Una más y nos vamos
Te suplico, otra vez, que me olvides.
Olvídame.
No derrames por mí una sola lágrima,
Que yo no me lo merezco.
No te dejes caer derrotada
Por alguien que no vale nada.
Éste no tiene porque ser el fin
De tus sueños e ilusiones,
Tú puedes hacerlo el comienzo
De una vida de satisfacciones,
Sin el dolor de vivir con alguien
Que no tiene control sobre sus emociones.
Eres un ser de hermosa luz
Cuyo resplandor brillará con más fuerza,
Ahora que mi sombra de pesimismo
No volverá a cruzar tu puerta.
Tú no necesitas a nadie,
Para continuar con la cabeza en alto,
Eres tan bella y perfecta
Que sola podrás reconstruir tu mundo.
No merezco un espacio en tu mente,
En tu alma, corazón o cuerpo,
Así es que por favor olvídame,
Como si hubiera sido sólo un mal momento.
Ya que no pude ser motivo de alegría,
Ni de gozo en tu vivir,
Por lo menos quiero tener el gusto
De tampoco hacerte más sufrir.
Se que habrá alguien más, alguien mejor,
Alguien que te dará infinito amor,
Y cuando llegue ese momento
Podré por fin vivir en paz,
Porque sabré que te hará feliz
Y en mí nunca volverás a pensar.
Otra vez.
Ahí voy otra vez,
Mis ojos comienzan a llorar,
Como si sólo eso supieran hacer.
Ahí viene otra vez,
La inmortal pluma del destino,
Disfrutando mostrarse implacable,
Tachando otro nombre de mí libro.
Cada vez que me atrevo a sonreír,
Cada vez que sueño estando despierto,
Algo inesperado sucede
Y me deja de nuevo solo en el desierto.
Cuando en verdad amo a alguien,
Y creo que nada nos puede separar,
Entonces aparece la vida,
Para dejarme de nuevo en soledad.
Ahí voy otra vez,
Vuelvo a poner los pies en la tierra.
Creí que el sueño podría ser eterno,
Pero he despertado de nueva cuenta.
Ahí viene otra vez,
Ese veneno que por mis venas entra,
Y mi tranquilidad y fe se lleva.
Nunca se cansa ni lo hará,
El destino siempre acechará,
Cuando vuelva a pensar que soy feliz,
Vendrá y todo me quitará.
A mí parecer merezco un poco de paz,
Más de cinco minutos de dicha,
Pero si tú no piensas igual,
Al menos acaba ya con mi vida.
Suplicas.
Mírame a los ojos y dime que no me amas,
Créeme que si lo haces
No me opondré si te marchas.
Permíteme acariciar tu cara,
Un segundo tu suave mejilla,
Te juro que si no sientes nada
Me alejaré para siempre de tu vida.
Rechaza ésta mi boca,
Que ansiosa busca tus labios,
Y te prometo quedarme llorando,
Pero nunca más a tu lado.
Porque si hay algo seguro,
Es que lágrimas voy a derramar.
No quiero parecer una víctima,
Pero, ¿qué otra cosa podría pasar?
Después de haberte probado,
Después de haberte tenido,
Seguro será difícil olvidar,
Esa manera que tenías de tocar,
Ese cosquilleo que me hacías sentir,
Cada vez que entre tus senos,
Acariciabas mi nariz.
Por eso te pido que te quedes,
Pues no hay algo más allá de tu amor.
Te ruego que no me dejes,
No le eches agua a nuestra pasión.
De rodillas te suplico piedad,
Por favor no me abandones,
No le pongas fin a éste sueño,
Robándole a mi vida los colores.
Quiero tenerte a mi lado,
Amanecer de nuevo entre tus brazos,
Extender la mano y tocar tu sexo,
Temblando de las ganas que de él tengo.
Te amo como nunca lo pensé,
Como nadie podría amarte jamás,
Por eso suplicaré hasta la última pizca de mi dignidad,
Si con eso puedo hacerte regresar.