Una noche de Junio (2)
Y la historia continua...
Y continuaré con lo que me sucedió esa noche de Junio. Para los que no sepan de que va la historia, leed el relato de "Una noche de Junio".
He de recordar que no me considero gay, sino más bien bisexual. Y también quiero dar las gracias ha todos los que me habéis animado con el relato anterior.
Pues bien, estaba yo absorto en comenzar a hacerme una paja, cuando me tocaron en el hombro. Me giré y se trataba de un hombre de mediana edad un poco calvo y de estatura bajita. Yo me asusté pensando que era el dueño del cine o algo así.
Pero me dijo: "- ¿no crees que vas a desperdiciar tu leche de mala manera?.
Me quedé confundido y le pregunté que qué me quería decir. Y el me contestó que si con una herramienta así (no era muy grande, mas bien normalita), no había pensado en aprovecharla dando placer a una hembra.
Le comenté que sí, pero que dadas las circunstancias necesitaba algo rápido como sería una paja. Lo que me sorprendió fue que me dijera que si no me importaba hacerme una mamada. Le dije que no era maricón. Me contestó que no tenía nada que ver, que una mamada era una mamada. ¡Joder con la noche! ¡Y a mí que me parecía que iba a ser tranquila!. Total, que el calvito se agachó, y comenzó a chuparme la polla.
Lo hacía con una maestría fenomenal. Me lamía el capullo para luego bajar por la vara, acabando por chuparme los huevos ayudado por una de sus manos.
Mientras con la otra mano me acariciaba los glúteos para luego ir bajando por la raja de mi aun virgen culo.
Siguió chapándola, cada vez con mas brío, parecía que quería sacarme el alma por la polla. Incluso trato de introducirse toda la polla en la boca, y de veras que casi lo consiguió, para luego sacarla y volverla a meter hasta el fondo de su garganta.
Con una de sus manos, después de acariciarme los huevos, la fue metiendo entre mis muslos e ir hacia mi pequeño agujero. Yo intenté cerrar mis muslos pero con su otra mano me lo impidió. Y empezó a hacer circunferencias con su yema alrededor de mi cerradito ojete.
Tenía que reconocer que el muy cabrón me estaba llevando al cielo. Entre sus chupadas y sus caricias, hacían que mi polla estuviera dura como un tronco y a punto de estallar. Quise aguantar un poco mas el placer que me estaba dando, pero las piernas me empezaban a flojear, señal de un próximo clímax.
Yo avisé que me corría, pero el muy pendejo, como dirían mis amigos mexicanos, no la soltó y escupí toda mi lefa en su garganta, que a diferencia de lo que me sucedió a mí, el tío tragó como si de néctar de fruta se tratara sin dejar que ni una gota se escapase.
El calvito se levantó, limpiándose los pocos restos que le fluían por la barbilla y chupándose los dedos, me sonrió, y me dio las gracias por mi leche, y con ellas, para sorpresa mía, las acompaño de un billete de 10.
Os juro que fue demasiado para una misma noche. Chupé una pedazo polla, me chuparon la polla y encima 30 en el bolsillo.
Total, que salí del cine, y me dirigí al restaurante de costumbre, cené mas o menos lo de costumbre y hacia el hotel caminando.
Quien podía saber lo que podría ocurrirme más esa noche. Tal vez estuviera de racha sexual. Aunque tenía mis remordimientos pensando que había sido mi primer contacto no hetero que había tenido en mi vida, aunque si he de confesar que me había imaginado alguno. Pero claro no de esa manera.
Hay que decir que no acabó todo ahí en esos días que estuve allí en esa ciudad.
En otros relatos os continuaré explicando mis andanzas.
Espero que disfrutéis con mis aventuras, os hagáis alguna pajilla a mi salud y sobre todo mandadme e-mails sobre todo si es para ponerme caliente.