Una noche con Juan
Nuestros protagonistas deciden tener una noche de sexo diferente y placentera. Salen a la calle en busca de un hombre al que sumar a sus juegos eróticos.
Cada día era una fantasía diferente, nos habíamos prometido no tener límites a nuestros deseos, todo aquello que soñáramos iba a convertirse en realidad.
Ese día Javier llegó a casa cansado, el trabajo parecía haberlo agobiado, se me ocurrió una idea al verlo llegar así, quería que mi hombre estuviese satisfecho siempre. Me puse un vestido justo, corto y escotado que dejaba a la vista mis pechos, me calcé los zapatos de tacón y tomé las llaves del auto
¿Vamos a salir gata? dijo sin entender demasiado mis intenciones
Sígueme, daremos una vuelta para tomar el aire fresco de la noche, te va a hacer bien, ya verás.
Algo te propones perversa, dame, esta noche manejo yo
Dimos unas vueltas por la ciudad, propuse ir al parque donde se concentraban los taxi boys de la ciudad, creo que adivinó mis intencionesà
¿Acaso hoy jugaremos con un "nene" gata?
Acércate, pregúntale si estaría dispuesto, ése, ese me gusta
Era un joven alto, apuesto, sus músculos marcados bajo una remera y jeans desgastados, melena larga, campera en la mano. Javier acercó el auto lentamente, decidí darle un poco de ánimo en la tarea, deslicé mis manos sobre el bulto que ya se insinuaba, bajé la cremallera y mi boca cubrió la pija de Javi, mientras él hablaba con el joven, yo saboreaba imaginándome lo que pronto sucedería, estaba a mil, llevé mi mano debajo del breve vestido, comencé a pajearme lentamente.
El chico aceptó, creo que después de ver cuán animada pareja lo estaba invitando no lo dudó un minuto. Se sentó en el asiento trasero.
Perrita, quiero que te sientes con él - ordenó Javi, cuando me decía perrita era porque me quería nuevamente como su esclava.
Así lo hice, pasé al asiento trasero y sin mediar palabra lo besé, Javi nos observaba por el espejo retrovisor mientras conducía camino a casa. Subí mi vestido invitándolo a tocarme, sus manos me recorrían, se apoderó de mis pechos estrujándolos, pellizcando mis pezones. Yo estaba súper mojada, me excitaba la idea de que Javi me estuviese viendo, arañé la espalda del chico clavándole las uñas - llámame Juan - dijo mientras sus dedos ávidos buscaban bajo mi tanga.
Ya en casa, fuimos directamente a nuestro dormitorio, Javi y yo ya habíamos hablado de este encuentro, sabíamos perfectamente lo que queríamos hacer.
Desvístelo - dijo - lentamente, quiero ver cómo lo haces perra.
Sí mi amo - dije con cara de vicio
Quité la ropa de Juan lenta y pausadamente, lamiendo a medida que quedaba su piel a mi alcance. Javi ya se había desvestido y su erección era total, era evidente que le gustaba lo que yo hacía. Una vez que Juan estaba desnudo, Javi se acercó a nosotros,
Ahora tú perra, desvístete para nosotros
Así lo hice, primero mi vestido, luego el sostén y por último la tanga. Los ojos lascivos de esos hombres me provocaban sobremanera.
Ven acá perrita - dijo Javi - tienes lo que tanto querías, dos vergas solamente para ti, dedícate a ellas.
Era cierto, quería dos vergas para mí, me arrodillé frente a ellos, tomé cada una con una mano y alternadamente chupaba esas vergas formidables, me encantaba ser la puta de esos dos hombres. Mientras chupaba a uno pajeaba al otro con cadencia y sin pausa. Juan acercó su boca a la de Javi casi tímidamente, tal vez con temor a ser rechazado. Nada de eso sucedió, sus lenguas se entrelazaron, recorrieron sus bocas, mordían sus labios. Yo casi no me lo creía, mi concha chorreaba sus jugos por mis piernas, el olor de esos hombres me enloquecía.
Ven perrita, vamos a mostrarle a Juan cuanto podemos hacerlo gozar - ordenó Javi con tono perverso en su voz. - prepara a Juan para mí
Ya sabía en que consistía la preparación, sin dejar de chupar la verga de Juan, comencé a acariciar su ano, se estremecía cada vez que mis dedos lo rozaban, dejé su verga y me dirigí a su culo, abrí sus nalgas lamiéndole el ano y penetrándolo lentamente con mi lengua. Javi nos miraba atentamente. Hice que Juan se doblara sobre su cintura para que dejara a mi amo ver su culo cada vez más dilatado. Llevé dos dedos a mi boca dejándolos empapados de saliva, de allí al culo de Juan, metí dos dedos dentro suyo, los movía en círculo separándolos para abrirlo más. Luego un tercer dedo y un cuarto dejaron a Juan listo para Javi, éste se acercó tomando con firmeza su verga, y fue penetrando a Juan a pesar de sus quejidos de dolor.
Alívialo perra - ordenó Javi
Volví a la verga de Juan, continué chupando, lamiendo, tragando. Cada empujón de Javi dentro de Juan más entraba su verga en mi boca. Javi no resistió más, inundó el culo de Juan de leche llenando sus entrañas, éste a su vez, extasiado por el polvo que le estaban dando, acabó dejando mi boca inundada de leche. No la tragué, me paré delante suyo, tomé su cara y lo besé, pasé a su boca su propia leche, la saboreó hasta la última gota, lengua con lengua bañadas por su semen. Al ver esto, Javi ya estaba nuevamente erecto.
Has sido una buena esclava - dijo Javi - ahora tendrás tu premio
Creo que llegué a babear con la idea, Javi hizo que Juan se tumbara y yo me sentara sobre su verga, mi concha tragó aquel tronco impresionante y mi orgasmo no se hizo esperar, en un segundo sentí a Javi lamiendo mi culo hasta enloquecerme nuevamente, lo dejó empapado de saliva, me forzó a acostarme sobre Juan, dejando así mi culo a la vista y listo para su verga. Estaba en las nubes, ahora tenía dos hombres dentro mío, ¡¡¡cuántas pajas me había hecho imaginándolo!!! Bombearon rítmicamente haciéndome sentir placer y dolor mezclados, acabamos los tres en orgasmos que parecían interminables.
Juan se fue dejándonos el número de su celular, estaba listo para repetir otra noche con nosotros.