Una navidad especial

Me levanté con mi chocho aun empapado por el placer que me dio hacerla gozar y la besé de nuevo para que probara su propia corridita de mi boca. Me gustaba sentir como me chupaba la lengua y me relamía los labios como si fuera su cachorrita

Hola amigos y amigas, siento demorarme tanto en relatar de nuevo otra de mis historias pero últimamente voy bastante atareada, es época de fiestas y eso para mí significa más trabajo, pues ya sabéis que debido a mi ocupación (ver anteriores relatos) se me acumula la faena y por supuesto, que no falte.

Sé que tengo pendiente por relatar la continuación de “Un dia para recordar”, por favor, tened paciencia, no quiero escribirlo alocadamente y me gustaría dejarlo reflejado tal y como sucedió. He querido antes escribir este otro relato que me ha venido al recuerdo con el acontecimiento de estas fiestas navideñas y me gustaría rememorarla y compartirla con todos vosotros. Espero que os guste.

Este relato sucedió en la Nochevieja de  2003, entonces tenía 27 añitos. Mis amigas me habían animado a celebrar con ellas el fin de año en un local que habían alquilado sus compañeros de la facultad de derecho así que tuve que cancelar la cena de la escuela de danza. En esa época no tenia novio con lo cual podía ir a mi antojo sin compromiso.

Recuerdo que el local era un pub de la zona portuaria, era grande y tenía dos alturas. Como es habitual asistí al evento después de la típica cena familiar, nos reunimos sobre la 1:00 de la madrugada en casa de Silvia, una de mis amigas, para irnos juntas en el auto de Ana al punto de encuentro.

Como dicen que es bueno comenzar el año nuevo con algo rojo yo no quise ser menos que ninguna y me calcé un vestido cortito rojo muy ceñido combinado con un liguero blanco y unos tacones rojos a juego, ideal para ser el centro de atención de todos y todas. Aunque esto crea confusión entre los hombres muchas veces, pues atención no significa provocación y mucho menos disposición o libre acceso, pero claro, haber como le explicas a un grupo de chicos que no conoces que andas así vestida porque te gusta enseñar pero no te gusta que te toquen.

Así que allá estábamos a puntito de entrar, haciendo cola para dar la entrada al responsable del evento que rodeado de la seguridad correspondiente vigilaba que todo estuviera en orden, aunque en ese momento bien nos vigilaban a nosotras, pues recorrían sus miradas como lobos a un rebaño de ovejas.

Una vez entrando pudimos sentir el calor del lugar, ya estaba bastante lleno, muchos de ellos  habían cenado en el local, ya había cotillón tirado por el suelo y repartido entre la gente, a nosotras nos dieron el nuestro a la entrada junto con el típico gorro navideño. Dejamos los abrigos en el ropero y nos fuimos directas a la barra del piso de abajo, Silvia y Ana conocían a uno de los camareros y se pusieron a hablar, pasados un par de minutos nos explicaron que teníamos una mesa reservada al fondo del piso junto a unos compañeros suyos de la facultad.

La verdad que la fiesta estaba fenomenal, para ser relativamente temprano había mucha gente y eso alegraba mucho el local aunque tuvimos que pasar entre toda la multitud no sin antes pagar el peaje, pues había que sortear todo tipo de imprevistos que habían por el suelo, sin contar claro está las arrimadas de polla que los chicos te daban cuando intentabas pasar con cuidado entre los grupitos que habían formados, pero bueno, la música era animada y las bebidas fluían como agua de Mayo. Se preveía una buena despedida de año.

Una vez conseguimos llegar a la zona de mesas, Silvia y Ana nos presentaron a los chicos y chicas de su clase, muy alegremente se presentaron y muy amablemente nos hicieron un sitio en una rinconera del lugar. Inmediatamente el camarero que las conocía ya venía preparando la bienvenida con una buena bandeja de copas para todos. Estuvimos bebiendo y charlando durante un par de horas, sobre todo bebiendo sin parar, detrás de una copa traían otra y otra y otra, las risas ya salían solas y a esas alturas ya había hecho amistades con los 4 chicos que más cerca teníamos.

