Una meta: conocerlo (2)
Las metas que tu tienes te pueden llevar a situaciones que ni te imaginas.
Ya estaba en la pieza, mareado, perturbado, agotado; había hecho cosas que nunca había imaginado que podía: Hablarle a Jean, pelear con alguien al punto de hacerle daño, que esa persona me pida perdón, pero quizás lo que me tenia más sorprendido era que había tenido sexo oral con otro hombre y estuve a punto de entregarle mi virginidad anal. Ya estaba conciliando el sueño cuando sentí que alguien entraba sigilosamente al cuarto, pensé que era Jean, al fin de cuentas ya le habían asignado también este cuarto para que descansara.
Yo- Pasa, estoy aun despierto, si te vas a quedar ...
No me dejo seguir hablando, me cogió de la cabeza y con un trapo me cerro la boca, me cogió de las muñecas y las sujeto con un cinturón a los párales de la cama, mientras hacia esto una luz que provenía de afuera(eran de un auto que llegaba) me dejo ver el rostro de quien me inmovilizaba( no había reaccionado por que pensaba que era un juego de Jean en respuesta a lo que yo le había hecho); cual fue mi sorpresa cuando le luz me dejo ver el rostro de mi amigo "Sebastián". Intente safarme y huir, a pesar de que siempre había admirado e incluso elogiado a mi amigo, pues es una persona que se esmera mucho por el cuidado de su cuerpo, mide 1, 82 pesa 80 kg de puro músculo, su piel es canela, más oscura que la mía, pero más clara que la de Jean; sus ojos son azules claros, casi grises, cabello negro a la altura de los hombros, un cuerpo hecho en tres horas diarias de gimnasio cuatro días a la semana, unos labios carnosos y quizás lo que más admiraba era la forma en como tomaba la vida, decía que había que reírse de ella antes que ella se riera de nosotros; como comprenderán es el cuerpo que todos desearían tener, tanto hombres, como mujeres; e incluso en una que otra ocasión bromeaba abrazándolo fuerte desde la espalda y le susurraba al oído: " Me caerías como chocolate para el desayuno" , o " Cuanto daría yo por estar contigo" eran solo palabras necias pues Sebastián era para mí como un hermano mayor y además era por todos sabido que era un macho salvaje que se ligaba a cuanta hembra pasase delante de él, pero esas mismas palabras fueron mi sentencia. Volviendo al relato Sebastián, me tenia totalmente a su merced, se sentó sobre mis piernas inmovilizándome completamente, yo no comprendía lo que pasaba, y la excitación de haber pensado que era Jean se esfumo en el ambiente; bajo la mirada fría y trémula de Sebas que me reprochaba algo que aun yo no comprendía, se fue apoderando de mí la incertidumbre, la misma que creció cuando me agarro a golpes en el pecho primero eran certeros y fuertes, luego fueron bajando en precisión e intensidad, al punto que se desplomo sobre mi regazo, me agarro de mi barbilla y me dijo entre lagrimas: Ya ves lo que has logrado que te haga.
Yo no comprendía lo que me había dicho, solo me retorcía por dentro e intentaba no sentir dolor. Ya había a lo menos logrado que Sebas se calmara, mi dolor disminuía, pero mi decepción iba en aumento, más aun cuando cada una de sus manos recorrían temblorosas mis costados, él bajo su mirada hacia mi pecho, sus manos bajaron hasta mi cintura, y tocaron los bordes de mi pantaloneta, se deslizaron bajo él, mientras sus labios se posaron en mi ombligo y empezaron a ascender para encontrarse con mis abdominales, luego con mi pecho, mi cuello, intentaba detenerlo me movía y me decía para mis adentros: detente no sigas, no esta correcto, no quiero que nuestra amistad termine y mucho menos que nos volvamos enemigos. Y como si me hubiese escuchado susurraba: Pero con Jean no te resistías, o acaso que tiene ese maricón que no tenga yo- me pareces sexy, lo reconozco, pero no te deseo eres como mi hermano, logre decir en el breve instante que dure sin la mordaza, pues se lengua entro a mi boca buscando descender por mi garganta, la expulse con la mía, y le mordí los labios, su reacción fue: apretarme la verga hasta más no poder y con la otra mano tocase su labio para comprobar que le brotaba sangre.
Intente gritar, pero seria vergonzoso para ambos que nos encontrasen en esta situación, además no quería que lastimaran a Sebastián, porque bien o mal se había ganado el lugar de mí hermano; además seguramente nadie me escucharía, así que solo atine a preguntarle ¿Por qué?
