Una mañana inesperada

Una mañana de sexo inesperado

Mi nombre es Loren tengo 30 años y estoy casada. Soy bajita, mi estatura es de 1.50mts, Ojos color marrón, cabello oscuro y rizado. Tengo unas tetas grandes y redondas, duras con las areolas grandes y rosadas. Mi culo es bien parado. Una cintura pequeña. Muchos dicen que tengo el cuerpo en forma de guitarra.

Llevo casada casi 6 meses y mi esposo no es muy fanático del sexo, pero tiene una verga gorda, no tan grande pero cuando la usa es un dios, me hace gritar como desesperada, y ni que decir de chuparme el coño. Tiene una lengua de oro. Lo malo es que tiene una fea adicción al alcohol, y a veces se asusta cuando le pido cosas fuera de lo normal. Lo único que disfruta mucho es el sexo anal. Él nunca lo había probado y con mi culo lo conquisté.

En las primeras citas dejé que me dé por el culito y le encantó tanto que me pidió matrimonio en un mes de salir juntos.

Ese día había comenzado de la peor manera peleando con mi esposo, por su alcoholismo y su falta de empatía con las cosas, me hacían molestar tanto que solo pensaba en irme y realmente dejarlo. Además, que es muy celoso, no le gusta que salga a ningún lado y me hace problemas si quiero salir con mis amigos. Ya se imaginarán como puede ser la vida con él.

Amaneció soleado, así que quise ir a trabajar a las 7, entraba normalmente a las 9 pero por la discusión prefería salir de casa antes. Decidí ponerme una blusa color blanca sin tirantes un poco apretada, con un escote que deja muy poco a la imaginación, un pantalón de mezclilla, mi culo se marca más con ese pantalón dejando notar que tiene forma de corazón, lo sé porque mi esposo siempre me lo dice.

Al ser bajita, casi todos los hombres pueden ver por encima de mis tetas, y me excita mucho que los hombres me morboseen, me calienta mucho solo al pensar que se estarán echando una buena paja en mi nombre.

Ya estaba por salir, pero en la puerta estaba mi esposo con un aliento pésimo, todavía medio ebrio, me miraba fijamente de pies a cabeza y me dice:

- Loren ya te has de ir con tu amante, por eso te vistes, así como puta...

Se acerca y me da un beso, le sigo el juego para que me deje ir a trabajar. Huele terrible, me comienza besa el cuello, y de un tirón baja la blusa y me deja las tetas al aire.

- Así me gusta verte lista para que tú macho te clave la verga.

Se acercó y me comenzó a chupar las tetas como niño desesperado, me chupaba los pezones, y sin pensarlo me metió la mano por la parte de atrás del pantalón.

- Mmmm mira lo que me encontré… un conejo listo para comer.

Uy! en ese momento perdí la cabeza y se me fue el enojo, el olor a licor me hacía excitar más.

- si mi vida chúpamelo, comencé a pedirle . Hace tiempo que no me lo haces así rico como me lo sabes hacer.

- Ven mi culonita, te voy a dar tu ración de verga, me decía con su voz gruesa y ronca.

Me lanzó a la cama, me bajó el pantalón y me puso en 4.

- Mira te has depilado como puta, me la voy a chupar tanto que vas a gritar que me detenga.

Comenzó lamiéndome el culo, bajaba la lengua hasta la vagina y subía de nuevo, Sin avisarme me mete el pulgar en el culo,

- mmmm que rico este culote no lo has usado nada más que conmigo verdad?

- No mi vida con nadie más que tú. Plaf me da una nalgada.

- eso así me gusta puta que me respondas como tú macho que soy.

Seguía lamiéndome tan rico que comencé a suplicar.

-      Amor méteme tu verga por el culo, me gustaría que me lo llenes de leche. ¿Si?

-      Que rica puta, claro que te la meto.

Me agarró de las caderas, puso su pene en la entrada de mi culo y comenzó a penetrarme pero como estaba tan mojado se resbalaba y se metía sin querer en mi vagina

-      Que rico mi vida, métemela también por allí.

Plaf otra nalgada, me hacía gritar del placer.

- No, puta no por allí, te voy a reventar el culo. Por la vagina no.