La verdad que Jordi era de los más apuestos y mi flamante vestido rojo no había pasado desapercibido para él y como después veréis para ninguno de los demás. Creo que eran las 3:30 pasadas cuando agarrando cada uno su copa nos dirigimos a la pista de baile. Allá hicimos un corro y alegremente comenzamos a bailar, como llevaba ya 4 años practicando en la academia de baile era la que más suelta se me veía y muy animada por las bebidas bailaba muy dispuesta con cualquiera de los chicos.

Unas veces les agarraba yo y les decía como tenían que ponerse, otras veces se ponían detrás de mí y me pegaban su simpático bultito en mi culo con la excusa de agarrarme de la cintura para llevarme ellos el ritmo, otras veces bailaba muy sensual con alguna de mis amigas mientras mirábamos a los chicos con sonrisas picaronas.

Todo era muy divertido pero no parábamos de beber y habíamos entrado en un juego de tocamientos algo atrevido pero sano y eso me gustaba, yo sabía que esa noche acabaría follando con alguno de aquellos chicos pero otra cosa muy distinta era lo que esa noche me aguardaba. En una de las veces que quise ir al aseo le pedí a Marijose que me acompañara.

Para acceder a los aseos había que subir al piso de arriba, al llegar me decepcionó un poco el hecho que eran aseos muy chiquititos, tenían los justo, el aseo, el lavamanos y el secador de manos y apenas cabían 3 personas (puede sonar extraño tanta gente para ir al aseo pero pensad que las chicas vamos en grupo y nos gusta comentar nuestros cotilleos y arreglarnos un poquito).

-Tía con tanta copa ya voy más que contenta –le dije a mi amiga entre risas.

-Jajaja, no hace falta que lo jures, ya se te notaba cuando te pusiste a bailar con Daniel ahí muy pegaditos y toda loca.

-¿qué dices? Bueno, la verdad que no está nada mal, el chico tiene un polvo pero el que a mí me gusta es Jordi.

-¿Jordi? Creo que Silvia se va a enfadar como se entere que le tiras lostejos –dijo Marijose

-Silvia está siempre igual, siempre quiere al que más bueno está, además si hace menos de tres meses que cortó con el novio ese suyo

-¿Y yo qué quieres que haga tía? Díselo a ella que es el que le gusta o eso o hacéis un trío con el chico, que bien se lo merecería –dijo ella a la vez que las dos reímos.

-¿un trío con Silvia? No te voy a negar que la chica es bastante mona pero desde que la conozco no la he visto nunca haciendo algo alocado ¿no? –pregunté intrigada.

-Pues nena te sorprenderías, según Rubén, dice que cortó con ella porque un amigo suyo la vió montándoselo con dos tíos entre los coches aparcados del callejón de la discoteca del centro. Aunque ella dice que no es cierto y que su amigo miente por eso él se lo está pensando si perdonarla y volver con ella o que hacer…

-¿Que me estás diciendo? –añadí entre sonrisas pero con una cara de sorpresa que casi me salieron los ojos de las orbitas- vaya vaya con la ricitos de oro, quién lo iba  a decir. Y por cierto ¿qué hacías tú con Rubén, es que ahora eres su confidente? –le dije con una sonrisa malévola.

-Chica, cuando un amigo necesita apoyo hay que “consolarlo” –respondió con otra sonrisa malévola

-jajaja, que zorra eres Marijose, y tú hablándome de quitarle al chico que le gusta a la pobre Silvia……

-Oye que las demás no somos de piedra o haber si te crees que vas a ser la única “santa” del grupito, que por ahí van diciendo que las matas callando PUTA –dijo riendo mientras me daba un azote en las nalgas.

-Ay Marijose!! Me has dado fuerte animal!!! Como te dé yo a ti vas a ver... –le dije a la vez que alargaba mi mano con intención de pellizcarle el culo pero ella me agarró hábilmente, me la subió hasta la altura de su hombro y pegando sus pechos a los míos comenzó a imitar un baile de tango con el ruido de la música que se oía de fondo.

