Una noche de noviembre
Una noche de sensaciones inolvidables.
Miércoles en fines de noviembre, aquí en argentina comienzan los primeros calores, la humedad era altísima y el día se presentaba pesadisimo.
Tenia una entrega en la facu, por lo que no podía faltar, tenia todo listo para salir, tome un baño que me relajo bastante y me vestí lo mas fresca posible, una colaless blanca, una pollerita de algodón y una musculosa, no tenia ganas de ponerme corpiño así que salí solo con la musculosa.
Me ate el pelo, tome mis cosas y salí hacia la facu, eran las 6 de la tarde y viaje tranquila hacia el centro, transcurrió la entrega final sin problemas, el único problema fue que tenia que esperar la corrección, me preocupaba que se me haga tarde por miedo a quedarme sin transporte. Estaba media distanciada de mi novio, por eso no le pedí que fuera a buscarme, la corrección termina pasada las 11 de la noche. Aprobé la materia y mi felicidad era grande.
El problema ahora era llegar a mi casa, una compañera se oferto a alcanzarme con su auto desde ciudad universitaria hasta la zona de retiro donde tomaría el ultima colectivo que sale hacia mi casa.
Al llegar veo que no había nadie en la parada, por lo que empece a preocuparme, espere unos minutos pero me ponía nerviosa ya que intuía que algo podía pasar, la plaza estaba media oscura y quería irme enseguida.
Veo que detrás de mí se para un hombre de unos 30 años también a esperar el colectivo, no me preocupe, al contrario, me sentía protegida al no estar sola en la parada.
De pronto se arrima y me pregunta
"Viste si ya paso el colectivo."
A lo que respondí:
"Creo que si."
"Vas a la plata". Me pregunto.
"No, me bajo antes". Respondí.
"Podríamos compartir un remis no?. Porque el colectivo va a tardar mucho". Me dijo.
Dude por un segundo porque no lo conocía, pero me inspiraba confianza.
"no me tengas miedo" acoto. "Llamamos a un remis que vos conozcas, porque yo por acá no conozco mucho."
Me dio su celular y llame a una remiseria del centro de la que soy clienta. Mientras esperábamos se presento, era un arquitecto que se llamaba Estaban, su auto se rompió, y tenia que estar sí o sí en la plata para primera hora. Por eso viajaba a esas horas. Yo también me presente y charlamos de cualquier cosa.
A los diez minutos llego al auto a buscarnos. Subimos ambos en la parte trasera, seguíamos charlando como si nada. Notaba nerviosa como el remisero miraba descaradamente por el espejo retrovisor. Le comente esto a Esteban en el oído, o lo que me respondió "no es para menos, yo tampoco puedo dejar de mirarte". Me sentía nerviosa pero a la vez excitada por la situación. Lo miro a la cara, y comienza a acariciarme la rodilla subiendo despacio por mi muslo, al minuto estaba hurgando en mi zona más privada mientras no dejaba de mirarme a los ojos. Yo solo me limitaba a mirar.
De repente me dio muchas ganas de sentir algo nuevo, desabroche su pantalón desesperadamente y saque su pija afuera, ya estaba dura y caliente. No me importaba nada el remisero que nos miraba. Empece a pajearlo. Pero enseguida él me dijo: "no bebe, así no". Me tomo del cuello y dirigió mi cabeza hacia su pene, sin dudarlo saque mi lengua y lamí su punta sabrosa, para luego meter todo dentro de mi boca, mientras el remisero seguí mirando mientras manejaba por la autopista.
Esto era increíble, ni yo creía que iba a estar haciéndole esto a un extraño, pero la curiosidad se superaba, ya no podía controlar la situación, el remisero seguía mirando y manejando, seguramente el también ya estaba caliente al vernos tan excitados. Después de un rato de estar chupándosela, él comenzó a tocarme, si a tocarme y no saben como lo hacia, parecía que me conocía hace años. Sabia donde tocarme y como me gustaba su forma de hacerlo.
Me tocaba los pechos, que de por si estaban excitados, pero era extraña la forma, ya que por unos minutos se dedico a tocármelos sobre la ropa sin ni siquiera intentar desabrochármela, lo que me hacia desearlo mas.
Yo estaba completamente mojada y el recaliente, su pija estaba re dura, no se porque no dejaba de mirársela. El sabia lo que quería, solo me miraba y me decía cosas al oído, no se entendía bien pero igual me calentaban. Seguía subiendo su mano por mi pierna, ni se imaginan el grado de mi calentura, pero no me importaba nada, ya ni me incomodaba el remisero mirándonos ni la gente que pasaba y miraba.
Que manera de tocarme!. Me apretaba me acariciaba me hacia esperar y yo me volvía cada vez mas loca. Yo siguiendo el juego hacia lo mismo.
Llegamos de una a mi casa y yo le dije chau. Me encanto haberte conocido y estar con vos, a lo que me respondió, a mi también.
Cuando estaba bajando del auto me dice "Vos así no me vas a dejar", me subió y me tapo la boca para que no gritara, y le dijo al remisero que fuera hasta La Plata, el quería mas no se conformaba con esa chupadita. Yo no sabia que hacer, me daba miedo pero no me importaba el riesgo que estaba corriendo por una calentura. Seguimos jugando hasta La Plata, Si! De Quilmes hasta La Plata pero era distinto a el le encantaba lo que yo le hacia y viceversa.
En su depto, que parecía un estudio de arquitectura mas que un depto, me subió a su tablero sobre unos planos que tenia, los cuales no le importaba arrugar y empezó a desvestirme, me quito toda la ropa no me quedo mas que una venda que me tapaba la boca y empezó a chuparme toda.
Después empezó a dibujarme algo que por la posición en la que estaba no llegaba a ver, pero podía sentir que eran dibujos lineales ya que sentía como me clavaba la estilográfica en mi pie, cuando supo que estaba relajada me llevo a su cocina y abarro una botella de champan bien helada, una cubeta y hielos, muchos hielos. Ahí mismo se desabrocho el pantalón, me saco la venga de la boca, me dio un trago de champan y me dijo bebe de acá y otra vez me inclino hacia su pija, yo se la chupaba como loca mientras el me tiraba el champan por mi cuerpo y me tocaba con los hielos. Lo desvestí y empezamos a movernos, como loca desaba a esa pija dentro de mi, tan calienta, tan grande y tan dura.
Como me tocaba era impresionante, me cogió como nadie, fuerte, despacio, me daba vuelta, sus huevos chocaban contra mi y mas me excitaba, yo llegaba a cada rato y el se contenía. Hasta que yo baje, se la volví a chupar agarrándosela bien. Y toda su leche se derramo en mis lolas, pero el no paraba seguía meneándose conmigo y con toda su leche que se encargo de desparramármela como si fuese crema sobre mis lolas, un placer. Como esta muy cansada me llevo a su dormitorio y me acostó. Pero el se sentó cerca y solo me miraba, así quede dormida.
Alas horas sentí como una brisa tocaba mi cuerpo y sobre todo sentí frío en mi espalda, sentí algo que me tocaba sin tocarme, me desperté y el no estaba ni sentado, ni a mi lado, seguramente ya se había ido.
Me levante casi sin poder moverme y voy al living donde estaba el tablero, encuentro que sobre el plano arrugado decía "GRACIAS POR ESTA NOCHE NENA", en el plano estaba dibujado un edificio que me era familiar, casi sin poder moverme levanto mi pie y veo que era el mismo que me había estado dibujando, sin m mas nada que hacer me vesti y me fui con su dibujo en mi pie. Y pensando cuando me lo volvería a cruzar para sentir tan maravillosas sensaciones.