Y sacaba su pene y otra vez intentaba, hasta que en uno de esos intentos se me salió un orgasmo.

- que ricooo amor, gritaba. Ya no tenía fuerza en las piernas.

-      Plaf, otra nalgada, eres una zorra si no te meto bien y ya estás terminando.

Me metió la lengua entre las piernas y me comenzó a lamer de nuevo

- Que rico que es tu olor, me da ganas de morderte el clítoris para que grites por más .

- Mmmmm, Que rica estas, parece que si te hacía falta verga,

- Si mi vida me hace falta tu pene, me gusta mucho por las mañanas.

Volvió a poner su pene en la entrada de mi culito y de un solo golpe me lo metió

-      ahh ahh ahhh, amor métela toda. Y comenzó a bombearme.

-      Que rica verga, me estás partiendo culo. Y él no paraba.

-      Estás más puta de lo normal, te lo voy a partir

comencé a masturbarme, metiéndome un medo por la vagina y tocándome muy lento.

-     ¡Que rica mi zorrita! ¿te gusta por los dos lados no? Me preguntó.

- Si amor me gustaría que me penetres todos mis huecos.

-    Plaf otra nalgada, que rica que eres por eso eres mi esposa, una más zorra que tu no hay y esas tetotas te las chuparía todo el día.

Se agachó más y me comenzó a masturbar. Metía y sacaba su pene de mi culo, con la mano me metía los dedos, estaba por terminar

-     Plaf, Plaf, Plaf las nalgadas, ya estás terminando que rico me aprieta tu culo.

- Ahh ahhh** gritaba mi esposo y sin sacarlo comenzó a descargar su semen. Me dejó el culo lleno de leche. Los tumbamos en la cama y nos quedamos así un rato.

Me dio la vuelta me dio un beso largo y me dio un golpecito en mis nalgas y me dijo:

- Ya mamita vaya a trabajar.

Me fui a duchar para no ir sucia al trabajo. Salí del baño y él estaba en la computadora, parecía que ya estaba un poco mejor de los tragos, se paró, me quitó la toalla y la tiró al piso. Me metió un dedo en la vagina y comenzó a meterlo y a sacarlo.

- Te voy a dejar con ganas, pero en la noche te doy por adelante. Ve a trabajar mi culonita.

Que mi esposo me haya partido el culito me hizo tener más ganas de sexo.

Me puse unos leggins casi transparentes, una tanga chiquita negra, una blusa larga de cuadros con unos bralettes de tiras.

Al salir le di un beso en la mejilla, chao mi vida .

-     Chao culonita, cuidado y te encuentro con algún amante, te vas vestida como puta y luego esperas que no te falten el respeto. Me reclamaba

-     Si mi vida, como crees que tengo un amante.

-     Chao nos vemos en la noche, se despidió.

Decidí ir en bicicleta, la oficina me queda muy cerca y de paso libero un poco mi mente.

Iba pensando en mil cosas, cuando a medio camino sucede lo que nunca me hubiese imaginado, un auto se poner frente a mí y no me dejaba pasar, frena y por el miedo de ser asaltada no sabía qué hacer, cuando de repente abren la puerta y me encuentro con la imagen de Sebastián. Es alto de 1.75, moreno, sonrisa con unos dientes blancos, ojos marrones, no es gordo y tampoco es atlético, pero lo que más me vuelve loca es un delicioso pene de 18cm de largo, y un grosor que no me permite cerrar la mano completamente.

Desde que tengo 18 años o incluso menos siempre he tenido una relación solo de "amigos con derecho" con Sebastián. Mi relación es un poco complicada, nunca decidimos tener algo serio porque éramos infieles en nuestras relaciones y preferimos no dañar lo que teníamos con temas más complejos.

Hace algunos meses que no nos veíamos y yo por lo menos estaba desesperada por verlo, y sobretodo sentirlo.

Nos mantenemos en contacto, y cuando "necesitamos" nos buscamos, aunque a veces tomamos la decisión de alejarnos por tratar de tener una vida normal.

Cuando nos vemos no solemos hablar mucho de temas personales solo nos dedicamos a lo que nos gusta. Sabemos que es una relación un poco enferma así que a veces decidimos alejarnos y borrar los números de cada uno, haciendo más interesante las búsquedas cuando nos arrepentimos.