Sin parar de reír dábamos un paso y de seguida vueltas en círculos y otra vez, ella simulaba que tenía una rosa amarrada entre los dientes y arrimando su boca a la mía simuló que me la pasaba pegando sus labios con los míos a lo que yo, supongo que llevada por el alcohol y las risas, le seguí el juego lamiéndole los labios con mi lengua simulando que me ayudaba con ella para arrimármela a la boca y agarrarla ahora yo con los dientes.

Las dos estábamos muy tontas pero sobretodo muy borrachas, el haber tomado tanto en tan poco tiempo nos había acelerado las hormonas y el hecho que éramos muy amigas me daba ciertos privilegios que con las demás no tenía. Marijose era muy bonita, tenía el pelo muy negro a la altura de los hombros, los ojos azules y un lunar muy sexy encima del labio superior al estilo de Cindy Crawford, aunque tenía la figura algo descuidada sus pechos eran bien voluptuosos como los míos y eso le daba una formita agradable que unida a la personalidad tan graciosa que tenía la hacía todavía más particular.

Ella me miró fijamente a los ojos, yo la noté un poquito indecisa sin saber qué decir o qué hacer por el hecho de donde había llegado el jugueteo entre las dos

-¿Quieres probar cómo las mato callando Marijose? –le dije yo más envalentonada que ella, pues no era la primera vez que besaba a una mujer y aunque no son mi preferencia sexual tampoco me desagrada en absoluto una chica guapa.

Ella asintió débilmente con la cabeza y se dejó llevar. La agarré de las mejillas suavemente con mis manos y le fui arrimando mis labios hasta llegar a tocar los suyos. Ella cerró los ojos para sentir en plenitud lo que era besar a otra mujer y yo sabía muy bien como tenía que hacerlo. La besé despacio, apasionadamente, ella siguió el ritmo de mi boca, poco a poco se fue envalentonando y comenzó a meterme la lengua, yo la seguía ida de placer, era una de mis mejores amigas y ahora me estaba enrollando con ella… y me gustaba!!!

Noté que sus manos se posaron en mi culito y empezó a magrearlo despacito, apretándolo cada vez más fuerte y a subirme el vestido por encima de las nalguitas. Yo le había rodeado con mis manos su cintura y me disponía a bajarle la cremallera de la falda, ella se separó un momento y se la quitó dejándola encima del secador de manos donde no pudiera mancharse. Yo aproveché para acabar de subirme un poco más el vestido y dejarle ver bien vista mi liguero blanco unido a mi tanguita de hilo rojo.

Ella llevaba unas braguitas blancas con corazoncitos rojos muy monos, noté que se había hecho un pequeño redondel alrededor del coñito pero para cerciorarme bien extendí mi mano hasta su chocho y empecé a restregarle cada vez con más intensidad mientras la seguía besando. Aquella experiencia lésbica ya no podía parar.

Ella me sobaba las tetas con una de sus manos mientras con la otra me agarraba alrededor del cuello para morrease con mayor intensidad, cada vez notaba que su chocho se mojaba más y eso provocaba que yo también me mojara y junto con el magreo de sus manos hacia que mis pezones se pusieran bien tiesos. Metí mi mano por dentro de sus braguitas y comencé a restregarle rápidamente, entonces puse mi dedo pulgar en su clítoris y metiéndole el dedo corazón y el dedo anular comencé a masturbarla despacito.

Ella, que estaba apoyada de espaldas a la pared junto al secador de manos, soltó un fuerte gemido llevada por el placer de sentir mis dedos entrar en su vagina, volvió a cerrar los ojos para sentir con intensidad mis hábiles dedos que con sobrada maestría manejaba dentro de ella.

Comencé a mover mis deditos cada vez más rápido y eso aceleró el ritmo de sus jadeos, manteniendo los ojos cerrados se mordía el labio inferior mostrándome claramente que estaba disfrutando con su primera experiencia lésbica, así que no quise defraudarla y comencé a darle besitos tiernos detrás de las oreja y a bajar lentamente por su cuello, dándole mordisquitos suaves y lamiéndole cada bocadito que le daba mientras con la otra mano agarraba la suya que magreaba mis tetas y se la puse en mi chocho para que me magreara y notara ella también lo mojadita que me ponía hacerle gozar.