S- Que por qué, ahora te me vas a hacer el inocente, tu me provocabas cada vez que podías " Me caerías como chocolate para el desayuno" , " Cuanto daría yo por estar contigo", "Que culo te mandas, si fueras hembra te cogería aquí mismo", cuando hablábamos los dos me mirabas fijamente y te reías, es más en una ocasión tomaste mi mano...
Yo- Si pero eran solo charlas, y lo de la mano era para reconfortarte y darte aliento, pues habías perdido lo único que realmente te hacia vivir; tu hermana
S- Lo reconozco, pero tus palabras se convirtieron para mí en más que charlas, las tome en serio, el día que tomaste mis manos comprendí que no lo había perdido todo, que aun me quedabas tu; y más cuando nos decían que nosotros dos éramos muy amigos que siempre íbamos juntos, y tu respondías que éramos más que amigos.
Y- es correcto, te consideraba mi hermano.
Sus ojos se hicieron más fríos y su voz más aguda.
S- Cuando tu llegaste a la finca vi en tu mirada mucha decepción y tristeza, y en cuanto te encontraste con Jean tu mirada se transformo por un segundo en alegría, pero luego un fuego se vio en tu rostro; de inmediato comprendí quien era la causa de tu amargura por eso me alegre cuando le hiciste daño, sabes que no soy de los que se alegran con el sufrimiento de los demás.
Hizo una pausa y con un solo tirón reventó mi pantaloneta, tocaba por encima de la tela de mi bóxer el relieve de mi sexo, la misma que por el ajetreo de unas horas antes y la fuerza impresa por Sebastián, había dejado una mancha de liquido, una mezcla orina y semen.
S- Retomo su reproche... vi como te miraba durante toda la tarde, se hacia el que no entendía, te desnudaba con la mirada, tu lo esquivabas a cada intento de él por acercarte, me extraño que fuese el primero en intentar impedir que te marchases y que cuando acabo la riña se intereso más por tu bienestar que por el de él; pero lo que más me hace odiarlo/ me decía mientras que levantaba mis caderas y ponía su duro miembro en la entrada de hasta mi entonces virgen culo/ fue que obtuvo lo que yo nunca tuve de ti, un beso, una caricia y por que no decirlo una mamada, ahora se que si no es de este modo jamás lograre lo que siempre he querido/ con sus manos tomo firmemente mis caderas las llevo hacia él y de un solo golpe introdujo 18cm de su herramienta en mi estrecho canal, un grito ahogado salió de mi garganta, intente detenerlo pero fue en vano, no era a quien conocía; arremetía contra mi de tal forma que por ratos eran mis muñecas que sufrían al ser tiradas por su fuerza, a ratos mis entrañas al ser tocadas por un intruso, a ratos mi alma al ser violada por la de mi hermano, me agarre como pude con mis manos del cinturón que me sujetaba, cerré los ojos y le suplicaba que se detuviese que me hacia daño; el tan solo reía y me decía que el también sufría, que lo hubiese querido de otra forma pero que no aguantaba más; en ese instante arremetió de nuevo para introducir así los 5cm restantes de un taladro de carne con vida propia, para completar así 23cm de terror dentro de mí, sentí como perdía toda mis fuerzas, era como si un cuchillo hubiese atravesado mis entrañas; fuel dolor más intenso que alguien pudiera sentir, se salió de mí y arremetió con más fuerza aún, yo sabia que no era él, mi hermano, el Sebastián que conocía, el mismo que por cosas del destino llevaría mi sangre una semana más tarde; ya había entrado parte de su viril fuerza en mi cuerpo cuando se abrió y cerro la perta ( era Jean, lo podía sentir), Sebastián me tomo con fuerza de las caderas y se tiro sobre mí, dejo escapar un grito más de Victoria que de placer, fue en ese instante en el que se encendió la luz; Jean nos miro encolerizado, tomo a Sebastián por la cintura y lo arrojo contra el suelo, luego se abalanzó sobre él, se quito su camisa, la correa de su pantalón y con una habilidad extraordinaria ató de pies y manos a Sebas, yo intente evitar que lo golpeara, pero fue inútil, una patada en el estomago le saco el aire, luego lo alzo en vilo entre sus brazos lo sostuvo unos instantes y lo arrojo sobre la cama contigua, Jean se paro justo al lado de la cabecera, al lado de la cabeza de Sebastián, se bajo la cremallera y miro a Sebas y le dijo: Le pagaras a Andrés lo que le has hecho, pero por ahora te entretendrás con un juguete muy peculiar, dejo caer su pantalón, luego se bajo hasta las rodillas su bóxer rojo, y apareció entre sus piernas un miembro flácido, que rápidamente se fue poniendo morcillón, se lo paso por los labios y le dijo: Ni se te ocurra morderme o hacer algo contra mí, entendiste, le decía mientras sujetaba con una mano la cara de Sebas y con la otra apretaba ligeramente sus testículos, le abrió la boca y metió sus 18 o 19cm x 5cm de diámetro de carne, me miró y sonrió.
