Una noche con mi cuñada
Ibamos a estar sólos, no podía creerlo. Podría realizar mi plan y drogarla para mi placer.
Mi cuñada en una noche
Esta historia ocurrió hace varios años, es una historia real; en ese entonces estaba casado y vivíamos en la casa de mi cuñada. Ella era una mujer ya madura de unos 40 años, pero muy atractiva; cabello largo ondulado y castaño, era alta como de 1.85 mts. de buenas caderas y unos senos talla 36B. Vestía elegantemente y tenia un genio un poco fuerte. Habíamos tenido algunos entredichos varias veces, y aunque no peleábamos no nos llevábamos muy bien.
En casa vivían sus sobrinos, otra de mis cuñadas y mi esposa. Algunas veces cuando despertaba en las noches y salía de mi cuarto, me gustaba pasar por el patio de lavandería porque en ocasiones encontraba sus calzones colgados. Como dije era una mujer elegante y por ello tenia mucho celo en la ropa interior que usaba, siempre de encaje, algunos boxer y otros bikinis, siempre de las mejores marcas. Me gustaba tocarlos e imaginarme como se vería con ellos, y si los encontraba húmedos hasta me masturbaba con ellos.
Algunas noches de esas, cuando me acercaba a la ventana de su cuarto descubría que se había quedado dormida con la TV encendida y estaba iluminaba su cuerpo sobre las sábanas, usaba camisones muy cortos, a veces de seda que la hacían lucir muy sexy. Y muchas veces veía como se le marcaba en la tela del calzón la forma de los labios de su vulva, ya que cuando hacía calor dormía con las piernas abiertas. Muchas veces me masturbaba viéndola e imaginando lo que sería tocarla.
Una vez ocurrió que mis sobrinos saldrían a una fiesta por toda la noche, mi cuñada con su esposo viajarían a la provincia y mi esposa tendría que trabajar haciendo guardia toda la noche . Y todo a la vez el mismo fin de semana. Desde ese momento no pude dejar de pensar en que estaba cerca hacerla mía. Cuando llegó el sábado respectivo, compré un alfajor ( dulce de harina y dulce cubierto de azúcar ) que sabía le gustaban mucho y lo rocié con un medicamento que sabía causaba sueño muy fuerte. Cuando ella llegó se lo ofrecí con un té, y como lo había previsto no lo rechazó.
Luego todo fue cuestión de esperar, un par de horas después , ella estaba en su cuarto y yo por si acaso toque la puerta antes de entrar, como no respondió aproveché de entrar y la ví recostada en la cama con uno de esos camisones de seda con los que se veía tan sexy. La llamé en voz alta y no respondió. Comencé a acariciarle los muslos muy suavemente y sólo sentía su respiración suavemente. De inmediato se me empezó a parar el miembro y comencé a disfrutar de todo lo que veía. Llevé mis manos a sus senos ( dormía sin sostén ) y quise tomarlo con toda mi mano, cuando ella abrió los ojos y volteó hacia mí mi susto fue mayúsculo creyendo que se había dado cuenta pero atiné a decirle Dorita , has tenido una pesadilla , te escuché gritar y vine a verte ella dijo un par de palabras apenas entendibles y volvió a recostarse. Allí me dí cuenta que aunque había medio despertado estaba ya bajo los efectos del medicamento y no me había reconocido.
Salí del cuarto y decidí regresar en una hora, cuando el efecto fuese mayor. Al regresar y entrar al cuarto note que ella ya estaba completamente dormida, así que empecé a besar sus piernas y sus muslos, ella estaba de costado y me resultaba fácil hacerlo, Pasaba mi lengua por sobre su piel, una piel deliciosa y tersa , como dije era muy atractiva. Pase mis dedos y al llegar a sus caderas comencé a subirle el camisón hasta notar que calzón tenía. Era uno de encaje de color carne tipo boxer que le daba forma más apetitosa a sus caderas. Lleve mis manos hacia sus senos y pude tomar uno de ellos esta vez hizo un gesto de fastidio pero no despertó. Lo acaricié , lo estrujé y me detuve en su pezón grande y durito con el que me puse a jugar para que se endureciera más.
La eche de espaldas y subí su camisón hasta la cintura, disfruté de ver todo su calzón y algunos vellos que sobresalían por entre el encaje. Me subí a su cama y le separé las piernas para asi poder chuparle la vulva, ella se movió un poco e hizo un gesto de fastidio, pero no despertó. Le baje el calzón lentamente disfrutando cada instante que podía hacer con ella lo que quisiera. Lo retire de sus tobillos y pude ver toda su vulva, asi me acerque y comencé a lamerle el clítoris y a chupárselo con deseo, al principio como si fuera un helado con lentitud, luego algunos mordisquitos y note como comenzó a suspirar. Imaginaba que podía estar soñando. Seguí lamiendo su clítoris ,y los labios que protegían su vagina metía mi lengua un poco en su vagina y frotaba con mis dedos toda su vulva, sus muslos y las subía hasta sus senos.
Comenzó mojarse y notaba como mordía sus labios suavemente, se movía como agitada abriendo y queriendo cerrar sus muslos. Temía que despertara pero sus suspiros me avisaban que no seria así. Le deslice las tiras de su camisón debajo de sus hombros y deje al descubierto dos impresionantes senos, duros, turgentes, deliciosos para apretar y morder,. Chupaba sus pezones y ella se retraía como si le doliese. Puestos así me coloqué entre sus muslos y los levanté con mis brazos, dejando expuesta una vulva toda peludita y húmeda. Lentamente acerqué mi miembro a su vagina para que ella no despertase con el dolor, y comencé a penetrar lentamente, sentía lo caliente y húmeda de su vagina y veía como se retorcía y suspiraba profundamente. Ya adentro comencé a moverme sacándola y metiéndola. No podía contenerme en hacerlo cada vez más fuerte , sino hubiera estado drogada hubiera despertado; pero confiado en como estaba la metía y la sacaba a mi gusto.
Luego le di vuelta le acomodé unas almohadas debajo del abdomen y levante su trasero lo lamí y mojado la penetré por ese agujerito virgen como pude notar. Me movía dentro de ella y me agarraba de sus hombros y de sus caderas jalándola hacia mí. La saqué y volví a metérsela por la vagina, estuve buen rato asi. Como debía terminar me levante y cogí mí cámara tomándole fotos a mi gusto, que aún conservo. Regresé a la cama y asi como estaba boca abajo la cogí por su huequito otra vez, ahora más fuerte hasta que terminé dentro de ella, fue la mejor llegada que tuve en mi vida. Me eche sobre ella y descansé , entonces la escuche hablar entre dientes, no se le entendía pero aun estaba dormida, la limpié bien, la bese y lamí otra vez, le acomodé el calzón y acomodé la cama , la recosté nuevamente y la deje alli. Me fui a mi cuarto y no podía creer la noche que había pasado.
Al día siguiente, al salir de mi cuarto la encontré saliendo de la ducha, me saludó, ví que estaba muy contenta y me dijo que había descansado como nunca, que se sentía relajada y un poco laxada. Cada quien regreso a su cuarto a terminar de arreglarse. Nunca me ha dicho nada asi que imagino que no recuerda anda de esa noche yo lo recuerdo todo , y cuando quiero me masturbo mientras veo nuevamente las fotos que le tomé.