Ella frotaba mi rajita con su mano a la vez que yo masturbaba la suya, Marijose había llegado a tal nivel de excitación que ella misma meneaba su cuerpo adelante y atrás para ayudarse con mis deditos mágicos a correrse. Entonces supe que era el momento. Le susurré al oído que se bajara ella misma las braguitas y así lo hizo, dándome mayor libertad de movimientos a la mano con la que la masturbaba me agaché separando las piernas para que pudiera ver mi coñito abierto y empapado y sin sacar mis deditos de su rajita comencé a jugar con su clítoris.

Ahora la masturbaba de arriba abajo con mis dedos como si fuera un consolador mientras con mi lengua lamía su clítoris como si de una gatita bebiendo leche se tratara. El gusto de notar mi lenguita chupándole a un ritmo acelerado mientras mis manos ya jugaban más tranquilas con su rajita creo que la desquiciaba a la vez que la ponía más caliente.

-Pilar me voy a correr cariño, no pares por favor, no pares, chúpame perra –decía totalmente ida de sí en voz bajita para que no nos pudiera oír nadie

- Mmmmm… Mmmmm… mmmmm -fueron las únicas palabras que pude añadir a su comentario pero creo que fueron suficientes para que me entendiera.

-Sigue PUTA sigue, no pares por favor, guarraaa… -no paraba de decirme todo tipo de perversos adjetivos mientras me jalaba bien fuerte del pelo empujando mi carita hacia su linda rajita húmeda.

-AAAHHH… aaaahhhh… aaaahhhhh… ZORRA me corro, me corro … -jadeaba ella fuera de control.

En ese instante abrí más mi boca para poder abarcar más de su rajita, saqué todo lo que pude mi lengua sin dejar de frotarla por su chochito y sin más tiempo que me dio comenzó a soltar toda la leche que tenía guardada para su PUTA, que era yo claro está.

En ese instante noté como me empapaba la boca con sus juguitos, impregnó mi lengua con su rica lechita de mujer mientras yo le seguía lamiendo la rajita y ultimaba los últimos vaivenes de mis experimentados dedos.

Entonces fue cuando sentí como la mano con la que me agarraba el pelo perdía toda su fuerza, sus piernas flaquearon por momentos y un pequeño escalofrío recorrió todo su cuerpo mientras le sacaba los deditos del chumino y seguía lamiendo su chocho como una perrita, repasándole cada centímetro de sus labios vaginales y saboreando toda la lechita que bajaba por mi garganta.

Me levanté  con mi chocho aun empapado por el placer que me dio hacerla gozar y la besé de nuevo para que probara su propia corridita de mi boca. Me gustaba sentir como me chupaba la lengua y me relamía los labios como si fuera su cachorrita, daba la sensación que le había abierto los ojos a otro tipo de placer más allá de la polla de un hombre y pareció gustarle muchísimo, había rebasado la línea que nunca se había atrevido a sobrepasar y ese empujoncito que yo le di abrió más su percepción del placer.

-Que gustazo Pilar!!! –dijo con voz tenue, pues casi no le salía del cuerpo- gracias por la experiencia ha sido muy rica. De verdad que eres una amiga como las hay pocas en el mundo - añadió con una leve sonrisa agradecida.

-De nada cariño, para eso están las amigas. –Le dije dándole un piquito en los labios.

Ella se sacó las braguitas empapadas y se las metió en el bolso, agarró la falda que estaba encima del secamanos y se la puso. Yo me bajé el vestido un poquito arrugado y me arreglé como pude el pelito que una de mis mejores amigas (si no se había convertido en la que más después de aquello) me había dejado y salimos del aseo en dirección al grupo de amigos que habíamos dejado hacía ya unos 20 minutos.

Por suerte en ese espacio de tiempo no había nadie haciendo cola para entrar al aseo. A medida que nos acercábamos de nuevo al barullo la música sonaba más y más fuerte, aquel era una dia especial y no importaban los decibelios que saliesen del local. Le agarré la mano a mi amiga y bajamos las escaleras para juntarnos con el grupo…

Continuará….

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