Una mujer muy especial
De regreso a mi casa, me encuentro con una mujer, de 39 años, con una característica , muy , pero muy especial.
Manejaba rumbo a mi ciudad, venia cansado y con sueño. La música fuerte y la ventanilla del auto abajo para no quedarme dormido. En el trayecto, tenía que pasar por varias localidades pequeñas. Ya eran las 10 de la noche. Decidí parar en la próxima estación de servicio a cargar combustible y tomar un café. Me llamo la atención al entrar a la estación, una niña, que según yo, tendría 11 años poco mas allá de la estación pidiendo un aventón. Puedo ser muy degenerado o caliente, pero nunca jamas se me ocurriría meterme con una niña de esa edad, sin embargo hay gente que no piensa así y quedé preocupado con ella.
Al salir de la estación , ella me levanta el dedo en señal que la lleve, pense en llevarla, pero incluso me podía meter en líos con la policía por perversión de menores. Cuando pase a su lado de reojo pude ver que no se trataba de una niña, sino de una mujer de muy baja estatura, lo que en mi país decimos enana.
Poco mas allá me detuve y puse marcha atrás para llevarla. Me dio curiosidad ya que nunca había visto o conversado con una persona de esas características tan de cerca, además que me serviría para conversar y hacer mas corto el viaje.
Ella corrió al auto. Al subir me saludo y me dio las gracias por detenerme. Le pregunte hacia donde se dirigía y me dijo que a Romeral, una localidad que quedaba como a 30 minutos de ahí, justo en el trayecto a mi ciudad ( Santiago de Chile).
Me dijo que se llamaba Maritza, que tenía 39 años, que era casada, con una hija, y que venía de la casa de unos parientes y como se le había echo tarde, no alcanzó locomoción. ( Yo tengo 29 )
La conversación era muy amena, luego tocamos el punto de que ambos estabamos casados, que la rutina mataba el matrimonio, que la infidelidad mientras la pareja no se enterara era bueno, ya que hacía salir de la rutina etc. Ya se imaginaran cuales eran mis intenciones y por lo que podía observar las de ella también. Obviamente disminuí la velocidad para hacer mas largo el recorrido, pero ya estabamos llegando y nada se había concretado aun. Ella también lo notó. Me dijo que a la salida del Romeral, había un Motel, por si tenía sueño y no quería seguir manejando. Le dije que la verdad me gustaría pasar al Motel, pero no precisamente a dormir. Ella sin mirarme, se rió, y se quedó callada.
¿Qué opinas?
Mmmm , , si, podría ser, pero no mas allá de una hora, porque mi marido me esta esperando.
Sin pensarlo dos veces , me salí de la carretera y por un camino aledaño me metí al Motel. Entramos a la pieza, sonó el teléfono, solicite dos tragos, cancelé por la ventanilla. Nos sentamos en la cama a beber. Su estatura no debe haber sobrepasado el metro treinta. Se saco su campera y quedó con un chaleco, que escondía unas generosas tetas. Su cabello era corto, su tez morena, ojos negros.
Me acerque a ella y la bese. Nos seguimos besando de lado, me tumbé de espaldas y la tome de la cintura y la subí sobre mi. Era muy liviana y ni siquiera me pesaba. Le saque el chaleco, y su blusa, quedando con una brasier sin ningún encaje, nada sexy, pero con unos pechos redondos y bastantes grandes en relación a su cuerpo. Acariciaba su culo, por sobre su pantalón.
Ella quiso apagar la luz, pero no la deje, quería verla completamente desnuda. Termine por sacarle el pantalón, dejándola solamente en ropa interior. Ella comenzó a desvestirme a mi, también dejándome solo en ropa interior. Montada sobre mi, comenzó a bajar, besando mi pecho, mi estomago hasta llegar a mi verga aun cubierta. Con su cara la froto por sobre la tela, luego con sus diminutas, pero gordas manitos, me bajo la ultima prenda. Con sus manitos, me la tomo desde la base y moviéndola la hacía chocar contra su cara y sus labios. Comenzó a darme una chupada exquisita. Sentada sobre mis pierna se sumergía hasta dónde podía mi erecta compañera.
