Una niña y su dalmata
A los dieciocho años, viendo y escuchando a su hermano teniendo sexo con su novia se puso a jugar con su perro tratando de imitarlos.
Hola como están todos, espero que bien. Ante todo aclaro que este relato me lo envió en partes y por correo una amiguita muy intima. La historia me pareció muy buena y si es verdad o no por ahora no lo puedo comprobar aunque, conociéndola como la conozco, estimo que buena parte de su relato es de cierta verosimilitud.
Andrea (nombre ficticio) es una chica que tuve la suerte de conocer casi por casualidad una noche en la cual me encontraba solo y chateando en un sitio muy popular de mi ciudad. Comenzamos a charlar y poco a poco fuimos entrando en confianza hasta pasarnos nuestras direcciones de msn y así, con el paso de los días, fue confesándome buena parte de su vida sexual la cual y por esas cosas de la vida se asemejan en algunos tramos a la vivida por mi.
Comenzó contándome como fue su debut sexual el cual, realmente me pareció inverosímil pero que aun así vale la pena que todos Uds. lo compartan.
A partir de ahora la relatora será andrea y yo simplemente transcribiré su relato tal y como me lo contó.
Tenia apenas 18 años y mi vida transcurría como la de cualquier niña de esa edad que va al colegio, juega con sus muñecas y demás costumbres habituales que se hacen a tan corta edad.
Mi mama y mi papa ya estaban mayores y digamos yo fui la hija de la vejez un regalo del cielo para ellos ya que al momento de nacer mi mama tenia 44 años, mi papa 50 y mi hermano 25 por lo que para toda la familia fui la que llego para revolucionar las costumbres creciendo sobreprotegida por mi familia y especialmente por mi hermano por lo que me daban todos los gustos y caprichos que se me antojaban.
A los dieciseis años y para mi cumpleaños me regalaron un cachorro de dálmata ya que había visto la película y había quedado fascinada con esos hermosos perritos y como se me había antojado uno entonces me lo regalaron para esa fecha con la condición de que lo cuidara, bañara y atendiera ya que iba a ser mi responsabilidad.
Por supuesto que a los dieciseis años yo lo que menos hacia eran todas esas cosas que me recomendó mi papa y mi mama. Solo me interesaba juguetear con el y recibir los retos de ambos por dejarlo dormir en mi cuarto cosa que a mi hermano en particular lo fastidiaba machismo pero bueno, era la niña mimada y mucho no podían hacer con mi disciplina ya que ellos me criaron así.
Si bien era la niña mimada de todos mis padres decidieron en un momento que era hora de recomenzar su vida social paulatinamente así que no era extraño cuando ya teniendo yo dieciseis años que mis padres salieran los fines de semana quedando al cuidado de mi hermano el cual siempre protestaba ya que se tenia que quedar con la nena y el no podía hacer sus cosas tranquilo hasta que yo me dormía por lo que generalmente mi hermano me llevaba hasta mi habitación, me ponía la pijama, me acostaba y me cantaba una canción para asegurarse que la niña se durmiera profundamente y el pudiera hacer su vida.
Una noche de sábado mis padres salieron pidiéndole a mi hermano que se quedara cuidándome ya que tenían una cena e iban a volver muy entrada la madrugada. Mi hermano para ese entonces tenia 27 años, estudiaba en la universidad y estaba de novio desde hacia un año con una compañera de su curso por lo que la llamo por teléfono para pedirle que le hiciera compañía ya que tenia que quedarse conmigo en la casa a cuidarme.
Fue así que cuando mis padres salieron a la media hora la novia de mi hermano estaba tocando el timbre de mi casa y mi hermano recibiéndola con un largo beso en la boca.
Yo a los dieciocho años (como creo que todas las niñas de esa edad) era parlanchina, curiosa y molesta y ni bien llego la novia de mi hermano comencé a fastidiarla con preguntas de todo tipo, a corretear de un lado al otro y demás hasta que mi hermano no aguanto mas y me envió a dormir.
Protestando subí las escaleras y me fui a mi habitación, me desvestí, me puse mis pijamas y me acosté dejando previo a esto la puerta de mi cuarto abierta ya que quería escuchar lo que hablaban mi hermano y su novia que se habían quedado en la sala principal recostados en un sillón de 3 cuerpos.
Escuchaba que mi hermano le decía a su novia "mira que duro estoy, tocalo" y su novia que le respondía "estas loco? tu hermanita puede venir".. El insitia diciéndole que yo ya estaría dormida por la hora que era y que aprovechara que estaba duro como un garrote.
No pude con la curiosidad y muy despacio salí de mi cama y me asome a espiarlos por detrás de la baranda de seguridad de la escalera. Desde donde estaba ubicada podía ver buena parte del costado del sillón y a ambos tirados en el. Mi hermano seguía insistiéndole a su novia lo tocara hasta que bajo su cierre y saco su polla la cual jamas había visto ni imaginado.
Unas cuantas veces había visto a mi dálmata en épocas de celo con algo que le colgaba y que no era del tamaño habitual por lo que fui a preguntarle a mi hermano que le pasaba y el muy dulcemente me explico las diferencias entre los machos y las hembras o entre los varones y las mujeres así que ya sabia que lo que había sacado de entre sus pantalones era su polla.