Aunque la escena me daba morbo y me excitaba, seria mentiras si no digo que me hubiese gustado estar suelto para agarrar a golpes a Jean, no sé si por celos, o porque a pesar de todo seguía considerando a Sebas como mi HERMANO
Sebastián se resistía y miraba a ratos a Jean pidiendo clemencia, al ver que solo lograba excitar más a Jean, me miraba pidiéndome perdón o ayuda.
Jean agarro a Sebas por el pelo y comenzó a guiarlo con maestría, le ordenaba que más rápido, que aprendiese a mamar, que sabia muy bien que no hacía su mejor esfuerzo, al ver que las palabras no funcionaron, apretó la base del miembro de Sebas quien abrió los ojos de par en par y resistió el dolor, al verse derrotado solo se dedico a obedecer, y creo que cada vez lo hacia mejor, pues Jean cambio radicalmente la cara, su rostro era la lujuria misma, se relamía los labios, y además su mano dejo de apretar le base del pené de Sebas y lo comenzó a masturbar; ahora ambos me miraban a mi con lujuria, se miraban e intentaban ocultar su risa, Jean soltó a Sebastián mientras este le propinaba una apoteósica mamada, Jean se retiraba del borde de la cama y Sebastián lo seguía en cuatro, prendido de la verga de Jean, allí quedaron, en el centro de la habitación, Jean arremolinaba los pelos de Sebas con una mano y con la otra le pellizcaba las tetillas, mientras tanto Sebas le propinaba una mamada de campeonato, y con sus manos masajeaba los testículos y los pectorales de Jean.
La escena era realmente morbosa: Yo amarrado de mi cama, al palo impotente, en el centro dos hombres dignos de participar en las mejores películas porno, uno de rodillas mamada a otro que estaba de pie, ambos con sus manos se pellizcaban y masajeaban, los dos mirándome a mí. No sé cuanto duraron solo sé que al ver que se venia Jean apretó muy fuerte los pectorales de Sebas, pues este cerro los ojos como muestra de dolor, pero intensifico la mamada en busca de su premio, él mismo que no se hizo esperar, Jean bramaba como toro en corrida(lidia) se detuvo unas cuantas contusiones permaneció estático un momento y sin mediar palabra se sentó junto a mí, su miembro aun estaba pegajoso, tenia mezcla de jugos salivales y seminales; mientras tanto Sebas aún seguía en la misma posición, un hilillo de semen recorría la comisura de los labios, descendía hasta la barbilla calló sobre sus pectorales y allí fue exterminado por una sabana que había cogido Sebastián y con la cual se limpiaba; se puso de pie recogió sus cosas y comenzó a vestirse, se acercó a nosotros mirándonos fijamente, tenía rabia, lo sé, intento decirme algo pero simplemente se alejo hacia la puerta, antes de abrir Jean le dijo:
Ni una sola palabra de lo que has visto y has hecho esta noche............ a y recuerda que le debes una a Andrés, Sebas tan solo me miro agacho la cabeza y desapareció tras la puerta.
Inmediatamente Jean me desato, yo solo me pare y me fui al baño de la habitación, allí intente poner mis ideas en orden, aun no había asimilado lo que había acabado de ocurrir; entre a la ducha y el agua comenzó a recorrer mi cuerpo, me reconfortaba como el nilo lo hace sobre el ardiente desierto, me trajo paz aun sabiendo que terminado el baño, la incertidumbre volvía a mí, no sé cuanto dure allí, creo que mucho, pues Jean me preguntaba que si todo estaba bien, pregunto varias veces, y al ver que no obtenía respuesta empezó a golpear la perta, me estaba impacientando, así que quite el seguro y iré la perilla, iba a abrir cundo la perta se abrió, Jean callo sobre mí, el me miro a los ojos e intento darme un beso, el mismo que intente negarle, era una lucha de mi corazón contra mi razón, lo aparte y solo atine a mirarlo de tal forma que sentí que hubiese sido mejor para él una puñalada, salí e intento detenerme.
