Una noche con la profe
Una noche a la salida del gimnasio un encuentro casual con la bella profesora del colegio.
Este relato es francamente algo que aún no me lo creo pero que pasó hace 2 semanas más o menos. Tengo 18 años y salí del colegio hace 1 año, durante ese tiempo estuve yendo uno que otro día para jugar partidos de futbito en las canchas que se encuentran dentro.
Hace como un mes decidimos un grupo de amigos inscribirnos en un gimnasio que queda cerca para poder sacar más físico, además la mayoría de nosotros jugamos algún deporte así que tenemos que mantenernos en forma, pero durante ese mes han dejado de ir todos y yo soy el único que me mantengo yendo regularmente.
Resulta que hace tres semanas salía yo del gimnasio y me disponía a tomar el carro en el paradero cuando de repente una figura femenina me llamó la atención. Eran como las 7 de la noche y había poca luz así que no podía distinguirla bien pero se me hacía conocida. Mientras recordaba quien era me deleitaba recorriendo con mi vista ese cuerpo de Venus que tenía con unas piernas bien contorneadas, un culito bien paradito que se distinguía porque llevaba un buzo bien pegado al cuerpo; supuse que había salido del gimnasio y que no la había notado mientras estaba ahí.
Me propuse hacer la clásica e ir y preguntarle la hora, claro primero me quité el reloj que llevaba puesto, me acerqué pero antes de que yo dijera algo levantó la mirada y cual fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que se trataba de la miss Laila, mi antigua profesora de computación en el cole.
Ella me saludó y nos subimos al mismo carro porque aunque yo no lo sabía ella sólo vivía a unas cuatro cuadras de mi casa. Ella se sentó al frente mío y estuvimos hablando sobre lo que estaba haciendo ahora que había salido del colegio y otras cosas que ya ni me acuerdo, me concentraba más en mirar su carita como de un ángel, ojitos azules redonditos, labios carnosos, tez blanca y el pelo rizado y rubio sólo que estaba amarrado. Además llevaba un buzo con un escote que chequeaba cada cierto tiempo y los pezones sobresaliendo; realmente estaba bastante excitado.
Llegamos al paradero y ella se despidió, claro que aproveché para ponerme emotivo y la apreté chocando sus senos contra mi pecho.
Al llegar a casa saqué mi anuario y estuve recordando las clases con Laila. A todo esto Laila era mi profesora de computación hasta cuarto de secundaria; era la profesora más asediada, me acuerdo que nos sentábamos lo mas adelante posible cuando dictaba sus clases para poder contemplarla de cerca, algunas veces en verano iba con minifalda dejando al descubierto esas hermosas piernas con las que soñé mas de una vez y cuando se sentaba por unos segundos podíamos mirar la truzita que llevaba puesta inclusive hasta habían apuestas para saber el color del cuál lo tenía, en fin era la profesora más rica del colegio que además es sólo de hombres así que ya sabrán porque se llevaba todas las miradas.
Ella es como de 1.70, de contextura delgada, y con una sonrisa que mata. No debe pasar de los 25 años, era la más joven de las profesoras y estuvo sólo dos años en el colegio.
Bueno, la cosa es que decidí que tenía que seguir viéndola y la esperaba todos los días en el paradero sin suerte, en esos momentos hubiera querido acompañarla a su casa para saber dónde vivía al menos porque aunque me dijo que vivía a unas cuadras no había visto nunca su casa.
Hasta que después de una semana saliendo del gimnasio la vi tomando el carro y corrí para alcanzar a tomarlo. Se le notaba que estaba recién bañadita tenía el pelo húmedo y suelto que hacía que se notara mas su ensortijado cabello, además se había cambiado y tenía un polito bien pegadito que hacía que sus hermosas tetas sobresalieran y una minifalda negra con las piernas descubiertas. Además que llevaba sandalias con tacos transparentes que hacía que se viera bastante sexy. El carro estaba lleno así que nos sentamos en el último asiento y nos pusimos a conversar. Mientras charlábamos notaba que había cruzado las piernas de una manera muy sugerente y tenía la minifalda mas apretada que nunca que hacía que me vista se desviara a cada minuto. Ella se dio cuenta y pense que se molestaría así que decidí no volver a verla de esa manera. Sin embargo cuando menos me lo espera ella empezó a desabrocharse la minifalda dejando al descubierto su hermoso culito. Mi pene estaba gigantesco en esos momentos y reventaba de mi short. Pero estaba bastante sorprendido porque además estábamos en un carro que se encontraba casi lleno de gente, y aunque nadie se percataba de nada porque todos miraban hacia el frente me quede pasmado. Cuando pensaba en todo eso sentí que con su mano me abría el cierre del short y con su mano empezó a acariciarme el instrumento que estaba que reventaba. Aún no cruzábamos ni una sola palabra y ella estaba que me acariciaba el pene en un carro público. Claro que cuando llegamos salí disparado con ella hacia su casa, y es que ella vivía sola y no es casada ni nada.
Cuando entramos por fin pude probar el sabor de sus labios, besaba como profesional y se notaba que tenía bastante experiencia, me metió la lengua hasta la garganta mientras me sacaba el polo.
Yo no aguanté mas y le arranqué el polito y me di cuenta que no tenía brazier, empecé a lamerle los pezones, de pronto me jaló hasta su cuarto y me empujó hacia la cama. Se terminó de sacar la minifalda y me hizo sacarle la truza con los dientes. Pude descubrirle una chuchita perfectamente afeitada y eso me hizo excitarme aún más y le metí el dedo dentro de su huequito que estaba ya bien lubricado. Ella se estaba gimiendo mientras hacía esto y eso hacía que mi nivel de excitación llegara hasta el tope y le dije que se pusiera en cuatro porque tenía que introducírsela ya. Ella me hizo caso obedientemente se puso en cuatro encima de su casa y yo me bajé el short, que ya estaba algo mojado, cuando la penetré. Ella gritó con fuerza primero y luego comenzó a jugar con sus pezones mientras me daba el banquete de mi vida. Estuve dentro de ese precioso ano unos 20 minutos y ya no podía contenerme más y me vacié dentro de ella, rápidamente se dio vuelta y me dijo que me la quería limpiar, a lo cual yo no tenía ninguna objeción por supuesto, comenzó a mamarme la verga que se puso dura rápidamente cuando sintió esa tibia lenguita moviéndose por toda la superficie, se lo metió todo dentro de su boca y estuvo sacudiéndomela con su lengua por unos 10 minutos cuando volví a vaciarme y le llené la boca de leche que tragó rápidamente.
Estuvimos así durante toda la noche, yo metiéndosela por el ano cada media hora, me la agarré unas 7 veces más o menos, fue increíble.
En la mañana ella se levantó primero que yo y se fue a duchar, el sonido del agua cayendo me despertó, estaba totalmente pasmado cuando me dí cuenta que había amanecido sobre la cama de la miss Laila, me levanté y entré a la ducha, ella me recibió como si me hubiera estado esperando. La levanté con mis brazos y se la introduje de nuevo, mientras estábamos abrazados sentía sus senos apretados contra mi pecho, eso me sobreexcitaba de manera increíble y con solo ver esa escena hizo que me vaciaré rápidamente; durante el tiempo restante estuvimos manoseándonos en la ducha, y pude recorrer cada centímetro de su fino cuerpo.
Al mediodía me despedí de ella, y cuando llegué a mi casa no podía creer lo ocurrido.
Sigo yendo al gimnasio y no la puedo encontrar a la salida, sólo los viernes cuando repetimos la experiencia cada semana.