Una mañana hermosa con Tino
A pesar de haber fingido que iba a la escuela, no pude imaginar lo bien que lo pasaría con mi Siberiano.
Mi nombre es Sofía, aunque a raíz de lo que voy a contar más abajo podría ser Zoofía.
Estuve leyendo varios relatos en este site, o más bien, experiencias de mujeres jóvenes haciendo el amor con perros ; pero además de elegirlos especialmente y buscar otro si encontraba algo que no esperaba ver allí, me parecieron igual de gráficos que un video con las mismas características.
También la forma de escribirlos abunda generalmente en palabras vinculadas al acto o a diversos órganos, quitándole importancia a los recursos del propio género.
Por otro lado, por mi parte, no me interesa demasiado lo que salga ni lo que entre, o se agrande, o encoja ; y cierta variante muy usada me parece casi una pérdida de tiempo, en tanto que otra, también de uso frecuente, en el caso de una mujer y un perro - por ejemplo -, es como si en vez de ella y él fueran dos varones.
En uno de esos relatos, además, la mexicanita que confiesa tener relaciones casi todos los días con Sultán - el perro a quien considera su único amor -, no tiene mayores inconvenientes en engañarlo ( según sus propias palabras ) con un profesor de su escuela que la chantajea con las calificaciones ... Júm !
Pero dejo de hablar y paso a contar mi propia primera experiencia ...
Esta historia podría llamarse "Cómo mi perro entró a mi habitación y un buen rato después salió el hombre de mi vida ..."
Era una mañana fría y mi Siberiano Tino llamó para que lo dejara entrar a la casa ; me levanté de la cama donde me había quedado leyendo el diario y al verlo no tardé en notar que acababa de tener una cita amorosa.
Mientras caminaba otra vez hacia el cuarto - y ya va siendo hora de decir que mi padre se había ido a su trabajo en la embotelladora -, yo me di cuenta de que disponía aún de cuatro horas para lo que empezaba a tomar forma en mi mente.
Aunque hasta hoy ninguna de mis compañeras del colegio me había contado de experiencias semejantes, varias veces en el videoclub yo me quedé en el sector de películas prohibidas para menores, donde veía esas fotos de chicas con perros ... Y más de una vez me imaginé así con Tino ; si iba a intentarlo, sólo hoy tendría la oportunidad, pues debo aclarar que supuestamente estoy en el colegio, pero anduve por ahí y di la vuelta para casa cuando ya no había peligro.
Poco después de volver a mi cuarto, lo vi asomándose allí, como buscándome ; entonces le hice una pequeña señal y él se acercó hasta el borde de la cama.
Sin embargo - evidentemente con los efectos de su encuentro aún presentes - subió de un salto a mi lado y yo de inmediato dejé el diario en el piso.
Aunque al principio pareció dudar, Tino comenzó a pasar su lengua por mi cara y mi cuello ; luego, incluso, por mis labios y en la zona del busto.
En ese momento yo, que hasta ahora nunca había esperado poder tener un contacto así con mi propio perro, me encontré disfrutando de cómo su "lengüetona" se hundía a más no poder en mi boca, en besos caninos largos, mojados y dulces ; fueron seis o siete nada más, esa primera vez, pero me resultaron más sabrosos que la miel ... Y por supuesto, podían ser todavía más dulces. Sólo tenía que ir a la cocina.
De modo que me levanté, procurando que él permaneciera allí, y regresé al cuarto con un pote de dulce de leche de medio kilo ... Sin que Tino dejara de observar mis movimientos, cerré la puerta para mantener el calor de la estufa ; hice otro tanto con las cortinas y luego de desvestirme casi por completo dejándome únicamente la prenda inferior, pude notar que él mantenía aún bastante alto su nivel de deseos y frenesí.
Entonces comencé a llenar de dulce de leche partes de mi cara, mi cuello, el vientre y los pechos ; cuando volví a acostarme junto a él, Tino empezó a pasar su lengüetona por mi rostro y mi vientre ... Explorando hasta llegar a mis pechos, los cuales después empezó a mordisquear muy despacito y yo sentí que por dentro empezaba a subir al cielo atravesando mi cuerpo y el techo del cuarto.
Más tarde también llené mi boca con dulce de leche esperando que Tino volviera a sumergir allí su larga lengua, lo cual hizo, y me parece haber logrado empujar con mi lengua lo que había comido a medias, para que entrara en su boca.
Seguimos intercambiando ese tipo de besos hasta que su frenesí y mis deseos alcanzaron juntos la misma altura.
Ya nada podía impedir que nuestros respectivos impulsos nos llevaran lejos, en esa mañana fría ; y mientras él hacía esa especie de baile ( hacia atrás y adelante ) intentando llegar hasta donde yo también quería que llegara, no sé cuánto tiempo su órgano ( bueno, soy bastante fina, aunque esté haciendo esto ) se introdujo en mi cuerpo pareciendo crecer allí hasta el infinito y sin embargo encontrando todavía más lugar, ni quién entraba más en el otro, ni cuántas veces nuestras lenguas se tocaron a través de nuestros respectivos labios, ni cuántas besé y lamí toda su boca como él lo había hecho.
Poco después, como aparentemente para él era más fácil si yo estaba "a cuatro patas", me di vuelta y así estuvimos unos doce minutos más, de los cuales no necesito decir que fueron los mejores de mi vida, pasándolos junto a él.
Al término de mi primera vez con Tino, nos quedamos descansando un rato ; yo le acariciaba lentamente la espalda mientras mi otra mano jugaba despacio entre sus piernas.
Unos quince minutos después, Tino volvió a salir a correr por el jardín, pero ya era para mí el "hombre de mi vida", y aunque a mi edad cualquier chica suele buscar más de un amante, yo haré todo lo que pueda por no pertenecer a nadie que no sea mi amado Siberiano, Tino.