Una noche de invierno - por Dani

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

"Una noche de invierno"

La fondue en el restaurante del hotel me ha dejado a reventar. Necesito pasear un poco antes de volver a la soledad del dormitorio.

Joder, qué frío. La fuerte ventisca hace que esa sensación de congelación inminente se incremente. Camino una manzana contra el viento, pero a la que tengo ocasión de girar la esquina consigo esquivarlo. No hace menos frío, pero al menos no me aguijonean la cara cristales de hielo. Veo la luz roja de un local. Entro.

Como intuía, es un puticlub (o como lo llamen en estas tierras alpinas de la Europa neutral). Lo primero que pienso es que me va a salir caro el refugio térmico.

Buena música. Las chicas son jóvenes y atractivas. Ya me asusta menos la factura.

Se me acercan dos. Una por cada flanco. Muy rubias y muy guapas. También muy ligeras de ropa. Seguro que no salen a la calle con esos atuendos.

Sus besos en las mejillas y sus manos en mis muslos me hacen entrar en calor y en erección. Me piden que las invite a una copa. Va a ser caro pero estoy dispuesto a tirar la casa por la ventana. En cuanto accedo, sus besos se olvidan de las mejillas y sus lenguas buscan mi boca con tanta prisa que se encuentran las tres entrelazadas.

A mi me excita y a ellas, dicen, también. Les gusta jugar en pareja con un hombre. Se besan entre ellas para demostrármelo y dejan que mis manos recorran sus jóvenes cuerpos. Una de las rubias se sienta sobre mi pene erecto. La otra me mete mano.

Me hablan de precios. Tirar la casa por la ventana, sí, una segunda hipoteca y tener que vender la mayor parte de mis órganos vitales, no.

Salgo al frío de la calle y vuelvo al hotel tan rápido como puedo. El frío no calma mi excitación. La noche acaba en placer solitario pensando en las rubias.