- ¿Hola Loren qué tal?Me imaginaba que algún rato te encontraría, te vi por casualidad el otro día y pensé que está era tu ruta, pero hoy ha sido el día de mi suerte, te vi a lo lejos y no pensé dos veces en recordar viejos tiempos. así que te seguí hasta aquí, dijo Sebastián.

-       Todo muy bien, ¿Y qué tal cómo has estado que hay de nuevo? Respondí, un poco sorprendida

-       Me fui a vivir con mi novia, justo aquí a dos calles y ahora no está. Si quieres vamos un rato, insinuó acercándose lentamente.

-       No lo sé, ¿si te conté que me había casado? Y está sería la primera vez que le sea infiel, me da mucha pena con él. Aunque por dentro estaba segura que se merecía eso y mucho más. Pero me gusta hacerme la difícil.

-      Si me imaginaba porque no habías dado señales de vida, pero vamos... como siempre nadie va a saber y verás que la pasamos rico, acercándose cada vez más.

- mm no lo sé, no me convences. Le decía poniendo cara de inocente.

Sebastián en medio de la calle comienza a verme con ojos de morboso, y aprovecha para verme las tetas que sobresalían con el bralette, me toma de la cintura, acercándome a él y me da un beso, metiendo su lengua en mi boca, sin pensarlo respondí al beso, pero de inmediato lo alejé,

-       Sebastián! Alguien nos va a ver, y si luego se entera mi esposo voy a tener muchos más problemas.

Se ríe y me dice al oído:

-       si no vas conmigo aquí mismo te comienzo a desvestir, vamos... prometo hacértelo como te gusta.

Sebastián es un hombre muy terco y tiene sus maneras de salirse con las suya, así que por un instante dudé, pero me pregunte ¿qué puedo perder si mi esposo está medio ebrio trabajando y el piensa que yo voy camino a la oficina?, no puede sospechar. Además, ya lo había dejado un poco contento.

-       Está bien Sebastián vamos, pero no podemos demorarnos que tengo que ir a trabajar.

Subió a su auto y le seguí hasta llegar a su casa. Al llegar me indicó dónde aparcar la bici, solo por si acaso venga su novia.

Abrió la puerta y me invitó a pasar, pero en cuanto entré se lanzó sobre mí y me comenzó a besar, un beso largo y profundo, mi lengua se adueñaba de su boca mientras el lentamente me enlazaba por la cintura con los brazos.

-       Que rica cintura, y este es mi culito. ¿No ha cambiado, sigue siendo mío?

-       Si Sebas, sigue siendo tuyo, le respondí mientras lo seguía besando y me dejaba llevar de sus manos.

Se puso detrás de mí y comenzó a frotar su pene contra mi culito, mientras besaba mi cuello, mi punto débil, comencé a mojarme y a respirar más rápidamente. Sus manos comenzaban a tocarme sin parar.

Lentamente me llevó al sillón me puso contra el respaldar, me saco la blusa y mis tetas quedaron libres.  Sebas, comenzó a tocar mis pezones, dándome pequeños pellizcos muy lentamente, me las amasaba y yo sentía como mi clítoris se iba hinchando.

Me dio la vuelta, me recostó en el sillón, abrí las piernas se recostó sobre mí y comenzó a restregar su pene encima de mi pantalón. ¿Te gusta?

-       Si, Papi me gusta mucho.

Sebas, aprovechó para seguir chupándome las tetas, pasaba la lengua entre ellas, me cogía con las dos manos y las juntaba, trataba de lamerlas a las dos al mismo tiempo, pero no le entraban en la boca.

Mientras tanto yo metí mi mano en su pantalón, que rico sentir esa verga gorda y larga en mi mano. Comencé a masturbarlo lentamente, subía y bajaba la mano.

-       Que tetotas que tienes, desde lejos te vi y pensé hoy me las voy a mamar. Me decía entre lamidos. No te vas a escapar sin que sean mías. me las chupaba tan rico que comencé a tener un orgasmo.

-       Ahhh, más chúpame más, muérdeme que son tuyas . Saqué mi mano de su pantalón y me cogí las tetas, comencé a apretarlas contra su cara.