La sensación era exquisita, pero yo quería mas. La baje de mis piernas y termine por desnudarla, sacando primero sus brasier, encontrándome con dos hermosos pechos, redondos, con pezones morenos, los cuales besé hasta ponerlos duros. Mientras yo trabajaba con uno, ella con su mano, se apretaba el otro, haciéndolo crecer su pezón, hasta dejarlo de un gran tamaño
La coloque de espalda en la cama, era como un juguete , sus piernas muy cortas al igual que sus brazos, pero con un par de tetas, que estaban de miedo. Tomando su tanga, se la baje lentamente, tenía una hermosa mata de pelos, cubriendo una vagina muy diferente a las que yo conocía, con unos labios muy gruesos. Le abrí las piernas y baje hasta su vagina. Con mis labios rozaba sus labios, sintiendo sus pelos sobre mi cara. Con mis manos acariciando sus piernas; mi lengua buscando entrar a su interior. Ella gemía y me pedía que por favor se lo hiciera. Con mis manos separe su vulva , su rosada y húmeda vagina apareció ante mi. Con mi lengua fui recorriendo sus bordes , saboreando sus humedad. Sin aviso comencé un mete saca , tratando de meter mi lengua lo mas adentro posible. Ella estaba loca de placer. Continúe así unos minutos hasta que me suplico que la penetrara. Me puse de espaldas y ella se acomodo sentada sobre mi. No fue necesario dirigir mi verga, ya que entro sola en su voluminosa vulva, enterrándose hasta el fondo. Ella se quejaba y gemía como una loca. Era una sensación deliciosa poder moverse con la enana sobre mi. Su peso me facilitaba moverme a mi antojo, incluso la llegaba a levantar cuando mis embestidas eran muy fuertes. Ella se levanto y se dio vuelta sentándose nuevamente sobre mi. Mis manos en su culo la dirigían en cada movimiento.
Me pare al lado de la cama , ella sentada me comenzó nuevamente a chupar la verga. Le hice pararse sobe la cama, nos besamos. Ella se aferro a mi cuello y levantándola la senté en mi verga. Agarrando sus nalgas me separe de la cama. Era increíble como podía levantarla sin esfuerzo, penetrándola parado, incluso pude hasta caminar. La volví a parar en la cama, la di vuelta y se la enterré por detrás. Nuevamente la tome de la cintura y la elevé , moviéndola a mi antojo. En esta posición pude sentir como se venia, botando generosos líquidos, mojando por completo. Me acosté en la cama, ella se metió mi verga en su boca . Tratamos de hacer un 69, pero la diferencia de porte no me permitió llegar a sus genitales.
Ella me dijo que acabara yo primero y luego ella en la misma posición.
Luego de unos minutos, le avise que me venía, y ella aumentando las fuerzas con que me la chupaba, termino por recibir todo mi semen dentro de su boca, sin hacer ningún asco, lo tragó por completo. Y al parecer eso la éxito mas.
Ella se levanta queda parada sobre mi cara, separándose y tocándose con sus manos su concha, me preguntaba si me gustaba como se masturbaba, yo le decía que se la quería comer nuevamente. Ella se masturbaba y me mostraba toda su concha. Luego bajo y puso su concha en mi cara, y mientras yo se la chupaba ahora, continuaba masturbándose, con mi lengua dentro. Me dijo que quería acabar en mi boca. Yo continué chupándola. Sus gemidos se hicieron mas fuertes y el movimiento de sus manos igual. Con un gran quejido comenzó a botar abundantes líquidos que cayeron a mi boca, los que bebí.
Cuando termino de acabar, se sienta a mi lado, toma su vaso y me pasa el mío, terminamos nuestro trago, apoyada en mi estomago, me hace cariño en mi verga ya cansada y blanda. Eres exquisito, me dijo , tu igual, mientras le acariciaba el culo.
Siguió acariciándola, me pregunto si se me volvería a parar, yo le dije que todo dependía de ella. La tomo con su mano y comenzó a masturbar mi flácida verga. Le sugerí que con su boca tendría mejores resultados, cosa que hizo y a los pocos minutos nuevamente mi verga estaba en optimas condiciones para seguir jugando.
Nuevamente se monto sobre mi y comenzó a cabalgarme. Le pedí que me entregara su culo. Ella la cambia de posición y muy lentamente, ya que le dolía, se fue tragando centímetro a centímetro mis 18 cms. Yo pense que no lo lograría , pero cuando me di cuenta nuevamente estaba sentada sobre mi con mi verga enterrada en su totalidad. Me pidió que no me moviera, por que le dolía, comenzó lentamente a moverse, con gestos de dolor, hasta que su ano se dilató y comenzó a sentir placer. Ya a los pocos minutos nuevamente estabamos follándo como locos, apretándole las tetas. Ella me toma las manos y se las lleva a su vagina, comienzo a masturbarla, metiéndole hasta dos dedos. Ella empieza a gemir mas fuerte y me avisa que estoy consiguiendo que se venga por tercera vez. Cuando esta a punto, me avisa, y aumentando la fuerza de nuestros movimientos, termino llenándole el culo con mi semen y ella mojándome con sus jugos.
Nos bañamos rapidamente, ya que la hora se había transformados en dos horas y media. Ella no se mojo el pelo para que su marido no sospechara.
Salimos del motel, me metí un poco a la ciudad, dejandola en una calle poco transitada.
La veo alejarse, caminando de una manera especial, no se si ella caminaba asi o sentía dolor en su culo.
Continúe manejando rumbo a Santiago, pensando en la extraña, pero deliciosa experiencia que había tenido, mas cansado que antes.
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