Jean- Perdóname, me llene de rabia al entrar y verlos a ambos, vi que te había tomado a la fuerza, quería ser yo quien te hubiese penetrado por primera vez, de una forma menos salvaje y más...... bueno pero el caso fue que al principio solo quería golpearlo, por eso saque fuerzas de donde no las tenia y arroje contra el suelo, al ver a Sebastián, un hombre fuerte como yo o quizás más, derribado indefenso, y que te había ultrajado, decidí hacerle lo mismo, lo lleve a la cama y obligue a que me lo mamara, cuando te vi, pensé que te gustaba lo que hacia, pues tu cuerpo estaba respondiendo, estabas agitado y totalmente empalmado, por eso lo libere y lo conduje al centro del cuarto, cuando me vine y te mire, vi en ti una gran incertidumbre, por eso abandone mi plan, que era sodomizarlo hasta cansarme; y me acosté a tu lado, no te desamarre en ese instante por que temí que salieras corriendo tras él, pues vi mientras n tus ojos algo que sientes hacia él, y cuando por fin te solté, lo comprobé, pues te metiste al baño sin pronunciar palabra, al ver que llevabas más de media hora sin salir me preocupe, y pensé que.../
Yo- Jamás intentaría tal cosa, y si siento algo muy grande por Sebastián, algo que no se puede expresar, y aunque no se como vallan a cambiar las cosas con lo que sucedió, lo seguiré queriendo por que/
Jean- Es suficiente, no me des más explicaciones, se paro y se metió en la cama
Yo- Creo que es necesario que lo sepas todo( lo decía mientras me acostaba en otra cama), quiero ser sincero contigo, desde que murió la hermana de Sebas...tián, el quedo muy solo, y busco alivio en el alcohol y no lo encontró, solo logro naufragar, una noche en su casa, entre copa y copa me decía que tenia pensado suicidarse, fue ahí en donde yo le cogí la mano y le dije que podía haber perdido a su hermana, pero que me había ganado a mí.... como a un hermano, por eso lo estimo, además se parece mucho a mi, por coincidencias de la vida llevamos la misma sangre A-, la confianza creció entre nosotros e incluso nos la pasábamos semanas enteras en mi casa, el llevaba sus mujeres, y yo a la mía; yo le hacia bromas elogiando su físico, pues me parece de campeonato, nunca supe realmente lo que él sentía por mí, solo hasta hoy me enteré, y de que forma,
Fue él quien entro al cuarto en la tarde mientras tu y yo estabamos juntos, él sentia antipatia contigo por que desde que vio cuando nos saludamos supo que tu eras un obstáculo para él, cuando nos vio juntos en este cuarto decidió que no aguantaría más y que si fuese necesario,,,,,
Jean- Te violaría.
Jean estaba ahora al borde de mi cama, tocando mis brazos y cara, examinando mi cuerpo en busca de huellas que curar.
Yo- Si, exactamente, entro después que me vine a dormir, creí que eras tú y por eso me deje atar, pero cuando una luz rebelo su rostro intente detenerlo pero todo fue en vano, no te voy a negar que la situación me excitaba, y que lo esta disfrutando, pero se torno salvaje, y me... violo, me lastimo mucho, tanto que me rompió por dentro, mira ( le mostré manchas en la sabana, me lleve una mano a mi ano y le mostre, mira) pero eso fue lo de menos, nunca creí sufrir una situación como esta y menos con Sebastián.
Dos lagrimas se escaparon de mis ojos y emprendieron la huida hacia mis labios; pero Jean con su lengua las tomo, me beso, me abrazo y me dijo:
-Tranquilo bebe, todo estará bien, ahora comprendo, tu reacción.
Esa noche dormimos juntos por primera vez. Cuando desperté al lado mío había una bandeja con mi desayuno, y una carta:
Bebe, te he preparado tu desayuno, es muuuyyyy especial, no te preocupes no me he ido, e salido a trotar, no me demoró. Att: Jean.
Después de desayunar aquello tan especial (arepa, huevos, jugo de naranja, salchichas y sándwich con "leche condensada"), me duche, me puse mi pantaloneta de baño, baje y allí me encontré con los demás, de inmediato el temor de cómo reaccionaría al ver a Sebastián se apodero de mí; pero me sorprendió que estaban todo, todos menos Jean y Sebastián.
Yo- Y Sebas, que se hizo.
Diego- A se fue porque se le presento un inconveniente familiar; Jean lo acompaño a coger el bus, pues iba a trotar.
