Una noche con María y Vicent en el hostal

Mi amigo Vicent me presenta a una andaluza muy perra. Él será nuestro cercano espectador.

Una noche con María y Vicent en el hostal

Este verano después del confinamiento me llamó mi amigo Vicent para quedar. Me dijo además que esa semana había quedado con una chica que había conocido por Internet. Era de Granada y llevaban hablando desde que empezó la pandemia. Venía a Madrid a conocerle y se quedarían juntos en un hostal barato del centro hasta el domingo. Me dijo que ya me contaría con mas detalle en persona. Finalmente quedamos el viernes siguiente a las 8 de la tarde en La Latina, después de que saliera yo del trabajo.

Cuando llegue a la zona le llamé y dijo que venía a buscarme. Al verle la cara casi no le reconocí: tenía unas ojeras enormes y la cara desencajada, en fin, el caso es que estaba en una condiciones lamentables.

-Buuuuuuuuuuuuuuuuuu….que cieazo llevó...no sabes, no sabes la tia esta...es una enchufá! Tienes que conocerla, vamos para el hostal...que vamos con un colocón!

-Pero, ¿que pinto yo ahí tío?, si estáis juntos, ahí dándole al tema…yo no voy a subir a la habitación!

-Que no tío...que no pasa nada, que te quiere conocer!!... y es una preciosidad, te va a encantar!!

Para hacerla corta: Vicent me contó que María había llegado el miércoles de Granada y que desde entonces no habían parado de estar de fiesta: apenas habían dormido puesto que habían consumido coca. Le pregunté si se la había tirado y me dijo que si, que se la había cepillado la noche anterior.

Vicent quería seguir la fiesta conmigo de modo que compramos algo de alcohol y nos fuimos a la habitación del hostal donde esperaba María. A todo esto no la había visto en foto y de hecho pensaba que no sería demasiado agraciada (al nivel de mi amigo). Sin embargo resultó ser una diosa con un cuerpo de escándalo y una carita muy linda. Además desde el minuto uno resulto ser encantadora y muy amable conmigo, lo que me hizo sentir cómodo y ser bastante extrovertido teniendo en cuenta la situación tan rara. Creo que le caí bien desde el principio.

El caso es que todo aquello no me cuadraba y llegue a pensar que ella era una scort o chica de compañía. De hecho lo estuve pensando durante gran parte de la noche. La verdad que era una tía que pondría cachondo a cualquiera: vestía con un vestido blanco corto y con el calor infernal que hacía por el verano (mas en una habitación sin aire acondicionado) se remangaba dejando sus braguitas negras a la vista.

El caso es que estuvimos echando unas buenas risas. Bebimos ron, fumamos marihuana y ellos dos se pusieron una raya. Al cabo de unas tres de horas yo me sentía bastante perjudicado. Fue entonces cuando Vicent que ya había perdido el control, tiró una copa a mis pies y tuvimos que recogerla. Me tuve que sentar entonces junto a María que no dejaba de mirarme e incluso acariciarme las piernas entre risa y risa. Había demasiada buena sintonia y no entendía nada. La situación me vino grande en ese momento y me decidí a irme:

-Me voy a ir que se ha hecho tarde y no quiero molestar – dije mientras me incorporaba.

-No te vayas, quedate a dormir- me dijo ella picara y graciosa como estaba.

-Qué dices hombre, ¿como vamos a dormir aquí los tres?

-Pues mira, juntamos las camas y tu te metes en medio, ¿verdad Vicent? - se incorporó y juntó la cama en la que estábamos sentados con la de Vicent.

Vicent hacía rato que no era persona, se había tumbado por completo y ahora ya ni hablaba. Estaba en un estado de trance muy grande y solo se expresaba con monosílabos.

-Sí, claro quédate.

-Hombre...no quiero molestar que vosotros tendréis que hacer vuestras cosas…

-¿Este y yo?, que va!, si somos colegas pero ya está – me guiñó- además creo que para dormir me voy a poner mas cómoda.

María se fue a continuación a su maleta, saco su camisón y acto seguido se quito el vestido mostrándonos su precioso cuerpo en ropa interior. Tenía unos pechos espectaculares, operados claramente y una figura de ensueño.

-Creo que me voy a quitar el sujetador.

Se dio la vuelta, eso si, para que no la viéramos y se puso el camisón encima (el cual, para el caso, era casi transparente y se ponían ver sus pezones al trasluz).

-Apagamos entonces la luz ¿verdad?

Quitó la luz y se tumbó en la cama, quedando sólo la luz de la televisión encendida. Y yo por mi parte no daba crédito, no sabía que hacer. Vicent agonizaba, se había tumbado ya a un lado de la cama con la ropa puesta.

-¿Te vas a quedar ahí de pie?, ven a la cama y ponte cómodo.

Dicho y hecho. Me quite los pantalones y la camiseta y me acosté junto a María. Cuando me quise dar cuenta ella se me abalanzó y nos comenzamos a besar. En un momento dado me giré hacia Vicent y este parecía estar dormido. Seguí a lo mio.