Así, con la polla afuera mi hermano le tomo la cabeza a la novia y la llevo hasta su verga y ya no se resistió mas. Yo me sentía extraña viendo como mi hermano se retorcía en el sillón y le decía "así, chupa con mas fuerza, cómetelo perra" y a la novia emitir unos ruidos que no lograba descifrar.
Volví a mi cuarto con miedo a que me descubrieran dejando nuevamente la puerta abierta. En un momento escucho un grito de mi hermano "FUERA DE ACA", mi dálmata había entrado a la casa y andaba de un lado para el otro logrando interrumpir la tarea de su novia la cual al parecer estaba ya muy entusiasmada.
Mi dálmata subió las escaleras y fue, como habitualmente hacia cuando podía entrar a la casa, a mi cuarto a resguardarse de los gritos y retos de la familia.
Para que mi hermano no se diera cuenta que podía estar despierta me acurruque en la cama y me hice la dormida y, como no le di importancia a la entrada de mi mascota a mi cuarto para que mi hermano no subiera, simplemente se tiro en el piso a un lado de mi cama como solía hacerlo cuando estabamos juntos en el cuarto.
La puerta seguía abierta y podía escuchar nuevamente a mi hermano diciéndole a su novia "cómetelo mas profundo perra vamos", "eso así, déjame comerte el coño" y mientras escuchaba esto su novia gemía cada vez mas alto y respondía a sus deseos "si, cómeme el coño, hazme tu perra" "follame como si fuera tu perra".
Me di vuelta en la cama y deje caer mi mano hacia el piso encontrándome a mi mascota tirada. Instintivamente comencé a acariciarlo y el casi automáticamente se levanto y se trepo a mi cama para jugar como era nuestra costumbre. Como mi hermano y su novia seguían en lo suyo y yo mucho sueño no tenia (al contrario, estaba excitadisima por lo que escuchaba) me senté en la cama, mi mascota se bajo y quedo su hocico frente a mis piernas.
Lo tome de las orejas y le sacudí la cabeza de un lado al otro hasta que me empujo con fuerza y quede con mi espalda en el colchón y mis piernas colgando. Instintivamente mi dálmata comenzó a husmearme el coño y a meter su hocico entre mis piernitas. Muchas veces había hecho eso y yo siempre lo había sacado ya que me daba muchas cosquillas y se me ponía la piel de gallina pero esa noche lo deje hacer. Seguía escuchando los gemidos de la novia de mi hermano y a el diciéndole "vamos, muévete perra, goza con tu macho, comete esta polla bien profunda"
Mi mascota seguía husmeando ahí abajo y yo poco a poco comencé a abrir las piernas. Imitando a la novia de mi hermano me baje la pijama y quede desnuda de la cintura para abajo ya que dormía sin braguitas. Todo esto para mi era un juego, especial lógicamente, pero un juego al fin. Para mi mascota era mi hermano y yo su novia y trataba de hacer todo lo que hacían ellos dos abajo y como mi hermano le decía "perra" a su novia entonces yo era una perra también.
Mi perro estaba nervioso ya a esa altura no solo porque estaba en época de celo sino porque había estado husmeándome el coño y tanto insistió en treparse a mi cama que lo logro. Yo quede en la misma posición (semi acostada) y mi mascota parada en sus 4 patas por lo que pude ver que su polla había crecido mucho mas de lo que recordaba adquiriendo un tamaño importante. Recordé a mi hermano cuando un rato antes la había sacado de su pantalón y obligado a su novia a chupárselo y con el afán de seguir con el juego hice lo mismo. Tome la polla de mi dálmata y comencé a acariciarla hasta que me la lleve a la boca para chuparla como lo hacia la novia de mi hermano con el.
Ni bien empece a hacerlo sentí un sabor extraño en la boca y como era algo nuevo solo atine a escupir mientras mi dálmata insistía y se movía como si estuviera follandose a alguien. Volví a tomarla con mi mano y sentí una pelota muy grande al final de su polla. Era roja y del tamaño de una bola de tenis y como me gusto mucho su contacto con mi mano la acariciaba mientras chupaba nuevamente su polla.
Seguí así hasta que expulso un liquido viscoso y caliente. Era tal la cantidad de ese liquido extraño que tiraba que inundo mi boca y mi cara. No me disgusto lo que había sentido por el contrario me había gustado y mucho.
Tras esto sentí que alguien subía por las escaleras. Era mi hermano que había terminado su faena con su novia y quería ver como estaba la niña. Instantáneamente me cubrí con la ropa de cama y cerré los ojos.
Cuando mi hermano llego a mi cuarto vio que la puerta estaba abierta y penso que había sido mi mascota el que la había abierto así que lo busco en mi habitación, lo tomo del collar y lo llevo arrastrando escaleras abajo dejándolo en el jardín fuera de la casa.
Me levante de la cama y salí para ir al baño aprovechando que mi hermano estaba abajo y no podía verme. Entre al baño, prendí la luz y me mire al espejo. Extrañamente tarde en reconocerme, era como que esa noche la niña de los sueños de mami y papi había cambiado por completo. Mi cara aun tenia restos del liquido de mi perro, mi boca mantenía el sabor agridulce de su leche y mi coño estaba mojado y pegoteado con un liquido mezcla de la saliva de mi dálmata y mi flujo.
Comencé así mi larga carrera de transformación de dulce e inocente niña a un demonio sexual que trajo consecuencias al resto de mi familia.