Una noche de placer
Mi primera vez con dos desconocidos
Hoy tengo 37 años, pero esto sucedió cuando tenía 30. No me destaco por tener un cuerpo atlético, más bien soy de contextura mediana-gruesa, más bien lampiño, de tez blanca y ojos verdes, y no me considero gay aunque siempre he fantaseado con tener relaciones con un hombre.
Como decía, hace 7 años atrás, andaba solo por un barrio bohemio de mi ciudad, tenía ganas de hacer algo, no sabía bien qué, pero tenía ganas al menos de tomar un trago, luego de caminar por varios minutos, mirando la gente alrededor, decidí entrar a un bar, se veía de buen ambiente, pero me llamó la atención que había solo hombres, al entrar, me senté en la barra y pedí una cerveza, el camarero me quedó mirando y me dijo:
-¿Eres nuevo? Nunca te había visto acá.
Yo le respondí que sí, que solo pasaba y me pareció un buen lugar. A lo que él me responde:
-Este es un bar gay, no todos se sienten cómodos acá.
Yo le dije que no me importaba, que solo buscaba tomar un trago, antes de decidir qué hacer. Él se rió, me dio una mirada coqueta y se fue.
Al poco rato se acercó un tipo, tenía pinta de ejecutivo, aún vestía con terno, me empezó a sacar conversa y yo le respondía, luego de unos 30 minutos conversando me dice:
-Estoy en una mesa con unos amigos, ¿Qué te parece si vienes y te sientas con nosotros?
Yo le dije que estaba bien, pero quería dejar claro soy heterosexual y mientras se respetara eso, no tenía problemas, él dijo que no me preocupara y nos fuimos a sentar a su mesa. Ahí conocí a Iván, Cirilo (un italiano) y Jean (el tipo con quién conversaba), las horas pasaron como si fuera minutos y un mesero se nos acercó para decirnos que iban a cerrar, por lo que Iván nos ofreció seguir en su casa, que no quedaba lejos, lo que a mí me pareció bien, de igual manera no tenía nada más que hacer esa noche y el grupo era agradable.
Cuando llegamos a la casa de Iván, pregunté donde quedaba el baño, a lo que me indicó que estaba dentro de la pieza, el departamento era chico, de una pura pieza, con un gran living y una concina de buen tamaño. Cuando vengo saliendo del baño, se acerca Cirilo, él tenía un aspecto más bien femenino, quién me pide que lo acompañe, se sentía solo y quería conversar, a lo que yo respondí que no tenía problema, pero que lo hiciéramos en el living, y él me dice que no quería que los otros escucharan, ya que le daba vergüenza. Luego de unos minutos hablando, se pone triste, me dice que Iván es su amor platónico, que lo conoce hace años pero que Iván y Jean son pareja y él no puede hacer nada para estar con Iván, me da pena, y le hago cariño en los hombros (Cirilo estaba sentado en el sanitario), mientras hago esto, siento que él me abraza y pone su cara pegado a mi cintura, trato de disimular, pero con esto me empiezo a excitar, no quería que se diera cuenta por lo que lo solté y me alejé.
Él me pregunta que pasó, y yo evado la pregunta haciendo énfasis a que vayamos con los demás, él se para, me mira y me dice:
-El que tengas una erección no te hace gay, si quieres podemos probar, cuando tú quieras paramos.
La invitación me pareció provocadora, lo pensé unos minutos, no podía reaccionar, y antes que pudiera decir nada, Cirilo se arrodillo delante mío y me empezó a chupar la polla, nunca antes había estado con un hombre y esa sensación me sobre salto, era increíble, lo hacía con una delicadeza que con cada lamida, cada vez que su lengua rozaba mis testículos me provocaba escalofríos de puro placer, le tomé la cabeza, lo miré, guié sus movimientos, al poco rato le digo:
-Si sigues así me voy a correr en tu boca.