Al llegar Jean intente hacerle hablar de lo que habían hablado él y Sebas, pero me dijo que solo le había entregado una nota, en ella me pedía perdón; que lamentaba la forma en la que me había tratado, que se despedía de mí y de todos los demás, que se iba a donde una hermana.
Intente correr para alcanzarlo, pero Jean me detuvo diciendo: no lo lograras, ya cogió la flota.
Me detuve, mis rodillas cedieron y caí al suelo, la tierra sufrió con mi amargura arrancaba el pasto y le pegaba al suelo, tanto que mi muñeca se abrió y uno de mis dedos se quebró. Jean me intento consolar, pero también fue victima, lo cogí de los hombros y lo zarandeaba mientras le recriminaba por haberlo dejado ir; pronto todos mis amigos salieron y me separaron, le pidieron disculpas a Jean, pero las rechazo, argumentando que yo tenía mis razones.
Les mostré la nota, explique la parte en que lamentaba la forma en que me había tratado, por que un día ante todos me insulto y me trato de cobarde, pero ellos no entendían mi desesperación cuando, les dije que la única familia que tenía era su "hermano adoptivo", era así como solía presentarme, que su ultimo pariente directo era su hermana, que había fallecido hace un año. Por tanto algo malo le pasaba, o iba a hacer. En ese momento todos quedaron mudos, y lo excusaban diciendo que se podía haberse fugado con la chica del momento, con ese motivo engañe mi razón y corazón. Se terminaba la estancia en la finca y volvimos a la rutina, con la diferencia que ahora Jean es el que me espera en la tienda, disimulamos muy bien nuestra condición, solo parecemos amigos, es más solo somos eso MUY BUENOS AMIGOS, pues él y yo tenemos novia, lo demás a seguido igual, bueno la ausencia de Sebastián se a notado demasiado, era domingo estaba tomando una nueva rutina: Ir al gimnasio, ya se imaginaran con quién. Cuando sonó mi celular, era Camila se escuchaba agitada y nerviosa.
Camila- Andrés, en donde estas, estas ocupado
Yo- Que pasa, la interrumpí, te noto algo nerviosa
Camila- Es Sebastián, esta en la Clínica las americas, en cuidados intensivos.
Le colgue, fui corriendo a mi casillero, tras de mi corria Jean preguntándome que sucedia, solo cuando tuve en mis manos mis cosas le explique y me disculpe.
Yo- Sebastián esta en la clinica, en cuidados intensivos, disculpame pero me tengo que ir.
Jean- No te dejare, ir asi, voy contigo
Yo- Esta bien.
le entregue un casco de la moto, corrimos al estacionamiento allí me pidio las llaves, medijo que en mi estado no me dejaría conducir, acepte y nos dirigimos al Hospital, no se aun como llegamos. Nos bajamos de la moto y corrimos a recepción allí estaba Diego, Maria, Camila, José y Mónica.
Yo- Que le paso, esta bien?
Mónica- No Andrés, no esta bien, esta en la lucha con la muerte, la herida fue profunda, los medicos dicen que aunque el corte no comprometió ningún órgano, ha perdido mucha sangre, y no hay donantes para la misma.
Diego- Lo que pasa es que Sebas intento/ lo interrumpió Camila
Camila- Sebas se estrello en la moto, al caer a la acera se hizo un corte con una astilla en el muslo derecho y se rompió dos costillas.
Jean de inmediato reacciono: Andres tu que tipo de sangre eres.
Yo- A-, porque?
Jean- A caso Sebastián no es del mismo tipo.
Camila- Es cierto Sebas es A-
De inmediato corrimos a cuidados intensivos, intentaron detenernos poro logramos llegar, encontramos al doctor y le dijimos que ya había un donante, que de hecho, ese donante era yo. De inmediato prepararon todo y me preguntaron si era diabético, si había tomado alcohol, si había padecido Hepatitis.... Al ver que era apto, comenzaron con una transfusión directa de sangre, fue en ese instante cuando lo vi, pálido, conectado a una maquina de oxigeno, suero, totalmente indefenso, solo, como él siempre decía que estaba, acerque mi mano y toque la de él, estaba fría, tuve temor de que fuese demasiado tarde, el mundo se desvaneció ante mis ojos. Al despertar mire alrededor y no lo vi; allí solo estaba Jean, lo han trasladado de habitación, a una más tranquila, dicen que el tendrá que poner de su parte, pues los médicos ya hicieron lo que tenían a su alcance; intente ponerme de pie y pero el mundo me dio vueltas.
Jean- Estas débil; reposa, descansa, además solo hasta el miércoles podrá recibir visita.