Una noche de deseo
El deseo consume mis noches intensamente..
La humedad de mi cuerpo no me permite dormir el calor de mi pecho no me deja respirar estoy en mi cama abrigada pero no puedo descansar, te recuerdo…
Toco mi clítoris con suavidad y aún está sensible pero el placer de recordar puede más, no estoy sola, a mi lado alguien duerme ajeno a mi calor, me desnudó y me recuesto nuevamente en las sábanas y veo mis pechos abriéndose al contacto de mi mano, la luz es lejana, no me molesta. Oculta entre las sábanas busco mi juguete y lo introduzco en mi vagina aún húmeda y lo dejo en ese lugar que hace poco compartimos, busco mi celular y me pongo los audífonos, escudriño imágenes en internet donde las personas se tocan frenéticamente y gimen para recordar nuestros momentos. Los ruidos abrazan mis oídos como antes tus palabras y comienzo a hacer círculos pequeños y suaves en mi piel, mi clítoris crece, mis pechos se ponen duros y una energía intensa recorre mis piernas hasta mi vientre, continuo despacio, lento, el placer se hace cada vez más largo y suave, se proyecta en mis dedos, nadie me observa, nadie me escucha, mi respiración escondida me presiona el pecho, imagino tus labios en los míos, siento tu lengua en mi cuerpo, cierro los ojos y te veo, encima mío, frenético, duro, ágil, el orgasmo se anuncia como una cascada suave, recuerdo tus dedos en mi ano suave, tu lengua y todo se hace más intenso, único, caliente.
Al cerrar los ojos respiró nuevamente y me dejo caer en suaves palpitaciones que rosan mi útero suavemente y no puedo gemir, todo se transforma en una energía desgarradora que me tumba de espalda y espero tranquila, serena que se apague mi placer.
Mis dedos están acalambrados y cálidos de placer.
Mi juguete está presionado en mi vagina no lo puedo sacar, debo esperar.
Así me quedo dormida con ese calor en mi entrepierna
Y la humedad es mi compañera en esa noche en que estando acompañada me siento sola, en que estando a distancia te siento conmigo.