Una negra Fantasía
Emprendo el camino del placer.
Una Negra Fantasía
Me llamo Ana, tengo 40 años y siempre he sido una mujer muy tradicional a la hora de practicar sexo, no digo que llegase al matrimonio virgen, pero si que nunca salí de una rutina clásica, sin introducir fantasías ni "posturas" raras. Todo cambio cuando mi marido me dejó por una mujer más joven, empecé a fantasear con otros hombres, incluso con varios a la vez,
Empecé a fantasear con hombres negros, con sus cuerpos tan cuidados y con sus enormes miembros, nunca había pensado en los negros como compañeros de cama y eso me ponía muy caliente, y claro, se lo conté a una amiga. Esta me animo a que probase suerte con algún negro, yo evidentemente dije que no, era algo muy arriesgado y disparatado. Pero un día a solas en casa, mirando a mí alrededor y viendo el mundo de contención y recatamiento que había construido me di cuenta de que o me lanzaba o mi vida sexual se convertiría con mis 40 años en un camino de aburrimiento.
Me decidí a vivir mi fantasía hasta el final, me puse una mini corta color negra y una blusa blanca casi transparente, notándose la ropa interior con encaje que tenia puesta y unos zapatos tacos aguja color negro
fui a un festival de música caribeña había bastantes negros en ese lugar, especialmente habían dos negros hermosos muy altos y fornidos en la barra tomando ron, mientras hablaban animadamente . nuestras miradas se cruzaron y uno de ellos se me acerco y me invitó a tomar una copa con ellos, pensé en decir que no y huir de ese lugar, pero ago me decía que era tiempo de ser valiente y acepte. Me presento a su amigo Franco y Raúl, se llamaban y tomé una copa para darme valor y terminamos bailando y bebiendo hasta las 3:00 de la madrugada. Los movimientos y abrazos en el baile se volvieron cada vez mas obvios yo estaba feliz y en ese momento y me propuse que esa noche no los dejaría ir, y los tendría conmigo toda la noche, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera. Así que empecé a ser demasiado provocativa, muy atrevida en mi baile, cada vez era mas descarada, los tocaba, les apretaba sus nalgas, su pecho, pegaba a sus entrepiernas, y sentía esos penes aun flácido pero de gran tamaño, que pronto tendría entre mis manos, mmmmmmmmm, mas descarada no podía ser
Ellos obviamente se habían dado cuenta de mis intenciones Así, salimos del lugar rumbo a la casa de uno de ellos, entramos a la casa En ese momento me di cuenta que me esperaba la noche más lujuriosa de mi vida.
Me acerqué a Franco simulando una leve vergüenza de niña malcriada. Puse la sonrisa más picara que se me ocurrió y me paré frente a él. Lo miré a los ojos y noté en su mirada también una sonrisa picara
Poco a poco fui sucumbiendo ante las caricias de Franco hasta estar en plena entrega total. Sentía como su mano luchaban con éxito por agarrar mis senos y pellizcar suavemente mis pezones. Ellos respondían, endureciéndose a las calidas caricias
Empecé a recibir dobles caricias que trataba de adivinar de donde venían. Manos que rozaban mis tetas, otras que acariciaban mi cola. Luego una boca que chupaba mi pezón izquierdo y otra boca que besaba y pasaba suavemente su lengua por mi cuello. Una mano que exploraba mi sexo, ¿Cómo no sucumbir ante tanto placer nuevo?.
Probé los labios de Raúl, besaba en forma firme y segura. Su lengua jugueteaba hábilmente en mi boca y yo respondía de la misma forma. Me gustaba sentir el cuerpo de Raúl a mi lado y su calor. Comencé a chuparle el pene que apenas entraba en mi boca, pero podía hacerlo torpemente y cumplía con darle el placer que quería darle.
Sin darme cuenta estaba sentada en cuclillas sobre el sofá chupando el pene de Raúl, cuando de pronto siento entrar a Franco por mi vagina. Con cada golpe de penetración de Franco, el pene de Raúl entraba más y más en mi boca. Me sentia sucia, me encanta sentirme muy atrevida, muy sucia, muy puta Franco empezó a jugar con los dedos en mi ano, mientras me tenía empalada por la vagina. Raúl apretaba uno de mis senos y pellizcaba cada vez con más fuerza mis pezones hasta el punto de dolerme un poco, es un dolor rico suave. Después de un rato me siento sobre Raúl. Me empalo suavemente sobre él, y empiezo a subir y bajar, de forma suave, pero firme. Franco seguía masajeando con sus dedos mi ano e intento infructuosamente trataba de penetrarme por atrás. Logró meterme sólo la puntita de su pene, lo cuál me provocó muchísimo dolor. Se dio cuenta y se detuvo.
Raúl que no paraba de moverse, explotó dentro de mi. Ese mismo calor de su semen golpeando mis paredes vaginales, hizo que mi cuerpo sintiera un calor pesadísimo que venía de menos a más. Estallamos con gemidos de placer, trató de sacarlo para no acabar dentro de mí, pero ya era tarde. No me importo, me sentía muy segura de lo que hacía y de lo que sentía
Comenzó a entrar y salir de mi ano, cada vez con más fuerzas y más profundo. Logré sostenerme con mis manos, ya no sentía casi dolor, solo sentía el roce caliente de su pene con las paredes de mi ano. Poco a poco ese calor se fue incrementando. Sentía que su pene llegaba más allá de los límites permitidos. El placer era tan intenso, que no podía y no quería negarme. Estaba sintiendo placer, quedé recostada boca abajo. Franco entraba y salía de mi ano. Sus gemidos se hacían mas fuertes, su respiración se escuchaba como el viento fuerte de una mañana tempestuosa. ¡¡Aaahhh!! ¡¡Uff!! Mmm. esta siendo cogida como siempre soñé, me sentía toda una puta, una puta, enorme y vulgar, hacendó lo que me pedía un desconocido, cuando me dijo,- aquí tienes mi leche, y senti como se venia dentro de mi, UYYYYYYYY, fue genial sentir esos chorros, mmmmmm, que rico, el seguía con sus movimientos, fuertes sin cesar parecía que no se hubiera venido, mmmm, cuando empiezo a sentir como sale un poco de mi ano y corre por mis piernas, Guuuauuuu, ese era el semen de mi negro
Siempre recordare esa noche que me abrió el camino hacia el sexo grupal.