Una mirada, un mensaje y un solo amor (2)

La continuación, espero que les guste y sino ya saben, todo comentario sera bien recibido

Ya no podía echarme atrás, cuando me había escrito dos días antes había aceptado que nos veríamos cuando ella pudiera, y ese día había llegado. Por fortuna en mis momentos de poca claridad no le había dado mi dirección, eso si que habría quedado como desesperado.. Pero, y si me dejaba plantada? Y si en realidad era una venganza por mi estúpido comentario?

Todavía la recordaba con nitidez... Había algo intenso en su mirada que me daba escalofríos pero generaba en mí atracción e interés, algo que no había podido quitarme de la mente.

Lo único que sabía, era que estaba sentada en un banco de la plaza mirando hacia todas partes esperando a una chica que apenas si recordaba mi nombre.

  • Llegué! – exclamó con una tímida pero alegre sonrisa sentándose a mi lado – perdón, demore mucho? –

  • Hola..- fue lo único que respondí. Levantar mi vista hacia ella me dejó petrificada. Vestía un jean azul un poco suelto, unas zapatillas negras y blancas, y una remera ligera de color blanco. Era una vestimenta informal y aún así no podía imaginar algo que le quedara mejor.. Se veía tan natural..

  • Leila – repetía ella – estás prestándome atención? –

  • Que? Perdón, no te escuché.. Es que..-

  • Jaja – río dulcemente – no te preocupes, no me des explicaciones.. Te decía que si pudiste hablar con Lucía.. Después de todo para eso nos vemos, no? – uy si, pensaba yo, era por ella

  • Apenas si tuve contacto con ella desde la salida, pero primero que nada..- tomando valor para disculparme- perdon por mi comentario, yo no soy homofóbica no quiero que pienses eso, lo que pasó fue que..-

  • Que te incomode, lo entiendo –

  • No, pasó que había hablado sobre Lucía y me comentó de tu...preferencia, y bueno, hizo un comentario como que era raro, y por eso se me escapó, pero no me molesta ni me incomodan las lesbianas – bajando mi mirada ya que me había ruborizado

  • Bueno, ya, entonces no te hagas problema.. Pero es que tu amiga es compañera mía y nos tocó un trabajo juntas y no quiero líos por tener novia así que quiero aclarar bien las cosas, pensé que podrías ayudarme –

  • Jaja, no mucho, es una chica bastante obstinada..-

Julieta se quedó en silencio un largo rato y yo no sabía con qué romper el silencio...

  • Bueno, entonces creo que me voy y no te molesto – sentenció ella poniéndose de pie. Su voz estaba quebrada o había sido mi imaginación? La ví alejarse lentamente y me quedé como boba, por lo que rápidamente decidí actuar y frenarla

  • Juli, no – Juli??? Qué descarada a ver si encima se enojaba – perdón, Julieta, no me molestás, podemos buscar la manera si querés – tomándola del brazo

Ella se frenó en seco y se dio la vuelta para mirarme con los ojos brillosos y una gran sonrisa en su rostro – en serio me ayudarías? –

  • Sí, lógico..Estás bien? –

  • Em..si, si, claro..-

Seguimos hablando unos minutos más tratando de idear maneras de que las cosas con Lucía mejoraran, pero no se nos ocurría nada, y empezó a oscurecer razón por la cuál decidimos seguir la charla ahora si en mi casa (tonta yo, y aún así le di mi dirección!)

  • Wow, es muy linda..- comentó al entrar

  • Gracias.. Acomodate nomas – señalando el sillón

  • Vivís sola? –

  • Sí, sola..- no podía dejar de pensar en cómo era posible que esa chica estuviera sentandose en mi sillón, cuando si apenas sabía su nombre, ni su edad sabía

  • Vos no te vas a sentar? – me agarró desprevenida con su pregunta, a lo que solo respondi sentadome a su lado y tomandome a mi misma de las manos como hacía siempre al estar nerviosa

  • Leila..- dijo ella bajito

  • Qué?-

  • Estas bien? Es mi turno de preguntar – riendo timidamente

  • Sí, por qué? –

  • No sé, estás callada y mirando hacia abajo..-

  • No, estoy bien, es que..- pff no, no estoy bien, no me animo a mirarte porque no entiendo como esto esta pasando – es que ni siquiera se tu edad! No se nada de vos, perdona –

  • Jajaja, bueno tenes razon, vos estás siendo muy amable ofreciéndome tu ayuda pero la verdad que no me presenté ni nada.. Qué querés saber? – se la veía tan cómoda hablándome.

Así fue como terminé enterandome que Julieta tenía 19 años al igual que mi amiga y yo, que estudiaba administración de empresas por pedido de su padre (que era dueño de una empresa al borde de la quiebra), y hasta legó a contarme lo preocupada que estaba por esta situación.

Por mi parte, le conté que yo estaba en un año sabático (sin estudios) pero que estudiaría lo mismo. Mi padre, al igual que el suyo, era poseedor de una empresa, pero de TELEFONÍA 3.0, una empresa encargada del desarrollo de la nueva telefonía y que estaba teniendo muchísimo éxito y haciendo de las mejores inversiones de la zona.

  • En serio sos una Shawn? – me preguntó sorprendida al decirle esto último.

  • Sí, Leila Shawn... Pero bueno, un apellido no certifica la felicidad – encogiéndome de hombros.

Continuamos charlando, charlas que hiciero que también se enterase de la muerte de mi madre hacía un año atrás.

La charla no volvió a recaer en Lucía, pero había algo que necesitaba saber...

  • Y como... fue que pasó lo de Mariana? – solté de golpe

Ella emitió una leve carcajada antes de responderme – nos conocimos, nos gustamos, y ya, pero como habrás notado es muy posesiva asi que estoy pensando en dejarla –

  • Ah- <> celebré dentro mío – pero como te diste cuenta que..-

-.. que me gustaban las mujeres? Te das cuenta, no hace falta ser un genio para notar cuando alguien te gusta – sonrió.

Y ella tenía razón. No tenía que pensar mucho para darme cuenta que ella (si, una mujer!) me gustaba, que su mirada me atrapaba a cada instante, que no habia dejado de pensar en ella.

  • Vos tenes novio? – me pregunto al cabo de unos minutos en silencio

  • No, no, no tengo novio – no podia quitar mis ojos de ella.

Ella, al parecer, lo notó, y se quedó mirándome también, en silencio, acercandonos lentamente. Yo no podia creer que eso estuviese ocurriendo, pero no podia alejarme, necesitaba estar cerca de ella.

Armándome de valor, me animé a hacer lo que tanto deseaba. El tacto de sus labios con los míos me provocó una sensación estremecedora y placentera como nunca antes había sentido. Por reflejo, llevé una de mis manos hacia su cuello y ella correspondió a mi beso.

Sentía su aroma, su sabor, su tibieza, sentía mil emociones.. Era un beso apasionado, pero dulce y tierno a su vez.

  • Leila – me apartó ella de repente – perdón, no puedo hacer esto...-

  • Qué? Por qué? – fue lo único que alcancé a decir

  • Perdoname pero no – nuevamente su voz estaba quebrada y sólo me quedé allí sentada viendo como esa hermosa chica se iba de mi casa rápidamente.

Qué habia hecho mal?

Lo que más en claro tenía, era que ese beso no me había solo gustado. Me había encantado. Leila, es que te esta gustando una chica? A quien puedo engañar, es claro que si... Quiza luego le escriba..

Mis impulsos me vencieron y le escribi al acto:

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Su respuesta tardo unos minutos que me parecieron eternos

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