Una muchacha silenciosa con nalgas de campeonato

Ella habla muy poco, pero caramba, se viene muchísimo, y esas nalgas suyas me encantan. (con fotos).

UNA MUCHACHA SILENCIOSA CON NALGAS DE CAMPEONATO

Una tarde, revisando mis mails me dí cuenta de que había una petición de ingreso a mi msn, se trataba de una muchacha (23 años), por lo que de inmediato la acepté.

Al otro día ya estábamos platicando por Messenger, de forma muy animada, pero nada relacionado a lo sexual. Como era de mi misma ciudad (México, DF), quedamos de vernos al día siguiente para "platicar", tomándonos un café.

Se trataba de una joven de 1.60, medio llenita, sin llegar a ser gorda, blanca, de cabello negro y con ricas pequitas en su cara. Estuvimos platicando como una hora, aunque debo decir que el que hablaba era yo, ella es muy callada. Finalmente, algo desconcertado ante su silencio, decidí proponerle ir a donde estuviéramos solos, para mi sorpresa ella inmediatamente aceptó.

Así, prácticamente sin palabras, llegamos a un motel de Tlalpan y nos desnudamos cada quien por su lado. Para mi sorpresa, ella tenía unas hermosas piernas y una bellísimas nalgas (no hay cosa que me guste mas que las nalgas femeninas) que su pantalón de mezclilla no me había dejado adivinar.

Le encantaba mamar y a mi me encantaba su forma de mamar, como si se estuviera alimentando de mi verga, sin dejarla de besar, chupar, lamer, sobar, guau! Me tenía en las nubes. Lógicamente, le correspondí, dándole una mamada a su exquisita panochita, deteniéndome a lamer su pequeño clítoris, que brincaba a cada lametazo, su vagina que se humedecía cada que entraba mi lengua en ella, sus labios carnositos y deliciosos. Me detuve en su culito, aunque ella de principio se apenaba y se quería quitar, pero al final, cada que le metía yo la lengua, ella se empujaba para que le entrara mas en su culito. Por fin quedamos haciendo un 69 que nos funcionó de maravilla a ambos.

Cogimos de misionero, con ella cabalgándome, de ladito, ella sentada en el tocador, y ella cerraba sus ojos, apretaba sus labios y se venía sin parar, una y otra vez, pero seguía sin hablar. La puse de a perrito y seguimos hasta completar dos horas y media cogiendo sin parar. Lo raro es que ella permanecía muda. Nos despedimos y ahora la veo de ves en cuando, solo para coger directamente. Por Messenger, ella si dice bastantes cosas, pero cuando nos vemos, únicamente es para coger como locos, ME ENCANTA!