Él seguía chupando y mordiendo. Aunque me excitaba mucho la idea de que mi esposo me viera teniendo sexo con otro y haciendo cosas más sucias, talvez así le diera ganas de hacerme cosas más ricas.

Comenzó a sonar su teléfono, Sebastián paró un momento, pensando en contestar o no.

Es mi novia –dijo-, me aparte un poco y él tomo el teléfono. Me senté en el sillón, con mis pezones parados apuntando hacia él.

Él se sentó en un sillón pequeño y puso en altavoz,

-      Hola amor? Cómo estás?

-      Todo bien mi vida. Dijo Sebas.

Me acerqué y me senté de frente encima de él. Puse mis pechos en su cara para que me las siga mamando, y yo, comenzar a frotarme sobre su pene.

No me importaba su novia, yo sabía que si él me buscaba era porque ella no lo podía complacer como yo lo hago.

-      mi vida te llamo porque voy un poco más temprano porque quiero que vayamos a festejar juntos nuestro primer mes viviendo juntos.

Sebastián estaba en su faena, chupaba y mordía mis pezones sin parar, me amasaba las tetas con las dos manos.

-      Si mi vida, yo también estaba pensando en lo mismo. Decía Sebastián como hablando con la boca llena.

- ¿Estás comiendo algo? Le pregunto su novia.

- Si mi vida me prepare algo muy rico, por la noche te lo preparo a ti... Es una sorpresa.

-     Estoy muy ansiosa, por la noche también te tengo una sorpresa. Te amo bye.

- Yo también, bye. Y colgó el teléfono

Ves mi putita, no va a venir hasta más tarde. Vamos a que conozcas la casa, tenemos todo el día para coger rico. Me tomó de la mano y fuimos juntos.

Me abrazó por detrás y me fue llevando por todas las habitaciones.

Esta es la habitación del lavado, me decía mientras me besaba el cuello y me ponía contra la pared, restregaba su pene contra mi culo y luego me soltaba.

Vamos, te voy a mostrar la cocina. Era un lugar pequeño con un mesón en la mitad, me subió allí y nos comenzamos a besar sin parar.

Me comenzó a quitar el pantalón. Cuando vio la pequeña tanga que llevaba se puso más cachondo.

- Que rica te ves en esa tanga tan chiquita. Mmmm te voy a comer de a poquito.

Comenzó a bajar por mis pechos, luego siguió por el ombligo y puso su boca en mi vagina y comenzó a lamer lentamente, su lengua pasaba a los lados de mi clítoris, y luego subía y bajaba hasta llegar a la entrada de mi vagina. Metía un poco la lengua y la sacaba. Comenzó a succionar mi clítoris y sin pensarlo yo le apretaba su cara contra mi vulva, terminé con un orgasmo muy intenso. Ya no aguantaba más

-      Métemelo si? Le suplicaba

-      Quiero sentir tu verga, métemela, rogaba como una puta, con las piernas abiertas y Sebastián comiéndome sin parar.

- Te lo voy a meter pero si me prometes que te vas a dejar dar por el culo también.

-      Si papi, me das por el culo cuando quieras. Soy toda tuya. ¿Métemelo sí?

Sebastián, se levantó me dio un beso y me dejó un poco de mis jugos en la boca. Se sacó el pantalón y su pene saltó de su boxer. ¿Mira te gusta?

- ¡Uy papi!  si me gusta, que rico palo que tienes. Métemela, no me tengas así.

- No todavía, vamos a mi habitación. Quiero darte en mi cama, así cuanto tenga sexo con mi novia en la noche voy a pensar en ti y se me va a parar más .

Desnuda caminé por toda la casa, él iba de tras indicándome el camino.

-      Que rico culo tienes, y como lo mueves... espero que te muevas cuánto te ensarte mi verga. Y me halo del cabello, y me hizo detenerme. Me dio una nalgada muy fuerte. Me hizo gritar:

-      ¡ay Sebas despacito!

- ¡Este culo es mío! ¡¿Entiendes?! me decía muy excitado

-      Si papi es tuyo, dame más que me excitas.

Me dio otra nalgada

- esto es por puta por casarte y no dejar que te dé verga todos los días como antes.

