila el Vals se empieza a servir los platos, el vino, luego el postre….la cosa es que no paras hasta cuando la gente empieza a bailar tipo 2 o 3 de la mañana.

A la mesa de los novios se le hace una atención mas personalizada, yo era la encarga de estar ahí. Los novios como siempre tan alegres, las suegras nerviosas, los padrinos y madrinas tirando la talla.

Cuando alguien te mira fijamente tú te das cuenta, la madrina de la novia, me miraba intensamente y yo le respondía, su mirada me quemaba, no me habla solo me miraba… me devoraba con la mirada.

Cuando estaban terminados el postre y los novios estaban dando el discurso, me pregunto:

-Emmm…me podrías decir donde esta el baño?

  • Ve ese pasillo, al fondo, a la derecha hay otro pasillo la tercera puerta.- respondí

Me miro extrañada, me reí – sígame – le dije. La lleve al baño, estaba lleno, y la pobre que se hacia.

-Hay otro baño arriba…es mas privado así que debe estar desocupado... ¿quiere ir? – le dije, ella consintió con la cabeza. El segundo piso se ocupaba como bodega así que no había nadie y el baño estaba desocupado.

-que alivio- dijo al salir. Llevaba puesto un vestido negro Largo, sin espalda y con un escote para perderse entre sus senos, ajustado arriba y mas suelto abajo. El pelo castaño con ondas caían de un moño adornado con unas flores…creo que cuando salió del baño fue cuando me di cuenta de lo hermosa que era. Prendió un cigarro-¿fumas? –me preguntó.

-si, pero en mi trabajo no puedo, de hecho debería bajar para ver si los novios necesitan algo- respondí.

-No seas tonta, mi hermana cuando empieza con sus discursos no termina nunca…toma uno- me dijo con voz de mando.

Abrió una ventana se sentó en el marco, sus labios rojos sobre el cigarro, su escote, sus ojos, me tenían muy caliente.

-¿como te llamas? Me preguntó sin dejarme de mirar fijo

  • Ana ¿y, tú?

  • mucho gusto Ana, me llamo Fabiola.

Hasta su nombre era sexy pensaba en silencio.

-¿porque me miras tanto y no me hablas Ana?

  • jajajajaja…emmm es que…me cohíbes un poco- respondí con la idea fija ya en la mente.

  • que eres loca Ana…me gusta mirar a la gente que me atrae- me respondió.

Se paró y empezó a caminar hacia la bajada a la fiesta. Antes de que llegará a la escalera, la tomé por la cintura y la bese.

-eres rápida- me dijo.

  • cuando algo me gusta si-respondí.

Ella iba adelante, y yo, atrás, con la mirada recorría su nuca, su espalda, su culo, sus piernas, hasta sus pies.

Nadie se dio cuenta de que no estábamos, nadie pregunto nada y seguí con mi trabajo...se sirvió la torta. Y venia la hora del baile.

En un momento Fabiola me hizo un par de señas, y la seguí, subió a la bodega, se sentó en el marco de la ventana nuevamente, nos fumamos un cigarro y nos besamos.

Me embriagaba un deseo de éxtasis, que provocaba esa desconocida mujer.

Ya me tenia muy caliente, me agache, subí su vestido hasta la cintura, quedando frente a mis ojos un hermosa tanga negra de encajes, que poco duro puesta.

Fabiola levantó su pierna dejándola sobre mi hombro, y empujo mi cabeza a su caliente vagina.

Sin pensarlo dos veces recorrí con mi lengua sus labios, con un depilado espectacular, busque su clítoris y se lo chupe desenfrenadamente que llego rápidamente a un orgasmo.

Sus jugos estaban en mi boca; con la locura del momento le metí 4 dedos de una…Fabiola se retorcía de excitación.

Sus gemidos eran dulce melodía, me levante, nos besamos apasionadamente, mientras tocaba mis senos por encima de la blusa.

La tome de la mano, caminamos hasta el baño, de espalda contra la pared, le bese la espalda, suavemente le saque el vestido, no andaba con sostén, así que completamente desnuda la bese, le recorrí todo su cuerpo con mi lengua, le metí varios dedos por el culo y le comí la concha como a ninguna otra.

