¿Una noche de pasión? 2
La noche no ha terminado...
Noto tu mirada sobre mí, sé que estás ahí, aunque no me dices nada, aunque por mi posición no puedo girarme para verte. Me duelen las rodillas por el tiempo que ha pasado. Me duele el culo por el castigo recibido. Me duele el orgullo por no haber sabido tragármelo a tiempo.
"Marta, ven", tu voz es seria. Me levanto, y camino hacia ti. Con la cabeza agachada, llena de lágrimas.
Me arrodillo delante de ti, separas tus piernas y me coloco en medio de ellas. Das una palmada en tu pierna, y acomodo mi cabeza en ella. Me acaricias despacio la cabeza, haciéndome sentir la calidez de tu gesto. Nos quedamos así. Notas como mi respiración se tranquiliza.
"Vete al baño y date una ducha, tómate tu tiempo, pequeña"
Me levanto, y camino hacia el aseo. Al entrar pienso en si cerrar la puerta, pero sé que no te gusta, y demasiado en tentado la suerte esta noche.
Por la pequeña ventana del baño entran los primeros rayos de sol, y decido que con esa luz es bastante.
Abro el agua caliente, y mientras espero me observo las marcas que comienzan a aparecer en mí. Las acaricio lentamente, y un pinchazo me recorre, haciendo que mi mano se aparte. Entro en la ducha. Dejo que el agua caiga sobre mí, mojándome entera. Sintiendo como me devuelve la paz que tanto necesitaba, y que tú sabías.
Echo el gel en mi mano, y hago espuma con él sobre mi piel. Llenando el ambiente con su aroma fresco. Apreciando como cada poro de mi cuerpo se abre. Me enjuago despacio, disfrutando del momento.
El agua deslizándose sobre mí, viendo como la espuma desaparece a mis pies, mientras juego con ella. En ese momento te siento, noto tu mirada a través del cristal de la mampara que nos separa.
Te miro, y veo tu sonrisa. Estás apoyado contra el marco de la puerta. No sé desde cuando me estás observando. Sin bajar la mirada, sigo dejando que el agua caliente caiga sobre mí. Apenas sin moverme.
"Tócate mi niña, tócate para mí"
Te miro en silencio. Tengo ganas de jugar. Me apoyo contra la pared, dejando que el agua sigua resbalando por mi piel. Llevo mis dedos a mi boca, los paso lentamente por mis labios, recreándome en el gesto, sin dejar de mirarte. La mano derecha baja por mi cuello y llega a mi pezón. Lo acaricio despacio, haciendo círculos sobre él. Notando como se endurece bajo mis dedos. Mi uña pasa sobre él, una y otra vez, haciendo que mi excitación aumente.
Me observas en silencio.
Mi mano izquierda abandona mis labios, para atrapar entre los dedos mi pezón erecto por la excitación. Los aprieto, los estiro. Me entretengo en el, arañándolo.
Subo la pierna izquierda al filo de la bañera, mi mano se desliza lentamente. Hasta llegar al lugar de mi placer. Una sola caricia sin rozarme, lenta, hace que me estremezca. Un dedo juega entre mis labios, mojándose con mis jugos, abriéndolos. Sin pensarlo, entran dos dedos, haciéndome gemir. Los dejo dentro, moviéndolos despacio. Empezando un baile lento.
Tu gesto es serio, impasible.
Mis dedos salen y entran, aprieto mi sexo para sentir como me llenan. Los saco, percibiendo el vacío que dejan en mí. Los lamo despacio, saboreando mi néctar.
Resbalan mis dedos otra vez hasta mi entrepierna. Me rozo con deseo. Me froto deprisa. Sé que te gusta. Disfruto viendo como me observas. Como sabes que te ofrezco mi placer. Mis gemidos son más fuertes. Aprieto más mi mano, frotándome fuerte. Mi respiración se acelera. Mi cuerpo empieza a vibrar. Mi balanceo es desenfrenado.
"Para, no sigas, estate quieta."
Me paro, un suspiro sale de mí. Muerdo mis labios sintiendo el dolor. Te miro, suplicando. Corto el agua, y me quedó en la ducha. Percibiendo las gotas recorrer mi cuerpo. Sin perder la excitación, sin apartar mi vista de ti.
Salgo de la ducha despacio, mojando el suelo bajo mis pies. "Tendrás que secarlo después". Me sitúo frente a ti. Acaricias mi cuello con tu mano. Levantas mi barbilla para besarme, pero solo recibes un mordisco en tus labios. Mi mano se acerca a tu sexo, siento tu excitación.
Despacio me arrodillo, quedando mi cara a la altura de tu cintura. Me siento sobre mis pies, y con mi dedo acaricio tu glande mojado. Mi mano recorre tu polla despacio, haciendo una ligera presión en ella. Mis dedos se mueven lentos por ella, mi lengua lame la punta, mojándola con mi saliva. Tus manos revuelven mi pelo. Mis labios la rodean, deslizándose despacio, sin rozarla con los dientes. Vuelvo a subir, hasta casi dejarla salir de mi boca. Aprietas mi cabeza entre tus manos, marcando el ritmo que deseas. Te mueves, advierto que tu placer llegará pronto.
Aprieto más mis labios. Y de un movimiento, me la clavas hasta el fondo. Manteniéndola dentro de mí. Noto como te corres en mi boca. Escucho tus gemidos. Trago despacio, sin moverme. Manteniéndote dentro de mí, hasta que te relajas.
Lentamente mis labios recorren tu pene, dejándolo limpio. Me das la mano para que me levante, y me besas. Un beso jugoso, caliente, húmedo.
"Vamos a desayunar, perrita"
Y dándome un azote, sales del aseo hacia la cocina.