Una noche de pasión

Despues de semanas de no tener sexo, una noche que que vale por mil.

Hacia semanas que no teníamos relaciones sexuales. Nos veíamos todos los días, nos besábamos, hacíamos cosas juntos, en sí, todas cosas comunes de pareja. Hace 2 años que somos novios, y tuvimos relaciones recién después de los 8 meses, dado que ambos erramos vírgenes.

Juntos nos complementamos muy bien, y creo que somos de las pocas parejas que podemos hablar de absolutamente todo sin ningun tipo de restricción.

Él es la persona a la que más amo en la vida y creo que él siente lo mismo por mí.

Por alguna razón, un día yo no quise hacer mas el amor, no porque no me atrajera, todo lo contrario, él es hermoso, pero nose, ya no gozaba como antes o simplemente estaba aburrida.

Como era de esperar el también noto este cambio tan repentino en mi, pero me pudo entender, y aunque siempre probábamos juegos previos y ese tipo de cosas, el no estaba conforme y con mucha razón...

Un día, después de un largo día de trabajo, se me ocurrió una idea que hizo que de pronto olvidara todas las cosas malas que estaba sufriendo en ese momento.

Era una idea mas bien cursi, pero muy al estilo mío y de mi chico. Quería algo realmente especial, quería hacerle un regalo que no olvidara nunca.

Yo jamás fui partidaria de los besos de mas de un minuto de duración, nose bien porque pero nunca me gustaron, y mi pareja siempre me insiste con eso.

Pero esa vez, no se porque, tenia ganas de tenerlo conmigo, y besarlo como nunca lo había hecho en su vida, con un beso que durara horas.

Quería que todo fuera perfecto, con mucho romanticismo, como si fuera la primera vez.

En mi escenario mental, podía imaginarme pétalos de rosas, velas, sabanas de seda, música suave de fondo y nosotros dos desnudos, uniéndonos a través de mimos y caricias que solo nosotros podíamos comprender.

Claro que en mi imaginación las cosas siempre son más lindas que en la realidad por el simple hecho de que si algo no me gusta, lo cambio, lo elimino o lo arreglo a mi manera, algo bastante difícil de hacer en la vida real.

En ese mismo momento en el que pasaban mil cosas por mi cabeza, lo llame, para contarle que esa noche, era nuestra noche. Y que no hiciera planes porque ese momento iba a ser único para los dos. El se emociono mucho, comprendiendo de inmediato de que se trataba mi idea.

Quedamos en que pasaba a buscarme por mi casa a las 9 de la noche, y ya eran las 7, así que me bañe, perfume, peine y me puse mi mejor lencería erótica.

Una bombachita que en realidad eran 3 hilos, un portaligas que me había comprado para la ocasión, un corpiño que hacia mis pechos aun más grandes y levantados y unas medias hasta arriba de los muslos, que hacia que mi cola se viese mas levantadita y apetecible.

Llegamos a su casa, y encontré todo perfectamente ordenado, con música lentisima. De pronto nos miramos a los ojos y empezamos a besarnos tan apasionadamente que ya estabamos exitadísimos los dos. Me agarró por la cintura, apoyando mis senos sobre su trabajado pecho, y de apoco me fue sacando la musculocita, mientras yo le acariciaba su ya abultado miembro.

Mientras él desabrochaba mi corpiño, yo sentía mil sensaciones que se apoderaban de mí, y ya no tenia nada mas en la mente que pasión, pasión por ese hombre al que yo realmente amaba.

Sentía como mi entrepierna me pedía a gritos algún masaje proveniente de las manos de mi chico, y justo cuando estaba a punto de apoyarle su mano allí, empezó con un suave pero constante masaje en mi vagina, mas precisamente en mi clítoris.

No podía creer el placer que estaba sintiendo, yo lo agarre con todas mis fuerzas y empece a sacarle la remera primero, un segundo después le estaba desabrochando la bragueta y con besos que llegaban desde su boca hasta su ombligo, continúe bajando, hasta encontrarme con ese enorme aparato.

Primero le di besitos en la puntita, para continuar con el cuerpo del miembro, hasta llevármelo todo a mi boca. Con un entra y sale tan eufórico que sentía como su pene golpeaba mi garganta, de pronto me di cuenta que estaba a punto de estallar así que lo deje, pues no quería que esto terminara aquí.

Apenas soltarlo, él me levantó así con el torso desnudo y aun con mi pollerita, y me acostó lentamente en la cama.

Acariciaba mis pechos, los besaba y volvía a mi boca. Poco a poco me fue sacando la pollerita y mi diminuta bombachita, para dejarme completamente desnuda.

Entonces así despojados completamente de nuestras ropas, nuestros cuerpos se frotaban, podía sentir como mis pezones tocaban los de él, y su miembro viril rozaba mi pubis recién depilado.

Ya no aguantaba mas, necesitaba poseerlo, tenerlo en mi interior.

Agarre su fantástico juguete y lo apoyé en la entrada de mi vagina, mientras seguíamos recorriendo nuestros cuerpos con la lengua, y de a poquito, lentamente fue entrando hasta quedar completamente adentro de mí.

Me sentí morir, morir del placer, yo gritaba y él gemía, mientras nos decíamos todas esas cosas que solo en momentos determinados se dicen.

Estabamos tan apasionados, que ya todo había dejado de importarnos, solo nos teníamos el uno al otro, yo le acariciaba la espalda y él me abrazaba tan fuerte que me quitaba el aire, entonces sentí el placer más grande que jamas haya sentido, sentí como mis paredes vaginales se contorsionaban y como su miembro hervía dentro de mí, arquee mi espalda para rozar mi clítoris con su pubis, y entonces grite como una loca, sintiendo como el se relajaba junto a mi cuerpo ya saciado de placer.

Llegamos juntos al mejor orgasmo que tuvimos en toda nuestra relación, y a partir de ahí, nuestras noches son bastante diferentes.

Ya sabemos que todos los sábados a la noche, yo me quedo a dormir en su casa, y planeamos veladas que siempre superan a las anteriores. Sé que esa noche quedara por siempre en nuestro recuerdo, pero tengo que decir que meses después, empezamos con otros tipos de fantasías, que yo guardaba y el de a poquito iba entendiendo.

Pero esa historia vendrá mas adelante.

Espero que les haya gustado, espero sus comentarios.

-Yas-