Comencé a recorrerla con mis manos sin miramientos tocando sus tetas por encima del camisón. Rápidamente baje para hacer lo mismo con su coñito; primero por fuera y luego por dentro pudiendo comprobar que ya estaba muy mojado y totalmente depilado. Ella por su parte ya había sacado mi polla dura del calzoncillo y la meneaba a buen ritmo.

No tardo en bajar a darme una chupada. Lo hacía con gran maestría y gimiendo de lo cachonda que estaba. Me incorporé un poco para ahora si meter mis dedos indice y corazón en su rajita la cual no puso oposición. La postura en la que estábamos pedía un 69 y así lo hicimos: me acerqué, retiré su tanga negro y comencé a comerla el coño. De lo cachondo que estaba comencé a hacerlo de forma frenética y conseguí que ella profiriera gemidos mas intensos que eran ahogados por mi miembro.

De pronto comenzamos a escuchar una canción a nuestra espalda. Nos incorporamos y vimos a Vicent mirando su móvil (seguramente dando una a vuelta a Instagram). Su cara estaba iluminada con la luz del teléfono. Giró la cabeza y nos miró.

-¿Que os pasa? Seguid! que no pasa nada! vosotros a lo vuestro!

Continuamos con la tarea un tanto cohibidos pero a decir verdad pasados 2 minutos yo ni me acordaba que Vicent estaba a menos de un metro de nosotros. No obstante, pudimos escuchar como comenzaba a masturbarse a nuestra espalda: ami me daba igual, estaba muy cachondo en ese momento.

-Venga vamos a follar – le dije a María

-Tío vamos al baño mejor – me susurró.

Sin mediar palabra con Vicent nos dirigimos al baño. María se sentó en la encimera de mármol y se apartó el tanga dejando su mojado conejo a la vista. Me acerque duro como estaba y se la metí de golpe. Ella comenzó a gritar:

-Joder cabrón, que polla tienes! Me vas a reventar!

No tardo mucho en correrse. De hecho creo que la excitación previa, el morbo de tener a Vicent al otro lado de la puerta y la propia postura en la que estábamos facilitaron su orgasmo.

-Aaaah joder!

-Venga que ahora me la vas a chupar hasta que me corra en tu boquita.

Se puso en cunclillas y me la comió con ganas. Estaba a punto de correrme cuando entró Vicent al baño. María se incorporó rápidamente y yo me la escondí bajo la ropa interior.

-Lo siento pero necesito pasar, me meo.

-Vamos a la cama que te termino – indicó María.

Volvimos a la cama sabiendo que Vicent no tardaría mucho en volver.

-Venga follame chaval, delante de tu amigo ¿o es que no te atreves? Y correte dentro si quieres – acto seguido se quitó el camisón y el tanga quedando por primera vez totalmente desnuda a mi vista.

La tiré a la cama y se la metí de una estocada. Comenzó a gemir y Vicent volvió a la cama para ocupar su lugar de espectador: tenía la polla fuera y continuó con su paja.

-Vicent! ¿Te gusta vernos follar? Eres un guarro! - espetó María entre gemido y gemido.

-Pues anda que vosotros…

-Ahí le doy toda la razón- afirmé

El caso es que la follada se intensificó y María se volvió a correr.

-Venga Vicent tócala las tetas, no ves que es una perra – le incité.

Vicent estiró tu mano pero María se la sujetó.

-Lo siento cariño, esta noche soy tuya y de nadie más...bastante que se la está meneando.

No podía mas y estallé: saqué mi polla y la pringué todo el coñito por fuera, en sus ingles, aunque también la salpicó en el vientre. Me levanté y acto seguido Vicent se giró de manera inesperada a María para bañarla de nuevo. Su leche le cayó por las tetas y le salpicó el cuello. En un momento con el reflejo de la tele pudimos ver el lindo cuerpo de la chica totalmente mojado.

-Pero joder, ¿que coño haces Vicent?

-Es que me has puesto muy cachondo tía, lo siento.

-Madre mía como me habéis puesto. Me voy a la ducha.

Se metió rápidamente en el baño y mientras se duchaba Vicent y yo comentamos la jugada. Salió totalmente desnuda y se tumbó junto a mí. Los tres debimos caer en un sueño profundo muy rápidamente.

Como de hecho me había colado en el hostal (el cual, claro está, no tenía en aquella ubicación la recepción) tuve que irme a la mañana siguiente temprano. Dejé a María desnuda y a Vicent en calzollizos durmiendo en la cama y me escabullí. Horas mas tarde me llamó Vicent:

-Bueno que, ¿como te lo pasaste anoche?,¿quieres repetir?, estoy con María tomando algo por el centro.

Esta vez Vicent se fue cuando yo llegué a reunirme con ellos y seguidamente María me ofreció subir al hostal. Follamos como locos toda la tarde, los clientes de las habitaciones contiguas debieron de alucinar con sus gritos.

-Por fin solos! – comenté en pleno mete-saca- que gustazo!.

-Bueno lo de anoche me puso como una perra, ¿que estará haciendo Vicent? - me dijo riendo en tono de broma.

FIN