- Más dame más,** me nalgueaba y me excitaba muchísimo.

- Vamos , dijo. entramos a la habitación me empujó sobre la cama, me hizo sentar en el filo y me abrió las piernas, de mi vagina salían muchos fluidos, estaba totalmente mojada, estaba loca porque me la meta. Puso su pene en la entrada de mi vagina y me la metió de un solo golpe.

Solo alcance a dar un pequeño grito, ¡Ahhh!

- te gusta putona?** Me preguntaba mientras me penetraba

- ¡Si papi que Rico! Dios, que grande la tienes. Ya extrañaba que me tengas así.

-      Tienes una vagina comelona, mira como entra toda mi verga. S e veía tan delicioso

Comenzó a moverse muy rápido, y mis tetas saltaban, me las comenzó a manosear más, me mordía y me soltaba, me chupaba y las soltaba. Mientras me seguía embistiendo tan duro, su pene llegaba hasta el fondo, sentía como chocaba con el final de mi vagina y yo como una puta seguí gimiendo sin parar.

-      Ahh, ahh, Más papi más, métemela hasta el fondo

El seguía bombeando hasta que estaba a punto de tener otro orgasmo, tan delicioso, mi vagina iba a explotar.

-      Ahh, mas más que me vengo, más, y él seguía bombeándome sin parar, comenzó a respirar más rápido y a metérmela súper rápido.

Sentí mi vagina como se ponía más estrecha y Sebas terminaba.

-      Ahh si papi dame tu leche . Terminamos juntos,

Estábamos descansando cuando de repente, suena el timbre y nos quedamos en silencio.

Tomó lo boxers, fue el baño y tomó una toalla, fue a abrir la puerta. Yo salí corriendo al cuarto de lavado, allí no me encontraría nadie.

- Adriana buenos días

-      Sebas cómo estás? ¿Te vine a ver un momento puedo pasar?

-      Mmmm si, pero estaba por bañarme, pero sigue Adri.

Sebastián cerró la puerta, y esta mujer se le lanza al cuello.

- Sebas no me has llamado no sé qué pasó no te gustó lo del otro día.?

-      No Adri no es eso lo que pasa es que como eres amiga de mi novia no quise continuar.

-       Pero Sebas yo no le voy a contar nada a Silvia. Esto queda entre tú y yo

-       Bueno Adri, te parece si vienes mañana por la mañana y hablamos? Ahora tengo que salir.

-       Bueno Sebas, me voy, pero regreso mañana sin falta.

Sebas cerró la puerta y yo estaba viéndolos desde una esquina, está Adri tenía unos 54 años más o menos, con las tetas pequeñas y un culo bien grande, si no era enorme.

- ¿Qué paso papi? ¿Te vino a ver otra de tus putas? Le pregunté muy inquieta

- Ja ja ja, se echó a reír Sebas. No es mi puta, pero casi, luego te cuento.

ver a esa mujer con ese culo enorme y solo de imaginarme como Sebas se la comía me puse nuevamente caliente.

- Vamos putita ya que te viniste por aquí continuemos con lo nuestro.

Nos comenzamos a besar de nuevo. Por casualidad veo el reloj. Eran las 10 de la mañana.

-        Sebas voy tarde al trabajo acompáñame por fa.

- ¿Pero si todavía no me te doy por el culito, como te vas a ir? Me reclamaba Sebastián.

- Papi, ¿otro día vengo sí?

- Bueno, pero me prometes darme tu culito.

-        Si Sebas te prometo

En el camino me iba contando un poco de su novia.

Se llama Silvia, tiene 28 años, es alta casi como él, tiene las tetas medianas y un culo plano. Y no le gusta el sexo de imprevisto, le gusta solo hacerlo en la cama.

Y Adriana es viuda de 58 años de edad, es amiga de Silvia, y es la dueña de casa donde viven, les cobra un poco menos por la amistan que tienen ambas.

Sebastián terminó involucrado con ella cuando por calenturiento le dijo que le gustaría comerse ese gigantesco culo.

Sebas y Adriana ya habían comenzado el manoseo cuando llegó Silvia. En otro relato les contaré más sobre esa historia.

Déjenme sus comentarios.

Loren.durand21@gmail.com