Fabiola entre orgasmos, gemidos me desvestía de a poco, dejando mis senos al aire, me mordió los pezones, me chupo los senos…ese juego que hacia con su lengua hacia que mis pechos se pusieran mas duros y mis pezones mas parados.

Ahora fue Fabiola la que se agacho y me comió mi vagina que ya no daba más de placer, yo le empujaba la cara, para que su lengua llegara mas adentro.

Empezó de a poco, primero me metió un dedo, terminando con los 5 dentro de mí. Orgasmos múltiples, mi respiración totalmente agitada.

Sus pechos fueron mi delirio. Quedamos exhaustas, con el pretexto de ayudarla a vestirse recorría su cuerpo pasaba mi lengua de vez en cuando. Volvimos al matrimonio como si nada hubiera pasado. Yo aún con calentura de pensar que su tanga estaba en mi bolsillo y que ella como la madrina ejemplar andaba sin ropa interior.

Durante la noche nos fuimos varias veces escondidas al segundo piso, nos besábamos apasionadamente y volvíamos.

Como a las 5 de la madrugada se fueron los novios, y pasado las 6 los invitados, yo ya estaba cansada, Fabiola antes de irse me escribió en una servilleta <>. Me apure para salir luego del centro de eventos, cuando la veo sentada en su auto tomando café…tan linda como cuando llegó.

-que tienes que hacer ahora? Me pregunto Fabiola.

-Ir a descansar, estoy muerta- respondí

-sube, vamos a mi casa- me dijo, quemándome con su mirada.

Llegamos a su casa. Era hermosa, igual a ella.

-ponte cómoda, ¿te quieres duchar? O ¿un café? –

-Una ducha no me haría mal primero, y después un café- respondí

Me saque la ropa de trabajo, que aun llevaba puesta, me duche y aun no podía creer lo que había pasado, recorrí mi cuerpo con su esponja, me seque y me puse mi otra ropa.

-te ves bien - me dijo al verme con mi polera fucsia y mis jeans ajustados.

Por mientras compartíamos una taza de café conversamos bastante, nos dieron como las 9 de la mañana conversando.

-ven te mostrare mi casa-

No alcanzamos a recorrer mucho, solo hasta cuando llegamos a su pieza y me dijo:

-Puedes ayudarme a sacarme el vestido-

Y hay pusimos desenfreno a nuestro deseos un poco cohibidos hasta entonces, empecé por bajar el cierre lento, desarmando su peinado, tirándola a la cama y recorriendo su cuerpo completamente… hicimos el amor una y otra vez, le metí un plátano por su vagina jugosa y después me la comí.

Ya eran como las 4 de la tarde, después de mucho éxtasis de sexo, fuimos a ducharnos juntas, y nos quedamos desnudas, solo con batas.

Pedimos una pizza, Fabiola la disfruto por que con una mano agarraba mi pedazo de pizza y con la otra le recorría el cuerpo, frotando más rápido entre su entre piernas.

Ya eran como las 8 de la tarde, había pasado todo el día con Fabiola.

-Creo que debo irme, he pasado todo el día aquí, tienes que descansar- dije

-y quien te dijo a ti que yo estoy cansada, no quiero que te vallas quédate esta noche conmigo- respondió abriendo su bata.

Fui débil y al ver que me estaba ofreciendo su cuerpo me tire como abeja a la miel, subiéndola arriba de la mesa y teniendo una sesión de sexo de película. Hasta con salsa de chocolate incluida.

Durante la noche, jugamos a disfrazarnos, en un momento yo era la enferma y estaba acostada en su cama, cuando ella, supuestamente la enfermera, llega con un delantal blanco corto y un escote increíble.

-A ver jovencita tengo que revisarla para ver que tiene, desvístase - me dijo dentro de su personaje como enfermera

  • pero señorita enfermera si mi problema es de aquí- apuntándole la cabeza

  • a ver- y se acerca a mi cabeza dejando sus pechos frente a mi cara.

Yo le saque un seno, y empecé a jugar con su pezón.

-pero jovencita, que esta haciendo-

-le dije enfermera que tenia problemas en la cabeza…tengo locura….locura por usted-

Y la tiraba a la cama y la hacia mía. Después de nuestras largas secciones de sexo, se quedaba encima de mi pecho y conversábamos de tantas cosas, hasta llanto nos salía a veces.

Y así empezó nuestra historia

Continuara