Una nieve muy caliente

Mi paraje es una enfermera en un hospital privado, el otro día que le hable al trabajo para ver a que hora salía, me contesto Gaby...

Una nieve muy Caliente

(Micro relatos)

Mi paraje es una enfermera en un hospital privado, el otro día que le hable al trabajo para ver a que hora salía, me contesto Gaby, una de sus amigas que me gusta mucho, ella es madre soltera, tiene unas piernas delgadas y bien torneadas, unos senos que piden a gritos ser chupados, unas nalgas bien paraditas, y lo mas importante que me ha coqueteado un par de veces.

----Hola Gaby, habla Héctor, me comunicas con mi pareja----le dije.

---Está poniendo un suero, pero dame tu recado---me contesto.

---No es nada importante, pero ya que contestaste tu, te invito a la feria de las nieves en Tulyehualco, el jueves santo.

---Me gusta la idea, pero, ¿Qué va a decir ella?

---Nada

---Bueno, ¿pasas por mi al metro de Santa Martha a la 1:30?

Cuando pase por ella traía una minifalda, zapatillas y medias naturales, que la hacían verse preciosa nos subimos al coche y comenzamos a platicar sobre todo, yo le dije que me gustaba desde hacia tiempo y que la deseaba, entonces ella ni tarda ni perezosa se acomodo de tal forma que me dejo ver su entrepierna y mi sorpresa fue que no traía pantaletas.

Al ver su negro sexo sentí que se paro en dos segundos, ella lonota y comenzó a darme un masaje sobre el pantalón, luego con mucho cuidado para no dañarme desabrocho mis pantalones y bajando mi cierre saco mi verga, eran unas ganas y fuerza con que me la acariciaba, era una niña con juguete nuevo, y cuando sentía que me venia vi que se agacho para darme semejante mamada mis huevos estaban totalmente duros, pero ella no dejaba de chuparla y acariciarla, yo mientras disfrutaba y manejaba.

Al llegar a Tulyehualco traía mi verga a punto de reventar, de pronto me dijo que me bajara por un litro de helado de vainilla y que nos fuéramos a un hotel, así lo hice, y ya una vez en el hotel empecé a besarla y a desvestirla poco a poco y poder ir admirando su cuerpo pero eso si dándole una buena manoseada a su osito semi rasurado que ya esta chorreando de placer, lo cual me motivo para coger, acariciar y saborear su clítoris que estaba bañado en su rica miel.

Mientras, pude ver que ella se ponía helado en los senos fría y deliciosa capa de helado la cual se derretía, dejando ver sus rosaditos y duros pezones que parecían dos cerecitas coloraditas de frío las cuales chupeteaba. Ella me pedía a gritos que se lo metiera y como estaba encima, le tome el gran culote se lo abrí lo mas que pude y lentamente se lo introduje, ella se encontraba tan caliente que podía sentir su calor dentro de su culito y de su piernas, lo mas delicioso era sentir como su mielecita se envolvía alrededor de mi verga, ella era tan golosa que me aferro de mis nalgas para que no se la sacara y comenzamos a acelerar el ritmo de la penetración, haciéndola gemir de placer.

Cuando de pronto, me apretó con tal fuerza que me rasguñó mis nalgas, se estaba viniendo con tanta pasión que yo también le entregue mi semen caliente, después se lo saque y entre sacudidas la embarre todas sus nalgas, así nos quedamos un rato, besándonos y riéndonos. Después me condeso que no había tenido relaciones desde que su hombre la había abandonado.