El me mira, sonríe y empieza acelerar el ritmo, al poco rato me corrí, nunca hasta ese momento me había corriendo con tanta fuerza, toda su cara había quedado llena de semen, él se relamió entero, aprovecho cada gota que salía de mi polla, succiono hasta el fondo, como si quisiera llegar a mis bolas con su lengua. Luego se levantó, se lavó y nos fuimos a juntar con los demás. Cuando llegamos Iván y Jean nos preguntan porque nos demoramos y Cirilo responde que el andaba triste y se desahogó conmigo.
Nos servimos una ronda de vino, yo me empecé a sentir cada vez más relajado y cómodo, no dejaba de pensar en la boca de Cirilo, como me había sentido y las ganas que tenía de que pasara de nuevo. Al rato, Jean dice sentirse mal y se va a dormir, no pasa mucho tiempo para que Cirilo se vaya con él, e Iván me pregunta que tal me sentí cuando un hombre me chupo la polla por primera vez, me puse nervioso, no sabía que decir, pero le respondí que bien.
Luego Iván toma mi mano y la coloca sobre su polla, se sentía enorme bajo el pantalón, me miró con firmeza y me dijo:
-Si quieres probar, dale, sácala, mírala y tócala, has lo que tú quieres yo no te voy a obligar y cuando quieras paramos, te prometo no hacer nada que tú no quieras.
Me quedé helado, no sabía cómo reaccionar, pero la curiosidad y el deseo de probar algo nuevo fueron más fuertes. Le abrí el pantalón, y saltó este pedazo de carne, enorme y duro, con las venas bien marcadas, lo mire unos instantes y luego me atreví a tocársela (esta era la primera vez que se la tocaba a otro hombre), primero con la punta de los dedos, luego con la mano entera, sentía como latía en mi mano, empecé a pajearlo, con movimientos suaves, mientras miraba, crecían las ganas de tenerlo en la boca, Iván, con delicadeza me empieza hacer cariño en la cabeza y me guía hasta este hermoso pedazo de carne, abrí la boca, sin saber qué hacer, me lo metí de a poco, lo chupaba por instinto, primero la punta de la cabeza, luego tragué más y más, un poco más rápido, al poco rato ya lo hacía con más ganas, Iván gemía con locura y me decía:
-Tú naciste con un don, el don de una puta… aaaaah… sigue no pares… sigue que ya me corro…
Sus palabras me volvían loco, seguí chupando con fuerza hasta que sentí un chorro que me llenaba la garganta, intenté zafarme, pero Iván me sujetó con fuerza y fue lo mejor que me había pasado, sentí su leche caliente bajando por mi garganta, lamí hasta la última gota, luego nos miramos e Iván me beso con pasión como si quisiera sacar el semen de mi boca. Luego me dijo:
-Cuando quieras lo hacemos de nuevo, pero esta vez te voy a querer desnudo, para acariciar el culito hermoso que tienes, mi putita.
Lo miré, me desvestí, con un poco de vergüenza al principio, luego, él se acercó, me acarició las bolas, me empezó a chupar la polla, mientras me metía un dedo en el culo, luego dos, luego me da la vuelta y me mete la lengua, yo estaba vuelto loco, lo miro y le pido chupársela de nuevo y él se vuelve a sentar, esta vez me poco de cuatro en el sofá para chupársela, lo siento gemir, el me acaricia, siento sus manos recorriendo mi cuerpo, pero levanto la mirada y veo a Jean, me mira, yo solo me quedo mirándolo, con la polla de Iván en mi boca, él se rie, se acerca por detrás y me la mete, primero despacio, luego con más fuerza, siento que me rasga pero me gusta, esa vez me sentí como una putita cogida por dos hombres, por mis dos machos.
Estuvimos así por horas, durante toda la noche, lo repetimos varias veces en la mañana siguiente, finalmente cuando me fui, me sentía mareado de placer, llegue a mi casa a descansar y a recordar esa experiencia maravillosa. Esa fue la última vez que los vi y desde entonces nunca más tuve relaciones con otro hombre, pero el deseo está presente y esperando la próxima vez.